Argen­ti­na. Muchos polí­ti­cos están entu­sias­ma­dos pero no entusiasman

Por Juan Guahán, Resu­men lati­no­ame­ri­cano, 27 de mar­zo de 2021.

Con una reali­dad pla­ga­da de pade­ci­mien­tos, las elec­cio­nes abren la puer­ta para que los polí­ti­cos des­pun­ten el vicio. En las acti­vi­da­des para recor­dar el 24 de mar­zo: Cris­ti­na dio ini­cio a la cam­pa­ña elec­to­ral en medio de un ajus­te orde­na­do por el FMI.

Esta­mos cerran­do mar­zo y ya se fue el verano. Se vie­ne el oto­ño, con sus fríos y los encie­rros tan temi­dos, pero tam­bién se acer­can los “tiem­pos polí­ti­cos”, aun­que sería mejor lla­mar­los: elec­to­ra­les. No son los mejo­res tiem­pos para la polí­ti­ca, para la polí­ti­ca en serio, para ésa que se para fren­te a los pro­ble­mas de las mayo­rías y bus­ca resol­ver­los, pen­san­do en el futuro.

Prác­ti­ca­men­te todos los días la pren­sa del sis­te­ma se rego­dea con las maca­nas que se man­dan un buen por­cen­ta­je de polí­ti­cos abu­san­do de sus pri­vi­le­gios o colo­can­do por delan­te de las nece­si­da­des colec­ti­vas sus inter­nas o intere­ses per­so­na­les. Con esas acti­tu­des les dan de comer a esos bui­tres. Eso bene­fi­cia al gran poder eco­nó­mi­co, que así pue­de engor­dar a sus anchas. No pode­mos negar que, en más de una opor­tu­ni­dad, nos da ver­güen­za aje­na el abis­mo –la grie­ta real- que sepa­ra a esa for­ma de hacer polí­ti­ca y sus pro­ta­go­nis­tas de la dolo­ro­sa reali­dad que vive gran par­te de nues­tro pueblo.

Eso vie­ne pasan­do y cada vez que se apro­xi­ma algún pro­ce­so elec­to­ral ese fenó­meno se pro­fun­di­za. En esos momen­tos los par­ti­dos revi­ven, se des­pier­tan y pare­ce que entran en ebu­lli­ción. Esta­mos pene­tran­do en una de esas situaciones.

Las fuer­zas par­ti­da­rias tejen y des­te­jen acuer­dos, votan a sus auto­ri­da­des par­ti­da­rias y se pre­pa­ran para las PASO de agos­to (si se dan) y las elec­cio­nes de octubre.

La reali­dad de la inmen­sa mayo­ría de los argen­ti­nos va por otros carri­les. En algu­nos casos la preo­cu­pa­ción mayor pasa por la pan­de­mia y los ries­gos de una nue­va olea­da, en medio de una esca­sez de vacu­na, la len­ti­tud en su sumi­nis­tro a la pobla­ción y el temor a que la eco­no­mía vuel­va a parar. Para otros, los millo­nes, se tra­ta de la difi­cul­tad para ase­gu­rar­se la sub­sis­ten­cia dia­ria. Prác­ti­ca­men­te en todos los casos es la incer­ti­dum­bre sobre el futu­ro. Tam­bién está el espan­to que sen­ti­mos ¿por­qué no? ante el horror natu­ra­li­za­do por la vida coti­dia­na, de una mul­ti­tud que está entre noso­tros sin que la vea­mos, vivien­do –si a eso le pode­mos lla­mar vida‑, en las peri­fe­rias de lo humano. Tal como lo des­cri­ben los tras­cen­di­dos sobre la niña des­apa­re­ci­da y encon­tra­da días atrás en las cer­ca­nías de Luján.

En ese mar­co se dan estos movi­mien­tos pre­vios al pro­ce­so elec­to­ral. Sobre ellos cues­ta escri­bir por­que hay un nudo en el alma que oscu­re­ce la razón y pare­ce atar nues­tros dedos.

Para el ofi­cia­lis­mo y la opo­si­ción, estas elec­cio­nes legis­la­ti­vas de medio tér­mino, adquie­ren una impor­tan­cia vital con vis­tas a sus res­pec­ti­vos posi­cio­na­mien­tos para el 2023.

El ofi­cia­lis­mo tie­ne un obje­ti­vo prio­ri­ta­rio y está ade­cuan­do los medios para alcan­zar­lo, en ese camino ya ha pro­du­ci­do un reaco­mo­da­mien­to de las fuer­zas inter­nas del par­ti­do y del gobierno.

Su nece­si­dad va enca­mi­na­da hacia el obje­ti­vo de ganar las elec­cio­nes, man­te­nien­do el con­trol del Sena­do y ase­gu­rán­do­se un quó­rum pro­pio en Dipu­tados. De ese modo podría acer­car­se a sus obje­ti­vos de máxi­ma: Con­tro­lar la Jus­ti­cia pro­du­cien­do cam­bios en la cús­pi­de del sis­te­ma. Ello le per­mi­ti­ría resol­ver los temas pena­les de la ex Pre­si­den­ta jun­to a otros ex fun­cio­na­rios y con­vo­car a una Refor­ma Cons­ti­tu­cio­nal, cuyos bos­que­jos está hacien­do Eduar­do Bar­ce­sat según las orien­ta­cio­nes que vie­nen del Ins­ti­tu­to Patria.

Para esos fines, en estos días, el cris­ti­nis­mo con­so­li­dó su peso polí­ti­co median­te dos manio­bras com­ple­men­ta­rias. Por una par­te puso en la jefa­tu­ra nacio­nal del Par­ti­do Jus­ti­cia­lis­ta (PJ) a la ende­ble figu­ra del Pre­si­den­te Alber­to Fer­nán­dez. Allí, en su Con­se­jo Supe­rior, logró hacer con­ver­ger a gran par­te del pero­nis­mo, jun­to a una impor­tan­te pre­sen­cia de la estruc­tu­ra orga­ni­za­ti­va más exten­di­da que tie­ne el pero­nis­mo actual: La Cám­po­ra. Por otro lado colo­có al fren­te del pode­ro­so PJ bonae­ren­se, don­de se cue­cen los núme­ros para el triun­fo elec­to­ral, a Máxi­mo Kirch­ner. Los páli­dos recla­mos de algu­nas auto­ri­da­des des­pla­za­das no les hacen cos­qui­llas a los estra­te­gas de estas opcio­nes. Ya cuen­tan con los sufi­cien­tes ins­tru­men­tos para blo­quear toda manio­bra que pre­ten­da inter­po­ner­se en su camino.

Cla­ro está, que todo esto tie­ne los lími­tes de la frá­gil situa­ción sani­ta­ria, la deli­ca­da reali­dad eco­nó­mi­ca y los posi­bles efec­tos de las mis­mas sobre los resul­ta­dos electorales.

Es por eso que el gobierno tra­ta­rá de man­te­ner en caja los núme­ros de la reali­dad para que ellos no ter­mi­nen arrui­nan­do sus pla­nes. En el mis­mo sen­ti­do es muy difí­cil que haya –públi­ca­men­te- un acuer­do inme­dia­to con el FMI. Es sabi­do de qué modo resue­na en la con­cien­cia de los sec­to­res popu­la­res lo que pasa con esa enti­dad a la que iden­ti­fi­can como la ima­gen de los males que nos aquejan.

Según las encues­tas, el ofi­cia­lis­mo tie­ne más de la mitad de elec­to­res que no están dis­pues­tos votar por sus can­di­da­tos pero, si man­tie­ne la uni­dad, entre un 35 al 40% de votos le augu­ran una bue­na elec­ción parlamentaria.

Por el lado de la opo­si­ción. Esa mayo­ría que no vota­ría al ofi­cia­lis­mo no quie­re decir que lo hará por la actual opo­si­ción de CAMBIEMOS (el PRO y sus alia­dos). Es pro­ba­ble que allí la dis­per­sión sea supe­rior a la que ten­drá el ofi­cia­lis­mo. Ella pue­de tener como des­tino a otras fuer­zas libe­ra­les (Esper, Milei); a sec­to­res que bus­ca­rán un ter­cer espa­cio, apos­tan­do a salir­se de la actual “grie­ta” (Mon­zó, Ran­daz­zo); a los votan­tes de izquier­da y a varia­das fuer­zas pro­vin­cia­les, que nego­cia­rán sus acuer­dos con uno u otro lado de dicha “grie­ta”.

Eso hace pen­sar que es fac­ti­ble que el ofi­cia­lis­mo, per­dien­do votos –res­pec­to a la últi­ma vota­ción presidencial‑, gane estas elecciones.

Todo lo dicho está mira­do con los ojos de hoy trans­por­ta­dos al mes de octu­bre, pero cla­ro… ¡nun­ca se sabe!

RECORDANDO 24 DE MARZO, CRISTINA EMPIEZA LA CAMPAÑA EN MEDIO DE UN AJUSTE EN MARCHA

Cuan­do, den­tro de algu­nos años, se defi­na el momen­to en que el gobierno de Alber­to Fer­nán­dez ter­mi­nó de des­di­bu­jar­se no que­da­rán dudas que el 24 de mar­zo de este 2021 será una fecha cla­ve. Lo fue des­de las for­mas y mucho más por el contenido.

El gobierno (Alber­to Fer­nán­dez) y sus acó­li­tos pagan el cos­to de no movi­li­zar, ampa­ra­dos en el pro­ble­ma sani­ta­rio. Pero un par de cen­te­na­res de miles de mani­fes­tan­tes igual salie­ron a las calles, adue­ñán­do­se de esa recor­da­ción. La mayor par­te de esos sec­to­res abre­van en las par­la­men­ta­ris­tas fuer­zas de izquier­da, que colo­ca­rán su voto por el FIT pro­cu­ran­do sumar algún legis­la­dor a sus redu­ci­das hues­tes. Des­de el gobierno pen­sa­ron que –de ese modo- esa recor­da­ción no les trae­ría mayo­res cos­tos, para sus pla­nes elec­to­ra­les. Cla­ro está que ella pue­de afec­tar con­cien­cia, orga­ni­za­ción y futu­ro de sec­to­res ofi­cia­lis­tas, medio har­tos de per­ma­ne­cer en silencio.

Lo que Alber­to y su entorno no ima­gi­na­ban es que ese día Cris­ti­na se ins­ta­la­ría en el cen­tro de un esce­na­rio con­me­mo­ra­ti­vo rodea­da de sus prin­ci­pa­les espa­das para hacer algu­nas rui­do­sas for­mu­la­cio­nes. A ello se le agre­gó el “error” de una locu­to­ra y de Axel Xici­lloff que la deno­mi­na­ron “Pre­si­den­ta”, el gober­na­dor bonae­ren­se se corri­gió, la locu­to­ra no. Es difí­cil saber si habla­ba del pasa­do o era una pri­mi­cia sobre el futuro.

Allí, en los 30 minu­tos que duró el dis­cur­so, Cris­ti­na rati­fi­có que sigue sien­do la que es, des­de el comien­zo al fin. Con des­en­fa­do habló del hoy y avi­só por don­de espe­ra que cami­ne lo que viene.

Ade­más de pegar­le al macris­mo y los EEUU, país que cali­fi­có como “trai­do­res cóm­pli­ces de la dic­ta­du­ra, en la gue­rra de Mal­vi­nas y en la deu­da toma­da con el FMI”.

Cris­ti­na puso el eje sobre dos temas can­den­tes: Vacu­nas y economía.

Con su carac­te­rís­ti­ca ver­sa­ti­li­dad uti­li­zó el tema de pan­de­mia y vacu­nas para jus­ti­fi­car pro­ble­mas de ges­tión y sen­tar el eje que ima­gi­na para su polí­ti­ca inter­na­cio­nal. “¿Quién diría que las úni­cas vacu­nas con las que con­ta­mos hoy son rusas y chi­nas? Y atri­bu­yó esa posi­bi­li­dad a la visión mul­ti­la­te­ra­lis­ta de su polí­ti­ca. No hubo men­ción al cre­cien­te escán­da­lo con la bri­tá­ni­ca Oxford-Astra-Zéne­ca que ges­tio­na su ami­go Hugo Sig­man. Para equi­li­brar los efec­tos de esa expli­ci­ta­ción de su visón estra­té­gi­ca hizo un gui­ño car­ga­do cho­lu­lis­mo dicien­do: “Nés­tor y yo de vaca­cio­nes a Mos­cú y a Bei­jing no nos fui­mos nun­ca. Noso­tros nos íba­mos a Nue­va York y a Orlan­do (sede de Dis­ney­lan­dia). A Nés­tor le encan­ta­ba, como un niño”. Esas defi­ni­cio­nes fue­ron corro­bo­ra­das con una decla­ra­ción pro­du­ci­da casi simul­tá­nea­men­te por la Can­ci­lle­ría (una “casua­li­dad” según Feli­pe Solá) anun­cian­do que Argen­ti­na aban­do­na el Gru­po Lima, una de las patas diplo­má­ti­cas de la polí­ti­ca esta­dou­ni­den­se res­pec­to de Vene­zue­la. Des­de EEUU pre­gun­ta­ron por los cam­bios que eso sig­ni­fi­ca­ba y en Vene­zue­la el ofi­cia­lis­mo lo festejó. 

Res­pec­to a la eco­no­mía, Cris­ti­na no se refi­rió a los pro­ble­ma coti­dia­nos aun­que si abor­dó el tema de la deu­da y el FMI. Sobre la deu­da rati­fi­có que la Argen­ti­na paga­rá y lo ava­ló en lo que hizo sien­do Pre­si­den­ta. Pero acla­ró: «Todos sabe­mos que, en los pla­zos y tasas que se pre­ten­den, no sola­men­te es inacep­ta­ble, sino que no pode­mos pagar por­que no tene­mos la pla­ta para pagarlo»

Pocas horas des­pués Gerry Rice, voce­ro del FMI dijo: “No se pue­den redu­cir los cos­tos ni ampliar el pla­zo de 10 años para repa­gar la deu­da argen­ti­na, como pre­ten­de el Gobierno… ¡las reglas son las reglas!”. No obs­tan­te esas decla­ra­cio­nes, el Minis­tro de Eco­no­mía ‑Mar­tín Guz­mán- y ‑Kris­ta­li­na Geor­gie­va- la Pre­si­den­ta esa mis­ma enti­dad seguían hablan­do de avan­ces en las negociaciones.

Es casi segu­ro que habla­ron del ajus­te que ya se está pro­du­cien­do. En los sala­rios públi­cos (-13%), jubi­la­cio­nes (-11%) y uni­ver­si­da­des (-8%) ya se está veri­fi­can­do, con las pér­di­das seña­la­das en tér­mi­nos reales. Tam­bién se aso­man a la “gua­da­ña de los recor­tes” los incre­men­tos a las lla­ma­das “polí­ti­cas socia­les” que se iban a pro­du­cir. ¡Cui­da­do! En ese bar­qui­na­zo se pue­den rom­per algu­nos “amor­ti­gua­do­res”.

Para no pagar los cos­tos polí­ti­cos cada día pare­ce estar más lejos la posi­bi­li­dad de un acuer­do públi­co con el FMI, antes de las elec­cio­nes de octu­bre. Eso per­mi­ti­ría que el dis­cur­so de Cris­ti­na sea la orien­ta­ción para la cam­pa­ña elec­to­ral, des­pués de las elec­cio­nes se verá…

Mien­tras tan­to el gobierno inten­ta­rá disi­mu­lar, entre las denun­cias por “per­se­cu­ción judi­cial” y varia­das pro­me­sas y anun­cios, la ver­dad del ajus­te en mar­cha, el mis­mo se cons­ti­tu­ye en nues­tra mues­tra de “bue­na volun­tad” fren­te a ese organismo.

Con estos ante­ce­den­tes, es pro­ba­ble que la cam­pa­ña elec­to­ral cami­ne por un lado y la reali­dad por otro. Para no per­der­nos en esos com­pli­ca­dos sen­de­ros es bueno recor­dar lo que solía decir Nés­tor Kirch­ner: ¡Miren lo que hago, no lo que digo!

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