Bra­sil. A Marie­lle Fran­co la ase­si­na­ron con una subame­tra­lla­do­ra alemana

Por Ser­gio Ferra­ri, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 22 de junio de 2021.

Jóve­nes y per­so­nas racia­li­za­das, prin­ci­pa­les víctimas

Las imá­ge­nes del ejér­ci­to y la poli­cía ope­ran­do a gran esca­la en las fave­las son cada vez más fre­cuen­tes y vira­li­za­das. El flash del ase­si­na­to a man­sal­va de la diri­gen­te femi­nis­ta Marie­lle Fran­co, en mar­zo del 2018, mar­ca aún la coti­dia­nei­dad de los movi­mien­tos socia­les brasileros.

Bra­sil es uno de los paí­ses más vio­len­tos del con­ti­nen­te sud­ame­ri­cano. Lati­noa­mé­ri­ca, a la vez, es una de las regio­nes más vio­len­tas del mun­do y aca­pa­ra casi 1 de cada 2 víc­ti­mas – en reali­dad el 42 %- de los homi­ci­dios a esca­la pla­ne­ta­ria, según datos de las Nacio­nes Uni­das de 2019.

La vio­len­cia en Bra­sil, ade­más de fenó­meno social, se expre­sa con cier­tas par­ti­cu­la­ri­da­des. Por ejem­plo, impac­tar prin­ci­pal­men­te a los jóve­nes negros. Así lo des­ta­ca el infor­me Vio­len­cia arma­da, vio­len­cia poli­cial y comer­cio de armas, ela­bo­ra­do por el Ins­ti­tu­to bra­si­le­ro Sou da Paz y las ONG Terre des hom­mes (Tie­rra de Hom­bres) de Ale­ma­nia y de Sui­za, difun­di­do recientemente.

Según los inves­ti­ga­do­res, en 2019, Bra­sil alcan­zó una tasa de 21.6 homi­ci­dios por cada 100.000 habi­tan­tes. Si bien sig­ni­fi­ca una baja con res­pec­to a los datos del 2017, que fue un año pico, el impac­to de la vio­len­cia sigue sien­do muy alto. El estu­dio, por el momen­to solo publi­ca­do en ale­mán, ana­li­za esas par­ti­cu­la­ri­da­des, pre­sen­ta casos emble­má­ti­cos y arti­cu­la con­clu­sio­nes y reco­men­da­cio­nes diri­gi­das tan­to al Esta­do bra­si­le­ro como a la comu­ni­dad inter­na­cio­nal, fuen­te de apro­vi­sio­na­mien­to de una par­te de las armas que cir­cu­lan en el país. ( https://www.tdh.de/was-wir-tun/themen-a‑z/polizeigewalt/ )

La Ofi­ci­na de Nacio­nes Uni­das con­tra la Dro­ga y el Deli­to en su infor­me de julio de 2019, con datos actua­li­za­dos has­ta fines del 201, seña­la­ba que paí­ses como Argen­ti­na, Uru­guay, Perú, y Chi­le esta­ban en la par­te baja de la tabla de por­cen­ta­jes en Suda­mé­ri­ca. Y sub­ra­ya­ba que Bra­sil, entre 1991 y 2017, acu­mu­ló la cifra récord de 1.200.000 homi­ci­dios (https://​www​.unodc​.org/​u​n​o​d​c​/​e​n​/​d​a​t​a​-​a​n​d​-​a​n​a​l​y​s​i​s​/​g​l​o​b​a​l​-​s​t​u​d​y​-​o​n​-​h​o​m​i​c​i​d​e​.​h​tml ).


Prin­ci­pa­les obje­ti­vos de la violencia

Los jóve­nes y las per­so­nas negras son las prin­ci­pa­les víc­ti­mas de esta vio­len­cia. En 2019, el 79% de los homi­ci­dios que se pro­du­je­ron corres­pon­de a la fran­ja eta­ria de 15 a 29 años. Ese mis­mo año, el 74% de las víc­ti­mas fue gen­te de color, ya sea negros o mes­ti­zos. El 99% son hombres.

Se mues­tra, tam­bién, de for­ma evi­den­te, la res­pon­sa­bi­li­dad ins­ti­tu­cio­nal en esta vio­len­cia. El Anua­rio Bra­si­le­ro de Segu­ri­dad Públi­ca deve­la que una de cada diez muer­tes vio­len­tas ‑exac­ta­men­te el 13 % de los casos- ha sido, en 2019, resul­ta­do de la inter­ven­ción poli­cial. En algu­nos Esta­dos par­ti­cu­lar­men­te con­flic­ti­vos, como Río de Janei­ro, lle­ga has­ta el 30%. Ten­den­cia en aumen­to, sin pau­sa, des­de 2013 has­ta la actualidad.

Más del 70% de los homi­ci­dios se pro­du­je­ron con armas de fue­go. Lo que con­du­ce a los res­pon­sa­bles del estu­dio a sub­ra­yar la impor­tan­cia de ana­li­zar “las diná­mi­cas inter­nas de cir­cu­la­ción de armas” en el país. Según el Foro Bra­si­le­ro de Segu­ri­dad Públi­ca se con­ta­bi­li­za­ron 106.000 armas incau­ta­das por par­te de los dife­ren­tes cuer­pos poli­cia­les en 2019. En su mayo­ría: revól­ve­res, pis­to­las y rifles. El 6% de las mis­mas pro­vie­ne de diver­sos paí­ses europeos.

Dato fun­da­men­tal del infor­me es la baja tasa de escla­re­ci­mien­to de los homi­ci­dios en el país, que según el Ins­ti­tu­to Sou da Paz pue­de repre­sen­tar solo el 11% de los casos en algu­nos Esta­dos. Esta impu­ni­dad se ve ali­men­ta­da por “dis­cur­sos polí­ti­cos popu­lis­tas que rela­ti­vi­zan o, inclu­so, incen­ti­van al uso des­pro­por­cio­na­do de la fuer­za por par­te de agen­tes del Esta­do”, enfa­ti­za el estu­dio difun­di­do esta semana.

Impu­ni­dad, no inves­ti­ga­ción de los hechos, e inclu­so ocul­ta­mien­to de prue­bas, son algu­nas de las inquie­tu­des que en estos últi­mos meses repi­ten dife­ren­tes repre­sen­tan­tes de la comu­ni­dad internacional.

En mayo, por ejem­plo, la Ofi­ci­na de las Nacio­nes Uni­das para los Dere­chos Huma­nos expre­só su par­ti­cu­lar preo­cu­pa­ción por la ope­ra­ción poli­cial anti­nar­có­ti­cos en la fave­la de Jaca­re­zinho, en la zona nor­te de la ciu­dad de Río de Janei­ro (Bra­sil). La ONU denun­ció enton­ces posi­bles inten­tos de las fuer­zas de segu­ri­dad cario­cas para impe­dir que se lle­ve a cabo una inves­ti­ga­ción inde­pen­dien­te sobre los hechos.

«Hemos reci­bi­do infor­mes preo­cu­pan­tes según los cua­les, tras lo ocu­rri­do, la poli­cía no tomó las medi­das nece­sa­rias para pre­ser­var las prue­bas en la esce­na del cri­men, lo que podría difi­cul­tar la inves­ti­ga­ción de esta trá­gi­ca y letal ope­ra­ción», seña­ló enton­ces Rupert Col­vi­lle, por­ta­voz de la ins­ti­tu­ción. La ONU, pidió en ese momen­to, que se lle­ve a cabo una inves­ti­ga­ción inde­pen­dien­te e impar­cial sobre este hecho tenien­do en cuen­ta las nor­mas internacionales.

Al menos 25 per­so­nas —entre ellas un agen­te de la poli­cía— per­die­ron la vida en esa ope­ra­ción, la más cruen­ta en la his­to­ria de Río de Janei­ro. Según infor­ma­cio­nes ofi­cia­les, la reda­da poli­cial tuvo por blan­co una ban­da que reclu­ta­ba a niños y ado­les­cen­tes para el trá­fi­co de dro­gas, robos, secues­tros y ase­si­na­tos. La fave­la es base del Coman­do Rojo, prin­ci­pal gru­po de nar­co­tra­fi­can­tes de la ciudad.

La ofi­ci­na de la ONU seña­ló que la ope­ra­ción con­fir­ma «una pro­lon­ga­da ten­den­cia al uso inne­ce­sa­rio y des­pro­por­cio­na­do de la fuer­za en las fave­las, barrios pobres y mar­gi­na­dos habi­ta­dos pre­do­mi­nan­te por pobla­ción afrobrasileña”.

Ope­ra­ti­vo poli­cial en la fave­la de Rocinha en Río de Janei­ro. Foto: Bruno Itan (TdH Suisse)


Mer­ca­do de armas en expansión

El Gobierno fede­ral, apro­ve­chan­do una eta­pa de cier­ta ines­ta­bi­li­dad en la regu­la­ción del mer­ca­do de armas, publi­có entre 2019 – 2020 vein­te decre­tos sobre el tema. Los mis­mos faci­li­ta­ron el aumen­to en un 65% de las armas regis­tra­das que lle­ga­ron a 1.100.000 de uni­da­des. En ese perio­do fue sig­ni­fi­ca­ti­vo el incre­men­to de armas regis­tra­das por civi­les, las que pasa­ron de 346.000 a 595.000. Tam­bién aumen­tó en un 58% — de 351.000 a 556.000— el regis­tro de los caza­do­res, colec­cio­nis­tas o tira­do­res depor­ti­vos. Un tira­dor depor­ti­vo pue­de com­prar hoy has­ta 60 armas de fue­go y 180 mil muni­cio­nes por año en el país sudamericano.

Según el infor­me ela­bo­ra­do por el ins­ti­tu­to bra­si­le­ro y las ONG euro­peas, la situa­ción es toda­vía más preo­cu­pan­te debi­do a que esa fle­xi­bi­li­za­ción en el regis­tro se acom­pa­ñó de “retro­ce­sos en los meca­nis­mos de fis­ca­li­za­ción y con­trol de cir­cu­la­ción de armas y muni­cio­nes y de los meca­nis­mos para enfren­tar el cri­men organizado”.

No menos impor­tan­te en el infor­me pre­sen­ta­do la pri­me­ra sema­na de junio es el aná­li­sis del “dis­cur­so auto­ri­ta­rio” que se ha veni­do inten­si­fi­can­do des­de la lle­ga­da de Jair Bol­so­na­ro al gobierno. El actual pre­si­den­te afir­mó en diver­sas oca­sio­nes en su carre­ra polí­ti­ca y en su cam­pa­ña pre­si­den­cial, que había que matar a los cri­mi­na­les, y rela­ti­vi­zó prác­ti­cas como la tor­tu­ra, seña­la el informe.

El “Paque­te Anti­cri­men”, ela­bo­ra­do por el enton­ces minis­tro de Jus­ti­cia y Segu­ri­dad, Ser­gio Moro, pro­po­nía ampliar la lis­ta de cir­cuns­tan­cias por las cua­les los poli­cías podían ser exen­tos de cual­quier cas­ti­go por cau­sa de una muer­te. Suge­ría, inclu­so, redu­cir a la mitad las penas por uso exce­si­vo de vio­len­cia poli­cial en cir­cuns­tan­cias de “sor­pre­sa o vio­len­cia emo­cio­nal”. La inten­sa movi­li­za­ción de la socie­dad civil y de sec­to­res par­la­men­ta­rios con­tra esta pro­pues­ta deter­mi­nó su recha­zo legis­la­ti­vo. Sin embar­go, en el Con­gre­so Nacio­nal, están en cur­so de deba­te ini­cia­ti­vas semejantes.


Res­pon­sa­bi­li­dad internacional

El Foro Bra­si­le­ro de Segu­ri­dad Públi­ca con­ta­bi­li­zó en 2019 más de 106.000 armas en pose­sión ile­gal recu­pe­ra­das por las fuer­zas de segu­ri­dad públi­ca, lo que repre­sen­ta la cifra más baja de los últi­mos 3 años –en 2015 fue­ron 130.000. El infor­me de Sou da Paz y Terre des hom­mes sub­ra­ya “que la pre­sen­cia de armas extran­je­ras es rele­van­te, en espe­cial entre las de mayor poten­cia ofen­si­va como fusi­les y subametralladoras”.

De las uni­da­des secues­tra­das cuyo ori­gen pudo ser indi­vi­dua­li­za­do – algo más de un ter­cio del total— las armas pro­ve­nien­tes de Euro­pa cons­ti­tu­yen entre un 6 y un 7%. Las ori­gi­na­rias de Esta­dos Uni­dos repre­sen­tan el 5.3%. De Argen­ti­na lle­ga el 1.9%.

Aus­tria, con un 5.1% de las armas secues­tra­das que pudie­ron ser ras­trea­das, cons­ti­tu­ye el país euro­peo más pro­vee­dor. De Tur­quía lle­ga el 1.7% y de Ita­lia el 1.3%. Aun­que con por­cen­ta­jes meno­res, hay uni­da­des pro­ve­nien­tes de Ale­ma­nia, Repú­bli­ca Chi­ca, Espa­ña, Bél­gi­ca, Mon­te­ne­gro, Rusia, Fran­cia y Suiza.

El infor­me con­clu­ye con reco­men­da­cio­nes cla­ras y exi­gen­tes. A los repre­sen­tan­tes extran­je­ros —gobier­nos, empre­sas y orga­ni­za­cio­nes en gene­ral — les recuer­da que la cir­cu­la­ción de armas tie­ne un impac­to direc­to en la can­ti­dad de homi­ci­dios y en la vio­len­cia social. Lo que aumen­ta la vio­la­ción del dere­cho a la vida, sobre todo en sec­to­res espe­cí­fi­cos de la pobla­ción: per­so­nas negras, ado­les­cen­tes y jóvenes.

Por tal moti­vo Sou da Paz y las ONG Terre des hom­mes de Ale­ma­nia y de Sui­za, lla­man a un mayor con­trol de todo lo que se refie­re al comer­cio inter­na­cio­nal de armas que invo­lu­cre a Bra­sil. Incor­po­ran­do en toda tran­sac­ción una pro­fun­da eva­lua­ción de ries­go y de los impac­tos nega­ti­vos even­tua­les que podría con­lle­var esa acti­vi­dad o nego­cio en el res­pe­to de los dere­chos humanos.

Para matar a man­sal­va a Marie­lle Fran­co, diri­gen­te femi­nis­ta negra, refe­ren­te LGBT y lide­re­sa de la opo­si­ción, en mar­zo del 2018, en Río de Janei­ro, el sica­rio usó una subame­tra­lla­do­ra ale­ma­na Hec­kler y Koch MP5. El homi­ci­dio requie­re un medio. Los más usa­dos, son las armas de fue­go. La indus­tria arma­men­tís­ti­ca euro­pea, y nor­te­ame­ri­ca­na, las pro­du­cen, las ven­den y faci­li­tan su acce­so, tam­bién, en paí­ses como Bra­sil. Todos somos res­pon­sa­bles de todo, ale­ga­to con­clu­si­vo – táci­to— de esta radio­gra­fía sobre la vio­len­cia brasilera.

Fuen­te: Rebelion

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