Bra­sil. ¿Deja­rá Bol­so­na­ro algún bos­que en la Amazonía?

Por Hedel­ber­to López Blanch. Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 3 de octu­bre de 2020.

Un estu­dio rea­li­za­do por la Uni­ver­si­dad Fede­ral de Pará (UFPA) y el Ins­ti­tu­to de Inves­ti­ga­ción Ambien­tal de la Ama­zo­nia (IPAM), resul­ta demo­le­dor sobre la for­ma en que son arra­sa­das las tie­rras por lati­fun­dis­tas con la ple­na auto­ri­za­ción del gobierno de Jair Bolsonaro. 

La inves­ti­ga­ción fue publi­ca­da a fina­les de junio en la revis­ta Land Use Policy bajo el títu­lo: «Tie­rra sin ley en la tie­rra de nadie: las áreas fores­ta­les públi­cas no des­ti­na­das de la Ama­zo­nia bra­si­le­ña”. El artícu­lo cien­tí­fi­co afir­ma que esa ocu­pa­ción indis­cri­mi­na­da es «fuen­te de defo­res­ta­ción, explo­ta­ción pre­da­to­ria de recur­sos natu­ra­les, acti­vi­da­des eco­nó­mi­cas insos­te­ni­bles y vio­len­cia en el campo».

Clau­dia Aze­ve­do-Ramos, pro­fe­so­ra del Núcleo de Altos Estu­dios Ama­zó­ni­cos de la UFPA denun­cióen entre­vis­ta al medio bra­si­le­ño Eco: «Si el pro­pio Gobierno, que debe­ría estar fis­ca­li­zan­do estas áreas que son públi­cas, está trans­mi­tien­do un men­sa­je de que no les va a pasar nada (a los usur­pa­do­res), que sus trac­to­res no van a ser que­ma­dos o con­fis­ca­dos, que la Poli­cía Fede­ral no los va a con­tro­lar, que pue­den entrar en Tie­rras Indí­ge­nas, pue­den extraer mine­ra­les a gusto…eso defi­ni­ti­va­men­te son tie­rras sin ley”.

Recor­de­mos que el pre­si­den­te Jair Bol­so­na­ro, deno­mi­na­do como el “depre­da­dor ambien­tal”, des­de el ini­cio de su cam­pa­ña elec­to­ral enfa­ti­zó que no reco­no­ce­ría ni un cen­tí­me­tro más de tie­rras indí­ge­nas y tras la lle­ga­da al poder impul­só la explo­ta­ción eco­nó­mi­ca de los recur­sos natu­ra­les ama­zó­ni­cos “sin regu­la­cio­nes ni burocracia”.

En sus pla­nes de explo­ta­ción del Ama­zo­nas, Bol­so­na­ro des­po­jó de atri­bu­cio­nes y recur­sos a admi­nis­tra­cio­nes públi­cas como el Ins­ti­tu­to Bra­si­le­ño del Medio Ambien­te y de los Recur­sos Natu­ra­les Reno­va­bles (IBAMA), vin­cu­la­do al Minis­te­rio de Medio Ambien­te y res­pon­sa­ble de la eje­cu­ción de esa Polí­ti­ca Nacional.

Con el fin de impul­sar el agro­ne­go­cio que cata­lo­ga como el eje fun­da­men­tal de la eco­no­mía, Bol­so­na­ro está des­tru­yen­do el prin­ci­pal pul­món ver­de del planeta.

En casi todas sus inter­ven­cio­nes públi­cas ha insis­ti­do en que los incen­dios regis­tra­dos en la Ama­zo­nia son «men­ti­ra» y que cada país de la región tie­ne dere­cho a explo­tar los recur­sos natu­ra­les de sus territorios.

Como no quie­re que nadie se le inter­pon­ga en ese des­truc­tor camino, cuan­do el direc­tor del Ins­ti­tu­to Nacio­nal de Inves­ti­ga­ción Espa­cial (Inpe), Ricar­do Gal­vao pre­sen­tó a prin­ci­pios de 2020 un infor­me don­de denun­cia­ba que la Ama­zo­nía había per­di­do 5 879 kiló­me­tros cua­dra­dos en los últi­mos 12 meses, 40 % más que un año antes, Bol­so­na­ro lo des­ti­tu­yó inmediatamente.

Solo en el mes de julio de este año, el área des­bro­za­da por talas indis­cri­mi­na­das e incen­dios, según el Inpe, es tres veces más gran­de que la ciu­dad de Nue­va York y se cua­dru­pli­có con res­pec­to al año anterior. 

En la explo­ta­ción de los recur­sos de la Ama­zo­nía bra­si­le­ña, con la ple­na auto­ri­za­ción del gobierno dere­chis­ta, se han invo­lu­cra­do empre­sa­rios, polí­ti­cos, indi­vi­duos con gran capi­tal eco­nó­mi­co y has­ta com­pa­ñías transnacionales.

Bajo esas cir­cuns­tan­cias, unas 12 millo­nes de hec­tá­reas de tie­rras públi­cas, un área del tama­ño de Gua­te­ma­la y El Sal­va­dor jun­tos, han sido ocu­pa­das ile­gal­men­te por esos pro­pie­ta­rios pri­va­dos que des­alo­jan sin con­tem­pla­ción a los nati­vos de esas zonas. La tala ile­gal den­tro de Tie­rras Indí­ge­nas en 2019 – 2020 aumen­tó 80 % en rela­ción con 2018.

La Ama­zo­nia com­pren­de 5 % de la super­fi­cie terres­tre del pla­ne­ta, 40 % de Amé­ri­ca del Sur y 4,2 millo­nes de kiló­me­tros cua­dra­dos (61 % del total) cubren la mitad de Bra­sil, en la región nor­te.

En julio, el Ins­ti­tu­to Nacio­nal de Inves­ti­ga­cio­nes Espa­cia­les, regis­tró 82 900 hec­tá­reas defo­res­ta­das, un récord men­sual en rela­ción a los últi­mos cin­co años, lo cual con­fir­ma un cre­ci­mien­to con­ti­nua­do de la defo­res­ta­ción en los últi­mos 13 meses y un aumen­to total del 78 % en rela­ción al perío­do 2018 – 2019.

En los meses de julio, agos­to y sep­tiem­bre, una de las regio­nes que más ha sufri­do la defo­res­ta­ción ha sido el Gran Pan­ta­nal, situa­do en el extre­mo sudo­rien­tal en los Esta­dos de Mato Gros­so y Mato Gros­so del Sur (su alcan­ce se extien­de a Boli­via y Para­guay) con una super­fi­cie de 187 818 hec­tá­reas y abar­ca las cabe­ce­ras de los ríos Cuia­bá y Para­guay. Es uno de los eco­sis­te­mas hume­da­les de agua dul­ce más vas­tos del mundo.

Los enor­mes incen­dios han des­trui­dos el hábi­tat de nume­ro­sas espe­cies y afec­ta­do a pobla­do­res de las ciu­da­des de Aqui­daua­na, Cáce­res, Corum­bá, Coxim, Miran­da, Poco­né, Barao de Mel­ga­do, Puer­to Suá­rez y Puer­to Guijarro.

La direc­to­ra adjun­ta del Ins­ti­tu­to Cen­tro de Vida, Ali­ce Thuault, expli­có que debi­do al cam­bio cli­má­ti­co, el Pan­ta­nal vive la mayor sequía de los últi­mos 47 años, situa­ción que se incre­men­ta con los pro­lí­fe­ros incendios.

La situa­ción es dra­má­ti­ca en el Par­que de las aguas, den­tro del Pan­ta­nal que ya ha per­di­do el 85 % de su terri­to­rio, lugar de mayor con­cen­tra­ción del mun­do de jagua­res y sitio natu­ral del raro gua­ca­ma­yo jacin­to o gua­ca­ma­yo azul.

Thuault denun­ció que son muy raros los incen­dios espon­tá­neos, la mayo­ría de ellos se ori­gi­nan en terre­nos pri­va­dos, con el obje­ti­vo de lim­piar­los y aca­ban exten­dién­do­se a zonas protegidas.

La dura reali­dad es que el mun­do de la Ama­zo­nia va redu­cién­do­se a pasos agi­gan­ta­dos, mien­tras un pre­si­den­te incon­cien­te, agre­si­vo e inep­to nie­ga el cam­bio cli­má­ti­co y a la par impul­sa la defo­res­ta­ción para incre­men­tar el agro nego­cio. Y el mun­do se pre­gun­ta: ¿con esa arbi­tra­ria polí­ti­ca anti­am­bien­tal deja­rá Bol­so­na­ro algún bos­que en la Amazonía? 

(Hedel­ber­to López Blanch, perio­dis­ta, escri­tor e inves­ti­ga­dor cubano).

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