Argen­ti­na. Casi medio millón de migran­tes fue­ron recha­zadxs por Anses y se que­da­ron sin IFE

Por Matias Ferra­ri, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 25 de febre­ro de 2021.

Son datos ofi­cia­les del orga­nis­mo, que reco­no­ce que hay más de 200 mil extran­je­ros en el país que ni siquie­ra figu­ra­ban en sus regis­tros. La mitad de quie­nes soli­ci­ta­ron el IFE fue­ron exclui­dos, en su mayo­ría por fal­ta de documentación.

Casi medio millón de migran­tes fue­ron recha­za­dos por la Anses y se que­da­ron afue­ra del IFE, el úni­co bene­fi­cio de emer­gen­cia que tuvie­ron más o menos al alcan­ce para paliar la cri­sis por la pan­de­mia. Según datos ofi­cia­les del pro­pio orga­nis­mo, los extran­je­ros en el país repre­sen­ta­ron el 6,5 por cien­to del total de per­so­nas que lo soli­ci­ta­ron, pero menos de la mitad con­si­guió final­men­te cobrar­lo. Fue­ron muy pocos los que logra­ron pasar el fil­tro de los dos años de resi­den­cia “legal” en el país, y la mayo­ría ni siquie­ra figu­ra­ba en los regis­tros de la segu­ri­dad social.

En con­cre­to, unos 879 mil migran­tes ini­cia­ron for­mal­men­te el trá­mi­te para cobrar el IFE, pero más de 495 mil fue­ron rebo­ta­dos, el 56 por cien­to del total. Si se com­pa­ra ese por­cen­ta­je con el índi­ce de recha­zos que sufrie­ron los argen­ti­nos de naci­mien­to por dis­tin­tos moti­vos, que lle­gó al 32 por cien­to, la bre­cha entre unos y otros aso­ma de for­ma contundente.

En el caso de las y los migran­tes, la prin­ci­pal razón estu­vo rela­cio­na­da con pro­ble­mas de docu­men­ta­ción. Un por­cen­ta­je rele­van­te no logró acre­di­tar los dos años de resi­den­cia en el país, tem­po­ra­ria o per­ma­nen­te, que fun­cio­nó como un fil­tro. El pro­ble­ma, en ese pun­to, es doble: el cos­te para resol­ver ese trá­mi­te se enca­re­ció en más del 1000 por cien­to duran­te los últi­mos cua­tro años, y no baja de los 3000 pesos para quie­nes lle­gan con pasa­por­te del Mer­co­sur (para los extra-Mer­co­sur, como los sene­ga­le­ses, cues­ta el doble). Ade­más, el ex titu­lar de Migra­cio­nes, Hora­cio Gar­cía, ideó un nue­vo sis­te­ma com­ple­ta­men­te onli­ne, de nom­bre “Radex”, que tam­po­co ayu­dó: nació supues­ta­men­te para agi­li­zar el pro­ce­so, pero su ges­tión dejó como heren­cia más de 70 mil pedi­dos de radi­ca­ción sin resol­ver, en una suer­te de lim­bo burocrático.

Pero la mayo­ría de los recha­za­dos, casi 200 mil, direc­ta­men­te no figu­ra­ban en los regis­tros de la Anses. Toda esa masa de migran­tes fue estra­ti­fi­ca­da como “extran­je­ro con datos insu­fi­cien­tes”, según los pro­pios tér­mi­nos del orga­nis­mo. Es decir que el Esta­do no tie­ne noción de su infor­ma­ción más ele­men­tal: per­ma­ne­cen den­tro del uni­ver­so de los “no regis­tra­dos”, como admi­tió en su momen­to el pre­si­den­te Alber­to Fer­nán­dez en rela­ción a las tra­bas que bue­na par­te de la pobla­ción se encon­tró a la hora de acce­der al beneficio.

Fotos: Fede­ri­co Muiña

Los datos fue­ron soli­ci­ta­dos a la Anses por la poli­tó­lo­ga Ana Pau­la Pen­chas­za­deh, de la Red de Inves­ti­ga­cio­nes en Dere­chos Huma­nos del CONICET, que nuclea al colec­ti­vo de inves­ti­ga­do­res com­pro­me­ti­des en la trans­for­ma­ción en base a una pers­pec­ti­va de dere­chos huma­nos de las polí­ti­cas públi­cas. Les inves­ti­ga­do­res de la Red, jun­to con más de 30 orga­ni­za­cio­nes de migran­tes y de dere­chos huma­nos, impul­sa­ron el año pasa­do su pro­pio rele­va­mien­to sobre las con­di­cio­nes de vida de ese sec­tor de la pobla­ción, que fue publi­ca­do de for­ma pre­li­mi­nar en diciem­bre y ya había arro­ja­do núme­ros alar­man­tes: más de la mitad de los encues­ta­dos dijo haber per­di­do su tra­ba­jo por la pan­de­mia, y sólo dos de cada diez pudo cobrar el IFE.

«Estos gran­des nive­les de recha­zo de las soli­ci­tu­des entre per­so­nas migran­tes deben estu­diar­se a la luz de los moti­vos vin­cu­la­dos espe­cí­fi­ca­men­te con la situa­ción migra­to­ria y docu­men­ta­ria», advier­te Pen­chas­za­deh. «Tam­bién demues­tran has­ta qué pun­to la «irre­gu­la­ri­dad» docu­men­ta­ria entre las per­so­nas migran­tes es pro­du­ci­da acti­va­men­te por el Esta­do, que des­de hace años vie­ne imple­men­tan­do polí­ti­cas res­tric­ti­vas en nom­bre de una supues­ta moder­ni­za­ción. Con el fil­tro de los dos años de resi­den­cia, ade­más, el Gobierno no sólo exclu­yó, sino que ter­mi­nó «ile­ga­li­zan­do» de hecho a todo el con­jun­to de migran­tes que se halla­ban en situa­ción docu­men­ta­ria irregular».

Por ese moti­vo Pen­chas­za­deh soli­ci­tó, ade­más, cono­cer cuán­tos trá­mi­tes de radi­ca­ción había resuel­to a par­tir de 2015 la Direc­ción Nacio­nal de Migra­cio­nes. De acuer­do a lo infor­ma­do por ese orga­nis­mo, a car­go de Flo­ren­cia Carig­nano, a par­tir de 2016 la can­ti­dad de trá­mi­tes de radi­ca­ción resuel­tos por el Esta­do no paró de caer. Pasó de 259 mil resi­den­cias otor­ga­das en 2015 a ape­nas 168 mil en 2019, dato que trans­pa­ren­ta la polí­ti­ca que se dio el macris­mo en mate­ria migra­to­ria, que fue cali­fi­ca­da más de una vez como xenó­fo­ba por orga­nis­mos de dere­chos huma­nos y orga­ni­za­cio­nes socia­les del colectivo.

Pero «pan­de­mia median­te, el 2020 fue el peor año de la serie his­tó­ri­ca. La can­ti­dad de trá­mi­tes resuel­tos tocó su piso, con 89 mil, casi la mitad que duran­te 2019», acla­ra Pen­chas­za­deh. «Ese reza­go ter­mi­nó impac­tan­do en el res­to de la admi­nis­tra­ción públi­ca», agrega.

Fotos: Fede­ri­co Muiña

“CON VOLUNTAD POLÍTICA SE PUEDE RESOLVER”

A prin­ci­pios de diciem­bre del año pasa­do, la sede del Club Para­gua­yo en La Matan­za abrió sus puer­tas para faci­li­tar la ace­le­ra­ción de los trá­mi­tes de radi­ca­ción. La idea era sim­ple: ins­ta­lar una camio­ne­ta del Gobierno en el pre­dio de cin­co hec­tá­reas que tie­ne el club en Gon­zá­lez Catán y pro­mo­cio­nar en Face­book que se infor­ma­ría sobre “los pape­les” de resi­den­cia. El obje­ti­vo era gran­de: demos­trar que con volun­tad polí­ti­ca podía recu­pe­rar­se el pro­gra­ma terri­to­rial de docu­men­ta­ción que tuvo exce­len­tes resul­ta­dos has­ta 2015 y que había sido des­ar­ti­cu­la­do por el macrismo.

La res­pues­ta fue ines­pe­ra­da: lle­gó a haber cin­co cua­dras de cola. “Vinie­ron más de dos mil com­pa­trio­tas, lo que da la pau­ta de la nece­si­dad y de la volun­tad que tie­nen los migran­tes de regu­la­ri­zar su situa­ción y tener ple­nos dere­chos, como cual­quier otro argen­tino”, expli­có Salo­mon Ramí­rez San­ta Cruz, pre­si­den­te del club.

Fotos: Fede­ri­co Muiña

Ese día, con­tó Salo­món, se resol­vie­ron 150 radi­ca­cio­nes y se avan­za­ron en otras 300. El res­to se fue con la infor­ma­ción que no apa­re­ce en nin­gún lado: qué se tie­ne que pre­sen­tar para ini­ciar el trá­mi­te. “Toma­mos real dimen­sión de que la docu­men­ta­ción es un pro­ble­ma más de todos los que tene­mos, ade­más de la pobre­za y la pre­ca­ri­za­ción labo­ral. Y es el pro­ble­ma que está en la base de todos los demás”, dice.

En para­le­lo a la suba de aran­ce­les (lle­ga a tres mil pesos para migran­tes del Mer­co­sur y supera los 6 mil para los extra-Mer­co­sur), el gobierno de Macri avan­zó con un pro­ce­so de expul­sio­nes, que lle­gó a tener capí­tu­los dra­má­ti­cos como el caso de Vane­sa, una mujer perua­na extra­di­ta­da insó­li­ta­men­te por una cau­sa por tenen­cia de 2014, que fue sepa­ra­da de su beba de dos años, naci­da en el país.

Para hacer­lo, Macri fir­mó el DNU 702017, que ace­le­ra el trá­mi­te judi­cial para las expul­sio­nes, y con­cre­tó una fae­na de más de 2500 extra­di­cio­nes al final de su man­da­to, a la par que varios de sus fun­cio­na­rios cul­pa­ban a los extran­je­ros por la cri­sis económica.

El pro­gra­ma de radi­ca­cio­nes terri­to­ria­les vol­vió a fun­cio­nar a pesar de la pan­de­mia el año pasa­do, a la par de que se exten­die­ron auto­má­ti­ca­men­te los ven­ci­mien­tos de las radi­ca­cio­nes y se creó den­tro del sis­te­ma Radex la opción de «exi­mi­ción del pago de la tasa migra­to­ria por razo­nes huma­ni­ta­rias o pobre­za». Pero el Gobierno sigue sin cum­plir con la pro­me­sa que hizo a poco de asu­mir, de dero­gar el DNU de Macri, lo que ten­sio­nó la rela­ción de la Direc­ción de Migra­cio­nes con las orga­ni­za­cio­nes socia­les del colectivo.

“Vamos a insis­tir con que se haga una cam­pa­ña para ace­le­rar las radi­ca­cio­nes. Nues­tro club va a estar a dis­po­si­ción, tam­bién para garan­ti­zar el dere­cho al voto y luchar con­tra la xeno­fo­bia que dejó Macri”, expli­có Salomón.

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