Cla­ves del anti­ca­pi­ta­lis­mo y el anti­im­pe­ria­lis­mo hoy

Pero más aún lo es actuar. Con­cien­ti­zar, orga­ni­zar, movi­li­zar, uti­li­zar las fuer­zas con que se cuen­ta, son las pala­bras de orden. No se pue­den acep­tar expre­sio­nes de acep­ta­ción resig­na­da o de pro­tes­ta timo­ra­ta: hay que revi­sar las vías y los medios uti­li­za­dos y su alcan­ce, sus lími­tes y sus con­di­cio­na­mien­tos. Y hacer todo lo que sea pre­ci­so para que no sea derro­ta­do el cam­po popu­lar. La efi­cien­cia para garan­ti­zar los dere­chos del pue­blo y defen­der y guiar su camino de libe­ra­cio­nes debe ser la úni­ca legi­ti­mi­dad que se les exi­ja a las vías y a los ins­tru­men­tos. Las ins­ti­tu­cio­nes y las actua­cio­nes ten­drán su razón de ser en ser­vir a las nece­si­da­des y los intere­ses supre­mos de los pue­blos, a la obli­ga­ción de defen­der lo logra­do y la con­fian­za y la espe­ran­za de tan­tos millo­nes de per­so­nas. Esa debe ser la brú­ju­la de los pue­blos y de sus acti­vis­tas, repre­sen­tan­tes y conductores.

En la épo­ca que comien­za se está levan­tan­do una con­cu­rren­cia de fuer­zas muy dife­ren­tes e inclu­so diver­gen­tes, a quie­nes uni­rán nece­si­da­des, enemi­gos comu­nes y fac­to­res estra­té­gi­cos que van más allá de sus iden­ti­da­des, sus deman­das y sus pro­yec­tos. Y sola­men­te ten­drá pro­ba­bi­li­da­des de triun­far una pra­xis inten­cio­na­da, orga­ni­za­da, capaz de mane­jar los datos fun­da­men­ta­les, las valo­ra­cio­nes, las opcio­nes, la plu­ra­li­dad de situa­cio­nes, posi­cio­nes y obje­ti­vos, las con­di­cio­nan­tes y las polí­ti­cas que están en juego.

La radi­ca­li­za­ción de los pro­ce­sos debe­rá ser la ten­den­cia impres­cin­di­ble para su pro­pia sobre­vi­ven­cia. Serían sui­ci­das los retro­ce­sos y las con­ce­sio­nes des­ar­man­tes fren­te a un enemi­go que sabe ser impla­ca­ble, pero lo prin­ci­pal es que –dado el nivel que han alcan­za­do la cul­tu­ra polí­ti­ca de los pue­blos y las espe­ran­zas de liber­tad, jus­ti­cia social y bien­es­tar para todos– los movi­mien­tos, los pode­res y los líde­res pres­ti­gio­sos y auda­ces solo podrán mul­ti­pli­car las fuer­zas popu­la­res y tener opción de ven­cer si ponen la libe­ra­ción efec­ti­va de los yugos del capi­ta­lis­mo en la balan­za de sus con­vo­ca­to­rias a luchar.

La polí­ti­ca revo­lu­cio­na­ria no pue­de con­for­mar­se con ser alternativa.

La natu­ra­le­za del sis­te­ma lo ha situa­do en un calle­jón sin sali­da en gene­ral, pero su poder y sus recur­sos actua­les le per­mi­ten un amplio arco de res­pues­tas con­tra los pro­ce­sos en cur­so, y tam­bién pue­de dejar­le un nicho de tole­ran­cia a algu­nas alter­na­ti­vas mien­tras com­bi­na la induc­ción y la espe­ra has­ta que se des­gas­ten. En la medi­da en que vaya­mos obte­nien­do triun­fos y cam­bios de noso­tros mis­mos, con­ver­ti­re­mos las alter­na­ti­vas en pro­ce­sos de eman­ci­pa­ción huma­na y social.

Mien­tras exis­ta la opre­sión, la explo­ta­ción y la domi­na­ción capi­ta­lis­ta, no habrá solu­cio­nes ni regí­me­nes polí­ti­cos y socia­les satis­fac­to­rios para las mayo­rías, ni serán dura­de­ros. La libe­ra­ción de los seres huma­nos y las socie­da­des es lo que abri­rá las puer­tas a la crea­ción de un mun­do nue­vo. ¿Pare­ce dema­sia­da ambi­ción? Sí, natu­ral­men­te. Pero es lo úni­co factible.

Fer­nan­do Mar­tí­nez Heredia

13 de enero de 2017

fuen­te: http://​www​.con​tex​to​la​ti​no​ame​ri​cano​.com/

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