El mie­do cam­bia de bando

El sába­do 22 de mar­zo tuvo lugar en Madrid una de las mayo­res mani­fes­ta­cio­nes de los últi­mos años en dicha ciu­dad. Cien­tos de miles de per­so­nas mani­fes­ta­ron bajo el lema «Pan, tra­ba­jo y techo». Las rei­vin­di­ca­cio­nes fun­da­men­ta­les eran el impa­go de la deu­da esta­tal ile­gí­ti­ma, el dere­cho a la vivien­da, dere­cho al tra­ba­jo con la apli­ca­ción de una ren­ta bási­ca para los des­em­plea­dos, la defen­sa de los ser­vi­cions públi­cos y el fin de los recor­tes sala­ria­les. La cla­se tra­ba­ja­do­ra de dife­ren­tes regio­nes y pue­blos some­ti­dos por el Esta­do espa­ñol via­jó has­ta Madrid para decir ¡bas­ta!

Una mani­fes­ta­ción legal, con todos los per­mi­sos, como se anun­cia­ba por mega­fo­nía a la poli­cía cuan­do esta, a las 20h40 empe­zó a ata­car a las per­so­nas allí reu­ni­das. Se anun­cia­ba que esta­ban ata­can­do una mani­fes­ta­ción pací­fi­ca y per­mi­ti­da. Pero la poli­cía con­ti­núo su ata­que lan­zan­do gases lacri­mó­ge­nos y lan­zán­do­se con­tra cual­quier per­so­na que estu­vie­ra en la mani­fes­ta­ción. El resul­ta­do fue de al menos 24 per­so­nas dete­ni­das y nume­ro­sas per­so­nas heridas.

Pero esta vez no pasó como en el 15‑M, esta vez una gran par­te de la gen­te se revol­vió y se defen­dió. La pro­vo­ca­ción de la poli­cía, del Minis­te­rio del Inte­rior y de la Dele­ga­da del gobierno no que­dó sin res­pues­ta. La bru­ta­li­dad de la poli­cía dio rien­da suel­ta a la resis­ten­cia. Esta vez hemos podi­do ver como en varias oca­sio­nes la poli­cía tuvo que retro­ce­der, per­dien­do la ini­cia­ti­va, sien­do rodea­dos por manifestantes.

El gobierno del PP, el Esta­do espa­ñol, no pue­de per­mi­tir que las cla­ses tra­ba­ja­do­ras con­ti­núen movi­li­zán­do­se, por­que con las movi­li­za­cio­nes se ele­va el nivel polí­ti­co, se avan­za y com­pren­de que para seguir avan­zan­do es nece­sa­rio organizarse.

El 22‑M ha dado una lec­ción, ante la vio­len­cia ofen­si­va de la poli­cía se yer­gue la vio­len­cia defen­si­va de la cla­se tra­ba­ja­do­ra, y a pesar de que toda­vía haya lla­ma­mien­tos a una lucha pací­fi­ca, la reali­dad se encar­ga de demos­trar que eso es impo­si­ble. El Esta­do capi­ta­lis­ta, sea ges­tio­na­do por el PP o por el PSOE, no va a per­mi­tir nin­gu­na lucha pací­fi­ca. A medi­da que la lucha se desa­rro­lle, a medi­da que la orga­ni­za­ción de los y las tra­ba­ja­do­ras avan­ce, la res­pues­ta del Esta­do siem­pre será vio­len­ta y si los opri­mi­dos quie­ren seguir avan­zan­do para aca­bar con el capi­ta­lis­mo no tie­nen nin­gu­na otra sali­da que avan­zar, tam­bién, en la orga­ni­za­ción de su vio­len­cia defen­si­va, sino serán aplastados.

El 22‑M en Madrid demos­tró que la lucha avan­za, que las expe­rien­cias de los últi­mos años se han teni­do en cuen­ta, AURRERA!

Boltxe kolek­ti­boa
25 de mar­zo de 2014

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