Alfon: «Ire­mos a jui­cio con la cabe­za bien alta»

Diso Press entre­vis­ta a Alfon, el joven dete­ni­do el 14N y encar­ce­la­do en régi­men FIES duran­te 56 días, cuyo jui­cio se cele­bra­rá el pró­xi­mo 18 de septiembre.

¿Cómo trans­cu­rrió tu deten­ción el 14N?

El día 14 de noviem­bre, día de huel­ga gene­ral a nivel euro­peo, una jor­na­da bas­tan­te impor­tan­te para todo el movi­mien­to obre­ro en Euro­pa, en Valle­cas se orga­ni­za­ron unos pique­tes que iban a durar toda la maña­na para lue­go irnos a los gene­ra­les del cen­tro de Madrid. Yo salía ese día de casa jun­to a mi novia para acu­dir con fami­lia­res y demás, como hemos hecho todos los años, al pique­te que se hace por las calles de Valle­cas, el pique­te infor­ma­ti­vo, el de las coche­ras. Jus­to en fren­te de casa vimos un con­trol, que yo pen­sé ruti­na­rio como tan­tos se dan en las huel­gas gene­ra­les aquí en Valle­cas que son cons­tan­tes. Hay una espe­cie de toque de que­da, si eres cier­ta per­so­na que pue­da estar invo­lu­cra­da con la mili­tan­cia acti­va, con el movi­mien­to obre­ro o el anti­fas­cis­mo en gene­ral, vas a ser iden­ti­fi­ca­do, aco­sa­do, cachea­do y a veces, humi­lla­do. Con insul­tos y ame­na­zas. Ellos tie­nen una acti­tud hacia noso­tros, des­de la comi­sa­ría de Puen­te de Valle­cas, des­de la Bri­ga­da de Infor­ma­ción, bas­tan­te dura y nos tie­nen como sus enemi­gos y así nos lo han demos­tra­do a lo lar­go de muchos años. Ese día pen­sé que era un con­trol ruti­na­rio más, pero se dio la cir­cuns­tan­cia de que ellos bus­ca­ban alguien a quien invo­lu­crar con un arte­fac­to y fui yo el ele­gi­do aque­lla maña­na. El que tenían a mano.

¿Dón­de te llevaron?

Al sufrir esta iden­ti­fi­ca­ción, se nos detie­ne y se nos tras­la­da a las depen­den­cias de la Bri­ga­da de Infor­ma­ción en Mora­ta­laz y allí empe­zó una serie de epi­so­dios bas­tan­te com­pli­ca­dos para jóve­nes que no había­mos vivi­do situa­cio­nes de este tipo, aun­que sí que cono­cía­mos casos así de com­pa­ñe­ros de mili­tan­cia, de com­pa­ñe­ros anti­fas­cis­tas que habían sido some­ti­dos a inte­rro­ga­to­rios y a tor­tu­ras. Empe­zó la par­te más oscu­ra de toda la his­to­ria, los inte­rro­ga­to­rios con enca­pu­cha­dos, los regis­tros en nues­tros domi­ci­lios y en loca­les de Valle­cas. Todo ello bajo la ame­na­za de la acu­sa­ción de tenen­cia de explo­si­vos, que es gra­ve y que si no cola­bo­rá­ba­mos con ellos, si no les cedía­mos cier­ta infor­ma­ción segui­rían ade­lan­te, aun sabien­do que tan­to para mí como para mí novia, era total­men­te falso.

¿Qué ocu­rrió los pri­me­ros días de tu detención?

Des­pués de los regis­tros y de los 2 días en los cala­bo­zos de Mora­ta­laz se nos tras­la­da a los juz­ga­dos de Pla­za de Cas­ti­lla para ver a la jue­za, en este caso. En Pla­za Cas­ti­lla vimos que era más serio, por­que seguían con la acu­sa­ción de tenen­cia de explo­si­vos y que la habían lle­va­do has­ta la jue­za. Decla­ra­mos lo que había suce­di­do. Sabía­mos que era un asun­to com­pli­ca­do, por­que ese mis­mo día en Madrid había habi­do una jor­na­da de lucha bas­tan­te gran­de, bas­tan­te férrea. Ellos tenían bas­tan­te preo­cu­pa­ción e iban a tener una mano dura que, en otras oca­sio­nes, no había­mos vis­to. En Pla­za Cas­ti­lla, se acuer­da mi ingre­so en pri­sión bajo el enjui­cia­mien­to cri­mi­nal de alar­ma social, algo que no está tipi­fi­ca­do en el Códi­go Penal. Ingre­sé en pri­sión bajo una ley que no ampa­ra la Cons­ti­tu­ción. El abo­ga­do tomó medi­das ante esto y el enfa­do fue gran­de por nues­tra par­te, ya que era un abu­so abso­lu­to. La con­tes­ta­ción al recur­so por par­te de la jue­za fue que había ries­go de fuga. Este ries­go no exis­te por­que el arrai­go que yo ten­go con mi fami­lia, con mi entorno, mi barrio, es muy fuer­te. Ni siquie­ra dis­po­nía de pasa­por­te, no era algo para dejar­me en pri­sión, no era real. Y menos tenien­do en cuen­ta que no había nin­gu­na prue­ba de lo que se me esta­ba acusando.

¿Cómo fue tu entra­da en prisión?

Los pri­me­ros días te hacen los con­tro­les ruti­na­rios para ver adón­de te deri­van. Ya empe­zó a haber dife­ren­cia de tra­to con el res­to de pre­sos. Esto es algo muy real que ocu­rre en el Esta­do Espa­ñol con los pre­sos por moti­va­cio­nes ideo­ló­gi­cas, que son muchí­si­mos aun­que tra­ten de silen­ciar­lo. Es algo que he vis­to allí y he que­ri­do adqui­rir cier­to com­pro­mi­so para poder con­tar­lo. Ya vi cómo el tra­to es dife­ren­te. Se me some­tió a otros inte­rro­ga­to­rios con cier­tos fun­cio­na­rios de más rele­van­cia que había en la cár­cel. Se me hacían cier­tas pre­gun­tas sobre mi mili­tan­cia polí­ti­ca, sobre mi entorno, etc. Y bueno, se me deri­vó a un módu­lo. Estu­ve allí con jóve­nes de mi edad. Los pri­me­ros días como un pre­so más, reci­bien­do correos, reci­bien­do mucha soli­da­ri­dad des­de el exte­rior, car­tas de todo el Esta­do, de ami­gos que ten­go que en dife­ren­tes ciudades.

¿Cómo vivis­te el régi­men FIES?

A la sema­na de estar allí la cosa cam­bió, se me comu­ni­có que se me aña­día a FIES. En ese momen­to no sabía­mos muy bien lo que sig­ni­fi­ca­ba. Lo fui­mos cono­cien­do poco a poco. El FIES es el Fiche­ro Interno de Espe­cial Segui­mien­to, aho­ra lo lla­man Con­trol Direc­to, por­que han que­ri­do sua­vi­zar­lo al haber pre­sio­nes des­de Euro­pa por­que es un régi­men de tor­tu­ra reco­no­ci­do. El hecho es que yo lo pude vivir y efec­ti­va­men­te, es un régi­men de tor­tu­ra. Es sobre todo psi­co­ló­gi­ca, don­de hay un con­trol muy direc­to de lo que haces en la cár­cel, no te pue­des comu­ni­car con el exte­rior. Se te res­trin­gen lla­ma­das, visi­tas, no tie­nes correo y esto a la lar­ga te hace acu­mu­lar una pre­sión y una situa­ción de ansie­dad que a muchos les con­si­gue sobre­pa­sar. En mi caso, gra­cias al apo­yo fami­liar, por­que yo sabía todo lo que esta­ba habien­do fue­ra, sí que supi­mos sol­ven­tar­lo y vivir con ello en la cárcel.

¿Qué sen­tis­te al salir de prisión?

Ya una vez se me puso en liber­tad y salir de la pri­sión, os podéis ima­gi­nar cómo fue aque­llo. Quien haya pasa­do por allí, sobre todo. El apren­di­za­je que saqué es que la soli­da­ri­dad es un pilar bási­co de la cla­se obre­ra, de cual­quier lucha­dor que se quie­ra enfren­tar a un poder tan gran­de como son los Esta­dos bur­gue­ses de cual­quier par­te del mundo.

¿Qué espe­ras del juicio?

El 18 de sep­tiem­bre lle­ga­mos al jui­cio bajo la acu­sa­ción de tenen­cia de explo­si­vos. Ha segui­do ade­lan­te el pro­ce­di­mien­to con­tra mí, en este caso. Soy el úni­co encau­sa­do. Con­ta­mos con un abo­ga­do ejem­plar, com­pro­me­ti­do con la cau­sa revo­lu­cio­na­ria, y con los jóve­nes com­ba­ti­dos, por­que de ver­dad se cree que lo que nos están hacien­do como gene­ra­ción es una autén­ti­ca abe­rra­ción. En ese sen­ti­do, con­fia­mos ple­na­men­te en esto. Ire­mos a jui­cio con la cabe­za bien alta, sabien­do que hemos per­ma­ne­ci­do fir­mes y que no hemos clau­di­ca­do antes sus pre­sio­nes, ame­na­zas y difa­ma­cio­nes. Vemos cómo la fis­ca­lía pide 5 años y medio de pri­sión, que no han teni­do nin­gún escrú­pu­lo en pedir. No hablo solo por mí, sino por mi fami­lia, mi entorno. Cómo no tie­nen nin­gún repa­ro en arrui­nar la vida a una fami­lia ente­ra, con­de­nan­do a un joven cual­quie­ra, en este caso me ha toca­do a mí, con lo que ello aca­rrea. Somos muchos los que sufri­re­mos esto. El 11 de noviem­bre hay otro jui­cio en el que se nos piden 2 años y medio más a mí, a un tío y una tía, a una ami­ga de Valle­cas. En un con­trol ruti­na­rio en Valle­cas, se nos dio el alto en una iden­ti­fi­ca­ción cuan­do íba­mos en el coche y por no per­ma­ne­cer total­men­te quie­tos y calla­dos en el sitio, la empren­die­ron a gol­pes con noso­tros. Como no somos gen­te que se deje ame­dren­tar y que ceda ante las humi­lla­cio­nes de nadie, y mucho menos de la poli­cía. Des­pués de haber sufri­do tor­tu­ras, rotu­ras de hue­sos, piso­to­nes en la cabe­za y veja­cio­nes, escu­pi­ta­jos y ame­na­zas de muer­te en los cala­bo­zos de Puen­te de Valle­cas, que tan­tos casos de tor­tu­ra tie­nen. Muchos más de los que la gen­te sabe. Des­pués de haber vivi­do todo esto, se nos acu­sa de lesio­nes y agre­sio­nes a la auto­ri­dad. Es algo gro­tes­co. Cuan­do tie­nes a una doce­na de poli­cías que se te echa enci­ma, no tie­nes capa­ci­dad de reac­ción ni de pro­vo­car­les esas lesio­nes. En mi caso, han que­ri­do sumar­me estos dos jui­cios, lo que serían 8 años de con­de­na. El mayor pro­ble­ma que tene­mos es que nos damos cuen­ta de cómo han que­ri­do jun­tar los dos jui­cios para poder sumar­me las penas y que la con­de­na sea mayor.

¿Qué que­réis trans­mi­tir con la cam­pa­ña Alfon Libertad?

Lo que que­re­mos sacar ade­lan­te con esta cam­pa­ña es una sen­si­bi­li­za­ción de la pobla­ción. Lo he reite­ra­do muchas veces. No quie­ro que se per­so­ni­fi­que en mí, como que es algo que no le pasa a nadie más. Que no se nor­ma­li­cen estos casos. Toda la gen­te que se está invo­lu­cran­do lo está hacien­do muy bien para lle­gar a la gen­te. Aho­ra tene­mos la cam­pa­ña de soli­da­ri­dad con mi caso para antes del jui­cio. Cuan­do ven­gan más jui­cios, esta­re­mos al pie del cañón. En mi caso tene­mos con­cier­tos para recau­dar, para traer a gen­te joven. Una mani­fes­ta­ción en Valle­cas el día 10 de sep­tiem­bre. Tam­bién una con­cen­tra­ción en Sol que se quie­re hacer inter­na­cio­nal el día 16. Dife­ren­tes jor­na­das para sacar esto ade­lan­te. Aho­ra se nos da la opor­tu­ni­dad de via­jar a Ber­lín para con­tar lo que esta­mos vivien­do aquí. Allí no son muy cons­cien­tes de has­ta dón­de están lle­gan­do nues­tros polí­ti­cos, nues­tros gran­des oli­gar­cas, la bur­gue­sía que es la más reac­cio­na­ria. Segui­re­mos ade­lan­te con las pla­ta­for­mas anti­rre­pre­si­vas que se han crea­do a raíz de lo mío. Vemos el ejem­plo de la crea­ción de Madres con­tra la Repre­sión, que son madres como la mía, de jóve­nes que han sufri­do la repre­sión y la vio­len­cia por par­te del Esta­do. Otros ejem­plos como las asam­bleas de jóve­nes que están sur­gien­do en los barrios para avan­zar en la lucha de la cla­se obrera.

¿Por qué tú? ¿Cuá­les son las razo­nes de tu deten­ción y encarcelamiento?

El hecho de que hayan dado este paso de encar­ce­lar a un joven de Valle­cas, fue un inten­to de fre­nar el avan­ce de la crea­ción de con­cien­cia en la juven­tud que se está gene­ran­do. Para gene­rar mie­do por­que ellos lo están tenien­do. Empie­zan a sen­tir­lo como pro­pio. Ven que no es tan dis­pa­ra­ta­do que algún día, cer­cano o lejano, pue­den lle­gar a cum­plir­se sus peo­res temo­res y per­der su poder eco­nó­mi­co y polí­ti­co. Su hege­mo­nía brutal.

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