Boli­via. Cha­ka­na y plurinacionalidad

Por Ollan­tay Itzam­ná, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 27 de febre­ro de 2021.

En Boli­via, hace unos días atrás, a raíz de la divul­ga­ción que hizo el gobierno plu­ri­na­cio­nal de su logo­ti­po con for­ma de la Cha­ka­na, sec­to­res eje­cu­to­res del últi­mo Gol­pe de Esta­do en Boli­via aren­ga­ron nue­va­men­te con­tra las sim­bo­lo­gías de Abya Yala, esta vez, acu­san­do al gobierno de Arce-Cho­quehuan­ca de sus­ti­tuir, de for­ma incons­ti­tu­cio­nal, el sagra­do Escu­do de Boli­via por la Chakana.

Sí. Los mis­mos que que­ma­ron la Wipha­la y masa­cra­ron a indí­ge­nas que enar­bo­lan éste sím­bo­lo patrio, hace tan sólo meses atrás.

¿Qué es la Chakana?

Cha­ka­na es un códi­go que tie­ne la for­ma de una cruz grie­ga esca­lo­na­da que para los pue­blos andi­nos expresa/​sintetiza la tota­li­dad. En que­chua cha­ka quie­re decir puen­te que une los extre­mos. La Cha­ka­na cons­ta de dos puen­tes ima­gi­na­rios que unen Nor­te-Sur, Orien­te-Occi­den­te. Expre­sa la comu­nión entre todas las dimen­sio­nes de la coexis­ten­cia cósmica.

Cha­ka­na simboliza/​sintetiza la comu­ni­dad cós­mi­ca, y den­tro de ella a la comu­ni­dad huma­na. Es la expre­sión del equi­li­brio y comu­nión entre la noche y el día, varón y mujer, fini­to e infi­ni­to, mate­ria y espí­ri­tu, sol y luna… Es un códi­go del equi­li­brio y comu­nión en y con la tota­li­dad cósmica.

Este códi­go no es exclu­si­vo de las civi­li­za­cio­nes andi­nas. En Chi­chi­nitzá, los mayas deja­ron incrus­ta­da una pro­mi­nen­te Cha­ka­na (no esca­lo­na­da) a unos tres metros de altu­ra en una de las edi­fi­ca­cio­nes más gran­des del lugar. Y así, cha­ka­nas se encuen­tran pre­sen­tes en dife­ren­tes civi­li­za­cio­nes del mun­do, evi­den­cian­do de este modo que este códi­go, aun­que no sig­ni­fi­ca nece­sa­ria­men­te lo mis­mo para todos los pue­blos, no es exclu­si­vo de los pue­blos andi­nos. Mucho menos es la mani­fes­ta­ción líti­ca de algu­na doc­tri­na cristiana.

¿Qué sig­ni­fi­ca el Escu­do boliviano?

Es la imi­ta­ción de mal gus­to de la viri­li­dad espa­ño­la que los crio­llos inten­ta­ron mate­ria­li­zar en una insig­nia de poder reple­ta de fusi­les con pun­tas de cuchi­llo, cual si fue­sen ame­na­zan­tes falos vio­len­tos, ador­na­dos con lien­zos de tres colo­res (rojo, ama­ri­llo y ver­de). ¿Qué exac­ta­men­te qui­sie­ron expre­sar con esa insig­nia los fra­ca­sa­dos crio­llos repu­bli­ca­nos? Nadie sabe a cien­cia cierta.

Dos siglos des­pués de la Repú­bli­ca, y lue­go de cin­co siglos de colo­nia­lis­mo recar­ga­do y con­ti­nua­do, sec­to­res colo­ni­za­dos (cre­yen­tes repu­bli­ca­nos) dicen sen­tir­se iden­ti­fi­ca­do con dicho Escu­do boli­viano, con cuyos fusi­les fáli­cos vio­la­ron y masa­cra­ron a sus abue­los y abue­las para some­ter­los. Así de dura es la reali­dad de la colo­nia­li­dad. Las víc­ti­mas colo­ni­za­das ter­mi­nan aman­do y defen­dien­do nada menos que el arma con el que diez­ma­ron y ani­qui­la­ron a sus ancestros.

Esta con­di­ción de colo­ni­za­dos, cual apo­lo­ge­tas defen­dien­do las insig­nias de poder de los colo­ni­za­do­res crio­llos, no es exclu­si­vi­dad, ni se ago­ta en los sec­to­res boli­via­nos. Lo viven y sufren nichos socia­les del Perú, Chi­le, Ecua­dor, Argen­ti­na, Méxi­co, Guatemala, …

¿Y la plurinacionalidad?

Lo más ridícu­lo de las y los detrac­to­res de la Cha­ka­na en Boli­via es que se asu­men como ciu­da­da­nos del Esta­do Plu­ri­na­cio­nal de Boli­via. Qui­zás no enten­die­ron lo bási­co de los alcan­ces del con­cep­to de la plu­ri­na­cio­na­li­dad que nece­sa­ria­men­te impli­ca la coexis­ten­cia fác­ti­ca de los dife­ren­tes símbolos/​insignias/​instituciones de los pueblos/​naciones que con­for­man dicho Esta­do Plurinacional.

Des­pués de más de una déca­da de la crea­ción del Esta­do Plu­ri­na­cio­nal en Boli­via, y ante la efer­ves­cen­cia del racis­mo o pre­po­ten­cia crio­lla mes­ti­za, se cons­ta­ta que el error que come­tie­ron las y los cons­ti­tu­yen­tes de dicho Esta­do Plu­ri­na­cio­nal es el no haber deba­ti­do, con­sen­sua­do, el mar­co sim­bó­li­co de la plurinacionalidad.

Crear un Esta­do Plu­ri­na­cio­nal dejan­do casi intac­to los sím­bo­los crio­llos repu­bli­ca­nos, inclu­so el nom­bre, himno, héroes, etc., fue un error de gran mag­ni­tud para Boli­via. Sus con­se­cuen­cias lo sufren ahora.

Repen­sar los sím­bo­los patrios en los esta­dos bicentenarios

Los sím­bo­los patrios, por ser insig­nias de poder, no son ino­cen­tes. Tie­nen una car­ga ideo­ló­gi­ca poten­te per­fo­ma­ti­va para la ciu­da­da­nía. Están dise­ña­dos para con­fi­gu­rar sen­ti­mien­tos, for­mar volun­ta­des, alre­de­dor de un pro­yec­to polí­ti­co de sus promotores.

Por ello, en paí­ses como Boli­via, con la fina­li­dad de evi­tar la auto­de­ter­mi­na­ción de los pue­blos, se impu­so un solo Escu­do nacio­nal aba­rro­ta­do de armas ame­na­zan­tes para cuan­tos se atre­vie­sen a pen­sar en con­tra de los intere­ses de las oli­gar­quías. Por eso, aho­ra, el Escu­do nacio­nal repe­le a la Cha­ka­na multicivilizatoria.

En un país plu­ri­na­cio­nal como Boli­via, cuya Cons­ti­tu­ción Polí­ti­ca defi­ne a su Esta­do como paci­fis­ta, es con­tra­dic­to­rio enar­bo­lar un Escu­do de armas como máxi­mo y úni­co sím­bo­lo patrio. Es más, ese Escu­do de armas que no pudo defen­der al país de nin­guno de sus enemi­gos exter­nos, no expre­sa la volun­tad, las aspi­ra­cio­nes, ni los colo­res de los pue­blos de Boli­via. Por ello, en aras de mate­ria­li­zar la plu­ri­na­cio­na­li­dad del Esta­do, urge deba­tir y con­sen­suar los nue­vos sím­bo­los patrios plurinacionales.

Este reto de repen­sar y con­sen­suar sím­bo­los patrios tam­bién corres­pon­de al res­to de los esta­dos bicen­te­na­rios del Con­ti­nen­te. Somos paí­ses plu­ri­cu­tu­ra­les, en muchos casos, de mane­ra cre­cien­te, aspi­ra­mos hacia la plu­ri­na­cio­na­li­dad. En este sen­ti­do, es urgen­te tomar con serie­dad el deba­te o la dispu­ta de la narra­ti­va sobre la nue­va sim­bo­lo­gía que repre­sen­ta­rá a dichos esta­dos plu­ri­na­cio­na­les en Aba­ya Yala.

Dos siglos del fra­ca­so con­ti­nua­do de las repú­bli­cas crio­llas, y de sus esta­dos nacio­nes racis­tas y mono­cul­tu­ra­les, deben de moti­var­nos míni­ma­men­te a pre­gun­tar­nos: ¿Por qué debe­mos seguir can­ta­do o mar­chan­do al rit­mo de la Mar­se­lle­sa fran­ce­sa? ¿Por qué seguir enar­bo­lan­do escu­dos, que apar­te que no nos defen­die­ron de nada, fue­ron y son uti­li­za­dos para anu­lar nues­tras aspi­ra­cio­nes hacia nues­tra legí­ti­ma auto­de­ter­mi­na­ción como pue­blos? ¿Por qué seguir defen­dien­do como zom­bis el reme­do de la esté­ti­ca euro­pea de anta­ño que se mate­ria­li­za en los sím­bo­los de la Patria de los criollos? 

Ollan­tay Itzam­ná. Defen­sor lati­no­ame­ri­cano de los Dere­chos de la Madre Tie­rra y Dere­chos Humanos

Blog del autor: https://​ollan​ta​yitzam​na​.com/– @JubenalQ

Fuen­te: Rebelión.

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