La Unión Euro­pea con­cul­ca las con­quis­tas demo­crá­ti­cas y socia­les- Eric Toussaint

La Unión Euro­pea con­cul­ca las con­quis­tas demo­crá­ti­cas y sociales

19 de diciem­bre por Eric Tous­saint

El fra­ca­so de los gobier­nos euro­peos, de la Comi­sión Euro­pea y del BCE es paten­te en la con­cre­ción de lo que supues­ta­men­te quie­ren con­se­guir: redu­cir el des­em­pleo, relan­zar la acti­vi­dad eco­nó­mi­ca, sanear fun­da­men­tal­men­te los ban­cos, esti­mu­lar y aumen­tar el cré­di­to a los par­ti­cu­la­res y a las PYMES, inclu­so aumen­tar la inver­sión y redu­cir la deu­da públi­ca. Sobre todos esos pun­tos, la polí­ti­ca euro­pea es un fias­co estre­pi­to­so. ¿Pero real­men­te son esos los obje­ti­vos que los diri­gen­tes euro­peos desean alcanzar?

Los gran­des medios abor­dan regu­lar­men­te una serie de cues­tio­nes como: un posi­ble esta­lli­do de la zona euro; el fra­ca­so de las polí­ti­cas de aus­te­ri­dad en mate­ria de relan­za­mien­to eco­nó­mi­co; las ten­sio­nes entre Ber­lín, París o Roma, entre Lon­dres y los miem­bros de la zona euro; de las con­tra­dic­cio­nes en el seno del Con­se­jo del BCE; de las enor­mes difi­cul­ta­des para lle­gar a un acuer­do sobre el pre­su­pues­to de la UE; de las cris­pa­cio­nes de cier­tos gobier­nos euro­peos con el FMI a pro­pó­si­to de la dosi­fi­ca­ción de la aus­te­ri­dad. Aun­que todas esas ten­sio­nes sean bien reales, no nos deben ocul­tar lo esencial.

Los diri­gen­tes euro­peos de los paí­ses más fuer­tes y los patro­nes de las gran­des empre­sas se feli­ci­tan de que haya una zona eco­nó­mi­ca, comer­cial y polí­ti­ca común, don­de las trans­na­cio­na­les euro­peas y las eco­no­mías del Cen­tro de la zona euro obtie­nen bene­fi­cios de la deba­cle de la Peri­fe­ria, para refor­zar la ren­ta­bi­li­dad de sus empre­sas y ganar en com­pe­ti­ti­vi­dad con res­pec­to a sus com­pe­ti­do­res esta­dou­ni­den­ses y chi­nos. Su obje­ti­vo, en el esta­do actual de la cri­sis, no es relan­zar la eco­no­mía y redu­cir las asi­me­trías entre las eco­no­mías fuer­tes y débi­les den­tro de la UE.

Ade­más, los diri­gen­tes euro­peos con­si­de­ran que la deba­cle del Sur euro­peo será una opor­tu­ni­dad para pri­va­ti­za­cio­nes gene­ra­li­za­das de empre­sas y bie­nes públi­cos a pre­cios de sal­do. Y los ayu­dan la inter­ven­ción de la Troi­ka y la com­pli­ci­dad acti­va de los gobier­nos de la Peri­fe­ria. Las cla­ses domi­nan­tes de los paí­ses peri­fé­ri­cos son favo­ra­bles a esas polí­ti­cas, ya que cuen­tan con reci­bir una par­te de un pas­tel que codi­cian des­de hace tiem­po. Las pri­va­ti­za­cio­nes de Gre­cia y Por­tu­gal pre­fi­gu­ran lo que lle­ga­rá a Espa­ña e Ita­lia, don­de los bie­nes públi­cos que se podrán adqui­rir son mucho más impor­tan­tes, con­si­de­ran­do el tama­ño de esas dos eco­no­mías. Los diri­gen­tes de las eco­no­mías euro­peas más fuer­tes tam­bién pla­nean rea­li­zar una nue­va ola de impor­tan­tes pri­va­ti­za­cio­nes en sus pro­pios países.

Ni siquie­ra se disi­mu­la la estre­cha rela­ción entre los gober­nan­tes y el gran capi­tal. A la cabe­za de varios gobier­nos, colo­ca­dos en pues­tos minis­te­ria­les impor­tan­tes y en la pre­si­den­cia del BCE, se encuen­tran hom­bres direc­ta­men­te sali­dos del mun­do de las altas finan­zas, |1| comen­zan­do por el ban­co de nego­cios Gold­man Sachs. |2| Algu­nos polí­ti­cos de pri­me­ra fila son recom­pen­sa­dos con un pues­to en un gran ban­co u otra gran empre­sa una vez que cum­plie­ron con sus bue­nos ofi­cios para las gran­des cor­po­ra­cio­nes. |3| No es algo nue­vo, pero es más evi­den­te y común que duran­te los últi­mos 50 años. Se pue­de hablar de ver­da­de­ros vasos comu­ni­can­tes y bien transparentes.

Con­si­de­rar que la polí­ti­ca de los diri­gen­tes euro­peos es un fra­ca­so por­que el cre­ci­mien­to eco­nó­mi­co no ha vuel­to es equi­vo­car­se con­si­de­ra­ble­men­te en el cri­te­rio de aná­li­sis. Los obje­ti­vos per­se­gui­dos por la direc­ción del BCE, por la Comi­sión Euro­pea, por los gobier­nos de las eco­no­mías más fuer­tes de la UE, por las direc­cio­nes de los ban­cos y de otras gran­des empre­sas pri­va­das, no es ni la rápi­da vuel­ta al cre­ci­mien­to, ni la reduc­ción de las asi­me­trías en el seno de la zona euro y de la UE con el fin de hacer de ella un con­jun­to más cohe­ren­te al que la pros­pe­ri­dad pudie­ra retornar.

Sobre todo, no hay que olvi­dar una cues­tión fun­da­men­tal: la capa­ci­dad de los gober­nan­tes, que se han pues­to dócil­men­te al ser­vi­cio de los intere­ses de las gran­des empre­sas pri­va­das, para ges­tio­nar una situa­ción de cri­sis, inclu­so de caos, y actuar en el sen­ti­do reque­ri­do por esas gran­des empre­sas. La cri­sis per­mi­te pasar al ata­que con el pre­tex­to de apli­car un tra­ta­mien­to de cho­que jus­ti­fi­ca­do por la ampli­tud de los problemas.

Los dere­chos eco­nó­mi­cos, socia­les y cul­tu­ra­les son con­ti­nua­men­te cues­tio­na­dos en sus pro­pios fun­da­men­tos, sin olvi­dar la ofen­si­va con­tra los dere­chos civi­les y polí­ti­cos como el dere­cho efec­ti­vo a la elec­ción de los legis­la­do­res. En efec­to, el Par­la­men­to Euro­peo no ejer­ce real­men­te como poder legis­la­ti­vo, los par­la­men­tos nacio­na­les de los paí­ses some­ti­dos a la Troi­ka ven como ésta le dic­ta sus leyes, y los otros par­la­men­tos tie­nen su sobe­ra­nía y su poder fuer­te­men­te limi­ta­dos por los dife­ren­tes tra­ta­dos euro­peos, adop­ta­dos sin nin­gu­na con­sul­ta demo­crá­ti­ca, como el TSCG (Tra­ta­do sobre la esta­bi­li­dad, la coor­di­na­ción y la gober­nan­za) que fija requi­si­tos pre­su­pues­ta­rios inacep­ta­bles. Otros dere­chos son tam­bién bur­la­dos: el ejer­ci­cio real del sufra­gio uni­ver­sal direc­to, el dere­cho de recha­zar los tra­ta­dos, el dere­cho de modi­fi­car la cons­ti­tu­ción median­te un pro­ce­so demo­crá­ti­co cons­ti­tu­yen­te, el dere­cho de pro­tes­tar y de orga­ni­zar­se para que estas pro­tes­tas den resul­ta­dos. La UE y sus paí­ses miem­bros refuer­zan una deri­va auto­ri­ta­ria con el retorno del ejer­ci­cio direc­to del poder por los repre­sen­tan­tes de una oli­gar­quía económica.

Para avan­zar en la mayor ofen­si­va lle­va­da a cabo des­pués de la segun­da gue­rra mun­dial a esca­la euro­pea con­tra los dere­chos eco­nó­mi­cos y socia­les de la mayo­ría de la pobla­ción, los gobier­nos y la patro­nal uti­li­zan dife­ren­tes armas: la deu­da públi­ca, el des­em­pleo, el retra­so de la edad de jubi­la­ción, la exclu­sión del dere­cho a reci­bir un sub­si­dio de las muchí­si­mas per­so­nas sin empleo, la con­ge­la­ción o dis­mi­nu­ción de sala­rios y de las diver­sas ayu­das socia­les, la reduc­ción de los efec­ti­vos tan­to en las empre­sas pri­va­das como en el sec­tor públi­co, la bús­que­da del equi­li­brio pre­su­pues­ta­rio como pre­tex­to de los seve­ros recor­tes en los ser­vi­cios públi­cos, la bús­que­da de la mejo­ra de la com­pe­ti­ti­vi­dad de los Esta­dos miem­bros de la UE, entre ellos y con res­pec­to a sus com­pe­ti­do­res comer­cia­les de otros continentes.

Para el Capi­tal, la cues­tión es aumen­tar aún más la pre­ca­ri­za­ción de los tra­ba­ja­do­res, redu­cir radi­cal­men­te su capa­ci­dad de movi­li­za­ción y de resis­ten­cia, dis­mi­nuir los sala­rios y dife­ren­tes pres­ta­cio­nes socia­les a la vez que se man­tie­nen las enor­mes dis­pa­ri­da­des entre los tra­ba­ja­do­res den­tro de la UE, con el obje­ti­vo de aumen­tar la com­pe­ten­cia entre ellos y pre­ci­pi­tar­los en la tram­pa de la deuda.

Pri­me­ro, están las dis­pa­ri­da­des entre los asa­la­ria­dos de un mis­mo país: entre muje­res y hom­bres, entre fijos y even­tua­les, entre tra­ba­ja­do­res a tiem­po par­cial y tra­ba­ja­do­res a tiem­po com­ple­to, entre las vie­jas gene­ra­cio­nes que se bene­fi­cian de un sis­te­ma de jubi­la­ción basa­do en la soli­da­ri­dad y las nue­vas gene­ra­cio­nes a las que se les impo­ne un sis­te­ma cada vez más indi­vi­dua­lis­ta y alea­to­rio. Sin con­tar con los «sin pape­les», súpe­rex­plo­ta­dos y que no gozan de nin­gún dere­cho social liga­do al tra­ba­jo. Por ini­cia­ti­va de la patro­nal y con el apo­yo de los gobier­nos suce­si­vos (y en eso, los par­ti­dos socia­lis­tas euro­peos han desem­pe­ña­do un acti­vo papel), esas dis­pa­ri­da­des han cre­ci­do en el cur­so de los últi­mos 20 años. Por ejem­plo, en Ale­ma­nia, 7,5 millo­nes de tra­ba­ja­do­res deben con­ten­tar­se con un sala­rio men­sual de 400 euros, cuan­do el sala­rio men­sual nor­mal supera neta­men­te los 1.500 euros. |4|

Segun­do, a esas dife­ren­cias, se agre­gan las dis­pa­ri­da­des entre los tra­ba­ja­do­res de los paí­ses del Cen­tro y los de los paí­ses de la Peri­fe­ria, en el seno de la UE, que son com­ple­men­ta­rias de las que se pro­fun­di­zan den­tro de las fron­te­ras nacio­na­les. Los sala­rios de los tra­ba­ja­do­res del gru­po de paí­ses más fuer­tes (Ale­ma­nia, Fran­cia, Paí­ses Bajos, Fin­lan­dia, Sue­cia, Aus­tria, Dina­mar­ca) son el doble o el tri­ple de los sala­rios de los de Gre­cia, Por­tu­gal o Eslo­ve­nia. El sala­rio míni­mo legal de Bul­ga­ria (156 euros bru­tos men­sua­les en 2013) es de 8 a 9 veces infe­rior al de paí­ses como Fran­cia, Bél­gi­ca o los Paí­ses Bajos. |5|

En Amé­ri­ca del Sur, aún cuan­do las dife­ren­cias son gran­des entre las eco­no­mías más fuer­tes (Bra­sil, Argen­ti­na, Vene­zue­la) y las más débi­les (Para­guay, Boli­via, Ecua­dor…), la dife­ren­cia en el sala­rio míni­mo legal es del orden de 1 a 4, por tan­to una dis­pa­ri­dad neta­men­te menor que en el seno de la Unión Euro­pea. Esto mues­tra has­ta qué pun­to es fuer­te la com­pe­ten­cia entre los tra­ba­ja­do­res de Euro­pa. Las gran­des empre­sas de los paí­ses euro­peos más fuer­tes en el plano eco­nó­mi­co se bene­fi­cian pro­fun­da­men­te de las dis­pa­ri­da­des sala­ria­les en el seno de la UE.

Las auto­ri­da­des euro­peas refuer­zan tam­bién la polí­ti­ca de for­ta­le­za sitia­da menos­pre­cian­do el dere­cho de los ciu­da­da­nos y ciu­da­da­nas no europeos/​as al acce­so a su terri­to­rio. Ade­más, per­fec­cio­nan su polí­ti­ca cri­mi­nal en las fron­te­ras de Euro­pa que pro­vo­ca la muer­tes de miles de per­so­nas que inten­tan bus­car una vida mejor en la Unión Euro­pea. El dere­cho de asi­lo tam­bién es pisoteado.

Lo que vemos, detrás de la cor­ti­na de humo de los dis­cur­sos ofi­cia­les, es una lógi­ca terri­ble, injus­ta y mor­tí­fe­ra que está en mar­cha. Es el momen­to de sacar­la a la luz para poder enfren­tar­se mejor y con­se­guir vencerla.

Tra­du­ci­do por Gri­sel­da Pine­ro y Raul Quiroz

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