Hai­tí. Las Nacio­nes Uni­das y el régi­men de terror

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 26 de mar­zo de 2021. 

El pasa­do vier­nes, 5 de mar­zo de 2021, Joseph Liss­ner Mathieu aca­ba de ser extra­di­ta­do a Esta­dos Uni­dos, dete­ni­do por agen­tes de la DEA y del FBI. El por­ta­voz de la poli­cía pre­fi­rió uti­li­zar la pala­bra «tras­la­do» como si eso supu­sie­ra una dife­ren­cia en un país don­de la ley y la jus­ti­cia ya no exis­ten. La noti­cia cau­só sen­sa­ción en los medios de comu­ni­ca­ción y en las redes socia­les de Hai­tí. Joe (para sus alle­ga­dos) es el hom­bre de con­fian­za de Jove­nel Moï­se, es Joe Liss­ner quien ges­tio­na los asun­tos del Pre­si­den­te, mien­tras éste se ocu­pa de pla­ni­fi­car la muer­te de sus con­ciu­da­da­nos para satis­fa­cer los vora­ces ape­ti­tos de los tuto­res que lo pusie­ron en el poder.

Sin embar­go, otro hecho de la actua­li­dad, mucho más impor­tan­te, no ha reci­bi­do la mis­ma aten­ción en los medios de comu­ni­ca­ción y las redes socia­les. Es que, estos dos hechos jun­tos, mira­dos públi­ca­men­te, bas­ta­rían para mos­trar el cinis­mo de la Comu­ni­dad Inter­na­cio­nal hacia Hai­tí. En efec­to, mien­tras los agen­tes del FBI y de la DEA se ocu­pa­ban de arres­tar al socio del pre­si­den­te, los diplo­má­ti­cos del CORE GROUP mul­ti­pli­ca­ban sus inter­ven­cio­nes ante la pobla­ción hai­tia­na para demos­trar que apo­yan a Jove­nel Moï­se en sus ges­tio­nes para ins­tau­rar una nue­va dic­ta­du­ra en Hai­tí, a pesar de las sos­pe­chas cri­mi­na­les que pesan sobre él.

Hai­tí se enca­mi­na hacia días de gran des­gra­cia. Los hai­tia­nos, en su mayo­ría, están cada vez más con­ven­ci­dos de que las Nacio­nes Uni­das los con­si­de­ran enemi­gos a los que hay que eli­mi­nar. Ya no esta­mos en los esce­na­rios cons­pi­ra­ti­vos en los que los hai­tia­nos eran vis­tos como obje­ti­vos prin­ci­pa­les por los resen­ti­dos líde­res occi­den­ta­les, sedien­tos de ven­gan­za por la derro­ta de 1803 de los gene­ra­les fran­ce­ses en Saint- Domin­gue. Para aque­llos lec­to­res que pien­sen que es incon­ce­bi­ble afir­mar que las Nacio­nes Uni­das pre­ten­den esta­ble­cer un régi­men de terror en Hai­tí, que reca­pa­ci­ten miran­do lo que ha ocu­rri­do o sigue ocu­rrien­do en paí­ses como la Repú­bli­ca Demo­crá­ti­ca del Con­go (RDC), Irak, Libia, Siria y, sobre todo, en Egip­to, don­de la lle­ga­da de los Her­ma­nos Musul­ma­nes al poder demo­crá­ti­ca­men­te con­du­jo a un gol­pe mili­tar y a una repre­sión muy san­grien­ta (1).

Las Nacio­nes Uni­das pre­ten­den esta­ble­cer un régi­men de terror en Hai­tí. Para demos­trar­lo, bas­ta con mos­trar que el sis­te­ma de las Nacio­nes Uni­das está manio­bran­do para sofo­car las legí­ti­mas aspi­ra­cio­nes del pue­blo hai­tiano, la demo­cra­cia, la jus­ti­cia y el bien­es­tar. En con­se­cuen­cia, la repre­sión sis­te­má­ti­ca sigue sien­do la úni­ca opción de las Nacio­nes Uni­das para hacer fren­te a una pobla­ción cada vez más cons­cien­te y deci­di­da a tomar las rien­das de su des­tino. Para ello, demos­tra­re­mos que:

El sis­te­ma de las Nacio­nes Uni­das en Hai­tí está actuan­do como auxi­liar del régi­men del PHTK (par­ti­do neo­du­va­lie­ris­ta de Michel Mar­telly y Jove­nel Moi­se). El pro­yec­to de nue­va Cons­ti­tu­ción redac­ta­da por la Emba­ja­da de Esta­dos Uni­dos, ade­más de otor­gar pode­res exor­bi­tan­tes al Pre­si­den­te de la Repú­bli­ca, le pro­te­ge de ser per­se­gui­do judi­cial­men­te. Artícu­lo 139: No se podrá inter­po­ner nin­gu­na acción con­tra el Jefe del Esta­do por actos rela­cio­na­dos con sus fun­cio­nes y rea­li­za­dos en su cali­dad de Pre­si­den­te de la Repú­bli­ca, inclu­so des­pués de la fina­li­za­ción de su mandato(2 ). Las Nacio­nes Uni­das están legis­lan­do en un país inde­pen­dien­te para garan­ti­zar la impu­ni­dad de los delin­cuen­tes, espe­cial­men­te los que dila­pi­da­ron los fon­dos de Petro Cari­be. Al con­ver­tir al pre­si­den­te de la Repú­bli­ca en un ciu­da­dano por enci­ma de la ley, la nue­va cons­ti­tu­ción refuer­za las dis­po­si­cio­nes codi­fi­ca­das en el nue­vo códi­go penal para garan­ti­zar la impu­ni­dad median­te el meca­nis­mo de las amnis­tías. El nue­vo códi­go penal esta­ble­ce: «Artícu­lo 221 – El dere­cho de amnis­tía con­ce­di­do al Jefe de Esta­do… Artícu­lo 222: … La amnis­tía pone fin a todos los pro­ce­di­mien­tos con­tra las per­so­nas impu­tadas, acu­sa­das o con­de­na­das, e inclu­so las con­de­na­das fal­sa­men­te (3). Si bien es evi­den­te que estos artícu­los han sido redac­ta­dos en bene­fi­cio de quie­nes dila­pi­da­ron los fon­dos de Petro Cari­be y de los auto­res de las masa­cres, no cabe duda de que tam­bién pre­ten­den ins­tau­rar un régi­men de impu­ni­dad, des­co­no­cien­do el dere­cho del pue­blo hai­tiano a la justicia.

El gobierno de Jove­nel Moï­se fun­cio­na por decre­to des­de enero de 2020, pero mucho antes de esa fecha, el gobierno siem­pre ha sido un gobierno que no se some­te a nin­gu­na ley, con­vir­tien­do a Hai­tí en una repú­bli­ca don­de los ciu­da­da­nos no tie­nen nin­gún dere­cho. Al igno­rar las leyes del país (refe­rén­dum ile­gal, nue­va cons­ti­tu­ción, incum­pli­mien­to de los artícu­los 134.2 y 134.3), la Comu­ni­dad Inter­na­cio­nal tam­bién par­ti­ci­pa, acti­va­men­te, en hacer de los hai­tia­nos un pue­blo cuyos dere­chos pue­den ser des­pre­cia­dos, de hecho sin valor ante los man­da­tos «sin ape­la­ción» de la Comu­ni­dad Inter­na­cio­nal. Humi­llar, domi­nar, piso­tear la dig­ni­dad de los seres huma­nos entre­ga­dos sin pro­tec­ción de la jus­ti­cia y la fuer­za públi­ca, estos son los carac­te­res de las heri­das que ali­men­tan el resen­ti­mien­to de la pobla­ción hai­tia­na hacia las ins­ti­tu­cio­nes inter­na­cio­na­les pre­sen­tes en el país; pero estos dolo­res tam­bién refuer­zan la tenaz volun­tad de cam­bio del pue­blo haitiano.

2) El Sis­te­ma de Nacio­nes Uni­das en Hai­tí par­ti­ci­pa acti­va­men­te en el esta­ble­ci­mien­to del apa­ra­to repre­si­vo diri­gi­do con­tra los ciu­da­da­nos que se atre­ven a opo­ner­se a los exce­sos del régi­men del PHTK.

Para mos­trar cómo el sis­te­ma de las Nacio­nes Uni­das par­ti­ci­pa en el esta­ble­ci­mien­to de un apa­ra­to repre­si­vo en Hai­tí, nos refe­ri­re­mos a dos (2) pun­tos del man­da­to de la BINUH (Ofi­ci­na Inte­gra­da de las Nacio­nes Uni­das en Hai­tí): Pro­fe­sio­na­li­za­ción de la poli­cía y Reduc­ción de la vio­len­cia comu­ni­ta­ria y de las bandas(4): … En cuan­to a la poli­cía, se men­cio­na «…el pleno res­pe­to de los dere­chos huma­nos y las obli­ga­cio­nes en mate­ria de igual­dad de géne­ro». En con­tra de ese man­da­to, la poli­cía se está trans­for­man­do en una fuer­za de repre­sión bru­tal, con nue­vas uni­da­des poli­cia­les, como la BOID (Bri­ga­de d’Opération et d’Intervention Depar­ta­men­tal) son cada vez más vio­len­tos, sin res­pe­to a los dere­chos huma­nos, apo­ya­dos en sus abu­sos por la cúpu­la poli­cial. Recor­da­mos las elo­gio­sas pala­bras del Direc­tor a.i. de la Poli­cía des­pués de que un carro de la BOID hirie­ra mor­tal­men­te a unos moto­ci­clis­tas que par­ti­ci­pa­ban en una mani­fes­ta­ción pací­fi­ca el 20 de noviem­bre de 2021(5). A esto hay que aña­dir los fran­co­ti­ra­do­res extran­je­ros que eje­cu­tan a los ciu­da­da­nos que se mani­fies­tan en las calles con un tiro en la cabeza.

En cuan­to a la reduc­ción de la vio­len­cia de las ban­das, fue el pro­pio Secre­ta­rio Gene­ral de la ONU quien salu­dó la crea­ción de la fede­ra­ción de ban­das cri­mi­na­les (G9) como un éxi­to de la Misión BINUH. «El refuer­zo del con­trol del G9 en cier­tas zonas de aglo­me­ra­ción metro­po­li­ta­na pare­ce haber teni­do un impac­to en las ten­den­cias gene­ra­les de la delin­cuen­cia duran­te el perio­do ana­li­za­do. Los homi­ci­dios inten­cio­na­dos denun­cia­dos a la poli­cía des­cen­die­ron un 12% entre el 1 de junio y el 31 de agos­to… «(6) Con esta sor­pren­den­te pos­tu­ra a favor de las ban­das cri­mi­na­les, el Secre­ta­rio Gene­ral reve­la las ver­da­de­ras inten­cio­nes de la Comu­ni­dad Inter­na­cio­nal para con Haití.

3) Tan­to la BINUH como el gobierno igno­ran sis­te­má­ti­ca­men­te las vio­la­cio­nes de los dere­chos huma­nos y las deman­das de jus­ti­cia de la pobla­ción haitiana.

Antes de la ola de secues­tros para pedir res­ca­te regis­tra­da en el área metro­po­li­ta­na de Puer­to Prín­ci­pe des­de 2017, el terror de las ban­das cri­mi­na­les ya se había ins­ta­la­do en los barrios popu­la­res de Puer­to Prín­ci­pe y en algu­nas loca­li­da­des del país. Pero, la BINUH que tra­ba­ja para for­ta­le­cer las ban­das cri­mi­na­les hace una lec­tu­ra, per­ni­cio­sa de la situa­ción. En efec­to, la BINUH pre­sen­ta las barri­ca­das levan­ta­das por la pobla­ción para impe­dir las infil­tra­cio­nes ase­si­nas de la ban­da G9 en el barrio de Bel-Air (Puer­to Prín­ci­pe) como un enfren­ta­mien­to entre ban­das cri­mi­na­les riva­les. Los comen­ta­rios rea­li­za­dos en la radio el 3 de sep­tiem­bre de 2020 por Jean Rebel Dor­cé­nat, jefe de la CNDDR (Comi­sión Nacio­nal para el Desar­me, Des­man­te­la­mien­to y Rein­ser­ción), ilus­tran la nega­ción de la jus­ti­cia que pre­va­le­ce en los círcu­los de poder y en el Sis­te­ma de las Nacio­nes Uni­das en Hai­tí, y esto des­de la masa­cre de La Sali­ne el 13 y 14 de noviem­bre de 2018 (7). Para jus­ti­fi­car un ata­que del G9 en el barrio de Bel-Air, el jefe de la CNDDR pre­ci­só que dicho ata­que era una repre­sa­lia con­tra un asal­to de ban­di­dos que se cobró víc­ti­mas en las filas del G9 (8). Tam­bién es habi­tual que los ciu­da­da­nos sean ase­si­na­dos regu­lar­men­te, que se que­men sus casas de vez en cuan­do, a menos de 500 metros del Pala­cio Nacio­nal ante la total indi­fe­ren­cia de la Poli­cía Nacio­nal y sin que las víc­ti­mas pue­dan recla­mar su dere­cho a la justicia.

4) El Sis­te­ma de Nacio­nes Uni­das en Hai­tí está toman­do la direc­ción opues­ta a todas las ini­cia­ti­vas demo­crá­ti­cas que ela­bo­ra la opo­si­ción plu­ral. A pesar del frau­de, Jove­nel Moï­se fue ele­gi­do con menos de qui­nien­tos mil (500.000) votos en 2016, a pesar de esta fal­ta de legi­ti­mi­dad, los fun­cio­na­rios de la ONU se iden­ti­fi­can con el poder del PHTK. Se com­por­tan como acto­res de pri­me­ra línea en la cri­sis de Hai­tí. Uti­li­zan sus posi­cio­nes pri­vi­le­gia­das para diri­gir las deci­sio­nes del Esta­do en inte­rés de los gru­pos de inte­rés nacio­na­les e inter­na­cio­na­les a los que se subordinan.

La nue­va cons­ti­tu­ción redac­ta­da según las direc­tri­ces de la Emba­ja­da esta­dou­ni­den­se es una abe­rra­ción his­tó­ri­ca y polí­ti­ca. ¿Cómo pue­den los extran­je­ros en pleno siglo XXI per­mi­tir­se el lujo de inven­tar una car­ta mag­na para un pue­blo en esta­do de insu­bor­di­na­ción y resis­ten­cia per­ma­nen­te con­tra la opre­sión? ¿Hemos vuel­to a 1685, cuan­do Col­bert podía defi­nir lo que era bueno para los escla­vos? ¿Esta­mos en 1918, cuan­do Fran­klin Delano Roo­se­velt (Pre­si­den­te de los Esta­dos Uni­dos) se jac­ta­ba de haber redac­ta­do una cons­ti­tu­ción para un país extranjero?

No, esta­mos en 2021, y los fun­cio­na­rios de la ONU pue­den per­mi­tir­se el lujo de igno­rar con mor­bo y des­dén las rei­vin­di­ca­cio­nes de un pue­blo en lucha que recla­ma cam­bios pro­fun­dos en su sis­te­ma polí­ti­co, en la orga­ni­za­ción de la eco­no­mía nacio­nal y en las rela­cio­nes socia­les. A pesar de la opo­si­ción de la mayo­ría de la pobla­ción, los ánge­les del Apo­ca­lip­sis hai­tiano pro­po­nen vali­dar su cons­ti­tu­ción en un refe­rén­dum en el que se igno­ra­rá el núme­ro de votan­tes (9).

Ante esta dene­ga­ción de jus­ti­cia, ante la impo­ten­cia de exi­gir el res­pe­to de las leyes del país por par­te del sis­te­ma de Nacio­nes Uni­das, ante la amar­gu­ra de la depen­den­cia y la inde­fen­sión, por muy débi­les que sean sus orga­ni­za­cio­nes, el Pue­blo Hai­tiano lucha por tomar su des­tino en sus manos pre­fi­gu­ran­do ya for­mas de ins­ti­tu­cio­nes que pue­dan res­pon­der a sus nece­si­da­des de demo­cra­cia, de jus­ti­cia y de bien­es­tar. En lugar de acom­pa­ñar al pue­blo hai­tiano en su bús­que­da, el sis­te­ma de las Nacio­nes Uni­das está hacien­do todo lo posi­ble para cor­to­cir­cui­tar la volun­tad del Pue­blo de tener un por­ve­nir mejor. Peor aún, para avan­zar en sus pro­yec­tos anti­na­cio­na­les, el gobierno es acon­se­ja­do, como en otros luga­res, para hacer enfren­tar­se a sec­to­res de la pobla­ción: la diás­po­ra con­tra los Hai­tia­nos del inte­rior, las muje­res con­tra los hombres.

El sis­te­ma de las Nacio­nes Uni­das ha pre­vis­to decre­tos para cri­mi­na­li­zar las accio­nes de resis­ten­cia de la pobla­ción, y las ban­das cri­mi­na­les ya están cola­bo­ran­do con las fuer­zas poli­cia­les para con­te­ner a los habi­tan­tes de los barrios popu­la­res. Cuan­do se cono­ce la tra­di­ción de lucha y resis­ten­cia del pue­blo hai­tiano, hay que ver en estas medi­das una deter­mi­na­ción de la comu­ni­dad inter­na­cio­nal para aca­bar con cual­quier volun­tad de resis­ten­cia por par­te de los Hai­tia­nos, y aplas­tar cual­quier levan­ta­mien­to que pue­da com­pro­me­ter los maca­bros pla­nes que se cier­nen sobre el futu­ro de los hijos e hijas del país. Así pues, la úni­ca opción que le que­da al pue­blo hai­tiano es una lucha inter­mi­na­ble con­tra Goliat.

Pie­rre Michel Chéry

9 DE MARZO DE 2021

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