NO MÁS GUERRA SUCIA – farc​-ep​.net

Com­pa­trio­tas, salu­do revo­lu­cio­na­rio que envia­mos con nues­tros mejo­res deseos, en medio de las adver­si­da­des que impo­ne la actual situa­ción de zozo­bra pro­duc­to de la gue­rra sucia y la per­fi­dia institucional.

En el día de hoy nos hemos ente­ra­do de la muer­te de los com­pa­ñe­ros Mil­ton Urru­tia Mora, José Mil­ton Peña Pine­da y Arse­nio Mal­do­na­do, quie­nes des­de el ini­cio del pro­ce­so de rein­cor­po­ra­ción deri­va­do del Acuer­do de Paz de La Haba­na esta­ban vin­cu­la­dos al Espa­cio Terri­to­rial de Capa­ci­ta­ción y Rein­cor­po­ra­ción (ETCR) de Caño Indio, muni­ci­pio de Tibú, en la región del Cata­tum­bo nortesantandereano.

Según las infor­ma­cio­nes poli­cia­les los com­pa­ñe­ros fue­ron ase­si­na­dos a tiros el vier­nes por sica­rios moto­ri­za­dos, mien­tras desa­yu­na­ban jun­tos en un hotel de la ciu­dad de Cúcu­ta. Dos caye­ron en el acto mien­tras que Mal­do­na­do Gam­boa (Harold) falle­ció en el hos­pi­tal como con­se­cuen­cia de la gra­ve­dad de las heri­das que le causaron.

Las Fuer­zas Arma­das Revo­lu­cio­na­rias de Colom­bia, Ejér­ci­to del Pue­blo, inde­pen­dien­te­men­te de los móvi­les que hubie­ren rodea­do este cri­men ale­ve, lo recha­zan y lo con­de­nan con deter­mi­na­ción expre­san­do que no es admi­si­ble tole­rar ni este ni nin­gún hecho pro­duc­to de la gue­rra sucia sin freno que se vie­ne des­en­vol­vien­do a lo lar­go y ancho del país con­tra quie­nes de bue­na fe die­ron el paso a la lega­li­dad, los cua­les ya son más de 150 aba­ti­dos inmi­se­ri­cor­de­men­te, y con­tra el movi­mien­to social que ya regis­tra la muer­te a san­gre y fue­go de al menos medio millar de sus dirigentes.

Las FARC-EP, lamen­tan estos ase­si­na­tos, y mani­fies­tan sus sen­ti­mien­tos de pesar y soli­da­ri­dad a los fami­lia­res, ami­gos y alle­ga­dos de las víc­ti­mas, al tiem­po que hacen un lla­ma­do a cerrar filas con­tra el des­go­bierno que se ha apo­de­ra­do de Colom­bia, bus­can­do alter­na­ti­vas para tomar un nue­vo rum­bo que se tra­duz­ca en tran­qui­li­dad y buen vivir para las gen­tes del común y para la ciu­da­da­nía en general.

Reite­ran­do lo dicho en nues­tro recien­te mani­fies­to de agos­to de 2019, deci­mos que “Des­de la fir­ma del Acuer­do de Paz en La Haba­na, y del desar­me inge­nuo de la gue­rri­lla a cam­bio de nada, no cesa la mata­zón…, en medio de la indi­fe­ren­cia y la indo­len­cia del Estado”.

Cuan­do fir­ma­mos el Acuer­do de La Haba­na lo hici­mos con la con­vic­ción de que era posi­ble cam­biar la vida de los humil­des y los des­po­seí­dos. Pero el Esta­do no ha cum­pli­do ni con la más impor­tan­te de sus obli­ga­cio­nes, que es garan­ti­zar la vida de sus ciu­da­da­nos, y par­ti­cu­lar­men­te la de evi­tar el ase­si­na­to por razo­nespolí­ti­cas. Todo esto: la tram­pa, la trai­ción y la per­fi­dia, la modi­fi­ca­ción uni­la­te­ral del tex­to del Acuer­do, el incum­pli­mien­to de los com­pro­mi­sos por par­te del Esta­do, los mon­ta­jes judi­cia­les y la inse­gu­ri­dad jurí­di­ca, nos obli­ga­ron a regre­sar al mon­te…. La his­to­ria regis­tra­rá en sus pági­nas que fui­mos obli­ga­dos a reto­mar las armas”.

No más gue­rra sucia, no más crí­me­nes con­tra gen­te iner­me que sigue cre­yen­do en la paz.

Fra­ter­nal­men­te,

DIRECCIÓN NACIONAL, FARC-EP

Sel­vas insur­gen­tes de Colom­bia, sep­tiem­bre 7 de 2019.

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