PSOE, PP y Pode­mos acuer­dan un Pac­to de Esta­do para hacer «refor­mas estruc­tu­ra­les» en el Sis­te­ma Nacio­nal de Salud – La otra Andalucía

El gobierno PSOE-Pode­mos pac­ta con el PP la refor­ma de la Sanidad.

Los que iban a asal­tar los cie­los se suman a los que nos
van a lle­var al infierno.

El 22 de julio de 2020 en el Con­gre­so de los Dipu­tados se
esce­ni­fi­có el acuer­do entre los dos par­ti­dos que han pro­pi­cia­do la
pri­va­ti­za­ción en las últi­mas déca­das en el esta­do espa­ñol (PP y
PSOE) y el par­ti­do que iba a asal­tar los cie­los, Uni­das Podemos.
Así, el Pleno del Con­gre­so de los Dipu­tados apro­bó por 256 votos a
favor (Pode­mos y los de los pri­va­ti­za­do­res PP y PSOE), 88 en contra
y tres abs­ten­cio­nes, el Dic­ta­men para la Recons­truc­ción de la
Sanidad.

Silen­cios

La pri­va­ti­za­ción no exis­te. En un ejer­ci­cio de equilibrismo
polí­ti­co, la Comi­sión de Recons­truc­ción apro­bó un docu­men­to, de
33 pági­nas, en el que no se cita ni una sola vez la pala­bra que
defi­ne el cán­cer que afec­ta al sis­te­ma de salud: pri­va­ti­za­ción. No
hay ni una sola refe­ren­cia a las dos vías lega­les sobre las que se
asien­ta la pene­tra­ción del capi­tal pri­va­do en la asistencia
sani­ta­ria: la Ley 1597 para la ges­tión por empre­sas pri­va­das de la
sani­dad públi­ca, y el artícu­lo 90 de la Ley Gene­ral de Sanidad
(con­cier­tos). El man­te­ni­mien­to de ambas, per­mi­te que se sigan
exten­dien­do, don­de el par­ti­do de turno deci­da, los cen­tros de
ges­tión pri­va­da, al tiem­po que los pri­va­dos segui­rán absorbiendo,
vía con­cier­tos uno de cada 7 euros del gas­to sanitario.

Medi­das

Tras la Cum­bre de la UE en la que a Espa­ña se le adjudicaron
140.000 millo­nes de euros (aún no se ha expli­ca­do a cam­bio de qué
nue­vos recor­tes y pri­va­ti­za­cio­nes de ser­vi­cios públi­cos y
con­tra­rre­for­mas labo­ra­les y de las pen­sio­nes), sor­pre­si­va­men­te, el
PP deci­dió sus­cri­bir el docu­men­to de la Comi­sión de Reconstrucción
con cam­bios sus­tan­cia­les, obvia­men­te en el camino de aumen­tar la
pri­va­ti­za­ción. Es evi­den­te que los dine­ros reci­bi­dos tenían,
ade­más de las impo­si­cio­nes que has­ta la fecha han ocul­ta­do, una
con­di­ción polí­ti­ca de la UE: incluir al PP en el repar­to de los
mismos.

A la espe­ra de las modi­fi­ca­cio­nes legis­la­ti­vas que se produzcan,
el acuer­do plan­tea una «Refor­ma estruc­tu­ral del SNS», que será
eje­cu­ta­da por los mis­mos par­ti­dos que han per­mi­ti­do y alen­ta­do la
pri­va­ti­za­ción des­de 1997. Pero nece­si­tan la cola­bo­ra­ción de todos
los par­ti­dos posi­bles, para ello plan­tean un Pac­to de Esta­do para
«dar esta­bi­li­dad a las medi­das refor­ma­do­ras» que van a introducir.
Lo lla­man Pac­to Cajal que tie­ne un nom­bre más «neu­tro»
polí­ti­ca­men­te que el de Abril Mar­to­rell, aun­que los obje­ti­vos son
los mismos.

Dicha refor­ma será una nue­va vuel­ta de tuer­ca, esta vez sobre
las par­tes del sis­te­ma sani­ta­rio que aún se man­te­nían bajo la
fór­mu­la de ges­tión direc­ta públi­ca, intro­du­cien­do la ges­tión por
par­te de empre­sas pri­va­das en ellas (cen­tros de salud y servicios
hos­pi­ta­la­rios sobre todo). Es decir, poner a dis­po­si­ción del
capi­tal todo ser­vi­cio ren­ta­ble que que­da­ba aún ‑en par­te- fue­ra del
dere­cho pri­va­do. Más fon­dos de inver­sión detrás de las
estruc­tu­ras jurí­di­cas que se creen para la ges­tión de los centros
sani­ta­rios, sólo lle­va­rá a subor­di­nar aún más los obje­ti­vos de
salud colec­ti­va a los intere­ses del lucro privado.

Bajo la repe­ti­da dis­cul­pa del «encor­se­ta­mien­to» del sistema
públi­co, anun­cian la explo­ra­ción y apli­ca­ción de nue­vas «fór­mu­las
jurí­di­cas a los Ser­vi­cios Auto­nó­mi­cos de Salud»; «Dotar a las
redes y/​o cen­tros sani­ta­rios públi­cos de capa­ci­da­des para la
ges­tión ope­ra­ti­va de su pre­su­pues­to, su per­so­nal, sus com­pras y
con­tra­tos…»; «…fomen­tar la asun­ción de fun­cio­nes ges­to­ras por
par­te de los pro­fe­sio­na­les»; «reor­ga­ni­zar los ser­vi­cios dotándolos
de un nivel ade­cua­do de auto­no­mía…»; para lo que pre­ci­sa­rán la
«actua­li­za­ción de la legis­la­ción sani­ta­ria de ámbi­to nacio­nal y
autonómico». 

Pro­me­sas

Se pro­me­te «garan­ti­zar el dere­cho de los resi­den­tes en
resi­den­cias de ancia­nos a ser aten­di­dos por el SNS», lo que
legal­men­te es así al dis­po­ner de tar­je­ta sani­ta­ria, pero no se ha
apli­ca­do de fac­to como ha demos­tra­do la epi­de­mia de Covid19;
«refor­zar la aten­ción pri­ma­ria»; «trans­fe­rir los servicios
sani­ta­rios depen­dien­tes de Ins­ti­tu­cio­nes Penitenciarias…»;
«eli­mi­nar la tasa de repo­si­ción de efec­ti­vos»; «desa­rro­llar una
red de hos­pi­ta­les de media y lar­ga estan­cia… de ges­tión y
titu­la­ri­dad públi­ca» –lo que ya sabe­mos en qué pue­de aca­bar con
las leyes actua­les; incre­men­tos de gas­to «des­ti­na­dos a sanidad
públi­ca de ges­tión direc­ta» ‑lo que no garan­ti­za que no vayan a
parar a los bol­si­llos pri­va­dos a tra­vés de los con­cier­tos; «dero­gar
el decre­to 16/​2012» de «exclu­sión sani­ta­ria» ‑lo que de ser
cier­to, será bien­ve­ni­do, pero hay que enten­der que lo hacen porque
no afec­ta al nego­cio y per­mi­te lavar la ima­gen-. Al mis­mo tiem­po, se
evi­ta hablar de la crea­ción de una far­ma­cia públi­ca a la vez que
se sigue apos­tan­do por la «cola­bo­ra­ción públi­co-pri­va­da con la
indus­tria farmacéutica».

Seme­jan­te juga­da va a dete­rio­rar aún más la efi­ca­cia de la
sani­dad y la cali­dad de la aten­ción, al tiem­po que se dis­pa­ran las
lis­tas de espe­ra, para rego­ci­jo de los segu­ros pri­va­dos. Y todo
ello, a pesar de la evi­den­cia de que la medi­ci­na aplicada
repe­ti­da­men­te al SNS des­de hace déca­das, la mercantilización
dis­fra­za­da de efi­cien­cia, ha demos­tra­do ser con­tra­pro­du­cen­te para el
pacien­te, aun­que, eso sí, un nego­cio redon­do para fon­dos de capital
ries­go, ban­cos y empre­sas inmobiliarias.

Des­de CAS esta­tal, lla­ma­mos for­ta­le­cer las orga­ni­za­cio­nes loca­les y a pre­pa­rar la movi­li­za­ción en todos los pun­tos posi­bles del esta­do tras el verano, con­tra esta nue­va agre­sión y por las rei­vin­di­ca­cio­nes de nues­tra cam­pa­ña «Nun­ca más muer­tos evi­ta­bles, nun­ca más privatización».

Fuen­te: cases​ta​tal​.org

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