Pen­sa­mien­to crí­ti­co. ¿Es posi­ble un pla­ne­ta en Socialismo?

Por Gon­za­lo Abe­lla, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 4 de diciem­bre de 2020.

En el siglo XVIII muchos inte­lec­tua­les de Euro­pa se suma­ron a la lucha con­tra el Abso­lu­tis­mo de los monar­cas tra­di­cio­na­les. Expre­sa­ban el pen­sa­mien­to de la bur­gue­sía, que aspi­ra­ba a tener una par­te en el Poder.
El Par­ti­do Mun­dial de la bur­gue­sía (la Maso­ne­ría) pro­cla­mó “la liber­tad, la igual­dad y la fra­ter­ni­dad” que fue el lema de la Revo­lu­ción Fran­ce­sa de 1789. Esta revo­lu­ción triun­fó como Repú­bli­ca, tuvo des­pués una bre­ve fase radi­cal que duró muy poco y ter­mi­nó coro­nan­do como Empe­ra­dor a un hom­bre que no era de ori­gen noble: Napo­león. La pro­pia bur­gue­sía se había encar­ga­do de matar a los que se radi­ca­li­za­ron dema­sia­do, como Robes­pie­rre y Marat.
Esta eta­pa de la his­to­ria de Fran­cia expre­sa (en sus ras­gos sin­gu­la­res) lo que fue la ten­den­cia de esa épo­ca en toda Euro­pa: el avan­ce hacia la liber­tad de ideas y hacia la liber­tad de comer­cio, que acom­pa­ña­ron el desa­rro­llo del Capi­ta­lis­mo. Pero ya en el siglo XIX se com­pro­bó que “la liber­tad, la igual­dad y la fra­ter­ni­dad” no habían lle­ga­do para todos. La acu­mu­la­ción de rique­zas de unos pocos y la mise­ria de muchos, mos­tra­ron que las con­sig­nas abs­trac­tas no modi­fi­ca­ban la des­igual­dad. Los dere­chos uni­ver­sa­les “del hom­bre”, en abs­trac­to, ocul­ta­ban la pro­pie­dad pri­va­da sobre los prin­ci­pa­les Medios de Pro­duc­ción. La acu­mu­la­ción voraz del Capi­tal, esa dic­ta­du­ra enmas­ca­ra­da, man­te­nía y acen­tua­ba la mise­ria de los nue­vos pro­le­ta­rios y de los pue­blos escla­vi­za­dos. Por esos tem­pos fue en Fran­cia, pre­ci­sa­men­te, don­de se escri­bió más sobre uto­pías socia­lis­tas, y don­de la cla­se obre­ra por unos meses lle­gó a gober­nar París (en 1871) aun­que su pro­yec­to fue aho­ga­do en san­gre por la bur­gue­sía.
En Ingla­te­rra se habían estu­dia­do el meca­nis­mo de este nue­vo Modo de Pro­duc­ción. Se pen­só que era un sis­te­ma eterno, has­ta que se apli­ca­ron a su estu­dio las leyes teó­ri­cas del movi­mien­to dia­léc­ti­co, cuyas cate­go­rías filo­só­fi­cas se habían desa­rro­lla­do espe­cial­men­te en Ale­ma­nia.
A par­tir de estos cono­ci­mien­tos, fun­di­dos con la lucha obre­ra y popu­lar, nació el Socia­lis­mo Cien­tí­fi­co, que plan­teó un avan­ce mun­dial hacia una Socie­dad Comu­nis­ta. A ésta se lle­ga­ría pasan­do pre­via­men­te por una eta­pa inter­me­dia, “socia­lis­ta”, de gobierno obre­ro y popu­lar. La fase socia­lis­ta sería, por pri­me­ra vez, demo­cra­cia para las mayo­rías, pero debía ser dic­ta­to­rial con­tra el Dere­cho bur­gués y con­tra la explo­ta­ción asa­la­ria­da.
El siglo XX fue tes­ti­go de la cons­truc­ción colec­ti­va y heroi­ca de gran­des labo­ra­to­rios socia­les ins­pi­ra­dos en el Socia­lis­mo Cien­tí­fi­co. El prin­ci­pal labo­ra­to­rio social se lla­mó URSS. Tan­to allí como en la inmen­sa Chi­na, en las pri­me­ras déca­das, los logros pro­duc­ti­vos, cul­tu­ra­les y socia­les fue­ron extra­or­di­na­rios. Resul­ta nece­sa­rio estu­diar las cau­sas de su pos­te­rior retorno a la Eco­no­mía de Mer­ca­do, pero lo más impor­tan­te fue la demos­tra­ción de que el Socia­lis­mo fun­cio­na­ba y que en pocas déca­das, dos impe­rios atra­sa­dos pasa­ron a ser poten­cias mun­dia­les. En los Esta­dos peque­ños blo­quea­dos, don­de algu­nas for­mas socia­lis­tas sobre­vi­vie­ron, no exis­te la mise­ria que hoy se agra­va en los Esta­dos some­ti­dos a las tras­na­cio­na­les.
Pen­sar en la posi­bi­li­dad un Pla­ne­ta Socia­lis­ta en el siglo XXI pare­ce lejano, pero no es así. Las revo­lu­cio­nes del siglo XX nos ense­ñan lo que hay que hacer y lo que no debe repe­tir­se. La infor­ma­ción sigue allí, ven­cien­do las dis­tor­sio­nes de la CNN, y está en la memo­ria de los pue­blos.
Tene­mos todo para este cam­bio radi­cal: una Eco­no­mía mun­dial ya glo­ba­li­za­da, fuer­tes movi­mien­tos socia­les y ambien­ta­les, un colo­sal desa­rro­llo de las Fuer­zas Pro­duc­ti­vas y de las posi­bi­li­da­des de Comu­ni­ca­ción a dis­tan­cia. La expro­pia­ción de los Medios de Pro­duc­ción y el con­trol popu­lar sobre la trans­fe­ren­cia de datos es jus­ti­cia y nece­si­dad.
La revo­lu­ción en cada país empie­za por la toma del poder y la reso­lu­ción con­cre­ta de los pro­ble­mas más urgen­tes y sen­ti­dos, con­vo­can­do a la movi­li­za­ción masi­va. La gen­te sabe que este sis­te­ma no pue­de más; nece­si­ta adver­tir que el camino hacia el Socia­lis­mo, sigue sien­do no sólo posi­ble, sino más nece­sa­rio, más urgen­te que nun­ca, en tiem­pos de un feroz saqueo ambien­tal. La pro­pia super­vi­ven­cia de la Huma­ni­dad está ame­na­za­da.
¡Es posi­ble un Pla­ne­ta en Socia­lis­mo? Vale la pena inten­tar­lo, por­que lo que ya no es posi­ble es que el pla­ne­ta sobre­vi­va en un mar­co Capitalista.

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