Pen­sa­mien­to crí­ti­co. ¿Se ave­ci­na una pan­de­mia bursátil?

Por Ger­mán Gorraiz López. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 8 de mayo de 2021.

El reca­len­ta­mien­to de la eco­no­mía esta­dou­ni­den­se podría ace­le­rar la subi­da de tipos del Dólar y la reti­ra­da de ayu­das de la Fed y aca­bar las­tran­do la inci­pien­te y frá­gil recu­pe­ra­ción eco­nó­mi­ca mun­dial ya que el fenó­meno de la glo­ba­li­za­ción eco­nó­mi­ca ha con­se­gui­do que todos los ele­men­tos racio­na­les de la eco­no­mía estén inter­re­la­cio­na­dos entre sí debi­do a la con­so­li­da­ción de los oli­go­po­lios, la con­ver­gen­cia tec­no­ló­gi­ca y los acuer­dos táci­tos corporativos.

La posi­bi­li­dad real de un nue­vo crash bur­sá­til esta­ría pasan­do des­aper­ci­bi­da para la mayo­ría de Agen­cias de Cali­fi­ca­ción debi­do a la des­co­ne­xión con la reali­dad que les lle­va­ría a jus­ti­fi­car la exu­be­ran­cia irra­cio­nal de los mer­ca­dos, con lo que se cum­pli­ría la famo­sa fra­se del ico­no­clas­ta John Ken­neth Gal­braiht. ”Hay dos cla­ses de eco­no­mis­tas: los que no tene­mos ni idea y los que no saben ni eso”. Así, el ” efec­to mari­po­sa del coro­na­vi­rus” tras­la­da­do a sis­te­mas com­ple­jos como la Bol­sa de Valo­res, ten­dría como efec­to cola­te­ral la impo­si­bi­li­dad de detec­tar con ante­la­ción un futu­ro media­to pues los mode­los cuán­ti­cos que uti­li­zan serían tan sólo simu­la­cio­nes basa­das en mode­los pre­ce­den­tes (Teo­ría de la Ines­ta­bi­li­dad finan­cie­ra de Minsky), con lo que la inclu­sión de tan sólo una varia­ble inco­rrec­ta o la repen­ti­na apa­ri­ción de una varia­ble impre­vis­ta (sín­dro­me coro­na­vi­rus) pro­vo­ca que el mar­gen de error de dichos mode­los se ampli­fi­que en cada uni­dad de tiem­po simu­la­da has­ta exce­der inclu­so el lími­te estra­tos­fé­ri­co del cien por cien, dan­do lugar a un nue­vo esta­lli­do o crash bursátil.

Así, debi­do a los estí­mu­los eco­nó­mi­cos para paliar los el impac­to de la pan­de­mia (esti­ma­dos en más de 3 Billo­nes de Dóla­res), los inver­so­res de EEUU esta­ban ins­ta­la­dos en la eufo­ria (reme­mo­ran­do el boom bur­sá­til de los años 20 que fue pre­lu­dio del crack bur­sá­til de 1.929), por lo que eran inca­pa­ces de per­ci­bir el vér­ti­go de la altu­ra. Sin embar­go, la pan­de­mia sani­ta­ria y sus efec­tos cola­te­ra­les en la eco­no­mía mun­dial ( reduc­ción de 1 pun­to en el PIB mun­dial) pro­vo­ca­rá que los gran­des inver­so­res sien­tan por pri­me­ra vez el mal de la altu­ra que les lle­va­rá a redu­cir su expo­si­ción al ries­go con el con­se­cuen­te efec­to bajis­ta en las coti­za­cio­nes de las accio­nes. Ade­más, la subi­da de la infla­ción en EEUU (tasa inter­anual del 2,6 % en mar­zo), ace­le­ra­rá la subi­da de tipos de inte­rés del dólar hacien­do que los inver­sio­nis­tas se dis­tan­cien de los acti­vos de ren­ta varia­ble y que los bajis­tas se alcen con el timón de la nave bur­sá­til mun­dial, deri­van­do en una psi­co­sis ven­de­do­ra que ter­mi­na­rá por des­en­ca­de­nar el esta­lli­do de la actual bur­bu­ja bursátil.

Dicho esta­lli­do ten­drá como efec­tos cola­te­ra­les la con­si­guien­te ina­ni­ción finan­cie­ra de las empre­sas, la sub­si­guien­te deva­lua­ción de las mone­das de incon­ta­bles paí­ses para incre­men­tar sus expor­ta­cio­nes y como efec­tos bené­fi­cos el obli­gar a las com­pa­ñías a rede­fi­nir estra­te­gias, ajus­tar estruc­tu­ras, res­tau­rar sus finan­zas y res­ta­ble­cer su cré­di­to ante el mer­ca­do (como ocu­rrió en la cri­sis bur­sá­til del 2000 – 2002) y como daños cola­te­ra­les la rui­na de millo­nes de peque­ños inver­so­res toda­vía des­lum­bra­dos por las luces de la estra­tos­fe­ra, la ina­ni­ción finan­cie­ra de las empre­sas y el con­se­cuen­te efec­to domi­nó en la decla­ra­ción de quie­bras, la sub­si­guien­te con­trac­ción del comer­cio mun­dial, pos­te­rior fini­qui­to a la glo­ba­li­za­ción eco­nó­mi­ca y ulte­rior regre­so a los com­par­ti­men­tos estan­cos en la eco­no­mía mundial.

Fuen­te: TeleSUR

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