Esta­do espa­ñol. Las inma­tri­cu­la­cio­nes de la Igle­sia, un escán­da­lo de pro­por­cio­nes bíblicas

Por Pello Gue­rra. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 20 de mar­zo de 2021.

La publi­ca­ción del lis­ta­do de los miles de bie­nes que la Igle­sia inma­tri­cu­ló en el Esta­do espa­ñol entre 1998 y 2015 ha mos­tra­do la pun­ta del ice­berg de un escán­da­lo que los dife­ren­tes gobier­nos espa­ño­les han pro­pi­cia­do o esqui­va­do, bus­can­do las com­pli­ca­das y cos­to­sas recla­ma­cio­nes par­ti­cu­la­res, aun­que en su mano está repa­rar un «robo» de pro­por­cio­nes bíblicas.

El pasa­do 16 de febre­ro, el Gobierno de Pedro Sán­chez hacía públi­co el lis­ta­do de las inma­tri­cu­la­cio­nes rea­li­za­das por la Igle­sia en el Esta­do espa­ñol entre los años 1998 y 2015, y que, de acuer­do con el mis­mo, ascien­den a 34.961, aun­que los cálcu­los de los colec­ti­vos que fomen­tan la recu­pe­ra­ción de ese patri­mo­nio ele­van la cifra total has­ta las 100.000.

Ese lis­ta­do se hacía públi­co tres años des­pués de que el Cole­gio de Regis­tra­do­res lo remi­tie­ra al Eje­cu­ti­vo en cum­pli­mien­to de una pro­po­si­ción no de ley del Con­gre­so de los Dipu­tados que pre­sen­tó el PSOE en abril de 2017, estan­do en la opo­si­ción, y por la que se ins­ta­ba al Gobierno de Mariano Rajoy a pre­pa­rar esa rela­ción de bie­nes inmatriculados.

Curio­sa­men­te, una vez en su poder, el PSOE se ha resis­ti­do a hacer­lo públi­co has­ta el pun­to de que en noviem­bre de 2019, el Minis­te­rio espa­ñol de Jus­ti­cia lle­vó a los tri­bu­na­les una reso­lu­ción del Con­se­jo de Trans­pa­ren­cia que le ins­ta­ba a divul­gar esa relación.

Tres meses des­pués, final­men­te, la lis­ta de inma­tri­cu­la­cio­nes se hacía públi­ca. Era tan solo una par­te de todos los bie­nes que se ha apro­pia­do la Igle­sia, ya que reco­ge úni­ca­men­te los inma­tri­cu­la­dos des­de 1998, fecha en la que el Gobierno del PP de José María Aznar refor­mó la Ley Hipo­te­ca­ria. Un cam­bio en vir­tud del cual la Igle­sia podía ins­cri­bir los tem­plos sin nece­si­dad de demos­trar su pro­pie­dad, algo que no con­tem­pla­ba un regla­men­to fran­quis­ta de 1946, que per­mi­tía a los obis­pos ins­cri­bir en el regis­tro de la pro­pie­dad los bie­nes que qui­sie­ra úni­ca­men­te en vir­tud de su pala­bra con esa excepción.

Esa cir­cuns­tan­cia expli­ca que bue­na par­te de los bie­nes que figu­ran en la rela­ción hecha públi­ca aho­ra sean los tem­plos en su acep­ción más amplia, como cate­dra­les, basí­li­cas, igle­sias y ermi­tas. Aun­que no fal­tan otro tipo de pro­pie­da­des, como casas parro­quia­les, vivien­das, alma­ce­nes, bor­das, gara­jes, sola­res, corra­les, fin­cas de labor, terre­nos dedi­ca­dos a pas­to, pra­dos, huer­tos de rega­dío, sotos, ala­me­das, tie­rras de labor de secano, boje­da­les, viñas, oli­va­res, pina­res, hele­cha­les o cas­ta­ña­les. Inclu­so apa­re­cen tem­plos desa­cra­li­za­dos, cemen­te­rios, fron­to­nes, torres y has­ta un cubier­to para la trilladora.

En el caso con­cre­to de Hego Eus­kal Herria, el total de bie­nes inma­tri­cu­la­dos que figu­ra en el lis­ta­do ascien­de a 1.140, con Nafa­rroa lle­ván­do­se la pal­ma al con­ta­bi­li­zar la inmen­sa mayo­ría, 1.034, de los que 887 son tem­plos y depen­den­cias com­ple­men­ta­rias entre los que figu­ran luga­res de cul­to de la rele­van­cia de las cate­dra­les de Iru­ñea y Tute­ra, y las prin­ci­pa­les igle­sias de la capi­tal, inclu­yen­do la emble­má­ti­ca San Loren­zo. En la CAV, apa­re­cen 106, que corres­pon­den a 50 en Ara­ba, 15 en Gipuz­koa y 41 en Biz­kaia. En este caso, los tem­plos y depen­den­cias com­ple­men­ta­rias inma­tri­cu­la­dos son 26.

Vis­ta del San­tua­rio de Esti­ba­liz en Gas­teiz. Cré­di­to: Jaiz­ki Fon­ta­ne­da (Foku)

Sin embar­go, el total de las inma­tri­cu­la­cio­nes rea­li­za­das por la Igle­sia en sue­lo vas­co serían muchas más. Unos lis­ta­dos pre­vios ya cal­cu­la­ban que la Igle­sia se habría apro­pia­do en Hego Eus­kal Herria de 1.592 bie­nes. Tenien­do en cuen­ta que Ara­ba, Biz­kaia, Gipuz­koa y Nafa­rroa tota­li­zan 523 muni­ci­pios, la media ya era de 3,04 inma­tri­cu­la­cio­nes por localidad.

En vir­tud de esos pri­me­ros lis­ta­dos, en Nafa­rroa se habían detec­ta­do 1.087 apro­pia­cio­nes, según que­dó de mani­fies­to en 2008, cuan­do una inter­ven­ción del Par­la­men­to nava­rro con­si­guió esa infor­ma­ción soli­ci­ta­da al Gobierno de Nafa­rroa en tan solo dos meses y una sema­na. En el caso de Gipuz­koa, eran 368 apro­pia­cio­nes, segui­da de Ara­ba con 69 y de Biz­kaia con 64.

¿A qué se debe­ría esa nota­ble dife­ren­cia entre lis­ta­dos en el cómpu­to de las inma­tri­cu­la­cio­nes rea­li­za­das por la Igle­sia? La expli­ca­ción se encuen­tra en el ses­go que supo­ne rea­li­zar el cálcu­lo a par­tir de 1998, sin tener en cuen­ta las rea­li­za­das des­de los años 40, como deta­lla Jose Mari Espar­za, por­ta­voz de la Pla­ta­for­ma de Defen­sa del Patri­mo­nio Nava­rro, colec­ti­vo que lle­va 14 años denun­cian­do lo que cali­fi­ca de «escán­da­lo monumental».

Espar­za recuer­da que, en reali­dad, las inma­tri­cu­la­cio­nes se han veni­do rea­li­zan­do des­de 1946 y «muchas tie­nen doble y tri­ple inma­tri­cu­la­ción, de tal mane­ra que pue­de ser una igle­sia, con una huer­ta y un cemen­te­rio adya­cen­tes. Por eso deci­mos que los bie­nes son bas­tan­tes más». De hecho, los cálcu­los de la pla­ta­for­ma ele­van la apro­pia­ción solo en Nafa­rroa a 2.400 bienes.

Has­ta 1998, la Igle­sia ha inma­tri­cu­la­do bie­nes de todo tipo, des­ta­can­do el caso de las casas parro­quia­les. «En muchos pue­blos había casa parro­quial, como ha habi­do casa del maes­tro o del médi­co, y que ponían los ayun­ta­mien­tos. Cuan­do se iban los maes­tros, las deja­ban y, sin embar­go, los curas cogie­ron esas casas, lla­ma­das ape­zetxeas, y las inma­tri­cu­la­ron a pesar de que eran de los ayun­ta­mien­tos», recuer­da el por­ta­voz de la Pla­ta­for­ma de Defen­sa del Patri­mo­nio Navarro.

Para apro­piar­se de ellas, «se apro­ve­cha­ron de que no esta­ban inma­tri­cu­la­das, pero como tam­po­co lo están los pro­pios edi­fi­cios de los ayun­ta­mien­tos, las casas con­sis­to­ria­les; ni las escue­las, por­que todo el mun­do sabe y es obvio que son bie­nes públicos».

La «tram­pa» de Setién

Como excep­ción a esas inma­tri­cu­la­cio­nes ante­rio­res a 1998 solo que­da­ban los tem­plos, ya que era algo que espe­cí­fi­ca­men­te la Igle­sia no podía hacer. «Pero el cam­bio legal rea­li­za­do por Aznar en 1998 le per­mi­tió inma­tri­cu­lar lo que les fal­ta­ba». Sin embar­go, en algu­nos luga­res, se recu­rrió a una “tram­pa” para poder hacer­lo con ante­rio­ri­dad por la puer­ta de atrás.

En este terreno, des­ta­ca el caso de Gipuz­koa, don­de «des­de el año 1978 se rea­li­za­ron unas 500 inma­tri­cu­la­cio­nes». Espar­za recuer­da el papel desem­pe­ña­do por «el obis­po Setién. Como no podía apro­piar­se de los tem­plos en sí, lo que hizo fue inma­tri­cu­lar el terreno en el que esta­ban, como, por ejem­plo, una ermi­ta ubi­ca­da en un mon­te: el mon­te es todo comu­nal, pero se inma­tri­cu­la el espa­cio don­de está ubi­ca­da la ermi­ta. Una vez más, la Igle­sia vas­ca fue van­guar­dia en este tema», iro­ni­za y aña­de que, por ese moti­vo, «aho­ra apa­re­cen muchas menos inmatriculaciones».

Den­tro de la CAV, Gipuz­koa apa­re­ce muy dis­tan­cia­da res­pec­to a Ara­ba y Biz­kaia en el núme­ro de apro­pia­cio­nes, una des­pro­por­ción «que pone en evi­den­cia la arbi­tra­rie­dad con la que se actuó; el que más se movía era el que más arramplaba».

Ade­más era sen­ci­llo y bara­to, ya que con la pala­bra del obis­po de turno y pagan­do entre 20 y 30 euros por la inma­tri­cu­la­ción de cada pro­pie­dad, por ejem­plo, «por el pre­cio de una cam­pa­na se han que­da­do con todo el patri­mo­nio de Nava­rra», com­pa­ra con­tun­den­te el por­ta­voz de la Pla­ta­for­ma para la Defen­sa del Patri­mo­nio navarro.

Camino a la ermi­ta de Nues­tra Seño­ra de Mus­kil­da de Otsa­ga­bia. Foto­gra­fía: Getty

¿Y aho­ra qué? 

Con la publi­ca­ción del lis­ta­do de las inma­tri­cu­la­cio­nes efec­tua­das por la Igle­sia des­de 1998, se anun­ció a bom­bo y pla­ti­llo des­de el Gobierno espa­ñol que se abría la posi­bi­li­dad de recla­mar los bie­nes que figu­ra­ban en él. Sin embar­go, no resul­ta tan sen­ci­llo e inclu­so «es un absur­do», pro­cla­ma Esparza.

Buen cono­ce­dor de los pasos que se deben dar para recla­mar, recuer­da que empren­der la vía judi­cial supo­ne «apor­ta­ción de la prue­ba, asu­mir los cos­tos del pro­ce­so judi­cial, ir a pri­me­ra ins­tan­cia, a segun­da, al Supre­mo, al Cons­ti­tu­cio­nal y a Euro­pa. Es una locu­ra, aun­que en algu­nos casos se lle­gue a ganar, como en el de la ermi­ta de Mus­kil­da de Otsagabia».

El pro­ce­so es lar­go y cos­to­so, por lo que «aun­que haya quien deman­da, miles y miles de bie­nes se van a que­dar sin recla­mar, por­que son de pue­blos peque­ños. Per­fec­ta­men­te se da el caso de un pue­blo que tie­ne una joya romá­ni­ca de un valor incal­cu­la­ble, pero don­de viven cin­cuen­ta veci­nos. ¿Cómo va a reclamarla?».

Sobre la vía judi­cial, recuer­da que «ya exis­te una sen­ten­cia euro­pea al res­pec­to». Se refie­re al vara­pa­lo judi­cial que se lle­vó el Gobierno espa­ñol en 2014, cuan­do el Tri­bu­nal Euro­peo de Dere­chos Huma­nos de Estras­bur­go dio la razón a una empre­sa que tenía un con­ten­cio­so con la Igle­sia y cuya deman­da había sido recha­za­da por el Supre­mo y el Constitucional.

Esa empre­sa había com­pra­do en 1978 una fin­ca en Palen­cia en la que se encon­tra­ban encla­va­das una igle­sia y varios edi­fi­cios que habían for­ma­do par­te de un monas­te­rio, y que figu­ra­ban expre­sa­men­te en el regis­tro de la adqui­si­ción que había realizado.

A pesar de ello, en 1994, el obis­po de Palen­cia inma­tri­cu­ló esos inmue­bles aco­gién­do­se a la ley hipo­te­ca­ria de 1946, por la que la Igle­sia podía actuar como regis­tra­dor públi­co de bie­nes ecle­siás­ti­cos que no estu­vie­ran a nom­bre de nadie. Aun­que esos bie­nes sí habían sido regis­tra­dos por la empre­sa, que recu­rrió esa inma­tri­cu­la­ción, los dife­ren­tes tri­bu­na­les espa­ño­les la die­ron por buena.

El caso ter­mi­nó lle­gan­do a Estras­bur­go, don­de el cita­do tri­bu­nal euro­peo sen­ten­ció que el Esta­do espa­ñol había vio­la­do la Con­ven­ción de Dere­chos Huma­nos en rela­ción a la igual­dad de tra­to y al dere­cho a la pro­pie­dad, «y le con­de­na­ba a pagar 600.000 euros al per­ju­di­ca­do, en este caso a la empre­sa, pero la Igle­sia se que­dó con los bie­nes. Euro­pa no entró más que a eso», expli­ca Esparza.

Por lo tan­to, inclu­so ponién­do­se en el esce­na­rio de que todos los bie­nes que apa­re­cen en el lis­ta­do fue­ran recla­ma­dos en los tri­bu­na­les y todas las deman­das ter­mi­na­ran en Euro­pa, «si esta apli­ca­se su pro­pia juris­pru­den­cia, nos podría­mos encon­trar con que dije­ra que el Gobierno tie­ne que pagar a los dam­ni­fi­ca­dos, de tal mane­ra que la Igle­sia se que­da­ría con todo y ter­mi­na­ría pagan­do el Esta­do con el dine­ro de todos. Es un absurdo».

Y, sobre todo, cuan­do las enti­da­des que recla­man ese patri­mo­nio expo­lia­do por la Igle­sia recuer­dan que exis­te una solu­ción más direc­ta y mucho más efec­ti­va. En 1978 se apro­bó la Cons­ti­tu­ción, que «dice que las nor­mas ante­rio­res que con­tra­di­gan la Car­ta Mag­na que­dan dero­ga­das por lo que se deno­mi­na incons­ti­tu­cio­na­li­dad sobre­ve­ni­da», apun­ta Esparza.

Por lo tan­to, a par­tir de ese año, «no pue­de ser que los obis­pos man­ten­gan el dere­cho de hacer de feda­ta­rios públi­cos y poder inma­tri­cu­lar a su nom­bre lo que quie­ran sin apor­tar nada más que la pala­bra del obis­po, como les otor­ga­ba la ley fran­quis­ta de 1946. Eso va con­tra la ley, que indi­ca que para inma­tri­cu­lar un bien hace fal­ta pre­sen­tar docu­men­ta­ción, tes­ti­gos, dar­le publi­ci­dad y un mon­tón de requi­si­tos». Esta cir­cuns­tan­cia supo­ne que «todas las inma­tri­cu­la­cio­nes se podrían parar con la volun­tad del Gobierno de decla­rar­las nulas».

Foto­gra­fía del encuen­tro de Car­men Cal­vo con el papa Fran­cis­co. Vati­can Media

Hacer algo así «no le qui­ta nin­gún dere­cho a la Igle­sia. Lo úni­co que le dice es que tie­ne que vol­ver a pre­sen­tar la docu­men­ta­ción de lo que con­si­de­re que es suyo. Tie­ne todo el dere­cho del mun­do a recla­mar, pero en igual­dad de con­di­cio­nes que el res­to de los ciu­da­da­nos, como indi­ca la Constitución».

Tenien­do en cuen­ta estas cir­cuns­tan­cias, Espar­za con­si­de­ra que la pre­sión para solu­cio­nar la cues­tión de las inma­tri­cu­la­cio­nes está «en el Gobierno, por­que todo es un des­pro­pó­si­to y debe arre­glar­lo. El pro­pio PP ya se dio cuen­ta en su momen­to, ya que el mis­mo par­ti­do que apro­bó la modi­fi­ca­ción del 98, en 2015 la qui­tó, por­que todo el mun­do le esta­ba dicien­do que era un dis­pa­ra­te y ade­más se había pro­du­ci­do la sen­ten­cia de Europa».

Por su par­te, el PSOE, «que ha esta­do apo­yan­do a las pla­ta­for­mas rei­vin­di­ca­ti­vas, tuvo su opor­tu­ni­dad con el recur­so de incons­ti­tu­cio­na­li­dad que hubie­ra supues­to la revi­sión de todas las inma­tri­cu­la­cio­nes hechas des­de 1978. Ese era el momen­to de dar­le la vuel­ta a la situa­ción, pero no hicie­ron nada y deja­ron todo en un lim­bo legal. Dicen que ya no se pue­de inma­tri­cu­lar, ¿pero qué pasa con lo ya inma­tri­cu­la­do de for­ma ile­gal? Enton­ces, seña­lan que era legal, por­que se ate­nía a la ley vigen­te. Han publi­ca­do el lis­ta­do dicien­do que se abre el tema a recla­ma­cio­nes par­ti­cu­la­res, pero advir­tien­do de que las inma­tri­cu­la­cio­nes se hicie­ron con arre­glo a la ley».

Un modo de pro­ce­der que des­de la pla­ta­for­ma con­si­de­ran que tie­ne que ver «con los acuer­dos con el Vati­cano». A pri­me­ros de octu­bre de 2019, la vice­pre­si­den­ta del Gobierno espa­ñol, Car­men Cal­vo, man­tu­vo un encuen­tro en Roma con el papa Fran­cis­co. En esa entre­vis­ta, tra­ta­ron la cues­tión de la exhu­ma­ción de Fran­co del Valle de los Caí­dos, pero antes de la reu­nión, la pro­pia Cal­vo «dijo que no se habla­ría solo de eso, sino de otros temas, como las inma­tri­cu­la­cio­nes. Pero cuan­do regre­só de Roma, seña­ló que se había arre­gla­do lo del Valle de los Caí­dos y que el Vati­cano no iba a poner nin­gu­na obje­ción a la exhu­ma­ción de Fran­co y, sin embar­go, ya no dijo nada de las inmatriculaciones».

El fron­tón de la loca­li­dad nava­rra de Lizoain es otro de los bie­nes de los que se ha apro­pia­do la Igle­sia. Foto­gra­fía: Iñi­go Uriz (Foku)

La «rui­na» de tener dema­sia­das propiedades. 

Y mien­tras, todo ese patri­mo­nio que ha con­se­gui­do ama­sar la Igle­sia pue­de ter­mi­nar en la rui­na o ven­di­do, como ya suce­dió en su momen­to con muchas casas parro­quia­les. Un últi­mo ejem­plo sería el de una igle­sia de Sopuer­ta del siglo XVI que esta­ba en mal esta­do, que fue adqui­ri­da por un par­ti­cu­lar y que tras ser reha­bi­li­ta­da, se encuen­tra a la ven­ta por 1.600.000 euros.

El alu­vión de inma­tri­cu­la­cio­nes ha pro­vo­ca­do un pecu­liar talón de Aqui­les a la Igle­sia, que se ha apro­pia­do de tan­tos bie­nes «que no sabe qué hacer con muchos de ellos. Las casas y los huer­tos, por ejem­plo, ya los va ven­dien­do, pero ¿y los tem­plos?», se plan­tea Esparza.

Des­pués de que el Gobierno de Nafa­rroa se haya deja­do can­ti­da­des millo­na­rias en la res­tau­ra­ción de tem­plos inma­tri­cu­la­dos como la cate­dral de Iru­ñea o la igle­sia-for­ta­le­za de Uxue, el Par­la­men­to apro­bó un acuer­do para que no se con­ce­die­ran ayu­das para arre­glar las igle­sias inma­tri­cu­la­das, de tal mane­ra que «la Igle­sia no está arre­glan­do nada».

Esa situa­ción es la que pue­de hacer que, de algu­na mane­ra, ter­mi­nen rever­tien­do a los pro­pios pue­blos. Sin el debi­do man­te­ni­mien­to, los tem­plos se van dete­rio­ran­do, así que los ayun­ta­mien­tos pue­den empe­zar a pre­sen­tar los corres­pon­dien­tes expe­dien­tes de rui­na al pro­pie­ta­rio, que tie­ne la obli­ga­ción de arre­glar­los o, pasa­dos quin­ce días, afron­tar las corres­pon­dien­tes mul­tas administrativas.

Pro­tes­ta de la Pla­ta­for­ma de Defen­sa del Patri­mo­nio Nava­rro. Foto­gra­fía: Jago­ba Manterola

«Solo en la Val­dor­ba, todas las igle­sias aban­do­na­das se están cayen­do. Si los ayun­ta­mien­tos empie­zan a poner mul­tas a la Igle­sia, se pue­de ver en un serio pro­ble­ma», seña­la el repre­sen­tan­te de la Pla­ta­for­ma de Defen­sa del Patri­mo­nio Navarro.

De hecho, algu­nos de los movi­mien­tos que ha rea­li­za­do últi­ma­men­te la Igle­sia apun­tan en la direc­ción de inten­tar elu­dir­lo. Así suce­de con la ermi­ta de Nues­tra Seño­ra de los Reme­dios de la loca­li­dad nava­rra de Ses­ma, que está cerra­da des­de hace déca­das y actual­men­te se encuen­tra en esta­do de rui­na. El Arzo­bis­pa­do ya ha mos­tra­do su dis­po­si­ción a ceder­la al Con­sis­to­rio. Este podría ser el ejem­plo de la for­ma en la que los pue­blos lle­guen a recu­pe­rar ese patrimonio.

Como se pue­de com­pro­bar, la publi­ca­ción del lis­ta­do de los bie­nes inma­tri­cu­la­dos por la Igle­sia es un epi­so­dio más en una lucha que con­ti­nua­rá, ya que lo que se espe­ra des­de los colec­ti­vos en apo­yo del patri­mo­nio es «una solu­ción colec­ti­va», en lugar de los farra­go­sos y cos­to­sos plei­tos par­ti­cu­la­res. Pero al menos su publi­ca­ción ha ser­vi­do para mos­trar, aun­que sea en par­te, las dimen­sio­nes de lo hecho por la Igle­sia y que la denun­cia públi­ca que arran­có en Nafa­rroa hace más de una déca­da «se ha exten­di­do a todo el Esta­do», ya que se tra­ta de «un robo de una mag­ni­tud colosal».

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