Los chan­chu­llos de la oli­gar­quía cata­la­na, al des­cu­bier­to- Ter Gar­cía y Pablo Rivas

Cata­lun­ya está gober­na­da por 400 per­so­nas. Es lo que dejó caer en 2001 el empre­sa­rio y expre­si­den­te de la Fun­da­ció Orfeó Cata­là-Palau de la Músi­ca, Fèlix Millet, años antes de ser con­de­na­do por el caso Palau. En ese selec­to gru­po se encuen­tran los empre­sa­rios y polí­ti­cos con­tra los que Guan­yem Bar­ce­lo­na y Pode­mos, con el apo­yo de otros gru­pos como ICV, Par­ti­do X y movi­mien­tos como el Obser­va­to­ri Desc o la Fede­ra­ció d’Associacions de Veïns i Veï­nes de Bar­ce­lo­na, pre­sen­ta­ron el pasa­do 2 de sep­tiem­bre una querella.

En con­cre­to, se nom­bra al expre­si­dent de la Gene­ra­li­tat, Jor­di Pujol, y varios miem­bros de su fami­lia: su espo­sa, Mar­ta Ferru­so­la i Lla­dós, y los sie­te hijos de ambos. Ade­más, la denun­cia se extien­de a Jor­di Puig, her­mano de Felip Puig, actual con­se­ller d’Empresa i Ocu­pació, y ami­go y socio de Jor­di Pujol Ferru­so­la, uno de los hijos del expre­si­dent. Tam­bién se amplía al cofun­da­dor de Con­ver­gèn­cia De­mo­­crà­tica de Cata­lun­ya (CDC), Car­­les Suma­rroca, y sus hijos Car­les y Jor­di. Entre los deli­tos de los que se les acu­sa se encuen­tran trá­fi­co de influen­cias, blan­queo de capi­ta­les, pre­va­ri­ca­ción, soborno, mal­ver­sa­ción de fon­dos públi­cos y deli­tos con­tra la hacien­da pública.

Jor­di Pujol, que fue pre­si­den­te de la Gene­ra­li­tat entre 1980 y 2003, con­fe­só en julio, a tra­vés de un comu­ni­ca­do, la exis­ten­cia de un “dine­ro ubi­ca­do en el extran­je­ro”, can­ti­dad que se repro­du­jo en varias cuen­tas a nom­bre de su fami­lia y que en nin­gún caso sería infe­rior a cua­tro millo­nes de euros. La Uni­dad de Delin­cuen­cia Eco­nó­mi­ca y Fis­cal (UDEF) esti­ma ya la for­tu­na de los Pujol en Ando­rra en más de 500 millo­nes. Para la acu­sa­ción popu­lar, el comu­ni­ca­do for­ma par­te de una estra­te­gia pues­ta en mar­cha por el equi­po legal del clan de cara al comien­zo del pro­ce­so. Sólo 25 días des­pués del anun­cio, el expre­si­dent inten­tó tor­pe­dear la acción de la jus­ti­cia, pidien­do anu­lar el pro­ce­so por defec­tos de ins­truc­ción, algo que des­de la acu­sa­ción con­si­de­ran una estra­te­gia “legí­ti­ma des­de el pun­to de vis­ta pro­ce­sal, pero pro­pia de mafiosos”.

El obje­ti­vo de la que­re­lla es “inves­ti­gar la con­ni­ven­cia y la con­fluen­cia entre el mun­do de la polí­ti­ca y los par­ti­dos polí­ti­cos con los gru­pos pri­va­dos del mun­do finan­cie­ro e inmo­bi­lia­rio, que apa­ren­te­men­te han con­se­gui­do neu­tra­li­zar cier­tos con­tro­les públi­cos y saca­do ade­lan­te deter­mi­na­dos pro­yec­tos por la cer­ca­nía con el poder –expli­ca el abo­ga­do Jau­me Asens, repre­sen­tan­te de Guan­yem – . Que­re­mos ver si el entra­ma­do empre­sa­rial del clan Pujol ha teni­do un apo­yo del par­ti­do que gobier­na, Con­ver­gèn­cia i Unió”. Los que­re­llan­tes apun­tan a que las irre­gu­la­ri­da­des exis­ten­tes eran “con­sen­ti­das y sabi­das, cuan­do no direc­ta­men­te pro­mo­vi­das” por las éli­tes catalanas.

Comi­sio­nes del 3% 

“Los intere­ses pri­va­dos pare­ce que han toma­do con­trol de la ges­tión públi­ca. Este meca­nis­mo se expre­sa muy bien con el tema de las comi­sio­nes del 3%, que aho­ra se dice que son del 5%”, afir­ma Asens. Se tra­ta­ría de comi­sio­nes sobre con­tra­tos públi­cos que fue­ron a parar al par­ti­do fun­da­do por Pujol y a su fami­lia, y cuya exis­ten­cia insi­nuó Pas­qual Mara­gall en mar­zo de 2005 en el Par­la­ment, crean­do un terre­mo­to polí­ti­co. “Lo que denun­ció Mara­gall en su día refuer­za la idea de clep­to­cra­cia, en la que toda obra o con­ce­sión tenía que pasar por ese pea­je”. Una fal­ta de dife­ren­cia­ción entre la esfe­ra eco­nó­mi­ca y polí­ti­ca seme­jan­te a la que se adi­vi­na en los dis­tin­tos casos de corrup­ción que sal­pi­can la geo­gra­fía esta­tal, como las tra­mas Gür­tel, Bár­ce­nas o Bru­gal. “Mara­gall se que­dó solo cuan­do dijo aque­llo. Los gran­des par­ti­dos de Cata­lun­ya se calla­ron. Pro­te­gían a un alia­do, a un hom­bre cla­ve en el Régi­men del 78”, apunta.

El tex­to del docu­men­to cifra en más de 50 las empre­sas rela­cio­na­das con los Pujol, de las que cita a 28. Obra públi­ca, explo­ta­ción de loca­les de ocio, com­pra-ven­ta de inmue­bles, estu­dios de mer­ca­do, comer­cia­li­za­ción de obras de arte –al menos tres empre­sas del clan– o jar­di­ne­ría son algu­nos sec­to­res por los que han apos­ta­do el matri­mo­nio Pujol-Ferru­so­la y sus hijos. Algu­nas de las empre­sas, como Inter Rosa­rio Port Ser­vi­ces, crea­da para la explo­ta­ción de un puer­to en Argen­ti­na y en la que figu­ra como socio OHL, o Ibe­ro­ame­ri­ca­na de Busi­ness and Mar­ke­ting SA, fue­ron ya seña­la­das en un auto del juez de la Audien­cia Nacio­nal Pablo Ruz como herra­mien­tas para la “sali­da de divi­sas” en febre­ro de este año, en el mar­co de la inves­ti­ga­ción que el juz­ga­do tie­ne abier­ta sobre el pri­mo­gé­ni­to de la fami­lia. Otras son com­pa­ñías estre­lla en la con­tra­ta­ción públi­ca cata­la­na, como Indra, que des­de que esta­ble­ció rela­cio­nes con la fami­lia Pujol al com­prar, por 44,4 millo­nes de euros en 2001, la con­sul­to­ra Euro­pra­xis Con­sul­ting Hol­ding, de Josep Pujol Ferru­so­la, y al fichar a éste como direc­ti­vo, comen­zó a mul­ti­pli­car las adju­di­ca­cio­nes reci­bi­das por la Gene­ra­li­tat ­ – muy esca­sas antes de 2001– has­ta alcan­zar los 190 millo­nes de euros.

Entorn SL Engin­ye­ria i Ser­veis, de Pere Pujol, el cuar­to de los her­ma­nos, ha con­se­gui­do más de 966.000 euros en adju­di­ca­cio­nes de la Gene­ra­li­tat entre 2000 y 2007, año en que la empre­sa fue com­pra­da por Code­ma, de la fami­lia Suma­rro­ca, con la que has­ta la fecha se había repar­ti­do los estu­dios ambien­ta­les de los par­ques eóli­cos cons­trui­dos en la región.

“La que­re­lla va con­tra Pujol pero tam­bién con­tra su círcu­lo ínti­mo, Suma­rro­ca por ejem­plo”, con­tinúa Asens. Es un círcu­lo que, en par­te, ya ha des­fi­la­do por los juz­ga­dos, des­de el excon­se­ller de Pre­si­den­cia Lluis Pre­na­fe­ta, hom­bre de con­fian­za de Pujol que fue arres­ta­do por orden del juez Bal­ta­sar Gar­zón en 2009 en el mar­co del caso Pre­to­ria; has­ta Macià Ala­ve­dra, vin­cu­la­do tam­bién a CDC, o Bar­to­meu Muñoz, alcal­de de San­ta Colo­ma de Gra­ma­net por el PSC. Quien tie­ne un amigo…

El ape­lli­do Suma­rro­ca es el más vin­cu­la­do con los Pujol des­de que el patriar­ca de la fami­lia, Car­les Suma­rro­ca i Coixet, fun­da­ra con Jor­di Pujol CDC. El cre­ci­mien­to de sus empre­sas ha ido en para­le­lo al gobierno pujo­lis­ta. Tey­co, una de las de los Suma­rro­ca, que tam­bién apa­re­ce en la inves­ti­ga­ción de la Gür­tel, se adju­di­có, sólo entre 2012 y 2014, con­tra­tos de la Gene­ra­li­tat que suma­ron unos 5,4 millo­nes de euros. Emte, otra de sus empre­sas, ganó 1,7 millo­nes en 2012, aun­que su con­tra­to más impor­tan­te lle­gó en 2003, poco antes de que CiU per­die­ra el Gobierno de Cata­lun­ya: 150 millo­nes por la cons­truc­ción de la línea 9 del Metro de Barcelona.

Otros per­so­na­jes ínti­ma­men­te rela­cio­na­dos con el expre­si­dent pre­sun­ta­men­te vin­cu­la­dos a la corrup­ción fue­ron Josep Maria Cu­llell, cofun­da­dor de Conver­gèn­cia Demo­crà­tica de Cata­lun­ya y exdipu­tado por CiU, que esta­ría impli­ca­do en un caso de trá­fi­co de influen­cias y corrup­ción urba­nís­ti­ca en el que pre­sun­ta­men­te favo­re­ció a su cuña­do; o Jau­me Roma, ínti­mo ami­go de los hijos de Pujol y su­cesor de Cullell en la conse­lleria de Polí­ti­ca Terri­torial y Obras Públi­cas. Este últi­mo dimi­tió tras ser acu­sa­do de come­ter irre­gu­la­ri­da­des en las con­ce­sio­nes del Insti­tut Cata­là de Salut que diri­gía en 1995.

Los infor­mes poli­cia­les de la UDEF que están salien­do a la luz apun­tan tam­bién a hom­bres cla­ve del Govern actual, como Felip Puig, actual res­pon­sa­ble de Empre­sa y Ocu­pa­ción, o Ramón Espa­da­ler, con­se­ller de Inte­rior y exres­pon­sa­ble de Medio Ambien­te. “Todo apun­ta a que ha habi­do una polí­ti­ca de rapi­ña clien­te­lar, de saqueo, que se ha podi­do abrir camino gra­cias al gran poder polí­ti­co acu­mu­la­do, don­de pue­de haber enchu­fis­mo, com­pra de leal­ta­des, trá­fi­co de influen­cias…”, con­clu­ye Asens.

Dia­go­nal

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