Vene­zue­la. El final anun­cia­do de Juan Guaidó

Por Mar­co Terug­gi. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 8 de enero de 2021.

Vene­zue­la tran­si­ta una modi­fi­ca­ción del table­ro polí­ti­co, tan­to nacio­nal como inter­na­cio­nal, dimen­sio­nes muchas veces inse­pa­ra­ble en el actual con­flic­to. Esa recon­fi­gu­ra­ción no es nue­va y por momen­tos apa­re­ce con evi­den­cia, como en estos días en que la nue­va Asam­blea Nacio­nal ya se encuen­tra en fun­cio­nes y Juan Guai­dó pare­ce estar ante sus últi­mas, o ya ago­ta­das, reservas. 

Una de las seña­les de esta situa­ción vino por la deci­sión de la Unión Euro­pea de no reco­no­cer­lo como “pre­si­den­te inte­ri­no”. La posi­ción fue expre­sa­da con diplo­ma­cia y filo: Guai­dó fue cali­fi­ca­do como “repre­sen­tan­te de la Asam­blea salien­te”. La Unión, al afir­mar que la Asam­blea que pre­si­día Guai­dó no sigue vigen­te, como afir­ma un sec­tor de la opo­si­ción, des­car­ta la con­ti­nui­dad de la “pre­si­den­cia interina”.

Esta modi­fi­ca­ción ya había sido anti­ci­pa­da. Posi­cio­nes duras con­tra el gobierno de Nico­lás Madu­ro, como las de Ale­ma­nia, Holan­da o Fran­cia, cam­bia­ron ante el nue­vo esce­na­rio. Una pre­gun­ta vie­ne al caso: ¿se tra­tó de un reaco­mo­do euro­peo en sole­dad o de una posi­ción acor­da­da con la nue­va admi­nis­tra­ción entran­te en Esta­dos Uni­dos? La modi­fi­ca­ción del table­ro ocu­rre sobre varios nive­les a la vez. EE.UU. segu­ra­men­te man­ten­drá el reco­no­ci­mien­to a Guai­dó como “pre­si­den­te inte­ri­no” en lo que fue un acuer­do bipar­ti­dis­ta des­de el prin­ci­pio. Pero segu­ra­men­te, en simul­tá­neo con la rati­fi­ca­ción de ese posi­cio­na­mien­to, ocu­rra la modi­fi­ca­ción de la tác­ti­ca, de la for­ma de abor­da­je del expe­dien­te Vene­zue­la que, a todas luces, no dio los resul­ta­dos espe­ra­dos por Washington.

Otros gobier­nos man­ten­drán jun­to con EE.UU. una línea de reco­no­ci­mien­to de la “pre­si­den­cia inte­ri­na”, como aque­llos ubi­ca­dos en el arco más a la dere­cha en Amé­ri­ca Lati­na, como Colom­bia, Bra­sil y Chi­le, y alia­dos esta­dou­ni­den­ses en polí­ti­ca exte­rior, como Cana­dá, el Rei­no Uni­do y Japón. Pero la deci­sión de cómo con­ti­nuar para lograr un cam­bio de gobierno en Vene­zue­la no será una deci­sión de esos gobier­nos sino, como fue des­de el ini­cio, exclu­si­va­men­te de EE.UU.

Guai­dó está fue­ra del cen­tro polí­ti­co, ago­ta­do como para cum­plir los obje­ti­vos polí­ti­cos bajo los cua­les fue cons­trui­do. Lo saben todos los acto­res, inde­pen­dien­te­men­te de su narra­ti­va públi­ca. Por eso exis­ten repo­si­cio­na­mien­tos inter­na­cio­na­les y nume­ro­sas frac­tu­ras suce­si­vas den­tro de la opo­si­ción vene­zo­la­na, don­de cada diri­gen­te, par­ti­do ‑o frag­men­to de par­ti­do- bus­ca posi­cio­nar­se de cara al esce­na­rio abier­to y en cons­truc­ción. Se tra­ta del posi­ble final de una estra­te­gia repre­sen­ta­da en Guai­dó, la de una ins­ti­tu­cio­na­li­dad para­le­la. El gobierno vene­zo­lano logró des­ac­ti­var­la en un lap­so de dos años, con un cos­to gene­ral para la eco­no­mía sobre la cual se pro­fun­di­zó un blo­queo, la pobla­ción, en par­ti­cu­lar los sec­to­res popu­la­res y capas medias, y sobre la polí­ti­ca, que se con­vir­tió en posi­cio­nes de trincheras.

¿Cómo será la nue­va eta­pa?

Por el momen­to pue­den ver­se algu­nos con­tor­nos. El dis­cur­so de la nue­va Asam­blea, con mayo­ría cha­vis­ta, plan­tea tan­to la impor­tan­cia del diá­lo­go como la recon­ci­lia­ción y la nece­si­dad de que no exis­ta impu­ni­dad. Iris Vare­la, vice­pre­si­den­ta del poder legis­la­ti­vo, afir­mó en la sesión del jue­ves que “acor­da­mos como jun­ta direc­ti­va crear una comi­sión espe­cial que va a inves­ti­gar las accio­nes per­pe­tra­das con­tra la Repú­bli­ca des­de las direc­ti­vas y algu­nos miem­bros de la Asam­blea en el perío­do 2016 – 2021 (…) en un mes tie­ne que haber resul­ta­dos y ya tie­ne que salir el exhor­to para que actúe la jus­ti­cia de mane­ra contundente”.

El men­sa­je apun­tó direc­ta­men­te a Guai­dó, que a par­tir del 5 de enero per­dió la inmu­ni­dad par­la­men­ta­ria. Quien el 23 de enero del 2019, enton­ces des­co­no­ci­do para el país, se auto­pro­cla­mó pre­si­den­te, sabe aho­ra que su final polí­ti­co es cues­tión de tiem­po. Que­da­rá en una diso­lu­ción de capi­tal polí­ti­co has­ta redu­cir­se al Twit­ter, o será dete­ni­do por la jus­ti­cia. ¿De qué depen­de­rá? De tiem­pos polí­ti­cos, posi­bles diá­lo­gos y nego­cia­cio­nes inter­na­cio­na­les don­de el cha­vis­mo tie­ne una posi­ción de fuer­za polí­ti­ca, pero de debi­li­dad económica.

La apues­ta del gobierno para la nue­va eta­pa se cen­tra en el inten­to de ingre­so de capi­ta­les pri­va­dos, nacio­na­les y extran­je­ros, a dife­ren­tes áreas cla­ves de la eco­no­mía. Es lo que ofi­cial­men­te comen­zó a par­tir de la ley anti-blo­queo vota­da en octu­bre en la Asam­blea Nacio­nal Cons­ti­tu­yen­te, que plan­tea, entre otras cosas, que ese pro­ce­so de ingre­so de capi­ta­les se hará de for­ma con­fi­den­cial para evi­tar las per­se­cu­cio­nes del blo­queo por lo que, has­ta la fecha, no han exis­ti­do ren­di­cio­nes de cuen­ta al respecto.

Aún no pue­den medir­se los resul­ta­dos de esa orien­ta­ción que comen­zó con ante­rio­ri­dad a la ley. Según la efec­ti­vi­dad o no, es decir que per­mi­tan una mejo­ra de los ingre­sos en las arcas del Esta­do, de los ser­vi­cios públi­cos, en empre­sas estra­té­gi­cas como PDVSA, el gobierno ten­drá mayor o menor urgen­cia para nego­ciar una fle­xi­bi­li­za­ción del blo­queo en un posi­ble diálogo/​acuerdo con EEUU. La apues­ta del gobierno es, ade­más, que, den­tro del rom­pe­ca­be­zas, esa mis­ma ley y las opor­tu­ni­da­des de inver­sión que ofre­ce, fun­cio­ne como ele­men­to que empu­je hacia acuerdos.

Por el momen­to se tra­ta de deba­tes, aná­li­sis y puer­tas cerra­das, pero no de impac­tos en una coti­dia­nei­dad que se encuen­tra des­de hace años bajo meta­mor­fo­sis, con sala­rios y jubi­la­cio­nes que van des­de dos dóla­res men­sual en el Esta­do has­ta alre­de­dor de 50 o 100 dóla­res en empre­sas pri­va­das, con difi­cul­ta­des de abas­te­ci­mien­to de agua, gas, luz, y gaso­li­na, y una mone­da nacio­nal que retro­ce­de ante el avan­ce del dólar des­de lo peque­ño has­ta lo macro. Esa coti­dia­nei­dad es el prin­ci­pal tiem­po de las mayo­rías en Venezuela.

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