«Pode­mos» y la folle­ti­ni­za­ción de la polí­ti­ca: Pablo Gon­zá­lez o Feli­pe Igle­sias- Ánge­les Díez

Los últi­mos acon­te­ci­mien­tos polí­ti­cos ‑la cre­cien­te con­flic­ti­vi­dad social, el ascen­so de una fuer­za polí­ti­ca inexis­ten­te has­ta las elec­cio­nes euro­peas, la abdi­ca­ción del rey Juan Car­los en su hijo y el des­plie­gue del Escu­do anti­mi­si­les esta­dou­ni­den­se en la base mili­tar de Rota‑, evo­can la máxi­ma mar­xis­ta de que los hechos y per­so­na­jes de la his­to­ria apa­re­cen pri­me­ro como tra­ge­dia y lue­go como far­sa[1]. Aun­que en el Esta­do espa­ñol tra­ge­dia y far­sa pare­cen entre­la­zar­se sin mediar ape­nas un sus­pi­ro y las far­sas, ¡ay las far­sas! pare­cen dar­se de dos en dos.

El ascen­so de Pode­mos no deja de recor­dar­nos la meteó­ri­ca ascen­sión del PSOE, tam­bién en una épo­ca en la que la con­flic­ti­vi­dad social iba in cres­cen­do, lo vie­jo no aca­ba­ba de morir, lo nue­vo no aca­ba de nacer, la con­ti­nui­dad del régi­men esta­ba en cier­ta for­ma ame­na­za­da por la des­le­gi­ti­ma­ción del sis­te­ma polí­ti­co y los intere­ses geo­es­tra­té­gi­cos del impe­rio esta­ban poco con­for­ta­bles en un esce­na­rio tan inestable.

No soy la pri­me­ra que, per­ci­bien­do las ana­lo­gías, habla de una Segun­da Tran­si­ción aun­que la mayor par­te de los dis­cur­sos que inter­pre­tan los acon­te­ci­mien­tos actua­les en esa cla­ve sue­len hacer­lo a modo de jus­ti­fi­ca­ción de la nece­si­dad de reno­var, de nue­vo, el sis­te­ma polí­ti­co para garan­ti­zar la paz social, es decir, la esta­bi­li­dad (eco­nó­mi­ca y polí­ti­ca) que nos saque de la cri­sis y nos lle­ve, de nue­vo, al ima­gi­na­rio paraí­so social­de­mó­cra­ta: más con­su­mo, más cla­se media, más tra­ba­jo, más… Son pocos los que tras­cien­den el dis­cur­so exi­to­so de la reno­va­ción del régi­men de la pri­me­ra tran­si­ción, ni siquie­ra des­de posi­cio­nes de izquierdas.

Las ana­lo­gías, que no iden­ti­da­des, son muchas pero lo que intere­sa ana­li­zar es el gra­do de locu­ra de una socie­dad como la nues­tra a la que se le ofre­cen las mis­mas res­pues­tas a idén­ti­cos pro­ble­mas y espe­ra resul­ta­dos distintos.

Esta nue­va entre­ga de Tran­si­ción cuen­ta con per­so­na­jes reno­va­dos, más jóve­nes, más gua­pos y mejor pre­pa­ra­dos. Un guión fiel a las pro­fe­cías de las encues­tas del CIS (Cen­tro de inves­ti­ga­cio­nes socio­ló­gi­cas) y en sin­to­nía con la cul­tu­ra pre­for­ma­ti­va post­mo­der­na de unos jóve­nes “sobra­da­men­te pre­pa­ra­dos”. No en vano, cua­ja­da de jóve­nes pro­fe­sio­na­les en pre­ca­rio, la pro­pues­ta polí­ti­ca de Pode­mos ela­bo­ra un pro­duc­to a la medi­da de los resul­ta­dos de las inves­ti­ga­cio­nes socio­ló­gi­cas de la Facul­tad de Cien­cias Polí­ti­cas y Socio­lo­gía, uti­li­za las asam­bleas de los círcu­los a modo de “gru­pos de dis­cu­sión” para su cam­pa­ña de publi­ci­dad y los deba­tes y crí­ti­cas para ajus­tar el dis­cur­so y la pues­ta en esce­na. Del mis­mo modo, saca par­ti­do de mer­can­cías tec­no­ló­gi­cas como App­gree[2] que moni­to­rean las redes socia­les y que ya mos­tra­ron su gran efi­ca­cia en crear ilu­sión par­ti­ci­pa­ti­va en el pro­gra­ma de tele­vi­sión Gran Hermano.

Des­de la eclo­sión de las movi­li­za­cio­nes que arran­ca­ron en el 2003 con el No a la gue­rra has­ta el esta­lli­do del 15 de Mayo del 2011, lo que está en jue­go en Espa­ña es la legi­ti­mi­dad del sis­te­ma polí­ti­co en su con­jun­to. No de un par­ti­do en con­cre­to, ni de una cas­ta polí­ti­ca o eco­nó­mi­ca. La con­fluen­cia de una cri­sis de legi­ti­mi­dad polí­ti­ca y la nece­si­dad de un cam­bio de mode­lo eco­nó­mi­co hacia mayo­res cuo­tas de explo­ta­ción dan lugar a que todas las fuer­zas con­ser­va­do­ras se diri­jan a garan­ti­zar la esta­bi­li­dad. Espe­cial­men­te en el ámbi­to polí­ti­co que es don­de se jue­ga la legi­ti­mi­dad, es decir, la acep­ta­ción o no del mode­lo de explo­ta­ción. Sin esa esta­bi­li­za­ción pare­ce difí­cil con­tro­lar a una pobla­ción que his­tó­ri­ca­men­te se ha decan­ta­do bien por la revo­lu­ción bien por el fas­cis­mo. De modo que, en estos momen­tos, del mis­mo modo que ocu­rrió en la pri­me­ra Tran­si­ción, todas las fuer­zas del mal se ponen a la tarea la esta­bi­li­za­ción o de la paz social.

Un sis­te­ma polí­ti­co, como un bar­co, pue­de desa­rro­llar una esta­bi­li­dad está­ti­ca (cuan­do las aguas están tran­qui­las) o diná­mi­ca (cuan­do hay olas y vien­to). Cuan­do esas aguas son tur­bu­len­tas, como en el momen­to actual, la mejor opción pare­ce ser cabal­gar las olas, o las mareas. Esta opción supo­ne apro­piar­se del dis­cur­so, es decir, con­tar his­to­rias por­que, en un mun­do civi­li­za­do, todos saben que con­ven­cer es más efi­caz que ven­cer (repri­mir). La dic­ta­du­ra fran­quis­ta aun sin ser civi­li­za­da no renun­ció a con­tar his­to­rias a tra­vés del NoDo, noti­cie­ro con el que recrea­ba un país fic­ti­cio; Feli­pe Gon­zá­lez no esca­ti­mó en recur­sos narra­ti­vos pro­me­tien­do sacar­nos de la estruc­tu­ra mili­tar de la OTAN (aun­que con len­gua de ser­pien­te). Aho­ra RTVE (Radio Tele­vi­sión Espa­ño­la) toma el tes­ti­go del NoDo y el líder de Pode­mos nos cuen­ta que sin ser de izquier­das ni de dere­chas se pue­den cam­biar las rela­cio­nes de poder.

En el mun­do de la polí­ti­ca los rela­tos son los prin­ci­pa­les ele­men­tos de esta­bi­li­za­ción. Inclu­so si no son vero­sí­mi­les bas­ta con que se reco­noz­ca la sin­ce­ri­dad del que los emi­te o con apre­ciar que se tra­ta de una bue­na actua­ción. El cinis­mo se hace con­sus­tan­cial al dis­cur­so polí­ti­co, pero tam­bién al dis­cur­so aca­dé­mi­co, y espe­cial­men­te al mediático.

Hoy la vida polí­ti­ca está domi­na­da por los story­te­lling o la “folle­ti­ni­za­ción” que per­mi­te a la cla­se polí­ti­ca (la con­so­li­da­da y la aspi­ran­te) con­ju­rar la ame­na­za de muer­te que los pue­blos dic­tan en su con­tra des­de el mis­mo momen­to en que son ele­gi­dos. Apro­piar­se del rela­to, de la lec­tu­ra de los acon­te­ci­mien­tos, es el prin­ci­pal pilar de la domi­na­ción. Pero tam­bién, la mejor for­ma de des­pe­jar las calles y lle­var de nue­vo a las per­so­nas al sillón de su casa delan­te del tele­vi­sor. Como dije­ra la dele­ga­da del gobierno de Madrid, Cris­ti­na Cifuen­tes –refi­rién­do­se a Podemos‑, si ya los anti­sis­te­ma han acep­ta­do el sis­te­ma, baja­rá la con­flic­ti­vi­dad social y la gen­te no tie­ne por qué manifestarse.

Cier­ta­men­te la polí­ti­ca con­tem­po­rá­nea es ape­nas otra ver­sión del inter­cam­bio de mer­can­cías, los polí­ti­cos se ven­den como mar­cas (la ima­gen) y los elec­to­res se ase­me­jan a los con­su­mi­do­res a los que se les ven­den los pro­duc­tos (par­ti­dos polí­ti­cos) con rela­tos exi­to­sos en folle­tos publi­ci­ta­rios (pro­gra­mas elec­to­ra­les). Ganar unas elec­cio­nes es pues tan com­pli­ca­do o tan sen­ci­llo como acer­tar en la cam­pa­ña de mar­ke­ting y con­se­guir los recur­sos nece­sa­rios para lan­zar­la. Esto lo sabía ya Feli­pe Gon­zá­lez y lo saben aún mejor los jóve­nes exper­tos de Podemos.

Los esta­dou­ni­den­ses son espe­cia­lis­tas en esta “folle­ti­ni­za­ción” de la vida polí­ti­ca. No en vano las empre­sas de rela­cio­nes públi­cas ‑que es el nom­bre que reci­ben las empre­sas de comu­ni­ca­ción que dise­ñan tan­to cam­pa­ñas elec­to­ra­les como cam­pa­ñas de guerra‑, jun­to con las empre­sas de armas son las que mue­ven más dine­ro en el mun­do. La com­pe­ten­cia en el mer­ca­do de la polí­ti­ca se dispu­ta en el cam­po de la comu­ni­ca­ción y como han demos­tra­do James Car­vi­lle (direc­tor de la cam­pa­ña de Bill Clin­ton), Kart Rove (el cere­bro de Bush) y David Axel­rod (cono­ci­do como el Narra­dor de Oba­ma) la cla­ve está en “con­quis­tar la narra­ción del mun­do”[3] En este cam­po no cabe duda de que las ense­ñan­zas holly­wood son dig­nas de tener en cuen­ta y nos sir­ven, a títu­lo de hipó­te­sis, para enten­der el éxi­to elec­to­ral (pre­sen­te y futu­ro) de Pode­mos y para com­pren­der por qué, con el obje­ti­vo de la “esta­bi­li­dad nece­sa­ria”, todas las fuer­zas polí­ti­cas se apro­xi­man al patrón mediá­ti­co de éxi­to que será tam­bién el del éxi­to elec­to­ral, y que los publi­cis­tas esta­dou­ni­den­ses resu­men en: 1) Con­tar una his­to­ria, 2) ser bre­ve, 3) ser emo­cio­nal[4].

De la mis­ma for­ma que en la pri­me­ra Tran­si­ción el mar­ke­tig elec­to­ral vino de la mano de Julio Feo, direc­ti­vo de una empre­sa de publi­ci­dad nor­te­ame­ri­ca­na, los nue­vos tiem­pos tam­bién tie­nen como refe­ren­cia las cam­pa­ñas esta­dou­ni­den­ses. En este caso, en la cam­pa­ña de Oba­ma de 2008 don­de se con­so­li­da­ron las cla­ves de lo que ya son las cam­pa­ñas elec­to­ra­les de Euro­pa, tal y como pro­fe­ti­za­ba el escri­tor Chris­tian Sal­mon: domi­nio de la retó­ri­ca, poder de esce­ni­fi­ca­ción, arte del rela­to y nue­vas tec­no­lo­gías digi­ta­les.

En esta segun­da entre­ga de la Tran­si­ción el nue­vo par­ti­do, Pode­mos, extien­de idén­ti­cas rece­tas: inevi­ta­bi­li­dad de la acep­ta­ción de las reglas del jue­go polí­ti­co, prag­ma­tis­mo, des­ideo­lo­gi­za­ción (ni de izquier­das ni de dere­chas) y opor­tu­ni­dad. Sólo res­ta por per­fi­lar el difí­cil equi­li­brio entre la vio­len­cia que supo­ne reco­no­cer el con­flic­to y apos­tar por la paz social.

Es pro­ba­ble que la con­flic­ti­vi­dad social de fina­les de los seten­ta lle­va­ra el ger­men de una ver­da­de­ra revo­lu­ción socia­lis­ta –así lo ates­ti­gua la inquie­tud de las ins­tan­cias de poder, los via­jes de Pra­do Colón de Car­va­jal (admi­nis­tra­dor pri­va­do del rey duran­te 20 años) a EEUU, etc. En cual­quier caso, en ese momen­to, como enton­ces, la con­ten­ción social impli­ca­ba un maqui­lla­je polí­ti­co creí­ble, una figu­ra joven y un pro­yec­to emo­cio­nal. Se daba la nece­si­dad de con­te­ner el con­flic­to social tan­to por la dere­cha como por la izquier­da. Por la dere­cha se neu­tra­li­za­ría a los sec­to­res fas­cis­tas con la figu­ra del rey Juan Car­los –ele­gi­do por Fran­co y per­so­nal­men­te intere­sa­do en la con­ti­nui­dad del modelo‑, por la izquier­da, el PSOE se pre­sen­ta­ría como la opción más rea­lis­ta para con­ju­rar los demo­nios de una segun­da gue­rra civil. El prín­ci­pe Feli­pe con­ver­ti­do en Rey supo­ne aho­ra un inten­to, pre­ci­pi­ta­do, por rele­gi­ti­mar la monar­quía, la amplia­ción del tra­ta­do de uti­li­za­ción de las bases de Rota y Morón se saca de todas las agen­das mediá­ti­cas para no men­tar la bicha del “No a la Gue­rra” o “No a la OTAN” y los tec­no­ex­per­tos de Pode­mos des­pier­tan, de nue­vo, la ilu­sión de la reno­va­ción política.

Siguien­do con las ana­lo­gías, tras la eclo­sión de las movi­li­za­cio­nes masi­vas del 15M, las mareas, las mar­chas, el cues­tio­na­mien­to de orga­ni­za­cio­nes sin­di­ca­les, par­ti­dos polí­ti­cos, etc. hacían vis­lum­brar la posi­bi­li­dad de una rup­tu­ra de efec­tos impre­vi­si­bles. Sin embar­go, las difi­cul­ta­des para que toda esa movi­li­za­ción se con­vir­tie­ra en orga­ni­za­ción, la para­do­ja de una socie­dad indig­na­da pero no lo sufi­cien­te como para rom­per la bara­ja, han crea­do las con­di­cio­nes pro­pi­cias para el triun­fo de una ter­ce­ra vía posibilita.

El votan­te-espec­ta­dor quie­re salir del shock pero sin cos­te, sin el inmen­so esfuer­zo de ser él el pro­ta­go­nis­ta, el suje­to que es par­te y toma par­ti­do, el suje­to que no elu­de el con­flic­to y asu­me ries­gos. Feli­pe Gon­zá­lez o Pablo Igle­sias son figu­ras inter­cam­bia­bles de ese deseo. Como enton­ces, se esta­ble­ce el par ilu­sión-des­afec­ción. El públi­co elu­de el con­flic­to real, pre­fie­re ver­lo repre­sen­ta­do, de ahí el éxi­to de las Ter­tu­lias. Pero ade­más la mag­ni­tud de la cri­sis hace urgen­te que algo cambie.

Para unos, la situa­ción per­so­nal es ya crí­ti­ca, para otros, los jóve­nes, pre­sas del mal de la impa­cien­cia y del mito edul­co­ra­do del mayo del 68 es la opor­tu­ni­dad que no se pue­de des­apro­ve­char, es el aquí y aho­ra. La gen­te, dicen los pro­mo­to­res de Pode­mos, quie­re “ganar ya”. Vivi­mos en un mun­do vir­tual e ins­tan­tá­neo. El aquí y aho­ra se impo­nen sobre la dura­bi­li­dad de los cam­bios, lo que Bau­man lla­ma el sín­dro­me de la impa­cien­cia. Igual que ocu­rre con el con­su­mo de la comi­da pre­co­ci­na­da se com­pra lo que antes había que hacer. Es decir, se opta por los ata­jos. La cul­tu­ra post­mo­der­na es la cul­tu­ra del espec­ta­dor, del míni­mo esfuer­zo y del camino más corto.

Los jóve­nes con­tem­po­rá­neos, edu­ca­dos y for­ma­dos para des­ple­gar las vir­tu­des del con­su­mi­dor (el con­su­mo apa­re­ce como la tabla de sal­va­ción de la eco­no­mía) son carac­te­ri­za­dos a la per­fec­ción por Bau­man :“Hoy, las ansie­da­des de los jóve­nes y sus con­se­cuen­tes sen­ti­mien­tos de inquie­tud e impa­cien­cia, así como la urgen­cia por mini­mi­zar los ries­gos, ema­nan por un lado de la apa­ren­te abun­dan­cia de opcio­nes, y por otro del temor a hacer una mala elec­ción, o al menos a no hacer “la mejor dis­po­ni­ble”; en otras pala­bras, del horror a pasar por alto una opor­tu­ni­dad mara­vi­llo­sa cuan­do aún hay tiem­po (fugaz) para apro­ve­char­la”[5]. Este es el tipo mayo­ri­ta­rio de jóve­nes que se decan­ta­rá por la nue­va opción electoral.

Por otro lado, en el caso de las gene­ra­cio­nes que vivie­ron la pri­me­ra Tran­si­ción emer­ge el sen­ti­mien­to de “su últi­ma opor­tu­ni­dad”; cono­cen, por­que la sufrie­ron, la expe­rien­cia del PSOE pero su momen­to vital les lle­va a bus­car-desear deses­pe­ra­da­men­te que aho­ra sea dife­ren­te. En este sen­ti­do Pode­mos fun­cio­na como un anti­bió­ti­co de amplio espec­tro pro­por­cio­na ali­vio a varias generaciones.

No creo en las cons­pi­ra­cio­nes, ni que la reali­dad sea el resul­ta­do pre­fi­ja­do de quie­nes tenien­do en sus manos los hilos del poder nos mue­ven como mario­ne­tas. Tam­po­co creo que los suje­tos que, en deter­mi­na­do momen­to son con­ver­ti­dos en pro­ta­go­nis­tas, ten­gan un plan más allá de per­se­guir sus pro­pios intere­ses, o tal vez sus deseos. Pero sí se que, una mira­da aten­ta y des­pre­jui­cia­da nos per­mi­te encon­trar un hilo narra­ti­vo, una expli­ca­ción cohe­ren­te de por qué pasan las cosas, quie­nes son los más intere­sa­dos en que pasen de la for­ma en que pasan, cómo se pro­mo­cio­nan y ali­men­tan deter­mi­na­dos pro­ce­sos mien­tras que otros son blo­quea­dos, silen­cia­dos y eliminados.

¿Por qué se vuel­ve tan rele­van­te para la vida polí­ti­ca y los medios de comu­ni­ca­ción espa­ño­les un fenó­meno como Pode­mos y por qué dejan de ser impor­tan­tes las movi­li­za­cio­nes de miles de per­so­nas en todo el Esta­do el 22 de Mar­zo? ¿Por qué es más rele­van­te cual­quier actua­ción mediá­ti­ca del líder de Pode­mos que el geno­ci­dio pales­tino? Pre­gun­tas como estas nos ayu­dan a encon­trar la lógi­ca inter­na que expli­ca el deve­nir polí­ti­co-social más allá de los dimes y dire­tes del show ter­tu­lí­ti­co.

Como seña­ló tam­bién Marx en el 18 Bru­ma­rio. Hoy, la socie­dad pare­ce haber retro­ce­di­do más allá de su pun­to de par­ti­da; en reali­dad, lo que ocu­rre es que tie­ne que empe­zar por crear­se el pun­to de par­ti­da revo­lu­cio­na­rio, la situa­ción, las rela­cio­nes, las con­di­cio­nes, sin las cua­les no adquie­re un carác­ter serio la revo­lu­ción moder­na”[6].

Crear un pun­to de par­ti­da no pue­de hacer­se des­de la acep­ta­ción de las reglas del jue­go, tam­po­co des­de la emo­ción eté­rea, ni siquie­ra des­de la pura retó­ri­ca, menos aún des­de la buta­ca de nues­tro salón que es don­de están, en estos momen­tos, la mayo­ría de los futu­ros votan­tes de Pode­mos. Espe­re­mos que los cien­tos de muje­res y hom­bres com­pro­me­ti­dos y bien inten­cio­na­dos que se han pres­ta­do a fil­mar, pro­du­cir, actuar y par­ti­ci­par de diver­sas for­mas en esta nue­va entre­ga de la Tran­si­ción sean capa­ces de sobre­po­ner­se a la frus­tra­ción y la impo­ten­cia, y que en algún momen­to, oja­lá sea pron­to, pue­da reto­mar­se la cons­truc­ción de un pun­to de par­ti­da que, si pre­ten­de resol­ver los pro­ble­mas plan­tea­dos será dan­do solu­cio­nes dis­tin­tas, es decir, revolucionarias.

Madrid 28 de sep­tiem­bre 2014
* La auto­ra es Dra. en Cien­cias Polí­ti­cas y Socio­lo­gía, pro­fe­so­ra de la Uni­ver­si­dad Com­plu­ten­se de Madrid (UCM)

_​_​_​_​_​_​_​_​_​_​_​_​_​_​_​_​

Notas

[1] K. Marx, 18 Bru­ma­rio de Luis Bonaparte

[2] Pági­na de Pode­mos para ense­ñar a usar App­gree https://​pode​mos​.info/​p​a​r​t​i​c​i​p​a​/​h​e​r​r​a​m​i​e​n​t​a​s​/​c​o​m​o​-​u​s​a​r​-​a​p​p​g​r​ee/ . Des­car­gar Gran Her­mano app­gree: http://​app​gree​.org/

[3] Chris­tian Sal­mon, La estra­te­gia de She­re­za­de. Penín­su­la, Bar­ce­lo­na 2011

[4] Chris­tian Sal­mon, La estra­te­gia de She­re­za­de, p. 45

[5] Z. Bau­man y Gus­ta­vo Des­sal, El retorno del pén­du­lo. FCE, p. 45

[6] K. Marx, 18 Bru­ma­rio de Luis Napo­león Bona­par­te, p. 12

Artikulua gustoko al duzu? / ¿Te ha gustado este artículo?

Twitter
Facebook
Telegram

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *