Bra­sil. El deba­te sobre la «cris­to­fo­bia» es estra­té­gi­co para can­di­da­tu­ras ultraconservadoras

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 24 sep­tiem­bre 2020.

La «cris­to­fo­bia» fue uti­li­za­da por Jair Bol­so­na­ro en su dis­cur­so en la 75 Asam­blea Gene­ral de las Nacio­nes Uni­das (ONU). Citan­do el tér­mino, que defi­ne la aver­sión al cris­tia­nis­mo o aque­llos que pro­fe­san la fe cris­tia­na, el pre­si­den­te hizo un «lla­ma­do a toda la comu­ni­dad inter­na­cio­nal por la liber­tad reli­gio­sa y la lucha con­tra la cris­to­fo­bia» y agre­gó: Bra­sil es un «país cris­tiano y con­ser­va­dor» , y tie­ne su base en la fami­lia ”, aun­que el Esta­do bra­si­le­ño es lai­co, como lo esta­ble­ce la Cons­ti­tu­ción Fede­ral. Al citar el man­da­to de la ONU, Bol­so­na­ro avan­za estra­te­gia elec­to­ral, seña­la teó­lo­go Ronil­so Pacheco

Antes del dis­cur­so de Bol­so­na­ro, el tér­mino cris­to­fo­bia ha sido uti­li­za­do por par­la­men­ta­rios del Ban­co Evan­gé­li­co en el Con­gre­so. En 2015, por ejem­plo, el dipu­tado fede­ral Mar­co Feli­ciano (repu­bli­ca­nos) uti­li­zó la pala­bra para ata­car mani­fes­ta­cio­nes del Des­fi­le LGBT. Hace cua­tro años, pasó por el Ayun­ta­mien­to de São Pau­lo un pro­yec­to de ley del con­ce­jal Eduar­do Tuma (PSDB), que creó el Día de Lucha con­tra la Cristofobia.

La exis­ten­cia de la cris­to­fo­bia, en un país de mayo­ría cris­tia­na ‑50% cató­li­cos y 31% evan­gé­li­cos, según Datafolha‑, es con­tra­dic­to­ria. Los más dis­cri­mi­na­dos por moti­vos reli­gio­sos en el país son los prac­ti­can­tes de umban­da, can­dom­blé y otras reli­gio­nes de ori­gen afri­cano, según datos del pro­pio gobierno fede­ral: de 506 casos regis­tra­dos por Dial 100 el año pasa­do, solo 23 fue­ron con­tra seg­men­tos evangélicos.

«Exis­te el pre­jui­cio, como hay el pre­jui­cio con­tra varios gru­pos», pero «los cris­tia­nos tie­nen en sus manos todo el apa­ra­to del poder esta­tal», seña­la el teó­lo­go e inves­ti­ga­dor de Igle­sia, socie­dad y dere­chos civi­les, Ronil­so Pache­co. Son pala­bras des­pués de escu­char el dis­cur­so del pre­si­den­te Bol­so­na­ro a tra­vés de Inter­net, en su casa de Esta­dos Uni­dos, don­de está cur­san­do una maes­tría en teo­lo­gía del Union Theo­lo­gi­cal Semi­nary (Uni­ver­si­dad de Colum­bia) en Nue­va York.

El teó­lo­go e inves­ti­ga­dor des­ta­ca: Bra­sil no está entre los paí­ses don­de hay per­se­cu­cio­nes con­tra los cris­tia­nos. El pre­jui­cio exis­te, inclu­so entre las deno­mi­na­cio­nes evan­gé­li­cas, «lle­va­do a cabo por cues­tio­nes de cla­se, racia­les». Según Pache­co, el tér­mino cris­to­fo­bia fue uti­li­za­do por Bol­so­na­ro de mane­ra estra­té­gi­ca y, al pare­cer, debe orien­tar los deba­tes elec­to­ra­les en defen­sa de una agen­da ultraconservadora.

¿Hablar de cris­to­fo­bia y /​o creer en Bra­sil es un deba­te legí­ti­mo, des­de tu pun­to de vis­ta? ¿Exis­te real­men­te pre­jui­cio con­tra los cris­tia­nos y /​o pre­jui­cio con­tra los evangélicos?

-Exis­te el pre­jui­cio, así como exis­te el pre­jui­cio con­tra varios gru­pos. La gran pre­gun­ta es que este pre­jui­cio está lejos de ser carac­te­ri­za­do como cris­topho­bia o cren­tepho­bia. No se pue­de negar que exis­te pre­jui­cio sobre la creen­cia de los evan­gé­li­cos, por ejem­plo, la for­ma de vivir, las cos­tum­bres. Inclui­do un pre­jui­cio intra-ecle­siás­ti­co, entre las igle­sias evan­gé­li­cas. Por ejem­plo, entre igle­sias más eli­tis­tas e igle­sias pen­te­cos­ta­les, mar­ca­da­men­te más empo­bre­ci­das, gene­ral­men­te ubi­ca­das en las afue­ras. Por un lado, igle­sias con gen­te más pobre, muchas sin edu­ca­ción com­ple­ta, otras más eli­tis­tas, con pas­to­res con for­ma­ción académica.

Cuan­do se cru­zan estas rela­cio­nes, hay pre­jui­cio, pero está car­ga­do de pro­ble­mas de cla­se, pro­ble­mas racia­les, con­si­de­ran­do que muchas de las igle­sias más pobres y peri­fé­ri­cas tie­nen una pre­sen­cia negra muy fuer­te. En este con­tex­to, los evan­gé­li­cos a menu­do se ven como de men­te estre­cha, alie­na­dos, hay una gene­ra­li­za­ción de los evan­gé­li­cos. Pero todo esto es com­ple­ta­men­te dife­ren­te al dis­cur­so de Cristofobia.

Este dis­cur­so no se apli­ca por­que com­pa­ra erró­nea­men­te a Bra­sil con paí­ses don­de de hecho hay per­se­cu­cio­nes con­tra los cris­tia­nos (Bra­sil no está entre los paí­ses que más per­si­guen a los cris­tia­nos, como mues­tra este ran­king). En Bra­sil, los evan­gé­li­cos con­ser­va­do­res y fun­da­men­ta­lis­tas están masi­va­men­te den­tro del gobierno. Es abso­lu­ta­men­te con­tra­dic­to­rio decir que exis­te la cris­to­fo­bia al mis­mo tiem­po que este gru­po reli­gio­so tie­ne en sus manos todo el apa­ra­to del poder estatal.

¿Podría com­pa­rar­se la cris­to­fo­bia con la idea del racis­mo inverso?

-Es algo que está en el mis­mo cam­po. La idea del racis­mo inver­so, de algu­na mane­ra, por extra­ña que sea, inten­ta reco­no­cer que el racis­mo exis­te y es una men­ta­li­dad gene­ra­li­za­da. La gra­ve­dad de este con­cep­to de cris­to­fo­bia es que no reco­no­ce esta men­ta­li­dad pre­jui­cio­sa que afec­ta a dife­ren­tes gru­pos. Asu­me un lugar de supues­ta vul­ne­ra­bi­li­dad y per­se­cu­ción por par­te de un gru­po espe­cí­fi­co, que sería cris­tiano y, sobre todo, evan­gé­li­co. Es un error simi­lar, pero con este agra­van­te, que en mi opi­nión es suma­men­te sig­ni­fi­ca­ti­vo y peligroso.

-Bol­so­na­ro tam­bién dijo, en el mis­mo dis­cur­so en la ONU, que Bra­sil es un país cris­tiano y con­ser­va­dor, aun­que el esta­do es lai­co. ¿Cuál es el sim­bo­lis­mo de esta decla­ra­ción ante la comu­ni­dad internacional?

-El énfa­sis del pre­si­den­te, has­ta aho­ra, era que el esta­do era lai­co, aun­que el gobierno era cris­tiano. Cada vez más aban­do­na este tipo de dis­cur­so y lo asu­me para la comu­ni­dad inter­na­cio­nal, anun­cian­do a Bra­sil como un país que tie­ne una iden­ti­dad ideo­ló­gi­ca y reli­gio­sa, es decir, es cris­tiano y con­ser­va­dor. Decir esto ante la comu­ni­dad inter­na­cio­nal es some­ter toda la diver­si­dad que exis­te en la socie­dad bra­si­le­ña y al mis­mo tiem­po es la afir­ma­ción de una supre­ma­cía reli­gio­sa cris­tia­na, que es par­te de este pro­yec­to de gobierno.

-En la prác­ti­ca, ¿el fun­da­men­ta­lis­mo cris­tiano, que cre­ce en el país repre­sen­ta­do por líde­res como Bol­so­na­ro, esti­mu­la el pre­jui­cio con­tra otras reli­gio­nes, como las de ori­gen africano?

-El fun­da­men­ta­lis­mo reli­gio­so pro­mue­ve el man­te­ni­mien­to de pre­jui­cios his­tó­ri­cos con­tra las reli­gio­nes de ori­gen afri­cano, atra­ve­sa­das por el racis­mo en Bra­sil. Cuan­do Bol­so­na­ro dice que aun­que el esta­do es lai­co, el país es cris­tiano y con­ser­va­dor, está repri­mien­do prin­ci­pal­men­te a las reli­gio­nes más per­se­gui­das y vul­ne­ra­bles en el con­tex­to reli­gio­so bra­si­le­ño. Esta pos­tu­ra es per­ju­di­cial y per­ju­di­cial para la pro­pia plu­ra­li­dad social, no solo des­de el pun­to de vis­ta de las creencias.

No es solo la creen­cia reli­gio­sa del pre­si­den­te o de los miem­bros del gobierno lo que es cris­tiano. Más que con­vic­ción reli­gio­sa, es la cons­truc­ción de un pro­yec­to polí­ti­co que invo­lu­cra la pers­pec­ti­va reli­gio­sa impues­ta, de mane­ra gene­ra­li­za­da, por la socie­dad, por las polí­ti­cas públi­cas, por el reco­no­ci­mien­to de gru­pos y mino­rías sociales.

Es un impac­to mucho mayor que el reli­gio­so. Hay una fal­ta de reco­no­ci­mien­to de la pre­sen­cia de diver­si­dad reli­gio­sa. Hay una fal­ta de reco­no­ci­mien­to de la vio­len­cia sufri­da por las reli­gio­nes afri­ca­nas. Pero tam­bién exis­te una ame­na­za para las liber­ta­des indi­vi­dua­les, cuan­do las pro­pues­tas del gobierno se hacen bajo el escru­ti­nio de pers­pec­ti­vas cris­tia­nas fun­da­men­ta­lis­tas y conservadoras.

-¿El aumen­to de las denun­cias de into­le­ran­cia reli­gio­sa, espe­cial­men­te con los ata­ques a terrei­ros y otros infor­mes vio­len­tos, está rela­cio­na­do con esto?

-Los ata­ques con­tra las reli­gio­nes de ori­gen afri­cano han aumen­ta­do en Bra­sil y esto está vin­cu­la­do a un entorno más vio­len­to y per­se­cu­to­rio. Como exis­te una nega­ción sis­te­má­ti­ca de la per­se­cu­ción y la vio­len­cia, y no exis­te una polí­ti­ca públi­ca que reco­noz­ca estas ame­na­zas, esta­mos con­tri­bu­yen­do a un entorno de vio­len­cia creciente.

Has­ta media­dos de 2010 se for­ta­le­ció el deba­te sobre la into­le­ran­cia reli­gio­sa. Sin duda, hubo un retro­ce­so, con un aumen­to de las denun­cias tan­to de vio­len­cia físi­ca como de agre­sio­nes ver­ba­les con­tra reli­gio­nes de ori­gen afri­cano. Este es sin duda el resul­ta­do de un ambien­te de vio­len­cia y pre­jui­cio crea­do tam­bién por el gobierno actual.
Habló de un pro­yec­to de supre­ma­cía cris­tia­na. ¿Pue­des expli­car mejor este concepto?

El cam­po evan­gé­li­co siem­pre ha esta­do en dispu­ta por la esfe­ra públi­ca, la influen­cia del poder polí­ti­co. Pero aho­ra es como si estu­vie­ran en un gran giro. Hay un pro­yec­to de supre­ma­cía muy cla­ro, con énfa­sis en valo­rar una idea de per­se­cu­ción reli­gio­sa, como espe­jo de lo que suce­de en Esta­dos Uni­dos, don­de las prác­ti­cas cris­tia­nas en las escue­las públi­cas están en deba­te, por ejemplo.

En este pro­yec­to de supre­ma­cía, los cris­tia­nos con­ser­va­do­res están ocu­pan­do posi­cio­nes estra­té­gi­cas en el gobierno de Bol­so­na­ro: en Edu­ca­ción, en Jus­ti­cia, en Dere­chos Huma­nos, en Capes, en la Defen­so­ría Públi­ca de la Unión, en el Con­se­jo Nacio­nal de Edu­ca­ción. Tam­bién en Rela­cio­nes Exte­rio­res, con Ernes­to Araú­jo, quien ha sido pun­ta de lan­za de una gran alian­za mun­dial por la liber­tad reli­gio­sa, que de hecho se res­trin­ge a la mayor fuer­za de la liber­tad cris­tia­na y la inje­ren­cia del cris­tia­nis­mo en la socie­dad. Es un pro­yec­to de cla­ra supre­ma­cía, don­de la gran coro­na­ción será la pre­sen­cia en el Tri­bu­nal Supre­mo Federal.

-¿Es el lla­ma­do del pre­si­den­te a luchar con­tra la cris­to­fo­bia una estra­te­gia electoral?

-Es algo que conec­ta con el pro­yec­to de supre­ma­cía coor­di­na­do con otras nacio­nes como Esta­dos Uni­dos, Hun­gría. La estra­te­gia elec­to­ral vie­ne a remol­que. La cris­to­fo­bia se pue­de uti­li­zar para pro­te­ger can­di­da­tu­ras y pau­tas ultra­con­ser­va­do­ras. Es un tér­mino que se pue­de apli­car a cual­quier cosa.

Un deba­te sobre los dis­cur­sos homo­fó­bi­cos – qué es creen­cia, qué es dis­cur­so de odio – pue­de enmar­car­se como cris­to­fo­bia. Un deba­te sobre la polí­ti­ca de dro­gas y el fun­cio­na­mien­to de las comu­ni­da­des tera­péu­ti­cas, por ejem­plo. Cual­quier dis­cu­sión que cues­tio­ne las prác­ti­cas de las comu­ni­da­des tera­péu­ti­cas cris­tia­nas, que no res­pe­tan el míni­mo de polí­ti­ca de salud men­tal, pue­de enmar­car­se en una pers­pec­ti­va de cristofobia.

En segu­ri­dad, en rela­ción a los exce­sos de la poli­cía, en pro­yec­tos de ley y ley. En edu­ca­ción, don­de el con­se­jo nacio­nal [el CNE] está imbui­do de una pre­sen­cia evan­gé­li­ca con­ser­va­do­ra, cual­quier resis­ten­cia a la moral y los valo­res cris­tia­nos se pue­de inter­pre­tar de esta mane­ra. Cual­quie­ra que cues­tio­ne la agen­da ultra­con­ser­va­do­ra sería cris­tó­fo­bo. En esta pers­pec­ti­va, el tér­mino cris­topho­bia sir­ve para blin­dar cual­quier tipo de pro­pues­ta y pro­ba­ble­men­te será uti­li­za­do como estra­te­gia elec­to­ral deci­si­va en las pró­xi­mas elecciones.

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