COVID 19. Dete­ner la masacre.

Por Gui­ller­mo Cie­za, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 18 de enero de 2021.

Y de pron­to lle­gó una enfer­me­dad mis­te­rio­sa de alcan­ce glo­bal pero que no afec­ta a todos por igual. El virus no cir­cu­la por un pla­ne­ta ideal, de fan­ta­sía.
Se difun­de en un mun­do don­de una bue­na par­te de la pobla­ción no pue­de cúm­plir nor­mas ele­men­ta­les y pre­ven­ti­vas de higie­ne, por­que no dis­po­ne del agua para lavar­se perió­dia­men­te las manos.
Se pasea por barrios sin espa­cios ver­des, don­de no hay calles sino pasi­llos y viven fami­lias haci­na­das en vivien­das húme­das.
Cami­na por una socie­dad con millo­nes de per­so­nas con una salud pre­ca­ria. Por­que tie­nen las defen­sas bajas, pade­cen enfer­me­da­des cró­ni­cas o estan tran­si­tan­do los últi­mos años de su vida.
Tran­si­ta por paí­ses con sis­te­mas públi­cos de salud inexis­ten­tes o des­fi­nan­cia­dos. Por regio­nes don­de no lle­gan los hos­pi­ta­les públi­cos, ni los médi­cos.
El virus tie­ne pre­sen­cia glo­bal pero dis­cri­mi­na, a la hora de la muer­te.
Bas­ta leer las noti­cias de los últi­mos días: «Las mayo­res mani­fes­ta­cio­nes del rebro­te de la epi­de­mia en la Argen­ti­na se regis­tra entre jóe­nes de cla­se media y en los barrios pudien­tes de CABA, como Bel­grano, Paler­mo y La Reco­le­ta. El nume­ro de falle­ci­mien­tos ha sido sen­sí­ble­men­te menor»
El virus des­nu­da al capi­ta­lis­mo, pero tam­bié hace lim­pie­za social. Se mue­ren mucho má los pobres, los enfer­mos cró­ni­cos y los ancia­nos.
Plan­tea­das así las cosas resul­ta abso­lu­ta­men­te cohe­ren­te que la dere­cha mun­dial por un lado alien­te la des­con­fian­za sobre cual­quier solu­ción médi­ca al pro­ble­ma y por otro tra­te de con­cen­trar las vacu­nas dis­po­ni­bles. Un infor­me de la OMS seña­la que un puña­do de paí­ses ricos con­cen­tra el 90% de las vacu­nas. En la Argen­ti­na en los dia­rios de la dere­cha los colum­nis­tas políi­cos des­es­ti­man cual­quier ini­cia­ti­va para poner lími­te a la epi­de­mia y los colum­nis­tas turís­ti­cos comen­tan que se han pues­to de moda los via­jes a Mia­mi, que inclu­yen vacu­na­ción.
Pare­ce obvio decir­lo pero el coro­na­vi­rus es un pro­ble­ma de salud públi­ca, y el hecho de no dis­po­ner los res­cur­sos má efec­ti­vos para enfren­tar­lo da luz ver­de para que se pro­duz­can muchas muer­tes que serían evi­ta­bles.
La epi­de­mia del coro­na­vi­rus pone sobre el tape­te muchos temas: el lími­tes que impo­ne la pro­pia natu­ra­le­za al desa­rro­llo pro­duc­ti­vo capi­ta­lis­ta; la per­ver­si­dad de las mul­ti­na­cio­na­les far­ma­ceu­ti­cas más preo­cu­pa­das por el lucro que por la salud ; el apro­ve­cha­mien­to de la pan­de­mia para avan­zar en la vigi­lan­cia digi­tal y per­fec­cio­nar meca­nis­mos opre­si­vos de con­trol esta­tal sobre la pobla­ción. Pero estos temas no debe­rían oscu­re­cer una cues­tión cen­tral: se está pro­du­cien­do una ver­da­de­ra masa­cre, con carac­te­rís­ti­cas de lim­pie­za social, que en algu­nos paí­ses como Bra­sil ya alcan­za núme­ros esca­lo­frian­tes.
Para dete­ner esa masa­cre son nece­sa­rias medi­das pre­ven­ti­vas sani­ta­rias que debe asu­mir la pobla­ción, pero tam­bién es nece­sa­ria la vacu­na­ción. La vacu­na­ción no es un pro­ble­ma del gobierno o un tema de dispu­ta entre el ofi­cia­lis­mo y la opo­si­ción de dere­cha. La vacu­na­ción es una cues­tión de salud públi­ca. Todas las fuer­zas de izquier­da y pro­gre­sis­ta ten­drían que unir fuer­zas para exi­gir que toda la pobla­ción sea vacu­na­da en un pla­zo peren­to­rio.
El hecho de que las vacu­nas sean pro­du­ci­das por mul­ti­na­cio­na­les far­ma­cé­ti­cas o en paí­ses que pue­dan caer­nos más o menos sim­pá­ti­cos, no pue­de hacer­nos retro­ce­der a posi­cio­nes medie­va­les. No recuer­do que se dis­cu­tie­ra sobre qué far­ma­ceú­ti­ca pro­du­ce el Miso­pros­tol. La cues­tión sobre la vacu­na es si resul­ta útil o no en la emer­gen­cia. Y con res­pec­to a los tiem­pos para deba­tes sobre los otros temas, recor­de­mos que los tiem­pos y las urgen­cias no son igua­les para todos. Por ejem­plo los bien nutri­dos, con defen­sas altas y bue­na obra social o ser­vi­cios con­tra­ta­dos de medi­ci­na pre­pa­ga, tie­nen tiem­pos dife­ren­tes a los de los que son más vul­ne­ra­bles.
La epi­de­mia del coro­na­vi­rus expo­ne los males del capi­ta­lis­mo pero tam­bién pone a prue­ba el buen sen­ti­do de quie­nes deci­mos que que­re­mos cam­biar el sis­te­ma. Resul­ta­rá difi­cil que nos legi­ti­men como crei­bles si no somos capa­ces de hacer­nos car­go de lo inme­dia­to: del dolor y de los pade­ce­res de nues­tro pue­blo. Y tener propuestas.

18 de enero 2021.

Itu­rria /​Fuen­te

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