Chi­le. Car­ta al minis­tro del inte­rior que va a incen­diar el País mapu­che, aun­que no la lea

Por Tito Tri­cot, Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 3 de agos­to de 2020.

Me pre­gun­to si algu­na vez, minis­tro Víc­tor Pérez, se habrá mira­do al espe­jo, si des­nu­do fren­te al cris­tal, cuan­do usted desea­ba ver­se blan­co, rubio, aca­so de pro­fun­dos ojos azu­les, horro­ri­za­do se enfren­tó a su moles­ta more­ni­dad. Es que usted, minis­tro, como casi todos noso­tros, aun­que tra­te de igno­rar­lo y borrar­lo con los dien­tes apre­ta­dos, tene­mos san­gre mapu­che. Es tan­to su odio al indio que tra­tó de lavar su piel con furia, minis­tro. Y se miró al espe­jo nue­va­men­te, pero todo fue inú­til, seguía con su india­ni­dad pega­da al cuer­po. Enton­ces que­bró el espe­jo en mil peda­zos ante el inso­por­ta­ble des­tino de no poder ser cau­cá­si­co. Así, antes que usted, minis­tro, y des­pués tam­bién, fue emer­gien­do y con­so­li­dan­do una eli­te domi­nan­te racis­ta que ha inten­ta­do ani­qui­lar por todos los medios, físi­ca, eco­nó­mi­ca, polí­ti­ca, social o cul­tu­ral­men­te a los pue­blos originarios.

Por lo mis­mo, no es casua­li­dad que en sus pri­me­ras decla­ra­cio­nes haya sos­te­ni­do que su prio­ri­dad sería el con­flic­to en La Arau­ca­nía “por­que los chi­le­nos mere­cen vivir en paz y tran­qui­li­dad. Ale­ja­re­mos a los vio­len­tos para solu­cio­nar los pro­ble­mas”. En otras pala­bras, su preo­cu­pa­ción no es la vio­len­cia, sino que el bien­es­tar de los chi­le­nos ¿Y los mapu­che, ellos no mere­cen vivir en paz? Es decir, minis­tro, una vez más el dis­cur­so racia­li­za­do, el cul­par a los mapu­che del con­flic­to lo que es igual a indi­car que los extre­mis­tas son los mapu­che. Ello a pesar que nume­ro­sos orga­nis­mos nacio­na­les e inter­na­cio­na­les han seña­la­do que no se pue­de equi­pa­rar a las jus­tas deman­das socia­les con terro­ris­mo. Y estas deman­das socia­les tie­nen que ver con tie­rra, terri­to­rio y, fun­da­men­tal­men­te, con dere­chos colec­ti­vos como pue­blo. Nada dis­tin­to a lo que plan­tea la legis­la­ción internacional.

Tam­po­co es casua­li­dad que su pri­mer via­je, minis­tro, haya sido a la región de La Arau­ca­nía ¿Por qué? Podría haber sido cual­quie­ra otra, pero no, había que entre­gar una poten­te señal polí­ti­ca, una demos­tra­ción de fuer­za. El Esta­do dis­ci­pli­na­dor, abu­sa­dor, racis­ta, colonizador.¿Se miró al espe­jo antes de via­jar minis­tro? ¿Fue tal su deses­pe­ra­ción al ver­se moreno reite­ra­da­men­te que se vis­tió con cota, malla y espa­da, se caló su yel­mo y par­tió al sur a cazar sal­va­jes como en el siglo XVI? ¿O qui­zás fusil y que­pí como en el siglo XIX?

Al final da lo mis­mo, minis­tro, si lle­gó con yel­mo o que­pí, lo impor­tan­te es que su efí­me­ra visi­ta tuvo gra­ves con­se­cuen­cias. Pri­me­ro, que­dó cla­ro que este gobierno mori­bun­do uti­li­za­rá el con­flic­to chi­leno-mapu­che como un tro­feo de gue­rra. Que no le intere­sa en lo más míni­mo solu­cio­nar el con­flic­to, menos aún le impor­ta el pue­blo mapu­che. Defen­de­rá los intere­ses del mode­lo neo­li­be­ral en la zona, que son los mis­mos gru­pos eco­nó­mi­cos de todo Chi­le, ade­más de los des­cen­dien­tes de los colo­nos. Esto, pien­sa minis­tro, le gana­rá el apo­yo de los sec­to­res duros de la derecha.

Segun­do, al decla­rar que en el Wall­ma­pu no exis­ten pre­sos polí­ti­cos –que es exac­ta­men­te lo que decía el dic­ta­dor Pino­chet– en el con­tex­to de una huel­ga de ham­bre de una vein­te­na de pre­sos polí­ti­cos mapu­che que se pro­lon­ga por casi 90 días, lo que hizo, minis­tro, es pro­vo­car a todo un pue­blo. En par­ti­cu­lar por­que uno de ellos, Celes­tino Cór­do­va es machi, auto­ri­dad socio-reli­gio­sa mapu­che, y cuyo esta­do de salud, ade­más, se halla extre­ma­da­men­te dete­rio­ra­do. Todos ellos están encar­ce­la­dos en el mar­co del con­flic­to chi­leno-mapu­che cuyo ori­gen se encuen­tra en la ocu­pa­ción mili­tar por par­te del Esta­do chi­leno del terri­to­rio mapu­che en el siglo XIX. El Wall­ma­pu, el País mapu­che, es un País inva­di­do, por eso ellos son pri­sio­ne­ros polí­ti­cos de un con­flic­to que no iniciaron.

Ter­ce­ro, minis­tro, como abo­ga­do usted sabe muy bien –supon­go– que la huel­ga de ham­bre actual es por deman­das muy con­cre­tas: la apli­ca­ción de los artícu­los 8, 9 y 10 del Con­ve­nio 169 de la Orga­ni­za­ción Inter­na­cio­nal del Tra­ba­jo (OIT), que mani­fies­ta que se debe tener sin­gu­lar con­si­de­ra­ción por aque­llos pre­sos per­te­ne­cien­tes a pue­blos ori­gi­na­rios por su con­di­ción de tales. Espe­cial­men­te en lo que dice rela­ción con sus dere­chos eco­nó­mi­cos, socia­les y cul­tu­ra­les. Por esto, los pri­sio­ne­ros mapu­che piden cum­plir sus penas en sus comu­ni­da­des, en otros cen­tros de reclu­sión don­de pue­dan tra­ba­jar o, en el caso del machi Celes­tino Cór­do­va, en su espa­cio ceremonial.

Cuar­to. Sus pala­bras, accio­nar y arro­gan­cia, minis­tro, sin duda pro­pul­sa­ron los delez­na­bles suce­sos de Cura­cau­tin, Erci­lla y Trai­guen don­de gru­pos de civi­les de mane­ra vio­len­ta y arte­ra ata­ca­ron, con la com­pli­ci­dad de Cara­bi­ne­ros, a comu­ne­ros mapu­che que habían ocu­pa­do las depen­den­cias de las muni­ci­pa­li­da­des de estas ciu­da­des en soli­da­ri­dad con los pre­sos en huel­ga de ham­bre. Esta inci­ta­ción al odio y al enfren­ta­mien­to entre pue­blos tam­po­co es casua­li­dad. Siem­pre ha exis­ti­do el racis­mo en La Arau­ca­nía, laten­te y paten­te, mas en los últi­mos 20 años las con­fron­ta­cio­nes más osten­si­bles han sido entre mapu­che y agen­tes del Esta­do, guar­dias de segu­ri­dad de las fores­ta­les, agri­cul­to­res y algu­nos gru­pos para­mi­li­ta­res de ultra­de­re­cha. Siem­pre la vio­len­cia pro­vi­nien­do de estos gru­pos y la auto­de­fen­sa de los mapu­che. Aho­ra se está incen­ti­van­do o mani­pu­lan­do el odio y accio­nar inter­ra­cial y esto pue­de tener horren­das consecuencias.

Lo ante­rior, el resur­gi­mien­to de la ultra­de­re­cha y el fas­cis­mo es un fenó­meno mun­dial, pero acá, minis­tro, su gobierno está polí­ti­ca­men­te mori­bun­do y qui­zás quie­ra pasar a la his­to­ria, antes de morir, como el que solu­cio­nó el con­flic­to en terri­to­rio mapu­che con una lim­pie­za étni­ca al esti­lo nazi. No lo sabe­mos. Lo que no entien­de, minis­tro, es que si inten­ta hacer­lo cuan­do se mire al espe­jo con­ti­nua­rá por­tan­do la mis­ma india­ni­dad. Lo que no com­pren­de, minis­tro, es que hace mucho que el pue­blo mapu­che dijo bas­ta y que su lucha es por auto­no­mía y terri­to­rio. Lo que no entien­de, minis­tro, es que usted va a pasar a la his­to­ria como el minis­tro que impi­dió la solu­ción polí­ti­ca del con­flic­to e incen­dió el País mapuche,

Dr. Tito Tricot

Direc­tor Cen­tro de Estu­dios de Amé­ri­ca Lati­na y el Caribe-CEALC

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