Mercado mundial: el caso del petróleo
Pero las presiones deflacionarias son globales. Y su origen no es solo China. Es que en el período de auge de los precios del petróleo y otras materias primas, hubo inversiones que ahora, en un contexto de sobreproducción, no se pueden capitalizar. La industria petrolera es un ejemplo. Con los precios de petróleo en aproximadamente 100 dólares el barril, en EEUU se realizaron fuertes inversiones en la producción petrolera y de gas mediante la perforación horizontal y la fracturación hidráulica.
De hecho, este tipo de producción concentra hoy el 20% de la inversión total en la industria. Como resultado, la producción de petróleo en EEUU pasó de 5 millones de barriles diarios en 2008 a casi 9,5 millones en la actualidad; la producción de gas aumentó más del 40%. Pero con la baja de los precios, la situación se invierte. Las empresas de menor poderío no se sostienen; solo entre los últimos meses de 2014 y los primeros de 2015 el número de plataformas petroleras en EEUU se redujo un 50%. Pero las más fuertes bajan costos (hay muchos despidos) y tratan de mantener las cuotas de mercado. Lo mismo hacen otros grandes productores.
“Los precios del crudo se han desplomado en los últimos ocho meses debido a un lustro de aumento de la producción en Estados Unidos y a una débil demanda internacional. (…) … la cuota de producción mundial que tenía la OPEP (Organización de los Países Exportadores de Petróleo) de más del 50% en 1979, cuando el poderío del grupo era indiscutido, [se redujo] a aproximadamente 33% en la actualidad. Los propios líderes de la OPEP reconocen que su poder para fijar precios se ha debilitado. La producción mundial de crudo supera la demanda en aproximadamente dos millones de barriles al día, según la Agencia Internacional de Energía, AIE” (The Wall Street Journal of Americas2/06/2015).
El mismo diario informa el 24 de agosto: “… el precio del crudo se ha derrumbado 60% desde su máximo de 2014 y de repente parece que va a permanecer bajo durante meses, tal vez años”. La nota hace hincapié en que a pesar del exceso de crudo, los grandes productores –Arabia Saudita, EEUU, Rusia- “parecen empeñados en bombear la mayor cantidad de petróleo posible. Lejos de quebrar, las compañías petroleras estadounidenses sorprendieron a sus rivales globales manteniendo o incluso aumentando su producción a medida que los precios en EEUU cayeron en picada de 100 dólares a 70 dólares el barril a fines del año pasado y a 40.45 dólares el viernes pasado. Aún más sorprendentemente, los saudíes siguieron incrementando su producción a pesar de la caída de los precios, en lo que los analistas dicen ha sido un esfuerzo preventivo para evitar que rivales como Irak les roben clientes en Asia. El resultado ha sido una suerte de guerras de trincheras en la industria petrolera, donde todos los productores tratan de ganar cuota de mercado a cualquier costo”. La nota recuerda que entre 2008 y 2015 la producción en EEUU subió 75%, superando los nueve millones de barriles al día a fines de 2014. Mientras tanto, la demanda mundial de petróleo comenzó a caer y los precios a debilitarse” (TWSJA, 24/08/15). Hay que sumar que Irán planea aumentar la oferta en un millón de barriles diarios en los próximos años.
Otro caso ilustrativo, la minería
Algo similar ocurre con la gran minería. Desde 2001 la industria minera mundial gastó más de un billón de dólares en nuevos proyectos, según Goldman Sachs (citado en TWSJA, 11/08/15). De manera que aumentó la capacidad de producción, y la producción. Pero muchas inversiones hoy no pueden recuperarse. Y las empresas, por otro lado, buscan no perder participación en los mercados. Es que el que se retira de la guerra competitiva verá desvalorizado por completo su capital. De ahí la exacerbación de la guerra de precios, la sobrecapacidad y la caída de beneficios. La minera Río Tinto pasó de una ganancia de 4400 millones de dólares en el primer semestre de 2014 a 800 millones en el mismo período de 2015. Vale pasó de una ganancia de 4000 millones de dólares a un rojo de 1400 millones y Anglo American de una ganancia de 1500 millones a una pérdida de 3000 millones de dólares, siempre para los mismos períodos (TWSJA 21/08/15). También se registra desvalorización de capital: “Desde 2008, las principales 40 empresas mineras del mundo han acumulado rebajas en su valor en libros por 190.000 millones de dólares, con un máximo de 57.000 millones de dólares en 2013, según Pricewaterhouse-Coopers” (TWSJA, 11/08/15).
Naturalmente, aumentan las dificultades para devolver los préstamos con que se financiaron las inversiones. A su vez, el deterioro de los balances y la caída de las valoraciones bursátiles empeoran las calificaciones crediticias; lo que sube los costos de financiamiento de las empresas.