Chi­le. “¡¡Lo Asesinaron!!”

Por Cris­tián Mar­tí­nez Arria­ga­da, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 7 de febre­ro de 2021.

La terri­ble y maca­bra ima­gen que muchos chi­le­nos vimos en vivo por TV el día vier­nes en la tar­de des­de Pan­gui­pu­lli, me recor­dó en muchas for­mas a los crí­me­nes impu­nes que efec­túa la polí­cía nor­te­ame­ria­ca­na en con­tra de los afro­ame­ri­ca­nos. Recor­dé a Geor­ge Floyd ((2019), Rod­ney King (1991), y tan­tos otros. Acá tam­bién tene­mos casos impu­nes de comu­ne­ros muer­tos duran­te las admi­nis­tra­cio­nes de la Con­cer­ta­ción: Alex Lemún (2002), Edmun­do Lemu­nao (2002), Matías Catri­leo (2008), Jai­me Men­do­za Collío (2009), Víc­tor Men­do­za Collío (2014), etc. Aho­ra, a esa lis­ta de falle­ci­dos por manos de agen­tes del Esta­do se suma Fran­cis­co Mar­tí­nez Rome­ro, joven mala­ba­ris­ta y artis­ta callejero.

El moti­vo de su muer­te (de su cri­men), es que habría blan­di­do “peli­gro­sas armas cor­to­pun­zan­tes” en con­tra de un obe­so ofi­cial de poli­cía, que tuvo su minu­to de fama para actuar como el She­riff del pue­blo. Afor­tu­na­da­men­te, el ofi­cial en cues­tión no está solo, y ya han sali­do a apo­yar­lo varios diri­gen­tes, entre ellos el “can­di­da­to pre­si­den­cial de la Cen­tro­de­re­cha mode­ra­da”, Mario Des­bor­des, quien com­pren­de la com­ple­ja situa­ción del fun­cio­na­rio, pues él mis­mo fue PACO duran­te varios años: “La per­so­na se negó al con­trol poli­cial, no obe­de­ce a la peti­ción de dejar los “mache­tes”, no obe­de­ce al dis­pa­ro de adver­ten­cia, se aba­lan­za sobre la poli­cía con “ele­men­tos capa­ces de matar”…En Ale­ma­nia o en Chi­le, la poli­cía haría uso de su arma” con­clu­yó el ex PACO…Quizás Mario esta­ba rela­tan­do algu­na serie poli­cial de Net­flix, por­que todos sabe­mos que Fran­cis­co no tenía en su poder “armas capa­ces de matar”. Esta infa­me decla­ra­ción del PACO Des­bor­des, me recuer­da mucho la del sena­dor Feli­pe Kast, quien hace unos años decla­ró y juró por sus San­ta madre, haber vis­to cómo Catri­llan­ca dis­pa­ra­ba vio­len­ta­men­te en con­tra de las fuer­zas poli­cia­les antes de ser asesinado.

Tal como ha ocu­rri­do con las terri­bles matan­zas per­pe­tra­das con­tra afro­ame­ri­ca­nos, la gen­te tie­ne un lími­te de pacien­cia y al final la rabia social esta­lla en for­ma des­con­tro­la­da. Así ha suce­di­do muchas veces con Los Ánge­les, Cali­for­nia, y así ocu­rrió ano­che en Pan­gui­pu­lli. Más enci­ma, la auto­ri­dad edi­li­cia no hizo sino agre­gar­le más ben­ci­na al fue­go. Pri­me­ro exi­gió “mano dura”, lue­go dijo que cono­cía bien a Rodri­go, que todos en el pue­blo lo cono­cían, y final­men­te cul­pó de todo a cara­bi­ne­ros. No me extra­ñan todas las vol­te­re­tas que se dio ese suje­to en un par de horas, des­pués de todo es un “socia­lis­ta”.

Toda esta lamen­ta­ble tra­ge­dia, ade­más del des­cri­te­rio y la vio­len­cia pro­pia de los pacos, se lo debe­mos a nues­tros sabios legis­la­do­res (Feli­pe Har­boe entre ellos), quie­nes por que­rer ins­tau­rar una socie­dad dis­tó­pi­ca libre de delin­cuen­cia, pro­pu­sie­ron que la ciu­da­da­nía se pusie­ra a dis­po­si­ción de la auto­ri­dad res­pec­ti­va (lea­se, los pacos anal­fa­be­tos) para que en cual­quier momen­to, ellos pudie­ran hacer­les con­trol de iden­ti­dad pre­ven­ti­vo. Era cla­ro que esta ley tenía un ses­go de cla­se y que se pres­ta­ría para el abu­so, tal como ocu­rrió en Pan­gui­pu­lli. Solo espe­ro que un día algún hiji­to de Har­boe o de los otros hono­ra­bles sea dete­ni­do (aun­que lo dudo, pues muchos son rubie­ci­tos y no cal­zan con el feno­ti­po del delin­cuen­te clásico)

Pero hay un dato más gra­ve aún, y es que según decla­ra­cio­nes de los fami­lia­res de Fran­cis­co, éste habría teni­do pro­ble­mas sico­ló­gi­cos. O sea, el accio­nar de los pacos se ase­me­ja mucho a una suer­te de “polí­ti­ca de euge­ne­sia”, de des­ha­cer­se de los inde­se­sa­bles, de los calle­je­ros, los inú­ti­les de la socie­dad. Exter­mi­nar a esos “locos”, que no pro­du­cen, que no son entes pro­duc­ti­vos y res­pon­sa­bles. Fran­cis­co era un “artis­ta loco”, un alma libre, sen­si­ble, que inco­mo­da­ba, y tal vez por eso su vida fue cer­ce­na­da por cin­co bla­zos de un cri­mi­nal de uni­for­me, apo­ya­do incon­di­cio­nal­men­te por Galli, Del­ga­do, y Desbordes.

Por ulti­mo, tener mucho cui­da­do con los medios de comu­ni­ca­ción a tra­vés de los que uno se infor­ma. Ayer, en la tele­vi­sión, todos los perio­dis­tas habla­ban de un “con­fu­so inci­den­te”, cuan­do las imá­ge­nes del joven ago­ni­zan­do en la calle habla­ban por sí solas. Mien­tras los edi­to­res tra­ta­ban de con­fun­dir­nos con los clá­si­cos eufe­mis­mos, todos nos per­ca­ta­mos que a Fran­cis­co lo habían ASESINADO.

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