Apun­tes de un 1 de Mayo- Borro­ka Garaia

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El 1 de Mayo, así como algu­nas otras fechas sim­bó­li­cas que se suce­den anual­men­te empie­zan a repe­tir más que el ajo. Has­ta este artícu­lo supues­ta­men­te hecho para el 1 de Mayo me está repi­tien­do ya y no he pasa­do aún del pri­mer párrafo.

Pues eso. Se harán las mis­mas lec­tu­ras, las mis­mas mani­fes­ta­cio­nes orde­na­das y aquí no ha pasa­do nada has­ta las pró­xi­mas elec­cio­nes sal­vo algu­na macro-redada.

No se le pue­de echar la cul­pa al 1 de Mayo que bas­tan­te tie­ne ya con que casi nadie se acuer­de de la efe­mé­ri­de que repre­sen­ta. Y es que el pobre 1 de Mayo, y nun­ca mejor dicho por aque­llo de la cri­sis sis­té­mi­ca de la que todo el mun­do habla y casi nadie entien­de, tam­po­co se mere­ce ser una mera efe­mé­ri­de. Tam­po­co se le pue­de echar la cul­pa a los sufri­dos y sufri­das mani­fes­tan­tes del 1 de Mayo. Pues la movi­li­za­ción, siem­pre nos han dicho, es una par­te fun­da­men­tal de la lucha revo­lu­cio­na­ria por la libe­ra­ción nacio­nal y social. Aun­que aho­ra decir trans­for­ma­ción sue­ne más demo­crá­ti­co y asus­te menos a nues­tra que­ri­da bur­gue­sía autóc­to­na y te haga pare­cer gen­te de bien y no un lum­pen maca­rra ade­más de vio­len­to. (¿Qué pen­sa­rá Euro­pa de nosotros?).

Para ser bre­ve, esta­mos jodi­dos y lo vamos a estar más. En esa fra­se sim­ple se pue­den resu­mir todos los tra­ta­dos, tesis y aná­li­sis que se harán entorno al 1 de Mayo, la cri­sis y lo que haga fal­ta. Que por hacer, hace casi todo.

En una fecha como hoy voy a traer tres apun­tes. Uno entra­ña­ble, otro des­es­pe­ran­za­dor y uno de esperanza.

El entra­ña­ble es la enési­ma inten­to­na de pro­fun­di­zar las rela­cio­nes entre la juven­tud y el sin­di­ca­lis­mo que se ha dado a cono­cer en el con­tex­to de este pri­me­ro de mayo a manos de Ernai y LAB. Des­de los tiem­pos de los y las infa­mes jarraitxus ( y anti­cua­dos ade­más de nos­tál­gi­cos) ven­go oyen­do esa nece­si­dad de alian­za estra­té­gi­ca y que se van a dar pasos de cara a ello. Y yo creo que cada año la dis­tan­cia es la mis­ma. Una dis­tan­cia bru­tal que solo coin­ci­de para el tra­ba­jo sucio de las huel­gas gene­ra­les. Y se supo­ne que en las huel­gas no hay que currar. O el sin­di­ca­lis­mo vas­co se disuel­ve y se intre­ga en la orga­ni­za­ción juve­nil ( aquí se pon­dría a prue­ba la teó­ri­ca fle­xi­bi­li­dad y adap­ta­ción del movi­mien­to juve­nil vas­co para acep­tar a carro­zas en sus filas) o LAB se empie­za a estruc­tu­rar barrio a barrio de mane­ra asam­blea­ria y no solo prio­ri­ta­ria­men­te en cen­tros de tra­ba­jo. Como no va a pasar nin­gu­na de estas dos cosas, es en otros mar­cos prin­ci­pal­men­te don­de sobre todo el sin­di­ca­lis­mo se tie­ne que empe­zar a dejar ver más.

Lo des­es­pe­ran­za­dor es que ante la ponen­cia de auto­go­bierno del gobierno vas­con­ga­di­llo. (aquí es cuan­do entra Pepi­to Gri­llo mos­quea­do como solo un gri­llo inde­pen­den­tis­ta y socia­lis­ta cabrea­do pue­de estar) EH Bil­du ha teni­do la ocu­rren­cia de invi­tar a Iba­rretxe, equi­vo­cán­do­le qui­zás con Teles­fo­ro Mon­zón, tras una cam­pa­ña de lava­do de ima­gen en medios aber­tza­les de izquier­da y varias pirue­tas rein­ter­pre­ta­ti­vas del pasa­do recien­te. Y no con­for­mes con ello, a Kol­do Saratxa­ga, empre­sa­rio ejem­plo del para­dig­ma del “capi­ta­lis­mo ama­ble”, el de la “éti­ca en los pará­me­tros eco­nó­mi­cos”. Que como decía un lec­tor del blog en un comen­ta­rio, el dis­cur­so del ase­sor y con­se­je­ro Saratxa­ga, no es otro que el de intro­du­cir ele­men­tos de la ‘inte­li­gen­cia emo­cio­nal’ en las rela­cio­nes labo­ra­les intra-empre­sa, es decir, que los tra­ba­ja­do­res asu­man como pro­pias las nor­mas y obje­ti­vos de la empre­sa, esto no es otra cosa que pro­fun­di­zar la sub­sun­ción del tra­ba­jo al capi­tal, inte­rio­ri­zar la domi­na­ción. Es con­vo­car al explo­ta­do, a hacer suyo los intere­ses del capi­tal, a con­ver­tir­se en su militante.

Algu­nos lla­man a todo eso que pro­mue­ve Saratxa­ga, el eufe­mis­mo de ‘demo­cra­cia empre­sa­rial’, que es lo mis­mo que se implan­tó en Japón a tra­vés de los círcu­los de cali­dad y de las célu­las de pro­duc­ción de Toyo­ta. Es decir, los tra­ba­ja­do­res ‑sean o no coope­ra­ti­vis­tas- tie­nen dere­cho a opi­nar y ser par­ti­ci­pes de la for­ma de orga­ni­za­ción y de tra­ba­jo de una empre­sa. Esto no es otra cosa que pro­mo­ver la opti­mi­za­ción del uso del capi­tal en el pro­ce­so pro­duc­ti­vo, al mis­mo tiem­po que un inten­to por ena­je­nar el know-how obre­ro. Al com­pro­me­ter a los tra­ba­ja­do­res, lo que está detrás es una nue­va vuel­ta de tuer­ca para lograr una mayor inten­si­fi­ca­ción del tra­ba­jo (impres­cin­di­ble al capi­tal en estos tiem­pos de esca­sez de plus­va­lía), des­va­lo­ri­zar el tra­ba­jo, y en tér­mi­nos rela­ti­vos aumen­tar la par­te absor­bi­da por el capital.

Y a todo lo ante­rior le lla­man ‘éti­ca’, otros le lla­ma­mos por un sus­tan­ti­vo más pre­ci­so, explo­ta­ción, o mejor aun, sobre-explotación.

Si esta es la supues­ta for­ma de atraer a la peque­ña bur­gue­sía al sobe­ra­nis­mo con per­fi­les capi­ta­lis­tas, aca­dé­mi­cos o direc­ta­men­te jel­tza­les. ¿Quién ostias va a atraer a la cla­se tra­ba­ja­do­ra de la que ade­más EH Bil­du dice ser su representante?.

El apun­te espe­ran­za­dor es que no hay espe­ran­za. Y solo una rup­tu­ra pue­de traer­la. La con­fluen­cia de los y las de aba­jo hacia el enfren­ta­mien­to total con­tra el capi­ta­lis­mo y por una alter­na­ti­va socia­lis­ta en un esta­do inde­pen­dien­te. Así de redon­do, con­tun­den­te y difícil.

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