Puer­to Rico. En el olvi­do los cen­tros de adul­tos mayores

Por Cán­di­da Cotto/​ Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 24 de julio de 2020

Los cen­tros de cui­do pro­lon­ga­do u hoga­res de enve­je­cien­tes, ini­cia­ti­vas ente­ra­men­te pri­va­das en Puer­to Rico, se encuen­tran bata­llan­do solas para pro­te­ger a sus resi­den­tes, la pobla­ción más vul­ne­ra­ble al con­ta­gio y muer­te por el coro­na­vi­rus. En la Isla hay cer­ca de 785 de estos hoga­res que alber­gan a unos 28 mil adul­tos mayo­res o per­so­nas de la ter­ce­ra edad.

Has­ta el momen­to, el úni­co esfuer­zo por par­te del gobierno para pro­te­ger a esta pobla­ción es hacer­le la prue­ba a los resi­den­tes de cada cen­tro, pero esta tarea, que se supo­ne rea­li­za la Guar­dia Nacio­nal y los Cen­tros 330, por el momen­to se encuen­tra dete­ni­da. Mien­tras, en la segun­da sema­na de julio, el Depar­ta­men­to de Salud (DS) ya había con­fir­ma­do 19 casos de coro­na­vi­rus en dos hoga­res de ancia­nos en Carolina.

Para Jua­ni­ta Apon­te, pre­si­den­ta de la Aso­cia­ción de Due­ños de Hoga­res (ADH), lo ocu­rri­do en el cen­tro de Caro­li­na es una voz de aler­ta. “Sabía­mos que podía pasar, por­que no esta­mos exen­tos. Nues­tros adul­tos mayo­res están cau­ti­vos, no tie­nen por qué tener ries­go. El ries­go es el que repre­sen­ta­mos noso­tros, que entra­mos y sali­mos todo el tiem­po, somos el rie­go mayor”, reco­no­ció. Es por eso que de par­te de los cen­tros se les ha pedi­do a sus pro­vee­do­res, inclui­dos los médi­cos, que limi­ten sus visi­tas a lo imprescindible.

Agre­gó que su lla­ma­do a las per­so­nas que tra­ba­jan en esta indus­tria siem­pre ha sido a que evi­ten los sitios aglo­me­ra­dos, cerra­dos, por perío­dos pro­lon­ga­dos, no ir a sus ges­tio­nes sin las debi­das pro­tec­cio­nes y a que estén cons­cien­tes del peli­gro que repre­sen­ta esta enfer­me­dad para el adul­to mayor por­que con toda pro­ba­bi­li­dad podría ser nefas­to y per­de­ría la vida.

Sobre el retra­so en la rea­li­za­ción de las prue­bas en los hoga­res de ancia­nos por par­te de la GN y los Cen­tros 330, Apon­te expre­só que todo el mun­do ha dado su ver­sión. Pr ejem­plo, la GN lo adju­di­ca a que hace fal­ta un con­sen­ti­mien­to del fami­liar. Aun cuan­do coin­ci­dió en que eso era cier­to y que fue­ron los mis­mos cen­tros quie­nes levan­ta­ron esta voz de aler­ta, ya que entien­den que las per­so­nas tie­nen que estar orien­ta­dos y que los cui­da­do­res no son el tutor legal, los cen­tros ellos hacen el esfuer­zo por con­se­guir ese con­sen­ti­mien­to rápi­do. Pero obser­vó que con­si­de­ra que ha habi­do otros fac­to­res para el atra­so, como la limi­ta­ción de recursos.

“No sé cómo están de reac­ti­vos, pero algo tie­ne que estar pasan­do para que no estén lle­gan­do con la cele­ri­dad que se espe­ra”. En el caso de su cen­tro, Hogar San Agus­tín, que quie­nes fue­ron hacer las prue­bas fue per­so­nal de un cen­tro 330. Apon­te expre­só su preo­cu­pa­ción, ya que hay muni­ci­pios que no tie­nen cen­tros 330. Cues­tio­nó quién va a asu­mir esos muni­ci­pios y afir­mó que has­ta aho­ra quien ha car­ga­do el peso de las prue­bas han sido los cen­tros 330.

Aun­que la cui­da­do­ra reco­no­ció que no han teni­do cono­ci­mien­to de que algu­na ins­ti­tu­ción hos­pi­ta­la­ria haya recha­za­do algún mayor de edad pro­ce­den­te de algún cen­tro de cui­do, sí seña­ló como un pro­ble­ma el que un enve­je­cien­te vaya a un hos­pi­tal, lue­go sea dado de alta y el hogar no lo pue­da reci­bir sin una prue­ba nega­ti­va. Esa per­so­na sí pue­de enfer­mar a los demás. Esa sí ha sido una de las difi­cul­ta­des enfren­ta­das. Su posi­ción es que hay que bus­car una alter­na­ti­va tran­si­to­ria para colo­car a una per­so­na con el COVID que haya sali­do de un hos­pi­tal para poder devol­ver­lo al hogar una vez sal­ga de la cri­sis. El regre­so al hogar es un pro­ce­so que tras­to­ca toda la pla­ni­fi­ca­ción del lugar, en tér­mi­nos de espa­cio y de emplea­dos. “La mayo­ría de nues­tras ins­ti­tu­cio­nes son casas remo­de­la­das y real­men­te no tene­mos espa­cios como una clí­ni­ca. El nues­tro es un cui­da­do asis­ten­cial no es clí­ni­co. Sí tene­mos enfer­me­ros, mate­ria­les; qui­zás se pue­da mane­jar un caso que ya está solo”.

La pre­si­den­ta de la Aso­cia­ción de Due­ños de Hoga­res se defen­dió de que a esa indus­tria se le haya cri­ti­ca­do duran­te la pan­de­mia. Tra­jo a la aten­ción que han teni­do que pro­veer equi­po de pro­tec­ción a sus tra­ba­ja­do­res “y esta indus­tria no ha reci­bi­do nin­gún tipo de incen­ti­vo ante el cos­to que ha con­lle­va­do aten­der la pan­de­mia, y cada vez que se les ocu­rre una idea crea­ti­va en nues­tros pro­to­co­los los toma­mos con serie­dad”. En refe­ren­cia al gobierno aña­dió que este tie­ne que ver cómo va a poder cum­plir con estas ins­ti­tu­cio­nes don­de el 90% son sub­si­dia­das por el Depar­ta­men­to de la Fami­lia (DF) dado a que un gran núme­ro de las per­so­nas ingre­sa­das no tie­nen fami­lia­res que se hagan car­go de ellos, o no tie­nen ingre­sos o son limi­ta­dos. “Esa es una pre­gun­ta que el esta­do tie­ne que empe­zar a con­tes­tar por­que noso­tros esta­mos hacien­do lo que pode­mos bus­can­do dona­ti­vos, pero va a lle­gar un momen­to en que nues­tra ope­ra­ción se va a ver bien lace­ra­da”, advirtió.

Aña­dió que la mayo­ría de las per­so­nas en hoga­res lo que tie­nen es Segu­ro Social, hay maes­tros que tie­nen una pen­sión muy tris­te, bom­be­ros, “hay unos jubi­la­dos que sir­vie­ron al país de mane­ra sacri­fi­ca­da e incon­di­cio­nal que hoy sobre­vi­ven con unas pen­sio­nes raquí­ti­cas, que no le dan”.

Apon­te ade­más con­fir­mó que cuan­do comen­zó la pan­de­mia par­ti­ci­pó en algu­nas de las reunio­nes del Elderly Task For­ce, pero des­pués de abril no ha vuel­to a reci­bir nin­gu­na invi­ta­ción para par­ti­ci­par de nin­guno de los esfuer­zos. Los esfuer­zos de los cen­tros en tér­mi­nos gene­ra­les han sido por par­te de la ADH para apo­yar a su matrí­cu­la y la res­pon­sa­bi­li­dad de los hogares.

Ante el aumen­to en con­ta­gios, los hoga­res de ancia­nos ten­drán que con­ti­nuar con el pro­to­co­lo apli­ca­do en mar­zo que prohí­be las visi­tas, ade­más de que está inclui­do en la recien­te Orden Eje­cu­ti­va. “Nues­tros mayo­res lle­van 90 días o más sin ver a sus fami­lia­res y ese con­tac­to hace fal­ta y les afec­ta”, expre­só. Des­ta­có que ya tie­nen un pro­to­co­lo de aper­tu­ra por fases para cuan­do sea posible.

La Pro­cu­ra­du­ría de Per­so­nas de Edad Avan­za­da ante los casos de COVID

La Pro­cu­ra­do­ra de las Per­so­nas de Edad Avan­za­da (PPEA), Car­men Delia Sán­chez Sal­ga­do, rela­tó a CLA­RI­DAD­que los casos de Covid en los hoga­res de ancia­nos en Caro­li­na son inves­ti­ga­dos tan­to por el Depar­ta­men­to de la Fami­lia como por su agen­cia. Por su papel fis­ca­li­za­dor, la PPEA lo que hace es inves­ti­gar que­re­llas o situa­cio­nes que pue­dan vio­len­tar los dere­chos de las per­so­nas que están en los hogares.

“La situa­ción que sur­ge en Caro­li­na es que, cla­ra­men­te, el admi­nis­tra­dor o quien ope­re este hogar no ha garan­ti­za­do la segu­ri­dad de estos resi­den­tes. Esto hace que noso­tros inter­ven­ga­mos e inves­ti­gue­mos la situa­ción para que se nos expli­que qué pasó. Ahí se vio­len­tó la segu­ri­dad. Cuan­do estas ins­ti­tu­cio­nes de cui­da­do pro­lon­ga­do sacan licen­cia para ope­rar a tra­vés del Depar­ta­men­to de la Fami­lia, uno de los com­pro­mi­sos que hacen es garan­ti­zar la salud físi­ca y men­tal de estas per­so­nas en los hogares”.

¿Cuál es el papel de la PPEAen esta pan­de­mia?, pre­gun­tó­CLA­RI­DAD. La doc­to­ra en Tra­ba­jo Social indi­có que la agen­cia par­ti­ci­pa del Elderly Jus­ti­ce Task For­ce (EJTF), ini­cia­ti­va que se ori­gi­nó cuan­do el hura­cán María. En este equi­po par­ti­ci­pan, ade­más el Depar­ta­men­to de Salud (DS), el Depar­ta­men­to de la Fami­lia (DF) y FEMA (Agen­cia Fede­ral para el Mane­jo de Emer­gen­cias). En mar­zo, uno de los acuer­dos que tomó el Task For­ce fue hacer prue­bas rápi­das a los resi­den­tes de los cen­tros de enve­je­cien­tes; pero reco­no­ció que ese tra­ba­jo ha esta­do bien len­to. La infor­ma­ción más recien­te que tuvo del Task For­ce fue que solo se habían hecho prue­bas a 180 cen­tros. Acla­ró que la pro­cu­ra­du­ría for­ma par­te de ese gru­po, pero no es la agen­cia que toma las decisiones.

Sán­chez Sal­ga­do tam­bién seña­ló que son varias las situa­cio­nes por las cua­les no se han podi­do rea­li­zar las prue­bas. Pri­me­ro, el que los cen­tros 330 no son sufi­cien­tes. Un cen­tro 330 lo más que pue­de impac­tar es dos hoga­res al día. Lue­go, el hogar tie­ne que hacer la lis­ta de a quié­nes se les va a hacer la prue­ba y enviar­la, pero muchas veces el hogar no tie­ne el per­so­nal nece­sa­rio. Eso retra­só el pro­ce­so aun cuan­do la Aso­cia­ción de Due­ños de Hoga­res se ofre­ció y ayu­dó a los hoga­res en este tra­ba­jo. Des­pués vino una orden de que había que tener la fir­ma de los tuto­res y una orden médi­ca, lo que demo­ra aun más el proceso.

“En estos momen­tos, sabe­mos que esta cri­sis pue­de esca­lar, y del Depar­ta­men­to de Salud lo úni­co que escu­ché es que va a reclu­tar per­so­nas para hacer las prue­bas. Ya esas prue­bas que se hicie­ron en los pri­me­ros hoga­res están obso­le­tas, hay que repe­tir­las, hay que comen­zar en cero”, dijo en tono crítico.

La pro­cu­ra­do­ra admi­tió que no se sabe cómo fue que se con­ta­gia­ron las per­so­nas en estos dos hoga­res de Caro­li­na, que son de un mis­mo due­ño. Reve­ló que lo que se sabe has­ta aho­ra es que la per­so­na se enfer­mó de un dolor esto­ma­cal y en el hos­pi­tal des­cu­brie­ron que tenía el COVID. Se supo­ne que el pro­to­co­lo del Depar­ta­men­to de Salud esta­ble­ce que una vez una ins­ti­tu­ción de salud iden­ti­fi­ca que una per­so­na que está en un hogar tie­ne COVID, de inme­dia­to tie­nen que lla­mar al DF. Ahí enton­ces inter­vie­ne el DF y lue­go el PPEA.

Esta afir­mó que la regla de prohi­bi­ción de visi­tas a los hoga­res de cui­do de las per­so­nas de la ter­ce­ra edad va a con­ti­nuar. Inclu­so expre­só su recha­zo a la posi­bi­li­dad de que se per­mi­ta la entra­da de per­so­nal de la Comi­sión Esta­tal de Elec­cio­nes (CEE):“Si se prohí­ben las visi­tas a los fami­lia­res, ¿por qué pue­den ir a bus­car votos en este momen­to en una pobla­ción vul­ne­ra­ble? El Depar­ta­men­to de Salud está sacan­do per­so­nas de unos hoga­res a otros para poner­los en con­di­cio­nes ópti­mas. Si esta­mos prohi­bien­do fami­lia­res, ¿cómo vamos a per­mi­tir la votación?”

Al des­ta­car el ries­go de con­ta­gio en los cen­tros de las per­so­nas de edad avan­za­da recal­có que había que pen­sar en todas las posi­bi­li­da­des de ries­go e insis­tió en su nega­ti­va de per­mi­tir la entra­da. “Den­tro de todo, hemos teni­do una suer­te impre­sio­nan­te, por­que se toma­ron esas medi­das des­de el prin­ci­pio. Aho­ra es que vie­nen a salir los pri­me­ros casos, aho­ra mis­mo todos esta­mos en ries­go. Creo que el Depar­ta­men­to de Salud y el Depar­ta­men­to de la Fami­lia tie­nen que ser más agre­si­vos con que se cum­pla y se le haga prue­ba a todos los envejecientes”.

La pro­cu­ra­do­ra reve­ló que reci­bió una lla­ma­da de un plan médi­co para ofre­cer­le prue­bas sero­ló­gi­cas, pero no las pue­de acep­tar por­que su agen­cia tam­bién fis­ca­li­za a los pla­nes médi­cos. Enton­ces, se comu­ni­có con el DF y le dije­ron que no, que ellos tenían “más que sufi­cien­tes pruebas”.

Sán­chez Sal­ga­do no ocul­tó su per­tur­ba­ción por la res­pues­ta del Depar­ta­men­to: “No entien­do, pero si el plan médi­co le quie­re rega­lar esas prue­bas, agá­rra­las y dirí­ge­las a las égi­das”, que es otra pobla­ción que iden­ti­fi­có está nece­si­ta­da de estas pruebas.

FUENTE: Cla­ri­dad 60

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