Boli­via. Dic­ta­ron cua­tro meses de pri­sión pre­ven­ti­va con­tra Jea­ni­ne Áñez

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 15 de mar­zo de 2021.

La Jus­ti­cia de Boli­via dic­tó cua­tro meses de pri­sión pre­ven­ti­va para la ex pre­si­den­te de fac­to Jea­ni­ne Áñez, dete­ni­da el sába­do por la cons­pi­ra­ción que ter­mi­nó en el gope de Esta­do con­tra Evo Mora­les en 2019. Áñez escu­chó el fallo judi­cial vía tele­con­fe­ren­cia des­de una depe­den­cia poli­cial y escri­bió por Twit­ter: «Me envían 4 meses dete­ni­da para espe­rar el jui­cio por un ‘gol­pe’ que nun­ca ocu­rrió». La Con­fe­ren­cia Epis­co­pal y la OEA, que res­pal­da­ron el gol­pe, pidie­ron la liber­tad de Áñez y res­pe­tar los están­da­res de derechos. 

Jun­to a Áñez con­ti­nua­rán en pri­sión su exmi­nis­tros de de Jus­ti­cia, Álva­ro Coím­bra, y de Ener­gía, Rodri­go Guz­mán. La Fis­ca­lía había pedi­do seis meses de deten­ción pre­ven­ti­va para los tres. «Des­de aquí lla­mo a Boli­via a tener fe y espe­ran­za. Un día, entre todos, levan­ta­re­mos una Boli­via mejor», escri­bió en sus redes la expre­si­den­ta de fac­to, que obtu­vo menos de un 15 por cien­to de los votos en las recien­tes elec­cio­nes regio­na­les, para las que se pre­sen­tó en el depar­ta­men­teo ama­zó­ni­co de Beni. 

Áñez pide un jui­cio de privilegio 

La deci­sión de la jue­za Regi­na San­ta Cruz con­tra Áñez lle­ga solo dos días des­pués de que fue­ra dete­ni­da en la ciu­dad de Tri­ni­dad, en Beni, por la Poli­cía de Boli­via, que la encon­tró escon­di­da en un baúl de su casa fami­liar. Las acu­sa­cio­nes de sedi­ción, terro­ris­mo y cons­pi­ra­ción con­tra la abo­ga­da de 53 años y sus ex minis­tros fue hecha por la exdipu­tada del gober­nan­te Movi­mien­to Al Socia­lis­mo (MAS) Lidia Patty, según infor­mó AFP. 

Patty tam­bién denun­ció al líder cívi­co de la rica región de San­ta Cruz, el dere­chis­ta Luis Fer­nan­do Cama­cho, que fue el pro­ta­go­nis­ta del gol­pe, cuan­do ingre­só al Pala­cio del Que­ma­do con una biblia en noviem­bre de 2019. Sin embar­go, Cama­cho sí salió triun­fan­te en las recien­tes elec­cio­nes regio­na­les y se coro­nó gober­na­dor de San­ta Cruz con el 55 por cien­to de los votos. El raid de deten­ción no lo alcanzó. 

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Des­de la cár­cel, la expre­si­den­ta de fac­to soli­ci­tó que su cau­sa sea desa­rro­lla­da ante un jui­cio de res­pon­sa­bi­li­da­des o de pri­vi­le­gio, que se rea­li­za en el Tri­bu­nal Supre­mo de Jus­ti­cia, pre­via auto­ri­za­ción del Con­gre­so. Sin embar­go, el minis­tro Jus­ti­cia, Iván Lima, ase­gu­ró que a la abo­ga­da y expre­sen­ta­do­ra tele­vi­si­va le corres­pon­de un pro­ce­so ordi­na­rio por sus actua­cio­nes como sena­do­ra, antes de asu­mir a tra­vés del gol­pe de Estado.

El expre­si­den­te Evo Mora­les res­pon­dió des­de Twit­ter: «No se pue­de hablar de suce­sión cons­ti­tu­cio­nal cuan­do se ha vio­la­do la Cons­ti­tu­ción». Y recor­dó que Áñez «se auto­de­sig­nó presidenta».

Áñez man­tie­ne el res­pal­do de la OEA y la Con­fe­ren­cia Episcopal

El argu­men­to de los opo­si­to­res de dere­cha y cen­tro para impul­sar el gol­pe de Esta­do de 2019 fue que Mora­les, en el poder des­de 2006, come­tió frau­de en las elec­cio­nes pre­si­den­cia­les para gober­nar de mane­ra inin­te­rrum­pi­da has­ta 2025. La OEA, al man­do de Luis Ala­ma­gro, fue el actor cen­tral para des­le­gi­ti­mar la elec­ción con un infor­me pre­li­mi­nar, que meses des­pués se demos­tró que era inconsistente. 

Tras la deten­ción de Áñez, la Comi­sión Inter­ame­ri­ca­na de Dere­chos Huma­nos (CIDH) de la OEA urgió en Twit­ter «al Esta­do de Boli­via res­pe­tar los están­da­res inter­ame­ri­ca­nos sobre garan­tías judi­cia­les, inde­pen­den­cia y pro­tec­ción judi­cial». Antes de la CIDH, el secre­ta­rio gene­ral de la ONU, Anto­nio Gute­rres, pidió que se res­pe­ten «las garan­tías al debi­do pro­ce­so y haya una trans­pa­ren­cia total en todos los pro­ce­di­mien­tos», según un comu­ni­ca­do de su portavoz.

Por su par­te, la Unión Euro­pea cali­fi­có de «preo­cu­pan­tes» los acon­te­ci­mien­tos en Boli­via y dijo que los sigue de cer­ca. En una nota, la ofi­ci­na del jefe de la diplo­ma­cia de la UE, Josep Borrell, sos­tu­vo que «las denun­cias vin­cu­la­das a los hechos de 2019 deben ser aten­di­das en el mar­co de un pro­ce­so judi­cial trans­pa­ren­te y sin pre­sio­nes polí­ti­cas, con pleno res­pe­to a la inde­pen­den­cia de los poderes».

Por su par­te, la influ­yen­te Con­fe­ren­cia Epis­co­pal de Boli­via, que res­pal­dó al gobierno de fac­to de Áñez, exi­gió en tan­to en un comu­ni­ca­do «la inme­dia­ta pues­ta en liber­tad de los dete­ni­dos». Los obis­pos dije­ron que no pue­den «per­ma­ne­cer pasi­vos, mien­tras se per­si­gue a ciu­da­da­nos que han ser­vi­do a Bolivia».

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