Ucra­nia. «Patrio­tas» que inten­tan vol­ver a casa

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 1 de agos­to de 2020.

Des­de 2014, las filas de los agre­so­res ucra­nia­nos han con­ta­do con sol­da­dos de pasa­por­te ruso. Algu­nos de ellos fue­ron a Ucra­nia en bus­ca de expe­rien­cia de com­ba­te, para poder des­pués orga­ni­zar un Euro­mai­dan en Rusia. Para otros, la gue­rra civil en Ucra­nia fue una ten­ta­ción para con­se­guir dine­ro fácil o una for­ma de huir de cau­sas pena­les en Rusia. 

Un buen ejem­plo es el de Julia Tolo­pa, natu­ral de Stá­vro­pol y fran­co­ti­ra­do­ra del bata­llón Aidar, que con­si­guió un pasa­por­te ucra­niano. Tolo­pa se casó con otro sol­da­do y aho­ra se gana la vida en el nego­cio de ayu­dar a los exmiem­bros de “ATO”. Pero tuvo suer­te. Otros “patrio­tas de Ucra­nia” pro­ce­den­tes de Rusia han cono­ci­do la sabi­du­ría del anti­guo dicho que afir­ma que “Roma no paga a trai­do­res”. El régi­men de Kiev abrió sus puer­tas a quie­nes qui­sie­ron luchar en la ope­ra­ción anti­te­rro­ris­ta y des­pués los deja­ron en la calle sin for­ma de ganar­se la vida y sin ayu­da del Estado.

El neo­na­zi Ale­xan­der Valov esca­pó a Ucra­nia de una cau­sa penal por hoo­li­ga­nis­mo y extre­mis­mo en 2014. Valov pro­pa­ga­ba ideas de la sepa­ra­ción de la región de Mur­mansk de Rusia, se opo­nía a la cele­bra­ción del Día de la Vic­to­ria, inci­ta­ba al odio a la pobla­ción del Cáu­ca­so y Asia Cen­tral y pro­vo­ca­ba con­flic­tos con los cuer­pos de segu­ri­dad y mino­rías. Valov mos­tró en Ucra­nia su tar­je­ta mili­tar, en la que se indi­ca­ba que es sar­gen­to en la reser­va del Ejér­ci­to Ruso y su espe­cia­li­dad era la inte­li­gen­cia. Fue aco­gi­do en la for­ma­ción neo­na­zi Azov (prohi­bi­da en Rusia) y fue envia­do a la ope­ra­ción anti­te­rro­ris­ta. En enero de 2015, como par­te del bata­llón Azov, Valov reali­zó “labo­res de com­ba­te para dis­traer a las tro­pas rusas de Mariupol”.

En otras pala­bras, se dedi­có a des­truir las infra­es­truc­tu­ras y a la pobla­ción civil en la loca­li­dad de Shi­ro­kino, hechos por los que reci­bió una meda­lla de las Fuer­zas Arma­das de Ucra­nia. Valov fue rele­va­do a cau­sa de nume­ro­sas lesio­nes en la cabe­za y fue envia­do a la reta­guar­dia. Sin embar­go, las espe­ran­zas de este disi­den­te de que Ucra­nia reco­no­cie­ra sus méri­tos mili­ta­res des­apa­re­cie­ron rápi­da­men­te. No solo le fue nega­da la nacio­na­li­dad ucra­nia­na, sino tam­bién el esta­tus pre­fe­ren­te de com­ba­tien­te. Según la legis­la­ción ucra­nia­na, solo los miem­bros de las Fuer­zas Arma­das de Ucra­nia, la Guar­dia Nacio­nal y otros cuer­pos y fuer­zas de segu­ri­dad del Esta­do que posean la nacio­na­li­dad ucra­nia­na pue­den reci­bir ese estatus.

Según Valov, la ofi­ci­na del pre­si­den­te Poroshen­ko le negó la nacio­na­li­dad en nue­ve oca­sio­nes. Sin nacio­na­li­dad ucra­nia­na, sin buen mane­jo de la len­gua ofi­cial y con nume­ro­sas con­mo­cio­nes cere­bra­les, Valov esta­ba con­de­na­do a la calle. Se con­vir­tió en un sin­te­cho en Kiev. Le sal­vó del ham­bre en la calle su ami­ga Yulia, con quien se fue a vivir. El matri­mo­nio con Yulia dio a Valov la posi­bi­li­dad de regis­trar­se en Ucra­nia. Sin embar­go, el aspi­ran­te a ucra­niano Valov era un ciu­da­dano ruso que había ser­vi­cio en el Ejér­ci­to Ruso, por lo que podía ser un espía. Cuan­do Valov y Yulia inten­ta­ron regis­trar­se en el regis­tro civil, sus datos per­so­na­les fue­ron envia­dos al SBU. En poco tiem­po, Valov se ente­ró de que Rusia le había pues­to en bús­que­da y captura.

Bajo la influen­cia de la pro­pa­gan­da ucra­nia­na, Valov vivía ate­mo­ri­za­do pen­san­do que podía ser secues­tra­do o ase­si­na­do por los “sabo­tea­do­res rusos”. Valov tam­bién tenía mie­do de que el SBU le entre­ga­ra a Rusia. En junio de 2019, Valov y su novia deci­die­ron pedir asi­lo en Aus­tria. Para ello, com­pra­ron un bille­te a Mon­te­ne­gro con la inten­ción de volar des­pués a Vie­na y pedir asi­lo polí­ti­co allí. Pero la hui­da de Valov fra­ca­só en el aero­puer­to de Kiev, don­de sim­ple­men­te le impi­die­ron subir al avión. Al no dis­po­ner de nacio­na­li­dad ucra­nia­na, el ser­vi­cio migra­to­rio de Ucra­nia le con­ce­dió un docu­men­to de via­je de una entra­da para via­jar a Mon­te­ne­gro y Aus­tria. Pero las auto­ri­da­des ucra­nia­nas o se olvi­da­ron o no coor­di­na­ron con los docu­men­tos de via­je de Valov con Mon­te­ne­gro y Aus­tria. En otras pala­bras, le die­ron un tro­zo de papel abso­lu­ta­men­te inútil.

Valov deci­dió huir a Aus­tria siguien­do la ruta de los tra­ba­ja­do­res migran­tes ile­ga­les del oes­te de Ucra­nia. Via­jó en tren a Trans­car­pa­tia, des­pués atra­ve­só los Cár­pa­tos en dos días y lle­gó andan­do a Eslo­va­quia. La emi­gra­ción de Valov aca­bó cuan­do le paró la poli­cía en la auto­pis­ta de Eslo­va­quia e inten­tó pedir asi­lo en una mez­cla de ruso y el eslo­va­co que había apren­di­do con un libro de fra­ses. El sos­pe­cho­so “refu­gia­do” fue espo­sa­do y tras­la­da­do a un cen­tro de deten­ción tem­po­ral de la ciu­dad de Pod­go­ro­da (a 230km de Uzh­go­rod). Allí le die­ron de comer con el dine­ro que le habían requi­sa­do duran­te el arres­to, unos cin­co euros. En el inte­rro­ga­to­rio, Valov afir­mó que era ruso y esta­ba per­se­gui­do por las auto­ri­da­des rusas, por lo que vivía tem­po­ral­men­te en Ucra­nia, pero que­ría pedir asi­lo en Aus­tria. Y lo que le res­pon­die­ron: “No que­re­mos rusos que nos den Novi­chok en Eslo­va­quia”. El tri­bu­nal de Eslo­va­quia cali­fi­có a Valov de inmi­gran­te ile­gal, le impu­so una prohi­bi­ción de entrar en la Unión Euro­pea en cin­co años y lo devol­vió a Ucra­nia. Valov pasó varios días dete­ni­do en Ucra­nia en con­di­cio­nes infra­hu­ma­nas. El tri­bu­nal de Ucra­nia le con­si­de­ró cul­pa­ble de cru­zar ile­gal­men­te la fron­te­ra ucra­nia­na y le impu­so una mul­ta de 3.400 grivnas.

El inten­to de con­se­guir asi­lo en Aus­tria pri­vó al sol­da­do de ATO Valov de la opor­tu­ni­dad de ir a Polo­nia a tra­ba­jar, como hacen tan­tos ucra­nia­nos. Empe­zó a temer que sería aba­ti­do al cru­zar la fron­te­ra. En Ucra­nia hay cri­sis eco­nó­mi­ca y el exmiem­bro de Azov se que­ja­ba del tra­ba­jo de baja cua­li­fi­ca­ción. Valov no tenía dere­cho a una pen­sión por haber par­ti­ci­pa­do en la ope­ra­ción anti­te­rro­ris­ta. Odia al pre­sien­te Zelensky casi tan­to como odia­ba a Petro Poroshen­ko. El pre­si­den­te pro­me­tió muchas veces que los “defen­so­res de Ucra­nia” extran­je­ros reci­bi­rían un pasa­por­te ucra­niano según un pro­ce­di­mien­to sim­pli­fi­ca­do. Pero, sin un mar­co legal defi­ni­do, las pala­bras de Zelensky solo podían ser una recomendación. 

El Par­la­men­to ha tra­ta­do una pro­pues­ta de ley que sim­pli­fi­ca la obten­ción de la ciu­da­da­nía ucra­nia­na para los sol­da­dos de ATO extran­je­ros duran­te toda la sesión de verano. Pero no ha habi­do resul­ta­dos. La sesión de verano del Par­la­men­to ter­mi­nó el 17 de julio. “Si no se vuel­ve a votar el tex­to (y hay un 90% de posi­bi­li­da­des de ello), las pro­me­sas de Zelensky para que los volun­ta­rios obten­gan la ciu­da­da­nía por la vía sim­pli­fi­ca­da se con­ver­ti­rá en una cala­ba­za como la carro­za de Ceni­cien­ta”, escri­bió Valov.

El sol­da­do de ATO sigue pen­san­do que Ucra­nia se sal­va­rá con una nue­va “revo­lu­ción de la dig­ni­dad”, que lle­va­rá al poder a los “ver­da­de­ros patrio­tas de Ucra­nia”. Valov con­si­de­ra a Zelensky, Poroshen­ko e inclu­so a Yulia Timoshen­ko “ami­gos de Putin” que inter­fie­ren en la vida de Ucra­nia. “Al vivir en Ucra­nia, me pare­ce que nun­ca me he mar­cha­do de la Fede­ra­ción Rusa”, afir­mó el neo­na­zi en Face­book. Y a cau­sa de su nacio­na­li­dad rusa, su novia Yulia ha teni­do pro­ble­mas con­ti­nuos: a menu­do es acu­sa­da de ser “espía rusa”.

El des­tino del resi­den­te de Novo­cher­kask Ser­gey Losh­ka­rev es muy simi­lar al del resi­den­te en Múr­mansk Valov. En Ros­tov, Losh­ka­rev fue una vez un acti­vis­ta medioam­bien­tal en las filas de la orga­ni­za­ción “Vigi­lan­cia eco­ló­gi­ca del Cáu­ca­so Nor­te” y opo­si­tor a las olim­pia­das de Sochi. Enton­ces, el eco­lo­gis­ta Losh­ka­rev se hizo cosa­co. Cam­bió su nom­bre a Azhi­nov y creó un canal de You­Tu­be “Ser­gey Bolog­var­dets”, en el que pro­mo­cio­na­ba las ideas del cri­mi­nal Nazi Piotr Kras­nov. En enero de 2014, Losh­ka­rev-Azhi­nov fue a Kiev a Euro­mai­dan. Tras vol­ver a Rusia, se unió al Pra­viy Sek­tor y lla­mó a su líder, Dmi­tro Yarosh, a orga­ni­zar una “revo­lu­ción de la dig­ni­dad” en el sur de Rusia. Losh­ka­rev fue con­de­na­do por hacer lla­ma­mien­tos al terro­ris­mo y pose­sión ile­gal de armas.

Su pasa­do “eco­lo­gis­ta” impi­dió que cum­plie­ra toda su sen­ten­cia: sus anti­guos com­pa­ñe­ros se acor­da­ron de él, le cali­fi­ca­ron de pre­so polí­ti­co e ini­cia­ron una cam­pa­ña a su favor. Tras ser pues­to en liber­tad bajo fian­za en 2015, huyó a Ucra­nia. Sus inten­tos de ganar dine­ro con su pro­pa­gan­da pseu­do-cosa­ca y anti­rru­sa en You­Tu­be fra­ca­só. Ya hay sufi­cien­tes pro­pa­gan­dis­tas en Ucra­nia. Ade­más, Losh­ka­rev nun­ca apren­dió la len­gua ucra­nia­na. La mez­cla del acen­to de Ros­tov con pala­bras ucra­nia­nas en la que Losh­ka­rev se diri­ge a su audien­cia ucra­nia­na cau­sa car­ca­ja­das tan­to entre los ucra­nia­nos como entre los rusos. 

Para los ucra­nia­nos, la for­ma de hablar de Losh­ka­rev no es más que una mez­cla entre el ruso y el ucra­niano que habla­ba el pri­mer minis­tro Miko­la Aza­rov, que es una figu­ra odia­da por los mili­tan­tes del Pra­viy Sek­tor y otros nacio­na­lis­tas, por lo que las com­pa­ra­cio­nes no son bue­na señal para Losh­ka­rev. Y sus cone­xio­nes con el Pra­viy Sek­tor y su acti­vi­dad en inter­net alie­na­ron a los ucra­nia­nos sanos. La con­se­cuen­cia es que Losh­ka­rev se con­de­nó a un des­tino mise­ra­ble. Sin cono­ci­mien­to del idio­ma, sin ciu­da­da­nía ucra­nia­na y con un pasa­do en el Pra­viy Sek­tor, no todos le con­tra­ta­rían para fre­gar pla­tos en un café. Losh­ka­rev-Azhi­nov rue­ga aho­ra a las auto­ri­da­des rusas que le per­mi­tan vol­ver a su patria para empe­zar una nue­va vida. Este es el tex­to de su peti­ción, publi­ca­do en primavera:

“No trai­cio­né a la patria por dine­ro, solo por mi pro­pia estu­pi­dez. Sim­ple­men­te inha­lé mucho humo en Mai­dan. Ucra­nia no me ha dado nada. No me ha que­ri­do dar siquie­ra un estú­pi­do pasa­por­te de refu­gia­do para que pue­da con­se­guir un tra­ba­jo lim­pian­do baños. Tra­ba­jar como tem­po­re­ro el res­to de mi vida, esas son mis trein­ta mone­das de pla­ta de Judas. Me odio. ¿Por qué me metí en este Mai­dan, los cosa­cos y la polí­ti­ca? Estoy dis­pues­to a admi­tir mi cul­pa por los vídeos de apo­yo a Ucra­nia en 2014 y arre­pen­tir­me de su pro­duc­ción. Dad­me garan­tías de que no habrá repre­sa­lias y vol­ve­ré a Rusia. Estoy can­sa­do de esta vida. Pro­me­to que no diré ni escri­bi­ré nada más sobre el Gobierno ruso o la polí­ti­ca en general”.

Les ha cos­ta­do un tiem­po dar­se cuen­ta, aun­que pare­ce­ría que el ejem­plo del des­tino del actor Pashi­nin esta­ba ante sus ojos. Y para el hom­bre que huyó de Ucra­nia como si fue­ra Arkady Bab­chen­ko, tam­bién pare­ce un pre­sa­gio de su futu­ro. Por no hablar de los ase­si­na­dos Voro­nen­kov y She­re­met [ase­si­na­dos ambos por el nacio­na­lis­mo ucraniano-Ed].

* Fuen­te: Slav​yan​grad​.es /​Colo­nel Cas­sad /​EurA­sia Daily

Itu­rria /​Fuen­te

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