Chi­le. La “madre del cor­de­ro” constitucional

Por Manuel Cabie­ses Dono­so, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 14 de diciem­bre de 2020.

El len­gua­je polí­ti­co es hoy elu­si­vo y ori­lle­ro, hipó­cri­ta mejor dicho. Las inten­cio­nes ver­da­de­ras van deba­jo del pon­cho. El polí­ti­co pro­fe­sio­nal des­pre­cia el dis­cur­so ideo­ló­gi­co. Emplea las téc­ni­cas enga­ño­sas del mar­ke­ting y del mana­ge­ment . Es lo que impo­ne el sis­te­ma que lo ama­man­ta y que es la regla de oro de la polí­ti­ca en tiem­pos del neoliberalismo.

Por eso la “madre del cor­de­ro” de la Con­ven­ción Cons­ti­tu­cio­nal per­ma­ne­ce en las som­bras. Los par­ti­dos del sis­te­ma ‑y lo son casi todos- han teji­do una espe­sa red de tram­pas, regla­men­tos, quó­rums y otras zaran­da­jas que subor­di­nan la sobe­ra­nía popu­lar a la volun­tad del neo­li­be­ra­lis­mo. Eso impe­di­rá que las manos lim­pias del pue­blo escri­ban la nue­va Constitución.

Las tra­mo­yas urdi­das por la secre­ta her­man­dad de par­ti­dos, cer­ce­na­rán las facul­ta­des de los con­ven­cio­na­les. El poder ori­gi­na­rio será apu­ña­la­do a trai­ción por los par­ti­dos. La puer­ta de hie­rro para con­te­ner los cam­bios será el quó­rum de dos ter­cios. Una mayo­ría de 66% pesa­rá menos que un paque­te de cabri­tas si la reac­ción con­tro­la el 34% de los votos. Pro­pó­si­to fácil para una dere­cha que bor­dea el 40% elec­to­ral en los últi­mos 30 años.

Los par­ti­dos del sis­te­ma han impues­to la dis­cri­mi­na­ción a los esca­ños de los pue­blos ori­gi­na­rios. Han recu­rri­do tam­bién a diver­sas mar­tin­ga­las para obs­ta­cu­li­zar las can­di­da­tu­ras inde­pen­dien­tes. Se han esme­ra­do en ensa­yar las zan­ca­di­llas a los dere­chos fun­da­men­ta­les que el pue­blo espe­ra­ba ver con­sa­gra­dos en la Cons­ti­tu­ción. La tuto­ría y admi­nis­tra­ción de los par­ti­dos está pre­fa­bri­can­do una Cons­ti­tu­ción que será la ver­sión remo­za­da de la que impu­so la dic­ta­du­ra en 1980.

La “madre del cor­de­ro” en esta manio­bra es la pro­tec­ción de la eco­no­mía de mer­ca­do. El neo­li­be­ra­lis­mo es el cora­zón del sis­te­ma y los par­ti­dos tri­bu­ta­rios lo defen­de­rán con celo de faná­ti­cos y argu­cias de tahú­res del póker político.

El neo­li­be­ra­lis­mo no solo es una doc­tri­na eco­nó­mi­ca para hacer más ricos a los ricos y empo­bre­cer aún más a los pobres. Es un méto­do que hace cohe­ren­tes las fun­cio­nes del Esta­do e impo­ne un pen­sa­mien­to úni­co. Es toda una “cul­tu­ra” de domi­na­ción oli­gár­qui­ca que solo será barri­da por una revo­lu­ción cul­tu­ral sur­gi­da des­de abajo.

Los 25 par­ti­dos exis­ten­tes son bene­fi­cia­rios de un sis­te­ma que cría a la mayo­ría a su ima­gen y seme­jan­za. A cam­bio de lea­les ser­vi­cios reci­ben recur­sos, pri­vi­le­gios y hono­res que per­mi­ten a la cas­ta polí­ti­ca sobre­vi­vir inclu­so en medio del des­pres­ti­gio en que hoy se encuen­tran. La sim­bio­sis eco­no­mía y polí­ti­ca es hoy abso­lu­ta. Cor­tar su cor­dón umbi­li­cal sig­ni­fi­ca­ría la muer­te de ambos.

Esta es la “madre del cor­de­ro” que impi­de la for­ma­ción de una lis­ta úni­ca de can­di­da­tos a la Con­ven­ción. Las lis­tas úni­cas por dis­tri­tos, úni­ca mane­ra de supe­rar los 23 e impo­ner la demo­cra­cia en la Con­ven­ción, se ha hecho impo­si­ble. Los par­ti­dos del sis­te­ma se han adue­ña­do de la Con­ven­ción y la mane­ja­rán a su anto­jo para defen­der el sis­te­ma que se pro­me­tió cambiar.

La lis­ta úni­ca –acom­pa­ña­da por una vibran­te movi­li­za­ción por la vic­to­ria del pue­blo- habrían per­mi­ti­do con­ver­tir la Con­ven­ción cas­tra­da en una Asam­blea Cons­ti­tu­yen­te con todos los pode­res que le son pro­pios. Tal aspi­ra­ción se basa­ba en la his­to­ria de algu­nos par­ti­dos que no hace mucho cri­ti­ca­ban el mode­lo neo­li­be­ral y apo­ya­ban la Asam­blea Cons­ti­tu­yen­te. Pero esos par­ti­dos –auto­lla­ma­dos de “cen­troiz­quier­da” o “social­de­mó­cra­tas”- cam­bia­ron de sin­to­nía asi­mi­la­dos por el sistema.

Sin embar­go –admi­ta­mos aun­que due­la- que el fra­ca­so de la lis­ta úni­ca no sólo es fru­to de las argu­cias de los par­ti­dos del sis­te­ma. Tam­bién exis­te gra­ve res­pon­sa­bi­li­dad de par­ti­dos y orga­ni­za­cio­nes socia­les que se decla­ran anti neo­li­be­ra­les. Unos y otros no se han movi­li­za­do para impo­ner con la pre­sión de masas –a las que dicen repre­sen­tar- la úni­ca estra­te­gia uni­ta­ria y demo­crá­ti­ca para sepul­tar la Cons­ti­tu­ción de la dictadura.

La dis­per­sión polí­ti­ca de los sec­to­res demo­crá­ti­cas –y la ausen­cia de una Izquier­da capaz de mar­car el rum­bo de las luchas polí­ti­cas y sociales‑, se hace sen­tir otra vez con toda crudeza.

A menos de un mes de la ins­crip­ción de can­di­da­tos a la Con­ven­ción, el cam­po popu­lar se encuen­tra sumi­do en el sopor de Navi­dad y Año Nue­vo. Tem­po­ra­da de vaca­cio­nes y deli­rium con­su­mis­ta, de los cer­cos que impo­ne el Covid-19 a la liber­tad de movi­mien­to y de reu­nión. Y de la into­xi­ca­ción de las con­cien­cias con el jara­be ideo­ló­gi­co de los mati­na­les y de los papa­ga­yos de la polí­ti­ca. Lo que ocu­rri­rá en abril –cuan­do se eli­jan los con­ven­cio­na­les- es pre­vi­si­ble. La abs­ten­ción vol­ve­rá por sus fue­ros al com­pro­bar el pue­blo que los par­ti­dos del sis­te­ma se han adue­ña­do de la Con­ven­ción y que nada cam­bia­rá. ¿Y de ahí en ade­lan­te? Se arma­rá la de San Quin­tín por­que la pacien­cia de un pue­blo tan mal­tra­ta­do y tan­tas veces enga­ña­do tie­ne un lími­te, como advir­tió la rebe­lión del 18 de octu­bre. Sólo la rebel­día con­se­gui­rá los cam­bios socia­les y polí­ti­cos que el sis­te­ma y la cas­ta polí­ti­ca se nie­gan a ceder.

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