Chi­le. Jai­me Cas­ti­llo , ex pri­sio­ne­ro polí­ti­co: «En la Revuel­ta está la semi­lla que sem­bra­mos duran­te años de lucha»

Por Car­los Azná­rez, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano 4 de octu­bre de 2020

Entre­vis­ta­mos a Jai­me Cas­ti­llo Petruz­zi, ex mili­tan­te del MIR chi­leno y lue­go del MRTA peruano, quien pasó 23 años en las cár­ce­les de ese país. Cas­ti­llo habla a fon­do de la lucha por la liber­tad de los pre­sos y pre­sas de la Revuel­ta, pero tam­bién cuen­ta la his­to­ria mili­tan­te del pri­sio­ne­ro polí­ti­co Mau­ri­cio Her­nán­dez Noram­bue­na, quien actual­men­te se halla en cár­cel de alta segu­ri­dad y ya lle­va un total de 21 años pre­so. Cas­ti­llo tam­bién abor­da el encuen­tro de dis­tin­tas gene­ra­cio­nes en la lucha calle­je­ra y home­na­jea muy espe­cial­men­te al pue­blo Mapuche.

-Esta sema­na se rea­li­zan nume­ro­sas movi­li­za­cio­nes por los pre­sos y pre­sas de la Revuel­ta y por todos los pri­sio­ne­ros polí­ti­cos. ¿Cuál es tu opi­nión sobre la situa­ción repre­si­va y la enor­me can­ti­dad de dete­ni­dos y judicalizados?

-Un aspec­to impor­tan­te para con­si­de­rar es que en el ima­gi­na­rio popu­lar y de todos noso­tros han que­da­do en evi­den­cia los hechos de la repre­sión en el mes de octu­bre has­ta fines de febre­ro y media­dos de mar­zo. Todo el mun­do hemos mane­ja­do la cifra de 2.500 com­pa­ñe­ras y com­pa­ñe­ros dete­ni­dos por esta insu­rrec­ción, suble­va­ción, rebe­lión popu­lar. Enton­ces, efec­ti­va­men­te hubo un momen­to en el que el Esta­do detu­vo muchos com­pa­ñe­res par­ti­ci­pan­tes direc­ta­men­te los cona­tos, los enfren­ta­mien­tos calle­je­ros, con los apa­ra­tos del Esta­do. Se habla de 2.500 com­pa­ñe­ros pre­sos duran­te mucho tiem­po. En este pre­ci­so momen­to la últi­ma cifra que me han alcan­za­do los com­pa­ñe­ros abo­ga­dos es que que­dan un pro­me­dio de 200 com­pa­ñe­ros y com­pa­ñe­ras pri­sio­ne­ras en fir­me, en las cár­ce­les del Esta­do, de la Revuel­ta, de la rebe­lión, esta­mos hablan­do. De esos, 50 están en San­tia­go I y, lo que sí, hay un núme­ro de más de 1.000 com­pa­ñe­ros y com­pa­ñe­ras que están cum­plien­do arres­to domi­ci­lia­rio, que están cum­plien­do pri­sión en sus casas, a la espe­ra de pro­ce­sos. Los que están con arres­to domi­ci­lia­rio y los que están con pri­sión fir­me están en pro­ce­sos que van enca­mi­na­dos. Hace poco un com­pa­ñe­ro que esta­ba acu­sa­do de que­mar una uni­ver­si­dad le esta­ban pidien­do 20 años con una serie de argu­men­tos y, en sín­te­sis, los abo­ga­dos logra­ron cin­co años y que esa acu­sa­ción de que­mar un edi­fi­cio edu­ca­ti­vo o supe­rior se trans­for­ma­ra en que arro­ja­ba unas molo­tov, este fue un poco el sen­ti­do de la defensa. 

-¿Qué sig­ni­fi­ca para la mili­tan­cia el mes de octubre?

-Hablar para noso­tros de octu­bre es real­men­te estre­me­cer nues­tro com­pro­mi­so y nues­tra vida mili­tan­te ya que vie­nen a la men­te, el ini­cio de la rebe­lión popu­lar en Chi­le que estre­me­ció al Esta­do, a este neo­li­be­ra­lis­mo rega­lón, como deci­mos en Chi­le, de las gran­des trans­na­cio­na­les y del impe­rio. El expe­ri­men­to desa­rro­lla­do acá del capi­ta­lis­mo a ultran­za, extrac­ti­vis­ta y depre­da­dor era el ejem­plo del mode­lo a seguir por las eco­no­mías del mun­do. Siem­pre se habla­ba de lo que suce­de en Chi­le, que era la prin­ce­sa, la cere­za de la tor­ta, y de la noche a la maña­na eso se res­que­bra­jó de una mane­ra extra­or­di­na­ria. Para todos los com­pa­ñe­ros que somos mayo­res y que vivi­mos, de una u otra for­ma, el pro­ce­so revo­lu­cio­na­rio de la Unión Popu­lar y des­pués la resis­ten­cia fren­te a la Dic­ta­du­ra, ver gran­des can­ti­da­des de jóve­nes, muje­res, de todos los estra­tos socia­les, com­pa­ñe­ros y com­pa­ñe­ras en las calles, en algún momen­to se habló de 1 millón y medio y has­ta de 2 millo­nes de per­so­nas, es impa­ga­ble. Tam­bién es impor­tan­te ver a las com­pa­ñe­ras revin­di­can­do el fin de esta socie­dad neo­li­be­ral, patriar­cal, don­de el aspec­to de la libe­ra­ción feme­ni­na ha toma­do una fuer­za real­men­te ejem­plar, ya que es muy intere­san­te el apor­te que han hecho las com­pa­ñe­ras femi­nis­tas que están enfo­ca­das en la lucha polí­ti­ca, social y de géne­ro. Noso­tros rei­vin­di­ca­mos eso acá y tra­ta­mos de luchar con­tra el macho que lle­va­mos aden­tro, con­tra este Esta­do pater­nal y patriar­cal y, real­men­te, es un gran apor­te la movi­li­za­ción feme­ni­na. Enton­ces, hemos vis­to como una serie de luchas se fue­ron des­en­ca­de­nan­do, has­ta que lle­ga­mos al mes de octu­bre del año pasa­do don­de, como se dice, Chi­le despertó. 

-Y des­per­tó con todo, sin duda

-Noso­tros veía­mos las luchas en Argen­ti­na, Boli­via, Perú, Colom­bia, el ejem­plo de la Revo­lu­ción Boli­va­ria­na, por todas par­tes hay pue­blos y juven­tu­des movi­li­za­das, y nues­tra situa­ción acá era, por lo menos, de pro­fun­da derro­ta cau­sa­da por la Dic­ta­du­ra. Real­men­te, tene­mos que ana­li­zar las dife­ren­tes derro­tas que a lo lar­go de la his­to­ria de la lucha del pue­blo chi­leno ha infrin­gi­do el Esta­do y las cla­ses domi­nan­tes a los de aba­jo en los dife­ren­tes momen­tos his­tó­ri­cos, todas esas derro­tas tomar­las como el derro­te­ro, como la lec­ción a sacar. Que cada derro­ta sea un paso en la orga­ni­za­ción popu­lar, un paso en la com­ba­ti­vi­dad, un paso en lo que es trans­for­mar la uni­dad social de las cla­ses, la uni­dad revo­lu­cio­na­ria de cla­ses, la fuer­za social revo­lu­cio­na­ria. Fue­ron años y años de acu­mu­la­ción de des­pre­cio, resig­na­ción, impo­ten­cia, des­po­jo, has­ta que lle­gó un pun­to en que ya se hizo inacep­ta­ble. En un momen­to se plan­tea­ba que los mucha­chos secun­da­rios sal­tan­do los con­tro­les del metro por los 30 pesos habían reba­sa­do todo y, efec­ti­va­men­te, fue la goti­ta que reba­só el vaso. Pero, atrás vie­ne una serie de luchas, de enfren­ta­mien­tos, de la cla­se, de los pobres del cam­po y la ciu­dad, de nues­tros pue­blos ori­gi­na­rios, don­de cen­tral­men­te nues­tros her­ma­nos mapu­ches han dado una lucha tremenda. 

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Recuer­do cuan­do estu­vi­mos allí, las dos o tres opor­tu­ni­da­des que fui­mos en el medio de la Revuel­ta, nos pare­cía super intere­san­te ver por pri­me­ra vez San­tia­go de Chi­le lle­nó de ban­de­ras mapu­che. Esa rei­vin­di­ca­ción que tan­to tiem­po tar­dó, de unir la lucha popu­lar de los chi­le­nos y chi­le­nas y la lucha popu­lar de los mapu­che, que en el sur obvia­men­te están sufrien­do des­de antes de la Revuel­ta mucha mili­ta­ri­za­ción y mucha ofen­si­va con­tra ellos.

-Así es. Jus­ta­men­te, en nues­tra vida mili­tan­te hemos acom­pa­ña­do la pre­sen­ta­ción de un libro de un com­pa­ñe­ro voce­ro de la CAM, Coor­di­na­do­ra Arau­co Malle­co, Héc­tor Llai­tul y por comen­tar ese libro en este momen­to esta­mos en una situa­ción judi­cial enfren­tan­do el aco­so del Esta­do a los libres pen­sa­do­res. Un deli­to de opi­nión que me quie­ren impu­tar y trans­for­mar­lo quién sabe en qué. El hecho pro­fun­do es que las comu­ni­da­des de los pue­blos ori­gi­na­rios y par­ti­cu­lar­men­te el pue­blo mapu­che dio una lucha de 500 años de resis­ten­cia, de recu­pe­rar lo que ha sido de ellos y que les ha sido roba­do, expo­lia­do de la peor mane­ra por las cla­ses domi­nan­tes de nues­tro país, de resis­tir a las masa­cres, al geno­ci­dio físi­co, étni­co y cul­tu­ral per­ma­nen­te de par­te del Esta­do chileno. 

Muchos chi­le­nos hoy no cono­cen, no ven, lo que ha sig­ni­fi­ca­do el avan­ce de las Fuer­zas del Esta­do duran­te las tres cuar­tas par­tes del siglo XIX, 1881−85−90, hacia el sur de Chi­le. Acá se lla­ma «la paci­fi­ca­ción de la Arau­ca­nía», pero que no fue más que el avan­ce de las tro­pas chi­le­nas que estu­vie­ron en la gue­rra fra­tri­ci­da con­tra Perú y Boli­via y con esa expe­rien­cia de gue­rra lle­ga­ron y ensan­cha­ron, des­de Con­cep­ción al sur, el Esta­do Nacio­nal chi­leno, masa­cran­do, reple­gan­do las masas mapu­ches hacia la mon­ta­ña, roban­do, adue­ñán­do­se de sus tie­rras. Una reali­dad que has­ta el día de hoy está en for­ma paten­te. Enton­ces, nues­tros her­ma­nos mapu­ches han dado, par­ti­cu­lar­men­te en estos últi­mos 20 años, un enfren­ta­mien­to fron­tal, de raíz, con­tra la pre­sen­cia mili­tar y la eco­nó­mi­ca de lo que es la indus­tria extrac­ti­vis­ta, de las celu­lo­sas, la pre­sen­cia del Esta­do chi­leno en cual­quie­ra de sus for­mas y excepciones. 

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-¿Hay coin­ci­den­cias con lo que plan­tea el pue­blo mapu­che en cuan­to a eman­ci­pa­ción plena?

-Esta­mos rei­vin­di­can­do eso tam­bién los com­pa­ñe­ros chi­le­nos que que­re­mos cons­truir algo nue­vo acá, pero, evi­den­te­men­te, los com­pa­ñe­ros mapu­che van a deci­dir su futu­ro, su des­tino. Ellos tie­ne dife­ren­tes plan­tea­mien­tos, par­ti­cu­lar­men­te el de la auto­no­mía del pue­blo mapu­che que va más allá de rei­vin­di­car su espi­ri­tua­li­dad y su mun­do cul­tu­ral, sino tam­bién el pro­ble­ma de la tie­rra, esa tie­rra que ha sido de ellos y que se las han roba­do duran­te gene­ra­cio­nes y que está en manos muchas veces de extran­je­ros, de trans­na­cio­na­les ame­ri­ca­nas y euro­peas. Tam­bién, por supues­to, de los sec­to­res terra­te­nien­tes chi­le­nos, que des­pués del pro­ce­so de la Uni­dad Popu­lar se adue­ña­ron de miles y miles de hec­tá­reas y lati­fun­dios que habían sido expro­pia­dos. Todo eso fue barri­do de un plu­ma­zo y hoy día lo que se tie­ne de con­ce­sión son gigan­tes­cos bos­ques, miles y miles de hec­tá­reas, con euca­lip­tus o pino insig­ne que des­pués de tres o cua­tro explo­ta­cio­nes de ocho, diez, doce años cada una, la tie­rra la secan total­men­te, le qui­tan todos los nutrien­tes y se va pro­du­cien­do una deser­ti­fi­ca­ción absur­da. Al mis­mo tiem­po, van arrin­co­nan­do más y más a nues­tras comu­ni­da­des de pue­blo ori­gi­na­rios mapuches. 

La uni­dad de dis­tin­tas gene­ra­cio­nes en la lucha calle­je­ra 

-Otro tema que me intere­sa hablar con­ti­go es sobre esa uni­dad que se dio tam­bién en la calle entre los vie­jos mili­tan­tes, los vete­ra­nos mili­tan­tes de la déca­da del 70, 80, los que lucha­ron con­tra Pino­chet por todas las vías posi­bles, y esta juven­tud que no cree ya más en los par­ti­dos, ni siquie­ra en los de izquier­da, que los han trai­cio­na­do. Hay dos sím­bo­los, me pare­ce, que unen las dos, a ver si estás de acuer­do. Uno es Víc­tor Jara, escu­char a los pibes jóve­nes, a los chi­qui­llos, can­tar «El dere­cho de vivir en paz». Y, por otro lado, Rami­ro, Mau­ri­cio Her­nán­dez Noram­bue­na, com­pa­ñe­ro del Fren­te Patrió­ti­co Manuel Rodrí­guez, que vie­ne de estar pre­so en Bra­sil por inter­na­cio­na­lis­ta, antes estu­vo en igua­les con­di­cio­nes en Chi­le, has­ta que se fuga­ron en su momen­to, y que aho­ra sigue pagan­do en la cár­cel este odio de cla­se que tie­ne la oli­gar­quía y la bur­gue­sía chi­le­na.  

-Ese día vier­nes 18 de octu­bre del 2019 la emo­ción nos embar­ga­ba por­que no podía­mos creer lo que esta­ba pasan­do, de que miles y miles de per­so­nas gri­ta­ran «aba­jo las AFPs», «edu­ca­ción gra­tui­ta de cali­dad», «solu­ción a la pro­ble­má­ti­ca mapu­che», «solu­ción al pro­ble­ma del trans­por­te», «solu­ción al pro­ble­ma de la cesan­tía», «solu­ción al pro­ble­ma habi­ta­cio­nal», «solu­ción al pro­ble­ma de la salud», en fin, todas las can­ti­da­des de rei­vin­di­ca­cio­nes que hemos teni­do noso­tros duran­te nues­tra vida de mili­tan­tes, lle­va­das al extre­mo de lo que la demo­cra­cia for­mal pue­de per­mi­tir. Enton­ces, se ha creó ahí un momen­to espe­cia, abso­lu­ta­men­te el más demo­crá­ti­co que poda­mos ima­gi­nar­nos en este Esta­do demo­crá­ti­co bur­gués de dere­cho a par­tir de las rei­vin­di­ca­cio­nes de la calle, del pue­blo en la calle. 

Noso­tros evi­den­te­men­te enten­di­mos que nues­tra lucha no era por­que éra­mos unos locos, unos inadap­ta­dos, unos anti­so­cia­les, acá está la semi­lla que sem­bra­mos, acá está el ejem­plo de tan­tas com­pa­ñe­ras y com­pa­ñe­ros que entre­ga­ron su vida. Me emo­ciono cuan­do me acuer­do de ellos, a tan­tos com­pa­ñe­ros y com­pa­ñe­ras que entre­ga­ron su liber­tad duran­te años, su exi­lio duran­te años. Algu­nos han muer­to en el exi­lio y no pue­den vol­ver o luchar por un Chi­le real­men­te demo­crá­ti­co, par­ti­ci­pa­ti­vo, soli­da­rio, don­de las rique­zas nacio­na­les sean para el Esta­do, sean para el pue­blo. Acá ni el cobre, ni los gran­des recur­sos mine­ra­les estra­té­gi­cos, ni el agua, per­te­ne­cen al Esta­do, son mul­ti­na­cio­na­les, son gran­des cor­po­ra­cio­nes, los ríos y los lagos todos tie­nen due­ños, es una cosa inima­gi­na­ble. Les fal­ta pri­va­ti­zar el aire por­que la tie­rra ya está pri­va­ti­za­da, todos los ser­vi­cios, y el agua, la elec­tri­ci­dad, el gas, todos son de mul­ti­na­cio­na­les dependientes. 

Enton­ces, obvia­men­te el hecho de que esa mucha­cha­da, esa juven­tud, enar­de­ci­da, anti­sis­té­mi­ca, que derri­bó todo tipo de orga­nis­mos, de orga­ni­za­cio­nes, de monu­men­tos, de íco­nos de la dic­ta­du­ra o de la demo­cra­cia, que empleó for­mas vio­len­tas como el fue­go con­tra esta­men­tos comer­cia­les, con­tra vías de comu­ni­ca­ción, auto­bu­ses y metros, barri­ca­das y cho­ques con las Fuer­zas del Esta­do, son el fru­to de todo un pro­ce­so de lucha que se ha dado pre­vio. Noso­tros esta­mos levan­tan­do la con­cep­ción con mucha fuer­za de que se tra­ta de hablar acá de la his­to­ria de las luchas de nues­tros pue­blos con algu­nos hitos, gene­ral­men­te como decía­mos mar­ca­dos por derro­tas, pero que se van con­vir­tien­do en derro­te­ros don­de cada vez más el pue­blo va asi­mi­lan­do en la memo­ria his­tó­ri­ca casi gené­ti­ca­men­te, asi­mi­lan­do con­cep­tos orga­ni­za­ti­vos, erro­res y, sobre todo, ense­ñan­zas, el qué pedir, qué reivindicación. 

El ple­bis­ci­to constituyente

Hoy día nos encon­tra­mos en un pano­ra­ma polí­ti­co don­de hay muchas posi­cio­nes en la izquier­da, lamen­ta­ble­men­te, no hemos logra­do cua­jar una uni­dad polí­ti­ca orgá­ni­ca de la izquier­da ins­ti­tu­cio­nal y la extra­ins­ti­tu­cio­nal sobre el cómo cerrar este ciclo de la tran­si­ción pino­che­tis­ta, de la Dic­ta­du­ra cívi­co-mili­tar. Se ha plan­tea­do, por exi­gen­cia de las masas, una nue­va Cons­ti­tu­ción, una Asam­blea Cons­ti­tu­yen­te. Mucha rei­vin­di­ca­ción ha habi­do por un gobierno pro­vi­sio­nal, es decir «fue­ra el gobierno actual», y los ama­rres de siem­pre han hecho que los sec­to­res bur­gue­ses, media­no­bur­gue­ses, los par­ti­dos ins­ti­tu­cio­na­les en defi­ni­ti­va, hayan logra­do una serie de acuer­dos, un lla­ma­do pac­to de paz, que no ha hecho más que con­di­cio­nar la gran rei­vin­di­ca­ción que cru­za­ba todas las mar­chas y mani­fes­ta­cio­nes: Asam­blea Cons­ti­tu­yen­te Ya para avan­zar a una Nue­va Constitución. 

Tene­mos enton­ces, no lo que que­re­mos, sino la con­vo­ca­to­ria a un ple­bis­ci­to, un refe­rén­dum, este 25 de octu­bre, don­de hay la posi­bi­li­dad de hacer una Con­ven­ción Cons­ti­tu­cio­nal que es tre­men­da­men­te limi­ta­da com­pa­ra­da con el poder que tie­ne una Asam­blea Cons­ti­tu­yen­te sobe­ra­na, ciu­da­da­na, ele­gi­da real­men­te por el pue­blo, con repre­sen­tan­tes genui­nos del pue­blo. Pero, aquí es don­de digo que hay dife­ren­tes posi­cio­nes: a mi enten­der es un espa­cio que hay que ensan­char, que no hay que per­mi­tir que un ter­cio de la dere­cha pue­da des­pués vetar las posi­bles refor­mas en pro­fun­di­dad y si es posi­ble cam­biar toda la Cons­ti­tu­ción, sien­do lo más obje­ti­vo y rea­lis­ta posi­ble. Siem­pre hemos teni­do la espa­da de Damo­cles, los tan­ques del Ejér­ci­to, en nues­tras cabe­zas y la his­to­ria de Chi­le está pla­ga­da de masa­cres. Enton­ces, has­ta dón­de la exi­gen­cia de las masas lle­ga a un pun­to que ten­sio­na la situa­ción polí­ti­ca que logra impo­ner el tema de una Asam­blea Cons­ti­tu­yen­te, la trans­for­man en una Con­ven­ción Cons­ti­tu­cio­nal, o en el peor de los casos, una Con­ven­ción mix­ta que no va a ganar. Tan­to es así, que se habla de un 80% que va a votar el aprue­bo por una Con­ven­ción Cons­ti­tu­cio­nal, tan­to es así que sec­to­res de la bur­gue­sía nacio­nal y de los par­ti­dos de cen­tro dere­cha, de dere­cha inclu­si­ve y alguno que otro de extre­ma dere­cha, están lla­man­do a apro­bar la Cons­ti­tu­ción con el obje­ti­vo de tra­ba­jar des­de aden­tro, lograr man­te­ner un ter­cio que pue­da para­li­zar las posi­bles enmien­das que se quie­ran hacer. Quie­ren man­te­ner esa Cons­ti­tu­ción cívi­co-mili­tar de Pino­chet y de Guzmán. 

Hablar de Mau­ri­cio Her­nán­dez Norambuena

-Hablan­do de Guz­mán, lle­ga­mos a la figu­ra de nues­tro her­mano Mau­ri­cio Her­nán­dez Noram­bue­na, com­pa­ñe­ro que fue com­ba­tien­te y un man­do des­ta­ca­do del Fren­te Patrió­ti­co Manuel Rodrí­guez y en un momen­to dado par­ti­ci­pó en las más impor­tan­tes ope­ra­cio­nes que se die­ron en la resis­ten­cia por par­te de los com­pa­ñe­ros del Fren­te Patrió­ti­co. Pre­via­men­te, com­pa­ñe­ros del MIR, de don­de ven­go yo, obvia­men­te tam­bién tuvie­ron des­ta­ca­dí­si­mas inter­ven­cio­nes en la lucha anti­dic­ta­to­rial, tam­bién nues­tros her­ma­nos lau­ta­ris­tas, cada uno puso todo lo que pudo. Nues­tro her­mano Mau­ri­cio Her­nán­dez Noram­bue­na, res­pe­tuo­sa­men­te lla­ma­do Coman­dan­te Rami­ro por sus com­pa­ñe­ros y todos los que lo apre­cia­mos, cuan­do es encar­ce­la­do logra fugar­se. Una fuga míti­ca, real­men­te espec­ta­cu­lar, en un heli­cóp­te­ro, sin heri­dos, sin muer­tos, y logra­ron salir bien los com­pa­ñe­ros, una ope­ra­ción de escue­la, de pelí­cu­la, his­tó­ri­ca real­men­te. Pos­te­rior­men­te, el com­pa­ñe­ro se inte­gra a la gue­rri­lla en Colom­bia con el ELN y des­de sus filas él es nom­bra­do res­pon­sa­ble de un ope­ra­ti­vo de varios revo­lu­cio­na­rios lati­no­ame­ri­ca­nos, com­pa­ñe­ros de una frac­ción del MIR de Chi­le, com­pa­ñe­ros del Fren­te Patrió­ti­co, com­pa­ñe­ros argen­ti­nos, boli­via­nos, bra­si­le­ños, de dife­ren­tes nacio­na­li­da­des par­ti­ci­pan por esas tareas eco­nó­mi­cas en Bra­sil. Secues­tros polí­ti­cos con fun­ción eco­nó­mi­ca, para desa­rro­llar la lucha revo­lu­cio­na­ria del ELN en Colom­bia. Es cap­tu­ra­do y pasa 17 años pri­sio­ne­ro en for­ma abso­lu­ta­men­te inhu­ma­na, con una for­ma de ais­la­mien­to per­ma­nen­te de su per­so­na, él no podía no tan solo no hablar, sino no mirar a sus cap­to­res por­que si mira­ba un cap­tor a los ojos era san­cio­na­do a cala­bo­zo de cas­ti­go, sin visi­tas. Enton­ces, duran­te 17 años el com­pa­ñe­ro pasó en cár­ce­les bra­si­le­ñas, más los cua­tro años que tenía en pri­sión en Chi­le antes de salir en el vue­lo de la liber­tad en el heli­cóp­te­ro que lo res­ca­tó, fue tras­la­da­do hace un año, el 20 de agos­to del año pasa­do, entre gallos y media­no­che a Chi­le don­de no se han res­pe­ta­do los Tra­ta­dos Inter­na­cio­na­les. No se han reco­no­ci­do los 21 años que ya debe­ría de haber teni­do, y de una for­ma que dice mucho de lo que es la Jus­ti­cia de Chi­le, que sigue ape­ga­da al poder, a la cas­ta más reac­cio­na­ria y más fas­cis­ta que exis­te, le die­ron nue­va­men­te dos con­de­nas de 15 años, enton­ces, en la prác­ti­ca el com­pa­ñe­ro tie­ne que cum­plir hoy 26 años. 

Aquí es don­de vie­nen las con­tra­dic­cio­nes y las ale­grías de la his­to­ria por­que veías, duran­te la Revuel­ta, todos los vier­nes en dife­ren­tes luga­res de Chi­le el emble­ma del Fren­te Patrió­ti­co o las ban­de­ras del MIR y, sobre todo, muy par­ti­cu­lar­men­te la cara de nues­tro com­pa­ñe­ro Coman­dan­te Rami­ro, rei­vin­di­cán­do­lo como un com­ba­tien­te inter­ge­ne­ra­cio­nal, de antes de la Dic­ta­du­ra, des­pués de la cacarea­da tran­si­ción y aho­ra que ya esta­mos en los ester­to­res, a mi enten­der, de esta tran­si­ción cívico-militar. 

Hoy día el com­pa­ñe­ro sigue en las mis­mas con­di­cio­nes que en Bra­sil, ais­la­do total­men­te, pue­de ver sola­men­te a cua­tro fami­lia­res y a sus abo­ga­dos una vez a la sema­na, no tie­ne con­tac­to con otros pre­sos, sal­vo que uno de los cap­to­res, alcai­des se lla­man, lo deje jun­tar­se, con­ver­sar, socia­li­zar. Enton­ces, sigue en las más inhu­ma­nas con­di­cio­nes. Pero, como es un cua­dro, un com­ba­tien­te y un man­do estra­té­gi­co de la revo­lu­ción chi­le­na y lati­no­ame­ri­ca­na por qué no decir­lo, el com­pa­ñe­ro per­ma­nen­te­men­te está hacien­do apor­tes, hacien­do lle­gar refle­xio­nes, escri­bien­do, con la moral fir­me. Sin duda, es uno de los imprescindibles. 

Itu­rria /​Fuen­te

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