Uru­guay. Ultra Mani­ni Ríos: las Fuer­zas Arma­das reco­no­cie­ron su res­pon­sa­bi­li­dad en los deli­tos de la dic­ta­du­ra, pero “pedir per­dón es otra cosa”

Por Igna­cio Mar­tí­nez, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 25 de mayo de 2021.

El líder ultra­de­re­chis­ta de Cabil­do Abier­to dijo que “en una gue­rra lo más sagra­do son los pri­sio­ne­ros” y “si se hubie­ran cum­pli­do estric­ta­men­te los cáno­nes de la gue­rra, no hubie­ran ocu­rri­do” vio­la­cio­nes a los dere­chos humanos.

Al sena­dor Gui­do Mani­ni Ríos, líder de Cabil­do Abier­to (CA), le “rechi­na” que la nego­cia­ción del gobierno para exten­der el con­tra­to con la empre­sa bel­ga Katoen Natie en el puer­to se hicie­ra “a puer­tas cerra­das”. Le sigue pare­cien­do nece­sa­rio que se ins­ta­le una “mesa chi­ca” de la coa­li­ción “para evi­tar incohe­ren­cias o dife­ren­cias” y pien­sa que habría que bajar la edad de impu­tabi­li­dad, pero acla­ra que no lo impul­sa­rá por­que “es un deba­te que ya está superado”.

Hace pocos días, Mani­ni reci­bió a la dia­ria en su des­pa­cho del cuar­to piso del Edi­fi­cio Ane­xo del Pala­cio Legis­la­ti­vo, para con­ver­sar sobre los temas de agen­da. Pero antes de ser legis­la­dor, Mani­ni fue mili­tar y nada menos que coman­dan­te en jefe del Ejér­ci­to, así que tam­bién res­pon­dió sobre el pasa­do recien­te y la res­pon­sa­bi­li­dad de las Fuer­zas Arma­das (FFAA) en las vio­la­cio­nes de los dere­chos huma­nos per­pe­tra­das por la dictadura.

¿Cómo ana­li­za la mar­cha de la pan­de­mia en el últi­mo tiempo?

Indu­da­ble­men­te que nos está pegan­do muy fuer­te. Las últi­mas sema­nas han sido espe­cial­men­te duras en cuan­to a los núme­ros de con­ta­gia­dos y falle­ci­dos. Esto que nos está pasan­do es en cier­ta for­ma lo que veía­mos hace un año en los paí­ses euro­peos y en Esta­dos Uni­dos. Creo que la acti­tud de la pobla­ción, que miran­do por tele­vi­sión aque­llas esce­nas se asus­tó, nos retra­só un año ente­ro la lle­ga­da de esta ola. En algún momen­to pen­sa­mos que tal vez no lle­ga­ría nun­ca, pero hay cir­cuns­tan­cias que no se pue­den domi­nar, como la pre­sen­cia de esa varian­te tan agre­si­va en Bra­sil, que con nues­tras fron­te­ras tan permea­bles con ese país se hizo impo­si­ble dete­ner­la. Hoy esta­mos sufrien­do eso.

En cuan­to a las medi­das toma­das por el gobierno, ¿le pare­ce que hace fal­ta algu­na, tan­to en la movi­li­dad como en mate­ria económica?

En el tema de movi­li­dad se han toma­do muchas medi­das. Las que que­dan por hacer, no me que­da cla­ro que sean con­ve­nien­tes. Es decir, hacer cerrar los res­tau­ran­tes y los shop­pings, limi­tar o prohi­bir la movi­li­dad en deter­mi­na­das horas de la noche y prohi­bir las ferias. Hones­ta­men­te, creo que cual­quie­ra de esas medi­das tie­ne su con­tra­ca­ra y no estoy segu­ro de que sean las apro­pia­das. Pri­me­ro que nada, por­que difí­cil­men­te sean aca­ta­das por la gen­te, por­que le per­dió el mie­do, a pesar de que esta­mos en el peor momen­to. Increí­ble­men­te, la gen­te hoy ya no tie­ne mie­do; lo tenía cuan­do había uno o dos muer­tos por día, pero hoy, que hay 50 muer­tos por día, no. La gen­te se can­só de estar ence­rra­da. Enton­ces, sobre tomar medi­das como las que ha pro­pues­to el Fren­te Amplio, de redu­cir la movi­li­dad, que irían por ese lado, ten­go mis dudas de cuál sería su efec­to real. Vimos paí­ses que adop­ta­ron esas medi­das y el resul­ta­do no fue muy dife­ren­te del que tene­mos acá. Tene­mos el caso más cla­ro acá nomás, en Argentina.

El dipu­tado de CA Eduar­do Lust expre­só sus repa­ros a la exten­sión del con­tra­to de la empre­sa bel­ga Katoen Natie has­ta 2081 en el puer­to. ¿Qué opi­na usted?

Ten­go que con­fe­sar que exten­der 50 años más la con­ce­sión a una empre­sa me rechi­nó y se lo dije al minis­tro [Luis Alber­to] Heber [toda­vía a car­go de la car­te­ra de Trans­por­te y Obras Públi­cas al momen­to de esta entre­vis­ta]. Se me expli­có que esa inver­sión, a la que se obli­ga a la empre­sa, de 455 millo­nes de dóla­res, sólo se jus­ti­fi­ca con un tiem­po pro­lon­ga­do de con­ce­sión. Tam­bién está el argu­men­to del jui­cio que la empre­sa le había comen­za­do a hacer al país por mil y pico de millo­nes de dóla­res. Es un jui­cio que, según los ase­so­res del minis­te­rio, se iba a per­der. Noso­tros hici­mos un pedi­do de infor­mes ‑del que toda­vía no hemos reci­bi­do la respuesta‑, por­que que­re­mos saber todos los deta­lles de ese jui­cio. Si ese es tal vez el prin­ci­pal argu­men­to para haber nego­cia­do con esta empre­sa la exten­sión de tan­to tiem­po, que­re­mos saber cómo se lle­gó a que exis­ta la posi­bi­li­dad de un jui­cio de 1.700 millo­nes de dóla­res. ¿Se vio­la­ron nor­mas y por lo tan­to se dio pie a ese jui­cio? ¿Quién es res­pon­sa­ble de vio­lar esas nor­mas? ¿Qué dije­ron los suce­si­vos direc­to­rios de la ANP [Admi­nis­tra­ción Nacio­nal de Puer­tos] a lo lar­go de estos años, cuan­do se vio­la­ron esas nor­mas? Que­re­mos saber bien eso antes de tomar pos­tu­ra. Pero coin­ci­do con el dipu­tado Lust, a mí me rechi­na que sea haya con­ce­di­do 50 años más a una empre­sa: más los 30 ini­cia­les que tenía, hace que esté has­ta el 2081 ‑noso­tros nun­ca vamos a ver el cam­bio de mano-. Lo otro que nos rechi­na es que la nego­cia­ción se hizo a puer­tas cerra­das. Noso­tros nos ente­ra­mos de esta nego­cia­ción cuan­do ya esta­ba fir­ma­da. Eso nos lla­mó la atención.

¿Le rechi­na por lo mis­mo que la segun­da plan­ta de UPM?

A CA no le rechi­na una plan­ta que va a dar tra­ba­jo y va a mover una zona del país que está total­men­te rele­ga­da. Lo que hemos cri­ti­ca­do y lo vamos a cri­ti­car has­ta el día del Jui­cio Final es la for­ma en la cual se nego­ció con UPM, todas las con­ce­sio­nes que se le hizo, que jamás se le die­ron ‑ni la déci­ma par­te- ni a gran­des empre­sas nacio­na­les. Eso es lo que nos moles­ta de UPM, no que la plan­ta ven­ga y se ins­ta­le, siem­pre y cuan­do res­pe­te todas las exi­gen­cias medioambientales.

Cuan­do se votó el pro­yec­to de “jor­na­les soli­da­rios”, el sena­dor de CA Gui­ller­mo Dome­nech puso como ejem­plo que “no fabri­ca­mos ni siquie­ra papel higié­ni­co” y esa es “la dolo­ro­sa ver­dad del país”, por­que “nues­tra mate­ria pri­ma se expor­ta sin pro­ce­sar, res­tán­do­les tra­ba­jo a los uru­gua­yos”. ¿Usted tie­ne la mis­ma visión?

Sí. En esa nego­cia­ción que comen­zó en Fin­lan­dia, con una nutri­da dele­ga­ción, per­fec­ta­men­te podría haber sido una exi­gen­cia del Esta­do uru­gua­yo que al menos 5% ‑o 1% si quie­re- de esa pas­ta de celu­lo­sa que sale por los puer­tos uru­gua­yos que­da­ra acá para que una indus­tria nacio­nal pro­du­je­ra papel para Uru­guay o el Mer­co­sur. Esa exi­gen­cia nun­ca se hizo, como no se hace en otras tan­tas nego­cia­cio­nes. Pare­ce­ría que hay un deter­mi­nis­mo para que la indus­tria no pue­da fun­cio­nar. Pero si se toman las medi­das des­de el Esta­do para impul­sar, yo no veo que sea impo­si­ble, y más en este caso, que la empre­sa era la prin­ci­pal intere­sa­da en que se le die­ra la auto­ri­za­ción para ins­ta­lar­se. Hay gen­te que dice “las leyes del mer­ca­do son las que deci­den las cosas, si no hay deman­da, no pue­de haber ofer­ta”, por lo tan­to, renun­cia­mos a hacer las cosas que gene­ran tra­ba­jo cali­fi­ca­do. El sec­tor fores­tal, que hoy es uno de los rubros impor­tan­tes de la eco­no­mía nacio­nal, nació a impul­so del Esta­do, no por las leyes del mer­ca­do. No había nin­gu­na deman­da ni nada por el esti­lo; el Esta­do uru­gua­yo, median­te una ley [fores­tal, 15.939, de 1987], que pre­veía sub­si­dios a todos aque­llos que plan­ta­ran, gene­ró esta rique­za. Yo lo veo con exce­len­tes ojos. ¿Cuán­tos sec­to­res se pue­den lle­gar a desa­rro­llar de la mano de un impul­so simi­lar al que se le dio al fores­tal? Por eso creo que hay que velar por ese tra­ba­jo cali­fi­ca­do y por indus­tria­li­zar muchas de nues­tras mate­rias pri­mas que salen direc­ta­men­te, como la car­ne, la lana y muchas otras, que salen sin nin­gún valor agre­ga­do o con muy poco ‑a veces sale con algo, pero no con el que podría salir si real­men­te hubie­ra un impul­so del Esta­do a ese tipo de industria-.

Ha esta­do sobre­vo­lan­do hace tiem­po la con­for­ma­ción de la famo­sa “mesa chi­ca” de la coa­li­ción, inte­gra­da por los líde­res de cada par­ti­do y el pre­si­den­te, Luis Laca­lle Pou. Hace unas sema­nas, el minis­tro de Ambien­te, Adrián Peña, sos­tu­vo en entre­vis­ta con la dia­ria que usted dice que quie­re con­for­mar esa ins­tan­cia pero en reali­dad no, por­que pre­fie­re el mano a mano con Laca­lle Pou, para no per­der “pro­ta­go­nis­mo”. ¿Es así?

En ver­dad, esas inter­pre­ta­cio­nes de lo que yo digo, pero lo que en reali­dad quie­ro, me pare­cen un poqui­to retor­ci­das. Siem­pre he dicho que lo mejor sería que hubie­ra una “mesa chi­ca” para que se coor­di­nen las accio­nes de la coa­li­ción, por­que a veces un par­ti­do pre­sen­ta una pro­pues­ta con la que otro par­ti­do no está de acuer­do. Por ejem­plo, el pri­me­ro que pre­sen­tó una pro­pues­ta que otro par­ti­do no lle­va fue el Par­ti­do Colo­ra­do, que pre­sen­tó un pro­yec­to de ley de euta­na­sia [del dipu­tado Ope Pas­quet]; den­tro de la pro­pia coa­li­ción no sé si hay alguien más de acuer­do. Estas cosas se pue­den con­ver­sar en un ámbi­to al más alto nivel para evi­tar incohe­ren­cias o diferencias.

¿Cómo que­dó la rela­ción con Leo­nar­do Cipria­ni, pre­si­den­te de la Admi­nis­tra­ción Nacio­nal de los Ser­vi­cios de Salud del Esta­do (ASSE), lue­go de que des­vin­cu­la­ra a varios fun­cio­na­rios que, según él, habían entra­do sin la apro­ba­ción del orga­nis­mo, con el aval del coro­nel reti­ra­do Enri­que Mon­tagno, por enton­ces vocal de CA en el directorio?

Cipria­ni reco­no­ció que se equi­vo­có en unas decla­ra­cio­nes que hizo al ini­cio, que­dó bien cla­ro que en ASSE CA pro­pu­so 47 car­gos de 500 y pico que se repu­sie­ron en un año, o sea que inclu­so la pro­por­ción fue bají­si­ma en el con­jun­to. Y que­dó bien cla­ro que no hubo nin­gu­na desig­na­ción irre­gu­lar, que es lo que él dijo en pri­me­ra ins­tan­cia; des­pués lo enten­dió, inclu­so a algu­nos pocos que él había sepa­ra­do del car­go los vol­vió a incor­po­rar, por­que se com­pro­bó que todas las desig­na­cio­nes fue­ron hechas den­tro de la nor­ma­li­dad. Más allá de lo dicho en el audio pri­va­do que tomó esta­do públi­co, la reali­dad era esa y no otra. Enton­ces, hay cier­ta inten­cio­na­li­dad de pre­sen­tar a CA como que qui­so hacer algo clien­te­lís­ti­co, ase­me­ján­do­lo con polí­ti­cas de otros par­ti­dos de otras épo­cas, y no es así. Cipria­ni se apre­su­ró en sus pri­me­ras decla­ra­cio­nes y des­pués rec­ti­fi­có todo lo que dijo. Fal­ta­ría una dis­cul­pa públi­ca, nada más.

Guido Manini Ríos.
Gui­do Mani­ni Ríos.Foto: Fede­ri­co Gutiérrez

Usted ha hecho mucho énfa­sis en la segu­ri­dad, des­de la cam­pa­ña elec­to­ral. ¿Qué impron­ta cree que debe tener el pró­xi­mo minis­tro del Interior?

El minis­tro del Inte­rior que se desig­ne tie­ne que con­ti­nuar cier­tas acti­tu­des y polí­ti­cas que se venían imple­men­tan­do, en el sen­ti­do de dar­le un res­pal­do explí­ci­to al cuer­po poli­cial. Si hay algo que des­ta­car de la ges­tión de Larra­ña­ga, es ese res­pal­do a un cuer­po que es el mis­mo en esen­cia que estu­vo en los años ante­rio­res, pero que no se sen­tía res­pal­da­do por sus man­dos ni por algu­nas nor­mas, regla­men­ta­cio­nes o decre­tos que le impe­dían ejer­cer la auto­ri­dad en for­ma más efi­caz y efi­cien­te. El nue­vo jerar­ca, apar­te de con­sus­tan­ciar­se con la pro­ble­má­ti­ca que tie­ne el minis­te­rio en la for­ma en que lo hacía Larra­ña­ga, va a tener que estar muy dis­pues­to a res­pal­dar al cuer­po poli­cial para que se pue­da hacer res­pe­tar la auto­ri­dad poli­cial, que es el gran pro­ble­ma que hay a veces en la base de muchos de los exce­sos que se come­ten, y que en defi­ni­ti­va per­ju­di­can al ciu­da­dano hones­to, que no quie­re trans­gre­dir las nor­mas. Por supues­to, Larra­ña­ga dejó la vara muy alta, por­que venía hacien­do una ges­tión muy preo­cu­pa­do por todos los aspec­tos de ese minis­te­rio tan com­ple­jo. La per­so­na [que lo sus­ti­tu­ya] va a tener que estar a la altu­ra de la circunstancia.

¿Pien­sa que habría que bajar la edad de imputabilidad?

Creo que sí, que habría que bajar, pero no lo esta­mos impul­san­do, por­que es un deba­te que ya está supe­ra­do. En polí­ti­ca man­da la reali­dad: el pue­blo uru­gua­yo votó que no que­ría bajar la edad de impu­tabi­li­dad y hay que res­pe­tar los ple­bis­ci­tos. Ese tema ya no lo dis­cu­to más, no se baja, que­da en 18; aho­ra, usted me pre­gun­ta mi opi­nión: para mí habría que haber baja­do a 16 años, por­que el joven de 16 años de hoy tie­ne mucho más madu­rez y capa­ci­dad de racio­ci­nio que un joven de esa edad de hace 20 o 30 años.

Los mili­ta­res reti­ra­dos que tie­nen car­gos públi­cos cobran la jubi­la­ción y tam­bién el suel­do. ¿Eso no es una con­tra­dic­ción con la aus­te­ri­dad que pre­ten­de impul­sar el gobierno?

Eso es el mar­co legal. Usted dice los mili­ta­res reti­ra­dos, pero le pue­do ase­gu­rar que hay jubi­la­dos de casi todas las cajas ‑hay solo una caja que no per­mi­te cobrar suel­do y jubi­la­ción- que cobran ambas, no solo los mili­ta­res reti­ra­dos. No sé por qué hace el énfa­sis en los mili­ta­res retirados.

Por­que usted es mili­tar retirado.

Bueno, per­fec­to, pero hay de todas. Aho­ra, si se cam­bia la nor­ma­ti­va, esta­mos dis­pues­tos a ana­li­zar­la y pro­ba­ble­men­te la acom­pa­ñe­mos; vamos a estu­diar­lo. Mi suel­do de sena­dor lo estoy donan­do a ins­ti­tu­cio­nes que atien­den a adic­tos a la dro­ga. Pero es un tema de volun­tad per­so­nal, no es por­que legal­men­te lo deba a hacer.

No hay que mano­sear mucho la pala­bra éti­ca. El que tie­ne una jubi­la­ción de lo que sea es por­que hizo apor­tes duran­te toda una vida y tie­ne dere­cho a esa jubi­la­ción; des­pués, acce­de a un car­go en la admi­nis­tra­ción públi­ca, en la cual hace un esfuer­zo ‑por­que en vez de que­dar­se en su casa toman­do mate, se está rom­pien­do el alma- y tam­bién tie­ne dere­cho a esa remu­ne­ra­ción. No creo que sea anti­éti­co. Aho­ra, si la legis­la­ción se cam­bia, en el mar­co del aho­rro del Esta­do, tal vez sea bueno que se cambie.

Pasa­ron pocos días de la Mar­cha del Silen­cio. Usted ha cues­tio­na­do varias veces a la Jus­ti­cia por pro­ce­sa­mien­tos a mili­ta­res reti­ra­dos que come­tie­ron deli­tos en la dic­ta­du­ra. Más allá de los casos par­ti­cu­la­res, ¿cuál pien­sa que fue el rol o la res­pon­sa­bi­li­dad de la ins­ti­tu­ción FFAA duran­te el régi­men cívi­co militar?

Vamos a no con­fun­dir los temas. En el tema des­apa­re­ci­dos, yo siem­pre ‑no lo digo aho­ra por­que esté en la polí­ti­ca, cuan­do esta­ba en el Ejér­ci­to tam­bién lo decía- con­de­né que hubie­ra des­apa­re­ci­dos en Uru­guay, y entien­do que eso nun­ca debió haber ocu­rri­do. Lo que digo siem­pre es que la pelí­cu­la hay que con­tar­la com­ple­ta. Acá, un 14 y 15 de abril [de 1972] ‑por­que fue una sesión que duró dos días‑, el Par­la­men­to demo­crá­ti­co, que había sido ele­gi­do hacía cua­tro meses, decla­ró que el país esta­ba en “esta­do de gue­rra interno”, con dos ter­cios de los votos ‑algu­nos de esos, de per­so­nas de la talla de Wil­son Ferrei­ra Aldu­na­te, por ejem­plo-. Has­ta ese momen­to, los mili­ta­res no habían par­ti­ci­pa­do, no tenían nin­gún pro­ta­go­nis­mo. Quie­re decir que los acto­res que lle­va­ron a que el país estu­vie­ra en esta­do de gue­rra no fue­ron del Ejér­ci­to. Hoy es impen­sa­ble, dirían que esta­mos todos locos, ¿quién va a decla­rar que esta­mos en gue­rra?; sin embar­go, hace menos de 50 años se decla­ró eso. Y se gene­ró toda una dis­tor­sión del esce­na­rio, que lle­vó a esas accio­nes total­men­te delez­na­bles, que gene­ra­ron los des­apa­re­ci­dos. Noso­tros lo hemos con­de­na­do y segui­mos con­de­nan­do el hecho de que hubie­ra des­apa­re­ci­dos en Uruguay.

Pero no es solo la des­apa­ri­ción de per­so­nas, es tam­bién la tor­tu­ra y varias vio­la­cio­nes más a los dere­chos huma­nos. ¿La res­pon­sa­bi­li­dad fue de las FFAA como institución?

Pero eso ya ha sido reco­no­ci­do des­de el pri­mer momen­to. Recuer­do al tenien­te gene­ral [Hugo] Medi­na, coman­dan­te en jefe del Ejér­ci­to [lue­go, minis­tro de Defen­sa del pri­mer gobierno de Julio María San­gui­net­ti], en 1986, en una entre­vis­ta que le hizo [César] Di Can­dia en Bús­que­da, reco­no­ció que se per­die­ron los pun­tos de refe­ren­cia. Ya está más que reco­no­ci­da esa res­pon­sa­bi­li­dad. ¿Cuán­tas veces más la tie­nen que reco­no­cer las FFAA la res­pon­sa­bi­li­dad que les cabe en ese capí­tu­lo tan lamen­ta­ble de nues­tra historia?

Pero hay una dife­ren­cia entre lo que diga un miem­bro de las FFAA y que la ins­ti­tu­ción como tal haga una auto­crí­ti­ca y asu­ma las responsabilidades.

Pero la ins­ti­tu­ción ya la ha hecho, de la boca de sus pro­pios jefes. Lo ha hecho una y otra vez. Los que no han hecho la auto­crí­ti­ca, de repen­te, son quie­nes lle­va­ron al país al esta­do de gue­rra interno, y ahí no esta­ban los militares.

¿Usted dice que la ins­ti­tu­ción FFAA hizo auto­crí­ti­ca? ¿Pidió perdón?

Pedir per­dón es otra cosa, eso es un tema que quien esté a car­go sabrá si es momen­to de pedir per­dón o no. Ahí pasó mucha gen­te. Yo digo que reco­no­cer las cosas que se hicie­ron y la res­pon­sa­bi­li­dad ya se ha hecho, pero no una, varias veces.

Cuan­do se dio el gol­pe de Esta­do, el 27 de junio de 1973, la mayo­ría de los tupa­ma­ros esta­ban pre­sos. ¿Qué tie­ne que ver eso con los deli­tos que come­tie­ron des­pués las FFAA, den­tro de esa idea de que había una “gue­rra”?

El gol­pe de Esta­do fue un fra­ca­so del sis­te­ma ins­ti­tu­cio­nal del país. Oja­lá nun­ca hubie­ra ocu­rri­do. Pasó, y a par­tir de ahí, en ese esce­na­rio se per­die­ron las refe­ren­cias, como decía Medi­na en 1986.

¿Le pare­cen delez­na­bles la vio­la­cio­nes de los dere­chos huma­nos per­pe­tra­das por las FFAA en dictadura?

Toda vio­la­ción a los dere­chos huma­nos es delez­na­ble y cri­ti­ca­ble. Noso­tros esta­mos total­men­te de acuer­do con que hay que res­pe­tar los dere­chos huma­nos. En una gue­rra lo más sagra­do son los pri­sio­ne­ros. Si se hubie­ran cum­pli­do estric­ta­men­te los cáno­nes de la gue­rra, no hubie­ran ocu­rri­do. Vamos a enten­der, en el mun­do actual los esta­dou­ni­den­ses a los pre­sos de Guan­tá­na­mo los han tor­tu­ra­do tam­bién, según denun­cias que se han hecho. Diga­mos que, lamen­ta­ble­men­te, ese tipo de exce­sos son muchos los que los come­ten, pero son, vuel­vo a repe­tir, total­men­te inaceptables.

¿Pero dón­de está esa auto­crí­ti­ca que usted dice que se hizo por par­te de las FFAA?

Fue dicha un mon­tón de veces. Los medios de comu­ni­ca­ción son los encar­ga­dos de difun­dir­la. Yo mis­mo, en mi dis­cur­so cuan­do era coman­dan­te, lo decía, en entre­vis­tas lo he dicho mil veces, mis ante­ce­so­res tam­bién y voy a has­ta Medi­na en 1986. Todos han hecho auto­crí­ti­ca de los hechos, pero no lo han hecho los que lle­va­ron al país al esta­do de gue­rra interno.

¿Usted se ape­ga a la teo­ría de “los dos demonios”?

No, cla­ro que no. Acá hubo muchos demonios.

Al final de aque­lla famo­sa entre­vis­ta, Medi­na decía que había dado órde­nes para “apre­miar” a un pri­sio­ne­ro. Eso no pare­ce una autocrítica.

Pero si usted lo que está bus­can­do es una auto­crí­ti­ca hoy, bus­que en los man­dos actua­les del Ejér­ci­to. A mí no me corres­pon­de, yo soy diri­gen­te de un par­ti­do polí­ti­co; hoy no ten­go que hacer nin­gu­na auto­crí­ti­ca, la hice cuan­do fui comandante.

Hablan­do de los man­dos actua­les: hace pocos días se encon­tra­ron archi­vos de la dic­ta­du­ra en el Gru­po de Arti­lle­ría 5. Evi­den­te­men­te, ha fal­ta­do volun­tad para bus­car docu­men­tos has­ta en el sótano más recón­di­to de depen­den­cias de las FFAA.

Yo no sé las cir­cuns­tan­cias en las que apa­re­ció esta docu­men­ta­ción que, apa­ren­te­men­te, por lo que se ha dicho has­ta aho­ra, no apor­ta nada sus­tan­cial. No creo que la apa­ri­ción de estos docu­men­tos mar­que que no haya habi­do volun­tad de bus­car. Por lo que me dicen, esta­ban den­tro de un baúl per­so­nal en un depó­si­to de otra cosa y jamás se había toca­do. Pero siem­pre que se pedía algo ‑por lo menos cuan­do yo esta­ba en actividad‑, se bus­ca­ba inten­sa­men­te, y muchas veces hemos apor­ta­do ‑yo, mis ante­ce­so­res y suce­so­res- todo lo que había a mano. Estas cosas, que apa­re­cen así, aden­tro de un baúl… Pue­den apa­re­cer otras, capaz, pero no es por­que no se haya bus­ca­do. Se bus­có siempre.

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