NFAC: la nue­va mili­cia afro­ame­ri­ca­na que recla­ma un Esta­do inde­pen­dien­te en EE.UU

En los últimos
meses hemos vis­to imá­ge­nes de una nue­va mili­cia fuer­te­men­te armada
des­fi­lan­do en dife­ren­tes actos en Esta­dos Uni­dos. Si bien en un
pri­mer momen­to se pen­sa­ba que podría ser una reedi­ción de los
Pan­te­ras Negras, aho­ra sabe­mos que no tie­ne nada que ver con este
movi­mien­to. Se tra­ta de la NFAC (Not Fuc­king Around Coali­tion),
una mili­cia arma­da com­pues­ta al 100% por afro­ame­ri­ca­nos y que, según
ha comu­ni­ca­do, pre­ten­de defen­der a su comu­ni­dad y crear un Estado
étni­ca­men­te negro. De esta for­ma, esta mili­cia rom­pe con el esquema
tra­di­cio­nal que carac­te­ri­za a las mili­cias estadounidenses,
vin­cu­la­das en muchos casos a la extre­ma dere­cha supremacista.

¿Qué es la NFAC?

La Not Fuc­king Around Coali­tion es una mili­cia
arma­da com­pues­ta úni­ca­men­te por afro­ame­ri­ca­nos
que se
carac­te­ri­za por la ves­ti­men­ta negra, pro­tec­ción mili­tar, el uso de
fusi­les de asal­to y armas de gran cali­bre y su apa­ri­ción en
dis­tin­tas con­cen­tra­cio­nes de protesta.

Com­ple­ta­men­te sepa­ra­do del movi­mien­to Black Lives Mat­ters,
la NFAC está dis­pues­ta a usar la vio­len­cia, tal y como decla­ró
el líder del gru­po “el gran maes­tro Jay”, cuyo ver­da­de­ro nombre
es John Fitz­ge­rald John­son.

Todos somos ex mili­ta­res, somos muy dis­ci­pli­na­dos, todos
somos tira­do­res exper­tos. No que­re­mos nego­ciar, no que­re­mos cantar
can­cio­nes ‑John Fitz­ge­rald Johnson

Dis­cur­so de John Fitz­ge­rald John­son en Louisville

Basán­do­se de algún modo en el Movi­mien­to de los Pan­te­ras Negras
de la déca­da de los 60, la NFAC es “mili­tan­te” y “sepa­ra­tis­ta”,
según
John­son. No obs­tan­te, la mili­cia nie­ga cualquier
cone­xión con los Black Panther.

La solu­ción es muy sim­ple. Segui­mos una decla­ra­ción de
libe­ra­ción, decla­ran­do a cada des­cen­dien­te afri­cano de la tra­ta de
escla­vos pri­sio­ne­ro polí­ti­co aquí en los Esta­dos Uni­dos. Luego,
des­pués de eso, Esta­dos Uni­dos tie­ne una opción, o nos proporcionan
un peda­zo de tie­rra aquí – toma­re­mos Texas y nos deja­rán hacer lo
nues­tro – o el éxo­do fue­ra de aquí e ire­mos a algún lugar donde
nos darán nues­tra pro­pia tie­rra para cons­truir nues­tra pro­pia nación
John
Fitz­ge­rald John­son, líder de la NFAC

El gru­po lla­mó la aten­ción públi­ca a prin­ci­pios de mes,
cuan­do alre­de­dor de 200 acti­vis­tas mar­cha­ron
en Sto­ne Moun­tain Park en Geor­gia, un empla­za­mien­to que alberga
escul­tu­ras de sol­da­dos con­fe­de­ra­dos y que es la meca de los
supre­ma­cis­tas blancos.

Los por­ta­vo­ces de la mani­fes­ta­ción desa­fia­ron a los supremacistas
y pidie­ron remo­ver el monu­men­to dedi­ca­do a la Con­fe­de­ra­ción. Dicha
obra
es una talla que mide 58 metros de ancho con 90 metros de altu­ra y
mues­tra a los gene­ra­les Robert E. Lee y Sto­ne­wall Jac­son y al
pre­si­den­te Jef­fer­son Davis. 

No veo nin­gu­na mili­cia blan­ca, tam­po­co veo a
los boo­gie [boo­ga­loo] boys, los 3% y todo el res­to de esos
‘red­necks’ asus­ta­dos. ¡Esta­mos aquí! ¿Dón­de… están?
¡Esta­mos en su casa

¿Una estra­te­gia adecuada?

Tan­to las orga­ni­za­cio­nes arma­das como las terro­ris­tas, la
dife­ren­cia radi­ca en si cau­sar el terror es un obje­ti­vo en sí o no,
dis­po­nen de un com­po­nen­te que expli­ca la decisión
de recu­rrir al uso de la vio­len­cia como meca­nis­mo de acción política
y social. Este com­po­nen­te, a su vez, res­pon­de a un com­ple­jo
cúmu­lo de fac­to­res
.

Ya sea por razo­nes obje­ti­vas o por razo­nes que se per­ci­ben como
obje­ti­vas, cier­tos gru­pos recu­rren al uso de la vio­len­cia arma­da o al
terro­ris­mo cuan­do obser­van o sien­ten que son víc­ti­mas de la
opre­sión, mar­gi­na­ción, etc. o cuan­do ven que su mun­do, como
cons­truc­ción social, está en peli­gro
. El odio que se
gene­ra en la par­te recep­to­ra en este pro­ce­so, a veces, tras­pa­sa la
fron­te­ra de lo legal en la for­ma de expre­sar­lo públi­ca­men­te y se
trans­for­ma en un pode­ro­so com­po­nen­te que sir­ve como justificación
para devol­ver al otro el dolor recibido.

La mayo­ría de las orga­ni­za­cio­nes arma­das como las terroristas,
recor­de­mos que en nume­ro­sas oca­sio­nes cier­tas orga­ni­za­cio­nes han
evo­lu­cio­na­do de la lucha arma­da al terro­ris­mo como méto­do de acción,
tie­nen como su com­bus­ti­ble ideo­ló­gi­co y moral el odio,
un odio que se ali­men­ta a su vez, en algu­nos casos de forma
intere­sa­da, si ese colec­ti­vo sigue sufrien­do la opresión,
mar­gi­na­ción, pér­di­da de su mun­do etc.

En el caso de Esta­dos Uni­dos, la lógi­ca de la lucha armada
inter­na tra­di­cio­nal, con un gru­po arma­do estruc­tu­ra­do que comien­za su
pro­pia gue­rra par­ti­cu­lar con­tra el Esta­do, no se ha ins­tau­ra­do. Lo
que si se ha con­so­li­da­do, ampa­rán­do­se en la cons­ti­tu­ción, es la
lógi­ca de las mili­cias arma­das y, por otro lado, la
lógi­ca del terro­ris­mo doméstico.

Aun­que toda­vía es pron­to para saber que evo­lu­ción ten­drá la
NFAC, si algo que­da cla­ro es que actúa como
res­pues­ta a la pro­li­fe­ra­ción de mili­cias supre­ma­cis­tas y como ente
de defen­sa u orga­ni­za­ción ante los con­ti­nuos atro­pe­llos en materia
de dere­chos que sufren los afro­ame­ri­ca­nos. Es decir, la NFAC es una
res­pues­ta orga­ni­za­da, muy pro­ba­ble­men­te articulada
en base al har­taz­go y la frus­tra­ción que gene­ran tan­to la opresión
como la mar­gi­na­ción estruc­tu­ral en la comu­ni­dad afroamericana. 

La apa­ri­ción de la NFAC, no obs­tan­te, ten­sa­rá aún más
la ya de por si com­pli­ca­da
situa­ción inter­na que atraviesa
Esta­dos Uni­dos. En 2017, había un total de 165 milicias
“patrió­ti­cas” acti­vas, refle­jo de un movi­mien­to hete­ro­gé­neo que
abar­ca des­de mili­cias supre­ma­cis­tas has­ta mili­cias extremistas
anti­go­bierno. No obs­tan­te, aun­que el movi­mien­to sea hete­ro­gé­neo, la
can­ti­dad de orga­ni­za­cio­nes supre­ma­cis­tas y de indi­vi­duos racistas
empe­der­ni­dos van en aumento. 

Sin embar­go, el dis­cur­so radi­cal de la NFAC, sobre todo por su
énfa­sis de crear un Esta­do étni­ca­men­te negro, y en espe­cial que se
mues­tre como una mili­cia alta­men­te equi­pa­da, pue­de que actúe
en con­tra
de los intere­ses de la comu­ni­dad afroamericana.

El movi­mien­to Black Lives Mat­ters, con todas sus
con­tra­dic­cio­nes y sobre­sal­tos, ha logra­do visi­bi­li­zar,
aun­que sea de mane­ra super­fi­cial, los atro­pe­llos que sufre en materia
de dere­chos la comu­ni­dad afro­ame­ri­ca­na. Se ha con­se­gui­do con­fi­gu­rar
la opi­nión públi­ca
, que se ha vuel­to mucho más sensible,
aun­que sea momen­tá­nea­men­te, ante estos suce­sos. Se han efectuado
nume­ro­sas mar­chas y mani­fes­ta­cio­nes de carác­ter pací­fi­co que han
con­gre­ga­do a miles de per­so­nas, y este ha sido su pun­to fuer­te. Si
los epi­so­dios de vio­len­cia nihi­lis­ta no hubie­ran exis­ti­do o se
hubie­ran limi­ta­do a pocos casos, el eco del movi­mien­to sería todavía
más amplio y lle­ga­ría a más hoga­res estadounidenses.

El empleo de la vio­len­cia, aun­que actúe como res­pues­ta al dolor
cau­sa­do por el otro, dis­po­ne de un poder polí­ti­co muy
limi­ta­do
a día de hoy. Los epi­so­dios vio­len­tos solamente
sir­ven para relle­nar titu­la­res sen­sa­cio­na­lis­tas que sir­ven para
des­acre­di­tar a un movi­mien­to entero.

Tal y como se demos­tró en la épo­ca de Marthin Luther King, la
úni­ca mane­ra de atraer a aque­llos que miran a otro lado o que
mues­tran cier­ta sen­si­bi­li­dad pero que no actúan en con­se­cuen­cia es
dan­do ejem­plo, un ejem­plo que con­sis­te en dejar en evidencia
al otro
, es decir, al opresor.

No obs­tan­te, a día de hoy, figu­ras como la de Marthin Luther King bri­llan por su ausen­cia, mien­tras que el har­taz­go, la frus­tra­ción y el odio se están adue­ña­do de cier­tos sec­to­res de la comu­ni­dad afro­ame­ri­ca­na, que pre­sas del dolor han abra­za­do, como en el caso de la NFAC, el fusil como su altavoz.

Fuen­te: euli​xe​.com

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