Argen­ti­na: Incen­dios en Chu­but: cau­sas, res­pon­sa­bles y resistencias

Por Mar­tín Valle­jos* /​Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 14 de mar­zo de 2021

Cró­ni­ca des­de los terri­to­rios arra­sa­dos por el fue­go en la Pata­go­nia. Las voces de los afec­ta­dos, la desidia guber­na­men­tal y el día des­pués. La visi­ta del Pre­si­den­te y las crí­ti­cas de los veci­nos por su fomen­to al extrac­ti­vis­mo. La “vio­len­cia”, los infil­tra­dos y la pato­ta de la Uocra. El Pue­blo Mapu­che, la orga­ni­za­ción veci­nal y los mode­los en dispu­ta.

Casi un mes y medio pasó des­de el comien­zo del incen­dio en la zona de la Cues­ta del Ter­ne­ro (Río Negro), que ya que­mó más de 10.000 hec­tá­reas al nor­te y al este del cerro Pil­tri­qui­trón, en el cora­zón de la Comar­ca Andi­na del Para­le­lo 42º, terri­to­rio que mara­vi­lla turis­tas de todo el mun­do cada año. Es un día de calor y vien­to, y des­de el fla­man­te acce­so asfal­ta­do al cen­tro de esquí del Cerro Peri­to Moreno, en Mallín Aho­ga­do, se pue­de ver detrás del “Pil­tri” el den­so humo del incen­dio que nun­ca dejó de arder y que hoy con­su­mi­rá 1500 hec­tá­reas de cam­po en un solo día, sumien­do al peque­ño pue­blo de El Mai­tén en una nube de humo irres­pi­ra­ble. Pero a medi­da que se avan­za en la cin­ta asfál­ti­ca que conec­ta con la ruta 40 al nor­te de la ciu­dad de El Bol­són, se logra ver una segun­da colum­na de humo, más blan­ca, más alta y, en pocas horas sabre­mos, más des­truc­ti­va que incen­dios anteriores.

El nue­vo foco de incen­dio fores­tal afec­tó a una por­ción del eji­do del muni­ci­pio de Lago Pue­lo, cono­ci­do como para­je Las Golon­dri­nas, que se extien­de sobre el fal­deo occi­den­tal del cerro Pil­tri­qui­trón, al sur del Para­le­lo 42, lími­te admi­nis­tra­ti­vo de las pro­vin­cias de Río Negro y Chubut.

Entre los malli­nes que gene­ran los des­hie­los del Pil­tri­qui­trón y la tra­za de la Ruta Nacio­nal 40, el fal­deo se esca­lo­na en un para­je semi­ru­ral que en los últi­mos tiem­pos ha ido mutan­do de la pro­duc­ción agrí­co­la a la explo­ta­ción turís­ti­ca, sem­bran­do las anti­guas cha­cras de com­ple­jos de caba­ñas, sub­di­vi­dien­do las par­ce­las de dos hec­tá­reas en con­do­mi­nios de varias fami­lias, y entre­mez­clan­do for­mas de vida diver­sas, más urba­nas o más rura­les, en un terri­to­rio frá­gil y hermoso.

El fuer­te vien­to, la fal­ta de llu­vias duran­te cer­ca de dos meses, y el incen­dio aún acti­vo del otro lado del cerro con­cen­tran­do a bue­na par­te de los recur­sos huma­nos y mate­ria­les dis­po­ni­bles para com­ba­te del fue­go en la región trans­for­man al para­je en una caja de fós­fo­ros.

Unas horas des­pués un segun­do foco comen­zó a arder al este de la ruta 40, en el para­je cono­ci­do como Cerro Radal. Los fuer­tes vien­tos del noroes­te lo lle­va­ron a avan­zar voraz­men­te sobre el terri­to­rio, devo­ran­do a su paso la pro­pia Bri­ga­da de Incen­dios Fores­ta­les y los barrios que la cir­cun­da­ban. Ambos fue­gos con­flu­ye­ron hacia el sur, en don­de comien­za el eji­do del pue­blo de El Hoyo, y en su avan­ce sobre la lade­ra sudoes­te del cerro Pil­tri­qui­trón deja­ron al des­nu­do la cata­ra­ta La Cor­ba­ta y la Lagu­na Espe­jo, espa­cios terri­to­ria­les de rele­van­cia pai­sa­jís­ti­ca y cul­tu­ral para la localidad.

Incendios en El Hoyo
Foto: Euge Neme

Habi­tar en resistencia

En el medio de esa con­fluen­cia de fue­gos arre­mo­li­na­dos por el vien­to que­dó Radio Fogón, la comu­ni­ta­ria de El Hoyo, en el 97.3 del dial y naci­da del pro­ce­so de orga­ni­za­ción pos­te­rior a los incen­dios que en 2011 arra­sa­ron con el terri­to­rio que hoy ocu­pan la radio y las casas de varies inte­gran­tes del colec­ti­vo que la sos­tie­ne y gestiona.

En una pirue­ta inex­pli­ca­ble del fue­go, la peque­ña casi­ta de barro que alo­ja a la radio se sal­vó por com­ple­to. Tres casas veci­nas, de inte­gran­tes del colec­ti­vo, sucum­bie­ron bajo las lla­mas. Pero la radio no, la radio está ahí intac­ta, espe­ran­do que vuel­va la ener­gía eléc­tri­ca para que las voces de les veci­nes vuel­van a sonar.

Myriam Guin, una de las madres de este pro­yec­to de comu­ni­ca­ción comu­ni­ta­ria y popu­lar, está con­mo­vi­da has­ta los hue­sos. “No ima­gi­né vol­ver a atra­ve­sar esta mis­ma situa­ción diez años des­pués”, dice en refe­ren­cia al incen­dio que dio ori­gen a la radio. Unos metros más allá, una com­pa­ñe­ra sepa­ra y orde­na los escom­bros de su casa. Myriam expli­ca que cada quien acti­va en lo que pue­de, en lo que el cuer­po pide y per­mi­te en este con­tex­to de dolor y perplejidad.

La veci­na que está jun­tan­do escom­bros seña­la una bol­sa negra que cuel­ga en una rama de un árbol bajo y nos invi­ta: “¿Comie­ron algo? Hay man­za­nas asa­das”. Son los fru­tos a los que el fue­go les pasó por enci­ma, “están bue­ní­si­mas”, nos dice con un dejo de picar­día. Hable­mos enton­ces de resi­lien­cia (capa­ci­dad de enfren­tar la adver­si­dad, resis­tir y rege­ne­rar la vida).

Mono­cul­ti­vo de pinos y sus impactos

Hacia el nor­te de Radio Fogón se ve la humean­te toma de El Pinar, uno de los barrios popu­la­res más gran­des de la región, con una his­to­ria lar­ga y la com­ple­ji­dad social de cual­quier barrio. El Pinar está jus­to entre la ruta 40 y el pun­to don­de se ini­ció el incen­dio. Como el nom­bre lo indi­ca, el barrio se extien­de al inte­rior de una exten­sa plan­ta­ción de pinos altí­si­mos que el fue­go ha con­su­mi­do casi por com­ple­to. Los pina­res son una cons­tan­te en la Comar­ca Andi­na des­de que los esta­dos pro­vin­cia­les gene­ra­ron la polí­ti­ca de explo­ta­ción made­re­ra que com­bi­nó des­mon­te de nati­vos e implan­ta­ción de espe­cies exó­ti­casA la pér­di­da de bio­di­ver­si­dad que impli­ca la suplan­ta­ción del bos­que nati­vo por los mono­cul­ti­vos se le suman la baja en la cali­dad del sue­lo por el alto con­su­mo de agua y la aci­di­fi­ca­ción que con­lle­va el cul­ti­vo de las espe­cies de rápi­do cre­ci­mien­to y una par­ti­cu­lar pro­pen­sión del pino a mul­ti­pli­car el fue­go: la seque­dad que gene­ran en los sue­los, la gran pro­por­ción de acei­tes en su com­po­si­ción orgá­ni­ca y el efec­to mul­ti­pli­ca­dor que tie­nen las explo­sio­nes de las piñas ‑los fru­tos de los pinos- han sido algu­nos de los fac­to­res deter­mi­nan­tes en la rapi­dez de la expan­sión de los incen­dios de este verano en la zona.

El Pinar humea pero a la vez hor­mi­guea. A pocos metros de la ruta 40, entre autos que­ma­dos, tron­cos caí­dos y pozos de ceni­za, varias cua­dri­llas de veci­nes tra­ba­jan febril­men­te en la cons­truc­ción de un refu­gio con tron­cos de pino Ore­gón que no fue­ron alcan­za­dos por el fuego.

Esta­mos en una situa­ción límite”

A cua­tro metros de altu­ra, un tipo pan­zón, tiz­na­do de pies a cabe­za, brin­da con una lata de cer­ve­za IPA antes de cla­var la cum­bre­ra. Otro, pies en tie­rra, guía a dos fotó­grafxs por lo que has­ta hace poco fue su casa. “Acá tenía­mos un bal­cón”, dice seña­lan­do los pozos don­de antes se asen­ta­ban pilo­tes de made­ra y agre­ga: “Salía­mos acá a tomar mate y mirar el cerro, a relajar”.

Un poco más allá un fla­co des­po­tri­ca con­tra lxs fun­cio­na­rixs muni­ci­pa­les. “Uno qui­zás no se fija, y es un poco difí­cil de tra­tar. Pero tam­bién hay que enten­der. Esta­mos en una situa­ción lími­te, y se están guar­dan­do los recur­sos en el pue­blo. Acá ayer vino la Secre­ta­ria de Gobierno y se eno­jó por cómo le hablé. Me dijo que tenía que enten­der que ella había dor­mi­do cin­co horas nomás. Yo no duer­mo hace tres días, y ella dur­mió, poco, pero calen­ti­ta en su cama”.

Des­pués seña­la una pla­tea de cemen­to rodea­da de tron­cos que­ma­dos y expli­ca: “Yo recién ayer pude entrar a mi casa, tuvi­mos que tirar esos dos pinos de ahí para poder entrar. Le piden a la gen­te que vaya a bus­car agua y ali­men­tos al pue­blo, y uno lo úni­co que quie­re es poder sen­tar­se un rato en su casa a mirar lo que nos pasó”.

Incendios en El Hoyo
Foto: Euge Neme

Fue­go sobre los barrios populares

Del otro lado de la ruta 40, un poco más al nor­te, hay otros dos barrios popu­la­res. Bos­ques al Sur es un barrio que había cre­ci­do con la cua­ren­te­na decre­ta­da fren­te a la pan­de­mia de Covid19. Entre per­so­nas des­ocu­pa­das, com­pa­ñerxs auto­ges­tivxs pri­vadxs de sus fuen­tes de ingre­sos y via­je­res vara­des en la comar­ca se sos­tu­vo una ocu­pa­ción terri­to­rial en pre­dios que el gobierno pro­vin­cial esta­ba tras­pa­san­do al muni­ci­pio de Lago Pue­lo para lle­var ade­lan­te el pro­yec­to de urba­ni­za­ción Radal Nor­te, que con­sis­tía en un loteo social, un área de ser­vi­cios y una fran­ja de terre­nos para nego­cios turís­ti­co-inmo­bi­lia­rios a la vera de la ruta 40, lin­dan­te con la sede de la bri­ga­da de incen­dios forestales.

Años atrás las tie­rras detrás de la bri­ga­da habían sido ocu­pa­das por un gru­po de veci­nes que habían con­for­ma­do el barrio cono­ci­do como Eco-Aldea de Radal. El segun­do foco de incen­dio fue encen­di­do del otro lado del caña­dón con el que limi­tan estos barrios hacia el oes­teen cer­ca­nías al lote 41, una zona dispu­tada por intere­ses inmo­bi­lia­rios lue­go del incen­dio de 2011.

Para les veci­nes del barrio no caben dudas de la inten­cio­na­li­dad en este incen­dio. “En un día pren­die­ron fue­go las dos tomas más impor­tan­tes de Lago Pue­lo”, afir­ma cate­gó­ri­ca­men­te un vecino.

“Sabe­mos que no nos quie­ren acá. El Muni­ci­pio nos qui­so sacar des­de el día que entra­mos. Y aho­ra van a que­rer apro­ve­char­se. Pero no nos vamos a ir”, com­par­te una veci­na del barrio. “Nos vamos a que­dar por­que sabe­mos que es la úni­ca mane­ra de cui­dar los terri­to­rios, de no entre­gár­se­los a estas lacras. Hay que estar en los terri­to­rios y estar jun­tos, fuer­tes, uni­das. Estos tipos quie­ren que nos vaya­mos para poder avan­zar con sus pro­yec­tos. Noso­tros no nos vamos a nin­gún lado, vamos a con­se­guir una car­pa y vamos a poner­nos a labu­rar para recons­truir nues­tra casa. Y todo el barrio va a hacer lo mis­mo. El mar­tes que vie­ne quie­ren tra­tar la mega­mi­ne­ría en Legis­la­tu­ra (de Chu­but); noso­tros tene­mos que estar en los terri­to­rios y demos­trar­les que no vamos a dar ni un paso atrás”, afir­ma el vecino, eno­ja­do pero tam­bién segu­ro de la lucha.

¿Quié­nes son “estos tipos”? ¿Qué tie­ne que ver el inten­to de zoni­fi­ca­ción mine­ra en Chu­but con los incen­dios fores­ta­les que en unas horas deja­ron a más de 200 fami­lias sin techo en la Comarca?

Todo incen­dio es político”

Mien­tras se redac­ta­ba esta cró­ni­ca el pre­si­den­te Alber­to Fer­nán­dez y una comi­ti­va con­for­ma­da por los minis­tros de Hábi­tat, Obras Públi­cas y Ambien­te, suma­dos a la Pri­me­ra Dama y al dipu­tado nacio­nal San­tia­go Igón, visi­ta­ron Lago Pue­lo para fir­mar acuer­dos que impli­can varios millo­nes de pesos en trans­fe­ren­cia de fon­dos nacio­na­les a la Muni­ci­pa­li­dad. Según se des­pren­de de las pala­bras del inten­den­te, Augus­to Sán­chez, se habían olvi­da­do de invi­tar al gober­na­dor de la pro­vin­cia, Mariano Arcioni.

Ni ler­do ni pere­zo­so, Arcio­ni se hizo pre­sen­te en el impro­vi­sa­do heli­puer­to con una comi­ti­va pro­pia y con un colec­ti­vo car­ga­do de mili­tan­tes de la Uocra (sin­di­ca­to de la cons­truc­ción) de otras zonas de la provincia.

Un nume­ro­so gru­po de vecinxs auto­con­vo­cadxs se apos­tó en el lugar don­de ate­rri­zó el heli­cóp­te­ro pre­si­den­cial para hacer­le saber a los gri­tos a las auto­ri­da­des que no tole­ra­rán sus pla­nes de saqueo y con­ta­mi­na­ción.

Enor­mes ban­de­ras con fra­ses como “No al saqueo mine­ro”, “todo incen­dio es polí­ti­co” y “terri­to­rios para el buen vivir” se des­ple­ga­ron en los alam­bra­dos que rodea­ban la can­cha de fút­bol don­de ate­rri­zó Fernández.

Los suce­si­vos espal­da­ra­zos del Pre­si­den­te al pro­yec­to de zoni­fi­ca­ción mine­ra de Mariano Arcio­ni y de la mul­ti­na­cio­nal Pan Ame­ri­can Sil­ver le esta­ban jugan­do una mala pasa­da en Lago Pue­lo. Pero la pato­tea­da de Arcio­ni se fue de las manos, y los mili­tan­tes de la Uocra agre­die­ron ver­bal y físi­ca­men­te a les veci­nes auto­con­vo­ca­des. Entre trom­pa­das y can­tos misó­gi­nos, inten­ta­ron disua­dir a un núme­ro cada vez más gran­de de veci­nes que can­ta­ba a viva voz que “el agua no se ven­de, se defien­de”.

Minu­tos des­pués, en la Casa de la Cul­tu­ra de Lago Pue­lo, las auto­ri­da­des reu­ni­das fue­ron nue­va­men­te inter­pe­la­das por el pue­blo. Ante el recla­mo popu­lar que afue­ra gri­ta­ba por el agua para la vida y exi­gía la renun­cia de Arcio­ni, la comi­ti­va pre­si­den­cial impro­vi­só una peque­ña con­fe­ren­cia de pren­sa de la que no fue par­te el Gobernador.

En la calle la gen­te seguía exi­gien­do la renun­cia de Arcio­ni. De pron­to voló una pie­dra y rápi­da­men­te la con­fe­ren­cia se sus­pen­dió y un cor­dón de segu­ri­dad con­du­jo a la comi­ti­va nacio­nal has­ta una camio­ne­ta que los tras­la­da­ría has­ta la veci­na loca­li­dad de El Bol­són entre gri­tos, empu­jo­nes y más pie­dra­zos, siem­pre des­de el mis­mo sec­tor de la movilización.

Más tar­de, les veci­nes denun­cia­ron públi­ca­men­te la pre­sen­cia de infil­tra­dos en la mani­fes­ta­ción. El Minis­tro de Segu­ri­dad de la pro­vin­cia, Fede­ri­co Mas­so­ni, car­gó las tin­tas sobre el Muni­ci­pio de Lago Puelo.

El pue­blo mar­chó por las calles can­tan­do con­tra los polí­ti­cos corrup­tos. Mien­tras la pato­ta de la Uocra se subió al colec­ti­vo que los devol­vió a sus luga­res de ori­gen. En decla­ra­cio­nes pos­te­rio­res, el Pre­si­den­te afir­mó que “el tema mine­ro lo tie­nen que resol­ver entre los chu­bu­ten­ses”.

Terri­to­rios para el buen vivir

En el lema que uni­fi­có el movi­mien­to de ocu­pa­cio­nes terri­to­ria­les urba­nas y semi­ur­ba­nas duran­te la pan­de­mia se pue­de encon­trar algu­nas res­pues­tas. “Tie­rra para vivir”, exi­gió Guer­ni­ca (Bue­nos Aires) y exi­gen aún hoy las fami­lias del Mira­dor del Azul en El Bol­són. La deman­da de les veci­nes de los barrios popu­la­res arra­sa­dos por el fue­go en la Comar­ca es la mis­ma: “Tie­rra para vivir”.

Las con­sig­nas fren­te a la nece­si­dad de tie­rras y vivien­da dig­na rele­ja la ten­sión entre el capi­tal y la vida. El mono­de­sa­rro­llo turís­ti­co de la comar­ca tien­de hacia un mode­lo exclu­si­vo y exclu­yen­te cuyo sím­bo­lo más fuer­te es el resis­ti­do loteo de Lade­ras, aquel inten­to de lotear la par­te baja del cerro Peri­to Moreno por par­te de la empre­sa Lade­ras, aso­cia­da al mag­na­te inglés Joe Lewis.

El com­bo de cen­tro de esquí y loteo exclu­si­vo que pre­ten­día dejar sin agua para la pro­duc­ción a todo el para­je de Mallín Aho­ga­do fue resis­ti­do por más de 10.000 per­so­nas en las calles de Bol­són en aque­lla his­tó­ri­ca mar­cha de enero de 2017. Y sin embar­go, a esa mar­cha el poder con­tes­tó con la repre­sión del 10 y 11 de enero de 2017 en Pu Lof en Resis­ten­cia Cusha­men, con la mili­ta­ri­za­ción de la Comar­ca y con la des­apa­ri­ción segui­da de muer­te de San­tia­go Mal­do­na­do y lue­go el ase­si­na­to a san­gre fría de Rafael Nahuel Iem.

Esos días cifra­ron los dos mode­los en pug­na en la Comar­ca y en todo el con­ti­nen­te: la dispu­ta por el terri­to­rio. Por un lado, el extrac­ti­vis­mo como par­te de las for­mas más evo­lu­cio­na­das del capi­ta­lis­mo trans­na­cio­nal de matriz colo­nial. El para­dig­ma de la ganan­cia con todo su anda­mia­je esta­tal, sea en su ver­sión neo­li­be­ral o con su más­ca­ra pro­gre­sis­ta. Por otro, el camino del buen vivir, de la mano de los pue­blos ori­gi­na­rios que han sido capa­ces de resis­tir la inva­sión y cami­nar en el sen­ti­do de la resi­lien­cia con las pobla­cio­nes implantadas.

Entre el extrac­ti­vis­mo inmo­bi­lia­rio, la explo­ta­ción turís­ti­ca exclu­si­va, y los intere­ses trans­na­cio­na­les en agua, ener­gías y mine­ra­les hay con­ti­nui­da­des y nego­cios en común. En la comar­ca estos víncu­los son gro­se­ros. Una de las prin­ci­pa­les hipó­te­sis sobre las cau­sas de los incen­dios pasa por la pre­ca­rie­dad de los sis­te­mas eléc­tri­cos en la zona, ges­tio­na­dos en for­ma direc­ta por la Sub­se­cre­ta­ría de Ser­vi­cios Públi­cos, vacia­da des­de la admi­nis­tra­ción pro­vin­cial de Mariano Arcio­ni en el mar­co de lo que muchos sec­to­res de la pro­vin­cia han defi­ni­do como una “cri­sis de dise­ño” –una polí­ti­ca de shock apli­ca­da con el fin de aho­gar finan­cie­ra­men­te al pue­blo de Chu­but para que ceda ante las pre­sio­nes del lobby mine­ro trans­na­cio­nal y lograr así la licen­cia social y levan­tar las prohi­bi­cio­nes vigen­tes a la acti­vi­dad megaminera.

Incendios en El Hoyo
Foto: Euge Neme

Tie­rra para quién y para qué

Tras dos visi­tas con­se­cu­ti­vas del Minis­te­rio de Ambien­te Nacio­nal, el incen­dio des­ata­do el 24 de enero sigue ardien­do. Como denun­ció la voce­ra mapu­che Mari­lin Cañio en FM Alas el pasa­do vier­nes, el Esta­do no ha movi­do un solo recur­so en terri­to­rio para asis­tir­les en la extin­ción del incen­dio que el mar­tes pasa­do devo­ró la zona de vera­na­da de la comu­ni­dad: “Del Esta­do no vino nadie, sólo de los veci­nos auto­con­vo­ca­dos de la Comar­ca que están arri­ba con mi her­mano apa­gan­do los focos”.

Su her­mano Javier fue quien encon­tró el cuer­po cal­ci­na­do del peón del cam­po lin­de­ro a la comu­ni­dad, Six­to Gar­cés Liem­pe, pri­me­ra víc­ti­ma fatal reco­no­ci­da por el Esta­do en esta catás­tro­fe. Entre el dolor y la per­ple­ji­dad, la comu­ni­dad mapu­che Lof Cañio asis­te al mon­ta­je mediá­ti­co y polí­ti­co que está inten­tan­do cul­pa­bi­li­zar al pue­blo nación mapu­che por los incen­dios. Así se va con­fi­gu­ran­do la tren­za del poder. Y se van hacien­do visi­bles las for­mas de la dispu­ta por el terri­to­rio. De un lado las com­pli­ci­da­des se entre­te­jen para des­pla­zar el foco de las pér­di­das gene­ra­das por el pri­mer incen­dio fores­tal que afec­ta tan fuer­te­men­te zonas den­sa­men­te pobla­das y la tra­ma de des­in­ver­sión esta­tal e intere­ses eco­nó­mi­cos sobre el territorio.

Del otro lado, comu­ni­da­des ori­gi­na­rias, barrios popu­la­res, asam­bleas de veci­nes auto­con­vo­ca­des y colec­ti­vas de comu­ni­ca­ción comu­ni­ta­ria mues­tran las lógi­cas del entra­ma­do en el que se sos­tie­nen diver­sas for­mas del víncu­lo entre terri­to­rio y comu­ni­da­des des­de los para­dig­mas del cui­da­do. Las últi­mas gran­des mar­chas por el agua en la Pata­go­nia tuvie­ron a miles de per­so­nas en las calles bajo con­sig­nas como «agua para los barrios, no para las mine­ras» o «agua para las huer­tas». Cul­ti­var los pro­pios ali­men­tos, desa­rro­llar auto­no­mía en equi­li­brio con el terri­to­rio o exi­gir el dere­cho a hacer­lo son hoy razo­nes de cri­mi­na­li­za­ción como lo han sido siem­pre para el Pue­blo Nación Mapu­che. Qui­zás, enton­ces, sólo haga fal­ta mirar a las tra­mas que de un lado y del otro sos­tie­nen o ava­sa­llan los terri­to­rios, para ampliar la mira­da y encon­trar orien­ta­ción en la catástrofe.

* Del colec­ti­vo FM Alas de El Bolsón

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