Femi­nis­mos. La covid-19 afec­ta más a las muje­res en Amé­ri­ca Latina

Resu­men Lati­no­ame­ri­cano, 17 de junio de 2020.

Las muje­res en Amé­ri­ca Lati­na y el Cari­be ya comen menos y reser­van más ali­men­tos para sus hijos, en medio de la pan­de­mia que afec­ta la salud y los ingre­sos de millo­nes de fami­lias, empu­ján­do­las hacia la pobre­za. Un infor­me de la coa­li­ción CARE pide aten­ción pre­fe­ren­te para los gru­pos más vul­ne­ra­bles, como las muje­res indí­ge­nas. Foto: FAO

ATLANTA, Esta­dos Uni­dos, 2 jun 2020 (IPS) – El impac­to de la covid-19 sobre la eco­no­mía y la vida en Amé­ri­ca Lati­na y el Cari­be afec­ta más a las muje­res, sobre todo por su expo­si­ción a mayor pobre­za y vio­len­cia domés­ti­ca, seña­ló este mar­tes 2 un infor­me de la coa­li­ción esta­dou­ni­den­se con­tra la pobre­za CARE.

Las muje­res “tie­nen más pro­ba­bi­li­da­des de vivir en pobre­za extre­ma y sus ingre­sos son más pre­ca­rios”, seña­ló el infor­me, que recuer­da que 126 millo­nes de las que labo­ran en la región son tra­ba­ja­do­ras infor­ma­les, de las más expues­tas a la crisis.

Des­ta­ca la situa­ción de los 16,7 millo­nes de tra­ba­ja­do­ras domés­ti­cas, que enfren­tan las opcio­nes de que­dar en cua­ren­te­na con sus emplea­do­res o per­der sus tra­ba­jos para que­dar­se en su casa y cui­dar su fami­lia, sin acce­so a pres­ta­cio­nes por desempleo.

Las muje­res “ya comen menos, y menos comi­das nutri­ti­vas para dejar más ali­men­tos a sus hijos”, pues 85 millo­nes de niños están ais­la­dos de los pro­gra­mas de ali­men­ta­ción esco­lar, y ya en el bie­nio 2016 – 2018 se repor­tó que 69 millo­nes de muje­res y 55 millo­nes de hom­bres expe­ri­men­ta­ban inse­gu­ri­dad alimentaria.

El tra­ba­jo de cui­da­do no remu­ne­ra­do “aumen­ta des­pro­por­cio­na­da­men­te para las muje­res y el efec­to es mayor en fami­lias más pobres con hoga­res de mayor tamaño”.

La situa­ción empeo­ra cuan­do hay per­so­nas enfer­mas: en Méxi­co, las muje­res pasan 29 horas a la sema­na cui­dan­do a fami­lia­res enfer­mos, en com­pa­ra­ción con 13 horas que dedi­can los hom­bres. En Perú, 40 horas las muje­res y 16 los hombres.

La par­ti­ci­pa­ción en la fuer­za labo­ral de las muje­res entre 25 y 54 años es de 67 por cien­to, fren­te a 93 por cien­to de los hom­bres, y ocu­pan más empleos infor­ma­les o en los esca­lo­nes bajos del empleo for­mal, lo que se tra­du­ce en meno­res ingre­sos y ausen­cia de bene­fi­cios pre­vi­sio­na­les y poder de decisión.

En 2018, recor­dó el infor­me, 26,9 por cien­to de las muje­res vivía en la pobre­za en com­pa­ra­ción con 23,8 por cien­to de los hom­bres, y 11,4 por cien­to de muje­res en pobre­za extre­ma en com­pa­ra­ción con 9,7 por cien­to de hombres.

El pano­ra­ma apun­ta a que las muje­res pue­den ser las más afec­ta­das por el pre­vi­si­ble aumen­to de la pobre­za tras la cri­sis del covid-19, que empu­ja a 28,7 millo­nes de per­so­nas a caer en la pobre­za –para lle­gar a 214 millo­nes en la región- y a casi 16 millo­nes de per­so­nas hacia la pobre­za crítica.

Entre los gru­pos más vul­ne­ra­bles están las muje­res indí­ge­nas, afro­des­cen­dien­tes y migran­tes, con meno­res opor­tu­ni­da­des de acce­so a empleos y ser­vi­cios, así como la comu­ni­dad LGBTIQ (les­bia­nas, gais, bise­xua­les, tran­se­xua­les, inter­se­xua­les, dife­ren­tes), que sopor­tan situa­cio­nes de dis­cri­mi­na­ción o estigma.

El infor­me regis­tra que “la vio­len­cia de géne­ro está aumen­tan­do y la capa­ci­dad de las muje­res para acce­der a los ser­vi­cios está disminuyendo”.

Des­de los paí­ses de la región se infor­ma que las lla­ma­das a líneas direc­tas para aten­der casos de vio­len­cia domés­ti­ca aumen­tan entre 18 y 100 por cien­to, mien­tras que muchas clí­ni­cas y ser­vi­cios móvi­les que atien­den vio­len­cia de géne­ro se han sus­pen­di­do duran­te los meses de pandemia.

Por aña­di­du­ra, como hay menos espec­ta­do­res en las calles y nego­cios cerra­dos, las muje­res enfren­tan con­di­cio­nes cada vez más inse­gu­ras, por­que hay menos luga­res a don­de ir por ayu­da o refu­gio cuan­do la vio­len­cia de géne­ro ocu­rre en público.

Más allá del tema de vio­len­cia de géne­ro, dis­mi­nu­yen los ser­vi­cios de salud están­dar, a los que antes de la pan­de­mia no acce­día 30 por cien­to de la pobla­ción por razo­nes de cos­to y 21 por cien­to por limi­ta­cio­nes geográficas.

En sus reco­men­da­cio­nes para enfren­tar la cri­sis, CARE pide reco­pi­lar datos des­agre­ga­dos por sexo y edad en rela­ción con la pan­de­mia y los reque­ri­mien­tos de la socie­dad, y tejer redes que atien­dan las nece­si­da­des de las mujeres.

Lue­go pro­po­ne cen­trar­se en las nece­si­da­des de los gru­pos más vul­ne­ra­bles y reco­no­cer y abor­dar el tra­ba­jo de cui­da­do, remu­ne­ra­do y no remu­ne­ra­do, inclui­das las acti­vi­da­des del hogar, así como de las tra­ba­ja­do­ras del sec­tor remunerado.

Se deben for­ta­le­cer los ser­vi­cios de salud y faci­li­tar el acce­so de muje­res, niñas y los gru­pos de mayor ries­go, y eli­mi­nar los cos­tos de pre­ven­ción, tra­ta­mien­to y aten­ción de la covid-19.

Final­men­te, jun­to con las medi­das de aten­ción en lo inme­dia­to se deben tomar otras para mejo­rar los ingre­sos de las muje­res y de la comu­ni­dad LGBTIQ, y que apun­ten a su empo­de­ra­mien­to eco­nó­mi­co en el mediano y lar­go plazo.

A‑E/​HM

Fuen­tes: http://​www​.ips​no​ti​cias​.net/​2​0​2​0​/​0​6​/​l​a​-​c​o​v​i​d​-​1​9​-​a​f​e​c​t​a​-​m​a​s​-​l​a​s​-​m​u​j​e​r​e​s​-​a​m​e​r​i​c​a​-​l​a​t​i​na/
Rebe­lión.

Itu­rria /​Fuen­te

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *