Terro­ris­mo de Esta­do franco-español

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Sien­do Pre­si­den­te del Gobierno, Feli­pe Gon­zá­lez ase­gu­ró que jamás habría prue­bas de la impli­ca­ción de las auto­ri­da­des espa­ño­las en la gue­rra sucia. Se equi­vo­có por com­ple­to y enton­ces dichas auto­ri­da­des pasa­ron de negar toda impli­ca­ción en la gue­rra sucia a jus­ti­fi­car­la, adu­cien­do que la cola­bo­ra­ción fran­ce­sa con­tra ETA se con­si­guió gra­cias a dicha gue­rra sucia.

En con­cre­to, argu­men­ta­ron que las auto­ri­da­des fran­ce­sas empe­za­ron a cola­bo­rar en la lucha con­tra ETA a cam­bio de que cesa­ran los aten­ta­dos de los GAL. Algo com­ple­ta­men­te fal­so, por­que el acuer­do de cola­bo­ra­ción fran­co-espa­ño­la fue ante­rior a que se ini­cia­ran los ase­si­na­tos de exi­lia­dos vas­cos rei­vin­di­ca­dos usan­do las siglas GAL.

Recuér­de­se, al res­pec­to, el argu­men­to que esgri­mió Feli­pe Gon­zá­lez cuan­do tuvo que decla­rar ante el Tri­bu­nal Supre­mo en rela­ción a la pri­me­ra acción rei­vin­di­ca­da por los GAL, el secues­tro de Segun­do Marey. Según Gon­zá­lez, care­cía de toda lógi­ca que las auto­ri­da­des espa­ño­las estu­vie­sen invo­lu­cra­das en dicho secues­tro, por­que antes de que este se pro­du­je­ra, el 4 de diciem­bre de 1983, ya había acor­da­do en secre­to con el pre­si­den­te fran­cés Fra­nçois Mit­te­rrand unas sóli­das bases de cola­bo­ra­ción en la lucha con­tra ETA.

Un gran ami­go de Feli­pe Gon­zá­lez, el emba­ja­dor fran­cés en la épo­ca de los GAL Pie­rre Gui­do­ni, ya había uti­li­za­do ese mis­mo argu­men­to en una tri­bu­na titu­la­da “Una pági­na de his­to­ria”, publi­ca­da por el dia­rio El País el 23 de enero de 1995. En con­cre­to, argu­yó que los aten­ta­dos de los GAL «no podían con­du­cir a obte­ner la coope­ra­ción de Fran­cia», por­que, para enton­ces, «ya se había con­se­gui­do», gra­cias al antes men­cio­na­do acuer­do secre­to de cola­bo­ra­ción fran­co-espa­ño­la con­tra ETA en el que él tam­bién participó.

Gui­do­ni ligó aquel acuer­do a unas nego­cia­cio­nes más amplias sobre intere­ses comu­nes y des­car­tó por com­ple­to que el Minis­tro del Inte­rior en la épo­ca de los GAL, José Barrio­nue­vo, y el enton­ces Secre­ta­rio de Esta­do de Segu­ri­dad, Rafael Vera, tuvie­sen nada que ver con el secues­tro de Segun­do Marey, por­que ambos aca­ba­ban de par­ti­ci­par en el acuer­do secreto.

He aquí lo que se pre­gun­tó Gui­do­ni: «¿Cómo creer que los mis­mos hom­bres, simul­tá­nea­men­te, orga­ni­za­ban los GAL y nego­cia­ban la coope­ra­ción legal, ofi­cial, con Fran­cia?». Sin embar­go, está judi­cial­men­te pro­ba­do que Vera y Barrio­nue­vo hicie­ron ambas cosas a la vez y solo caben dos expli­ca­cio­nes. O las auto­ri­da­des espa­ño­las enga­ña­ron arte­ra­men­te a las fran­ce­sas, o ambas actua­ron de común acuerdo.

Aho­ra bien, no tie­ne nin­gu­na lógi­ca que el PSOE lan­za­ra aque­lla cam­pa­ña de gue­rra sucia en Ipa­rral­de sin el acuer­do de Mit­te­rrand y otros diri­gen­tes del PSF. En ese caso, tenían mucho que per­der y poco que ganar, como expli­ca­ron Feli­pe Gon­zá­lez y Pie­rre Gui­do­ni. Sin embar­go, con el bene­plá­ci­to fran­cés sí que tenían mucho que ganar y muy poco que per­der… si no hubie­sen actua­do con tan­ta pre­po­ten­cia y come­ti­do tan­tas chapuzas.

Cabe resal­tar al res­pec­to el repen­tino cam­bio de acti­tud del prin­ci­pal diri­gen­te del PSF en Ipa­rral­de, Jean-Pie­rre Des­tra­de, quien pasó de acu­sar públi­ca­men­te a la Poli­cía espa­ño­la de los pri­me­ros aten­ta­dos de los GAL, a fina­les de 1983, a guar­dar un más que sos­pe­cho­so silen­cio tras reu­nir­se a prin­ci­pios de 1984 con el pre­si­den­te Mitterrand.

Unos días des­pués, se cele­bró en Baio­na una reu­nión de una quin­ce­na de secre­ta­rios loca­les y diri­gen­tes del PSF en Ipa­rral­de con un envia­do guber­na­men­tal, el minis­tro André Laba­rre­re. Una reu­nión en la que este les trans­mi­tió el men­sa­je de que los GAL eran «un mal nece­sa­rio». Muchos pro­tes­ta­ron con vehe­men­cia. Des­tra­de, en absoluto.

Tras ello, mien­tras se seguían pro­du­cien­do los ase­si­na­tos rei­vin­di­ca­dos usan­do las siglas GAL, las auto­ri­da­des fran­ce­sas hicie­ron exac­ta­men­te lo mis­mo que duran­te la ante­rior cam­pa­ña de gue­rra sucia en Ipa­rral­de: empe­za­ron a tomar con­tun­den­tes medi­das con­tra las víc­ti­mas de dicha gue­rra sucia. Pri­me­ro se pro­du­je­ron múl­ti­ples deten­cio­nes, con­fi­na­mien­tos y depor­ta­cio­nes de exi­lia­dos vas­cos a ter­ce­ros paí­ses y poco más tar­de lle­ga­ron las extradiciones.

En todo caso, es indis­cu­ti­ble que la cola­bo­ra­ción fran­ce­sa con­tra ETA no se pro­du­jo a par­tir de que cesa­ran los aten­ta­dos de los GAL, sino que fue simul­tá­nea a dichos aten­ta­dos que, según todos los indi­cios, con­ta­ron con el bene­plá­ci­to de las auto­ri­da­des fran­ce­sas. Aque­llos aten­ta­dos fue­ron «un mal nece­sa­rio» que les per­mi­tió con­se­guir múl­ti­ples bene­fi­cios y por eso se tra­tó, sin duda, de un terro­ris­mo de Esta­do franco-español.

Por otra par­te, todo indi­ca que si las auto­ri­da­des fran­ce­sas se avi­nie­ron a hacer la vis­ta gor­da, lo harían a cam­bio de con­tra­par­ti­das de la par­te espa­ño­la en la nego­cia­ción secre­ta men­cio­na­da por Gui­do­ni. De ahí la impor­tan­cia de inves­ti­gar­la a fon­do en todos sus aspec­tos: cola­bo­ra­ción con­tra ETA, ingre­so de Espa­ña en la CEE, com­pra por par­te espa­ño­la de tec­no­lo­gía y arma­men­to fran­cés (el repre­sen­tan­te de la fir­ma Alsthom, fabri­can­te del Tren de Alta Velo­ci­dad fran­cés adqui­ri­do por los espa­ño­les, fue pre­ci­sa­men­te Pie­rre Guidoni)…

Se tra­ta de una inves­ti­ga­ción que debe­mos a todas las víc­ti­mas como Segun­do Marey quien, antes de morir, resal­tó que: «Se debe acla­rar toda la ver­dad de los GAL para que las víc­ti­mas de esas siglas dejen de sufrir».

En efec­to, es impres­cin­di­ble que se acla­re no solo todo lo refe­ri­do a los GAL, sino tam­bién a las demás siglas usa­das en la gue­rra sucia (BVE, ATE, Tri­ple A…). Unas siglas que fue­ron puras pan­ta­llas para ocul­tar el terro­ris­mo de Esta­do y cuyas víc­ti­mas nece­si­tan saber toda la ver­dad. Lo nece­si­tan con urgen­cia, por­que sin esa ver­dad jamás podrán reci­bir la jus­ti­cia y repa­ra­ción, con garan­tías de no repe­ti­ción, que les deben los Esta­dos espa­ñol y fran­cés. Ambos.

Xabier Maka­za­ga, inves­ti­ga­dor del terro­ris­mo de Estado

3 de julio de 2019

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