Decla­ra­ción de Red Roja ante las pró­xi­mas elec­cio­nes al Par­la­men­to Europeo‏

La prio­ri­dad es rom­per con el chan­ta­je de la Deu­da y con el engra­na­je del Euro y la UE

Decla­ra­ción de Red Roja ante las Elec­cio­nes al Par­la­men­to Europeo. 

0. Intro­duc­ción

Red Roja vie­ne man­te­nien­do que su inter­ven­ción elec­to­ral –inclui­da una even­tual pre­sen­ta­ción de can­di­da­tu­ras a las elec­cio­nes- ha de estar cla­ra­men­te supe­di­ta­da al for­ta­le­ci­mien­to en el mar­co del Esta­do espa­ñol del pro­yec­to revo­lu­cio­na­rio por el que esta­mos tra­ba­jan­do, y muy espe­cial­men­te den­tro del ciclo de movi­li­za­cio­nes que está pro­du­cien­do la pro­fun­da cri­sis sis­té­mi­ca que padecemos.

Dos gran­des señas de iden­ti­dad de carác­ter gene­ral tie­ne ese pro­yec­to: la defen­sa de una sali­da a dicha cri­sis en una pers­pec­ti­va socia­lis­ta y el cues­tio­na­mien­to pro­fun­do, en ori­gen y con­se­cuen­te, del régi­men de la Tran­si­ción que aho­gó los anhe­los rup­tu­ris­tas tras la dic­ta­du­ra fran­quis­ta. En reali­dad, este doble carác­ter ya impri­mió nues­tra par­ti­ci­pa­ción en Ini­cia­ti­va Inter­na­cio­na­lis­ta-Soli­da­ri­dad con los pue­blos en 2009, si bien el acen­to se puso en con­tri­buir a con­for­mar el ins­tru­men­to por el que el pue­blo vas­co pudie­ra hacer oír la voz que el Esta­do le negaba.

Hoy debe­mos hacer de la resis­ten­cia a la ofen­si­va del capi­ta­lis­mo euro­ale­mán una con­di­ción sine qua non para nues­tra inter­ven­ción elec­to­ral –y con más razón tra­tán­do­se de una elec­cio­nes euro­peas- ponien­do el énfa­sis en lo que hemos dado en lla­mar nues­tra línea de demar­ca­ción a par­tir de la cual ir acu­mu­lan­do fuer­zas en las movi­li­za­cio­nes para acer­car la sali­da revo­lu­cio­na­ria por el socia­lis­mo. Dicha línea de demar­ca­ción que­da esta­ble­ci­da por el “no pago de la deu­da” y es segui­da, en toda lógi­ca, por el recha­zo del mis­mo ins­ti­tu­cio­na­lis­mo de la Unión Euro­pea y sus meca­nis­mos de con­trol eco­nó­mi­co-mone­ta­rios. Pero por supues­to que jun­to a esto debe seguir plan­teán­do­se todo el cues­tio­na­mien­to con­se­cuen­te de la Tran­si­ción, lo que inclu­ye de mane­ra espe­cial la defen­sa del Dere­cho de Auto­de­ter­mi­na­ción de los pue­blos del Esta­do espa­ñol. Bajo nin­gún con­cep­to pode­mos olvi­dar­lo, aho­ra que vivi­mos una peli­gro­sí­si­ma ofen­si­va del más ran­cio nacio­na­lis­mo espa­ñol con­tra los más ele­men­ta­les dere­chos nacio­na­les que cla­man por ser res­pe­ta­dos en el con­jun­to del Estado.

Pre­ci­sa­men­te esta agre­si­vi­dad en cur­so del más retró­gra­do nacio­na­lis­mo espa­ñol exi­ge de quie­nes se con­si­de­ren de izquier­das un ver­da­de­ro ejer­ci­cio de res­pon­sa­bi­li­dad his­tó­ri­ca ante la que no cabe nin­gu­na invo­ca­ción de carác­ter gene­ral para elu­dir­la. Es por ello que entra­mos de lleno en esta decla­ra­ción comen­zan­do por reite­rar nues­tra soli­da­ri­dad con quie­nes vie­nen sufrien­do más esta agre­sión: el pue­blo vas­co y su repre­sen­tan­te más genuino, la izquier­da aber­tza­le. Lo hace­mos tam­bién por con­si­de­ra­ción con quie­nes, de nue­vo, hemos man­te­ni­do los con­tac­tos más serios liga­dos a las elec­cio­nes euro­peas, en sin­to­nía con las rela­cio­nes cada vez más estre­chas que se man­tie­nen des­de la fruc­tí­fe­ra expe­rien­cia de Ini­cia­ti­va Internacionalista.

1. El ver­gon­zo­so silen­cio de la Izquier­da ins­ti­tu­cio­nal ante la repre­sión de la izquier­da aber­tza­le.

Estas pró­xi­mas elec­cio­nes al Par­la­men­to Euro­peo tam­bién se van a rea­li­zar en una situa­ción de per­se­cu­ción y encar­ce­la­mien­to de vas­cos y vas­cas, como suce­dió en las euro­peas de junio del 2009, por el mero hecho de haber ejer­ci­do dere­chos demo­crá­ti­cos fun­da­men­ta­les. Más de seis­cien­tos pre­sos y pre­sas vas­cos per­ma­ne­cen en cár­ce­les situa­das a miles de kiló­me­tros de sus domi­ci­lios y en situa­cio­nes de pre­sión inso­por­ta­ble, como ha demos­tra­do la recien­te muer­te de Arkaitz Bellón.

Es into­le­ra­ble que par­ti­dos auto­de­no­mi­na­dos de izquier­da en el Esta­do espa­ñol, mien­tras desa­rro­llan cam­pa­ñas de soli­da­ri­dad con pue­blos situa­dos a miles de kiló­me­tros, con­ti­núen miran­do para otro lado y guar­dan­do silen­cio ante el ava­sa­lla­mien­to reite­ra­do de los dere­chos fun­da­men­ta­les de per­so­nas y colec­ti­vos de la izquier­da aber­tza­le en fun­ción, exclu­si­va­men­te, de su ideo­lo­gía. Estas orga­ni­za­cio­nes inclu­so uti­li­zan la mis­ma ter­mi­no­lo­gía del PP y del PSOE para con­se­guir el que pare­ce ser su obje­ti­vo mayor común: la derro­ta de quie­nes han teni­do la valen­tía de luchar arries­gan­do su vida y su liber­tad. Los unos, por­que defien­den todo el engra­na­je de la Tran­si­ción y las cloa­cas de sus apa­ra­tos de Esta­do y, otros, como IU por­que la lucha cohe­ren­te deja en evi­den­cia que más allá de decla­ra­cio­nes, con­ti­núan ata­dos a ese mis­mo carro.

Red Roja entien­de que la defen­sa cohe­ren­te de prin­ci­pios demo­crá­ti­cos esen­cia­les requiere:

1. La denun­cia intran­si­gen­te del atro­pe­llo, gra­ve y reite­ra­do, de dere­chos polí­ti­cos fun­da­men­ta­les, ejer­ci­do por el Esta­do con­tra per­so­nas y orga­ni­za­cio­nes de la izquier­da aber­tza­le. Es nece­sa­rio mover todos los meca­nis­mos y todas las soli­da­ri­da­des para ampa­rar a una bue­na par­te del pue­blo vas­co al que se le nie­ga el más míni­mo dere­cho de expresión.

2. La exi­gen­cia de aper­tu­ra de las vías polí­ti­cas que per­mi­tan la libe­ra­ción de los pre­sos y pre­sas polí­ti­cas, apli­can­do de inme­dia­to la legis­la­ción peni­ten­cia­ria ordi­na­ria que inclu­ye el dere­cho del reo a cum­plir la pena lo más cer­ca posi­ble de su domi­ci­lio. Esta exi­gen­cia no pode­mos dejar de exten­der­la, por prin­ci­pio, al con­jun­to de pre­sos polí­ti­cos del Esta­do español.

3. La denun­cia de los suce­si­vos gobier­nos del Esta­do espa­ñol que han supe­di­ta­do y supe­di­tan a la obten­ción de rédi­tos elec­to­ra­les avan­ces en el pro­ce­so abier­to para la reso­lu­ción del con­flic­to vasco.

4. La afir­ma­ción cla­ra de que fren­te a un esta­do que cie­rra todas las puer­tas y endu­re­ce la repre­sión de for­ma abe­rran­te, la razón his­tó­ri­ca la tie­ne la izquier­da aber­tza­le y sus organizaciones.

2. Divi­sio­nes en el seno del poder y visua­li­za­ción cre­cien­te de la masi­va corrup­ción polí­ti­ca, empre­sa­rial y sindical.

Las pró­xi­mas elec­cio­nes al Par­la­men­to Euro­peo van a tener una sig­ni­fi­ca­ción polí­ti­ca mucho más des­ta­ca­da que las ante­rio­res. Se radi­ca­li­zan las luchas obre­ras y popu­la­res en el Esta­do espa­ñol como con­se­cuen­cia de las bru­ta­les polí­ti­cas apli­ca­das por el PP y antes por el PSOE, que son per­ci­bi­das cada vez con más cla­ri­dad como una ofen­si­va sin cuar­tel con­tra dere­chos labo­ra­les y ser­vi­cios públi­cos que afec­ta, no sólo a la cla­se obre­ra, sino a sec­to­res popu­la­res cada vez más amplios. El chan­ta­je y la repre­sión cada vez se con­tes­tan con más valentía.

Las con­se­cuen­cias de la cri­sis están reper­cu­tien­do de for­ma impor­tan­te en el debi­li­ta­mien­to del con­jun­to de los apa­ra­tos del Esta­do. El res­que­bra­ja­mien­to del poder se apre­cia en el agra­va­mien­to de las ten­sio­nes entre las dife­ren­tes fuer­zas polí­ti­cas cuyo resul­ta­do más visi­ble es la publi­ca­ción cons­tan­te de nue­vos casos de corrup­ción. Tam­bién se per­ci­be en el enfren­ta­mien­to “a cara de perro” entre frac­cio­nes inter­nas en todos los par­ti­dos ins­ti­tu­cio­na­les, en la degra­da­ción y corrup­ción en el seno de las gran­des cen­tra­les sin­di­ca­les, en las ten­sio­nes en la judi­ca­tu­ra, en el seno del Ejér­ci­to, y que tie­nen su máxi­ma expre­sión en el impa­ra­ble des­cré­di­to de la Casa Real.

La cri­sis del Esta­do se mani­fies­ta, sobre todo, por las divi­sio­nes inter­nas entre la bur­gue­sía cuya con­se­cuen­cia más evi­den­te es la agu­di­za­ción de las ten­sio­nes inde­pen­den­tis­tas, sobre todo en Cata­lu­ña. Este pro­ce­so se rela­cio­na direc­ta­men­te con el des­mo­ro­na­mien­to del mode­lo de capi­ta­lis­mo espa­ñol, espe­cu­la­ti­vo y depen­dien­te de gran­des obras públi­cas finan­cia­das por el Esta­do y por fon­dos euro­peos. Ya no se pue­de seguir engra­san­do la “uni­dad de Espa­ña” con sucu­len­tas trans­fe­ren­cias e inversiones.

En su con­jun­to, la quie­bra del Esta­do –ace­le­ra­da por la cri­sis– pone de mani­fies­to la gran esta­fa que supu­so la Tran­si­ción, no sólo en lo que res­pec­ta a una eman­ci­pa­ción de cla­se impo­si­ble bajo el capi­ta­lis­mo, sino mucho más inme­dia­ta­men­te en lo que ata­ñe a toda una serie de dere­chos demo­crá­ti­cos fun­da­men­ta­les tales como: amnis­tía gene­ral, depu­ra­ción de cuer­pos repre­si­vos o Dere­cho de Auto­de­ter­mi­na­ción de los Pueblos.

La impli­ca­ción direc­ta de las cúpu­las de UGT y CCOO en gra­ves casos de corrup­ción vin­cu­la­dos a ins­ti­tu­cio­nes gober­na­das por la “izquier­da” refle­ja el enor­me soborno que des­de la Tran­si­ción engra­só el aban­dono de los intere­ses de cla­se que jus­ti­fi­can su exis­ten­cia, para con­ver­tir­se en unos en meros ins­tru­men­tos del Estado.

El PSOE, que ha repre­sen­ta­do y repre­sen­ta –al igual que el PP- los intere­ses fun­da­men­ta­les del capi­ta­lis­mo espa­ñol, del impe­ria­lis­mo euro­peo y de la OTAN, inten­ta con el apo­yo de CCOO, UGT e IU, uti­li­zar el gran des­con­ten­to popu­lar como arie­te con­tra el PP. El dis­cur­so defen­di­do por las cua­tro orga­ni­za­cio­nes –que actúan como un ente com­pac­to- y sus saté­li­tes en la lla­ma­da “Cum­bre Social”, de “vuel­ta del Esta­do del Bien­es­tar” o del “mode­lo social euro­peo”, apo­ya­do por sus apa­ra­tos mediá­ti­cos y por sus bien con­tro­la­dos apa­ra­tos sin­di­ca­les, pre­ten­de uti­li­zar la movi­li­za­ción social para impul­sar su enési­ma vuel­ta la gobierno, esta vez con IU.

La pro­pia IU –al igual que el PSOE y el PP– está atra­ve­sa­da por pro­fun­das divi­sio­nes inter­nas que, en lo esen­cial com­par­ten la estra­te­gia fun­da­men­tal de inten­tar gober­nar con el PSOE y que difie­ren acer­ca de la for­ma de inten­tar uti­li­zar para sus fines la movi­li­za­ción popular.

Por su par­te, la can­di­da­tu­ra “Pode­mos” no plan­tea con cla­ri­dad los ele­men­tos de rup­tu­ra con los plan­tea­mien­tos polí­ti­cos impres­cin­di­bles para ser con­si­de­ra­da como una alter­na­ti­va inde­pen­dien­te del poder. Más allá de con­si­de­ra­cio­nes estric­ta­men­te orga­ni­za­ti­vas, la inde­fi­ni­ción cal­cu­la­da de su pro­gra­ma jun­to a un lla­ma­ti­vo apo­yo mediá­ti­co le lle­van a jugar un papel de señue­lo para inten­tar dar nue­vas for­mas, ade­cua­das a los nue­vos tiem­pos, a un des­con­ten­to social que ame­na­za con des­bor­dar a los pode­res establecidos.

La com­pa­ra­ción entre la for­ma en que tra­tan los medios de comu­ni­ca­ción y los apa­ra­tos de poder a Pode­mos y la rabio­sa cam­pa­ña de cri­mi­na­li­za­ción que des­ple­ga­ron con­tra Ini­cia­ti­va Inter­na­cio­na­lis­ta en el 2009 arro­ja bas­tan­te luz sobre el espa­cio polí­ti­co real de cada una de ellas.

Qui­zás por eso mis­mo “Pode­mos” está des­per­tan­do ilu­sio­nes en capas popu­la­res – que mayo­ri­ta­ria­men­te se iden­ti­fi­can con una peque­ña bur­gue­sía empo­bre­ci­da – des­en­can­ta­das con IU y que nece­si­tan impe­rio­sa­men­te “poli­ti­zar” el 15M y las “mareas”.

La cla­se obre­ra y sus expre­sio­nes polí­ti­cas con­se­cuen­tes aún no tie­nen la fuer­za ni la capa­ci­dad de repre­sen­ta­ción sufi­cien­te. Un suje­to revo­lu­cio­na­rio dema­sia­do débil “cede” por ello – tem­po­ral­men­te – el pro­ta­go­nis­mo en la esce­na polí­ti­ca a quie­nes no se atre­ven a plan­tear las impres­cin­di­bles rup­tu­ras con la UE y con el engra­na­je de la Tran­si­ción, y cuyos oro­pe­les de moder­ni­dad sir­ven para man­te­ner la ilu­sión de que sin esas rup­tu­ras se pue­den resol­ver los pro­ble­mas socia­les. Son ilu­sio­nes con fecha de cadu­ci­dad que, pre­vi­si­ble­men­te, no obs­tan­te, van a ocu­par el pano­ra­ma mediá­ti­co-polí­ti­co duran­te algún tiempo.

La izquier­da revo­lu­cio­na­ria debe acom­pa­ñar la madu­ra­ción de un pro­ce­so polí­ti­co que está abo­ca­do a cul­mi­nar con la cons­ta­ta­ción de que los gra­ves pro­ble­mas que afec­tan a la cla­se obre­ra y a las cla­ses popu­la­res sólo pue­den ser enfren­ta­dos des­de plan­tea­mien­tos de rup­tu­ra y des­de cam­bios en la corre­la­ción de fuer­zas. Y estos sólo se engen­dran median­te la con­cien­cia de la iden­ti­dad y del pro­pio poder de cla­se que, a su vez, hun­de sus raí­ces en la radi­ca­li­za­ción y la exten­sión de las luchas.

3. El papel de la rei­vin­di­ca­ción nacio­nal en el Esta­do español

Tras la clau­di­ca­ción ver­gon­zan­te de la izquier­da polí­ti­ca y sin­di­cal en la Tran­si­ción –fac­tor deter­mi­nan­te de su pos­te­rior derro­ta- la lucha con­tra la opre­sión nacio­nal ha expre­sa­do en las nacio­na­li­da­des his­tó­ri­cas la rebe­lión con­tra el Esta­do con un impor­tan­te con­te­ni­do de cla­se, sobre­sa­lien­do en este sen­ti­do Eus­kal Herria.

Las izquier­das inde­pen­den­tis­tas repre­sen­tan, por su his­to­ria de lucha y por­que resu­men la rei­vin­di­ca­ción nacio­nal y de cla­se, ele­men­tos fun­da­men­ta­les para la cons­truc­ción de alian­zas con­tra el enemi­go común prin­ci­pal: la domi­na­ción ejer­ci­da por el Esta­do espa­ñol sobre la cla­se obre­ra y sobre los pue­blos que tie­ne en la monar­quía su cla­ve de bóveda.

Enten­de­mos que, sin menos­pre­cio alguno por otras luchas obre­ras y popu­la­res, es el pue­blo vas­co, efec­ti­va­men­te, el que con más cohe­ren­cia y con­ti­nui­dad ha man­te­ni­do la lucha duran­te cin­co déca­das y quien, sin nin­gu­na duda, ha sufri­do las con­se­cuen­cias más terri­bles de la repre­sión. El acier­to his­tó­ri­co –fun­da­men­tal­men­te de la izquier­da aber­tza­le- de no reco­no­cer el mon­ta­je de la Tran­si­ción y de man­te­ner a toda cos­ta la lucha por la inde­pen­den­cia y por el socia­lis­mo, mar­ca la dife­ren­cia entre la capa­ci­dad de repre­sen­tar a su pue­blo y la deca­den­cia irre­ver­si­ble de la inmen­sa mayo­ría de las orga­ni­za­cio­nes de la izquier­da esta­tal, que ven­die­ron la lucha obre­ra y popu­lar que enca­be­za­ban a cam­bio de las miga­jas de su reco­no­ci­mien­to institucional.

El ejer­ci­cio con­cre­to del Dere­cho de Auto­de­ter­mi­na­ción de los pue­blos del Esta­do espa­ñol, que pre­su­po­ne el dere­cho a la inde­pen­den­cia, for­ma par­te incues­tio­na­ble de los dere­chos demo­crá­ti­cos a defen­der por toda orga­ni­za­ción con­se­cuen­te­men­te revolucionaria.

4. La Deu­da y el Euro, los ins­tru­men­tos de dominación.

La con­cre­ción de la domi­na­ción de cla­se sobre los pue­blos de Euro­pa por par­te del capi­tal se ejer­ce hoy prin­ci­pal­men­te a tra­vés de la UE y sus ins­ti­tu­cio­nes (espe­cial­men­te la Unión Eco­nó­mi­ca y Mone­ta­ria repre­sen­ta­da por el Euro), del BCE, y del FMI.

El impe­ria­lis­mo ani­qui­la paí­ses de la peri­fe­ria en su bús­que­da deses­pe­ra­da de mate­rias pri­mas y la OTAN es el ins­tru­men­to que dis­ci­pli­na –aun con gran­des con­tra­dic­cio­nes- al capi­ta­lis­mo euro­peo y esta­dou­ni­den­se para des­truir a los paí­ses que se resis­ten al saqueo y para ser­vir de ame­na­za al “enemi­go interno”.

Des­de el esta­lli­do de la últi­ma fase de la cri­sis, la finan­cie­ra e inmo­bi­lia­ria, se ha pues­to en mar­cha un meca­nis­mo férreo y masi­vo de con­cen­tra­ción y de des­truc­ción de capi­tal –sobre todo en los paí­ses euro­peos más depen­dien­tes y menos desa­rro­lla­dos – al ser­vi­cio de los gran­des mono­po­lios y de la ban­ca, fun­da­men­tal­men­te alemanes.

Este pro­ce­so, des­ti­na­do a ase­gu­rar la repro­duc­ción amplia­da de capi­tal en la Euro­zo­na y la hege­mo­nía ale­ma­na en la mis­ma, se lle­va a cabo median­te una bru­tal ofen­si­va de cla­se y se ejer­ce, como en otros paí­ses y en otras eta­pas his­tó­ri­cas, a tra­vés de la Deu­da y median­te el engra­na­je ins­ti­tu­cio­nal de la Unión Eco­nó­mi­ca y Mone­ta­ria arti­cu­la­da en torno al Euro.

La Deu­da con­traí­da por los dife­ren­tes gobier­nos del PSOE y del PP se ori­gi­na median­te una ingen­te trans­fe­ren­cia de recur­sos públi­cos a la ban­ca pri­va­da –más de 200.000 millo­nes de euros – así como median­te a la finan­cia­ción públi­ca de macro­pro­yec­tos de comu­ni­ca­cio­nes como los AVE, auto­pis­tas, aero­puer­tos, des­co­mu­na­les gas­tos en arma­men­to, etc, muchos de ellos rea­li­za­dos en con­tra de movi­li­za­cio­nes populares.

La Deu­da públi­ca y la per­te­nen­cia al espa­cio del Euro son los meca­nis­mos esen­cia­les de domi­na­ción por par­te del BCE y de la UE con­tra todo tipo de sobe­ra­nía de gobier­nos muni­ci­pa­les, auto­nó­mi­cos y del Esta­do. El PSOE en agos­to de 2011 pro­pu­so y, con el apo­yo del PP y de UPN, apro­ba­ron la modi­fi­ca­ción cons­ti­tu­cio­nal por la que se esta­ble­ció la “prio­ri­dad abso­lu­ta del pago de la deu­da y de sus intere­ses sobre cual­quier otra par­ti­da de gas­to”. Este man­da­to se repro­du­ce en el Tra­ta­do de Esta­bi­li­dad, Gober­nan­za y Coor­di­na­ción (TSCG) de la Unión Eco­nó­mi­ca y Mone­ta­ria y se deta­lla en la Ley Orgá­ni­ca 2/​2012 de Esta­bi­li­dad Pre­su­pues­ta­ria y Sos­te­ni­bi­li­dad Financiera.

Esas tres nor­mas deter­mi­nan las for­mas y los pla­zos en los que Ayun­ta­mien­tos, Comu­ni­da­des Autó­no­mas, Esta­do, y Segu­ri­dad Social debe­rán ase­gu­rar has­ta 2020, que el défi­cit estruc­tu­ral –bási­ca­men­te el gas­to en empleo y ser­vi­cios públi­cos- sea cero (actual­men­te es del 5.8%) y la deu­da públi­ca no supere el 60% del PIB (actual­men­te supera el 94% del PIB, más de 900.000 millo­nes de euros).

Para ello se debe redu­cir el gas­to públi­co en torno a los 400.000 millo­nes de euros de aquí a 2020; esto equi­va­le, en sen­ti­do estric­to, a la liqui­da­ción del empleo y de los ser­vi­cios públicos.

Lo más gra­ve es que está pre­vis­to el meca­nis­mo legal para inter­ve­nir por par­te del Esta­do a la Comu­ni­dad Autó­no­ma o a la diso­lu­ción del gobierno muni­ci­pal que no cum­pla en los pla­zos pre­vis­tos. El argu­men­to legal es el incum­pli­mien­to de las obli­ga­cio­nes cons­ti­tu­cio­na­les, es decir, del artícu­lo 135 de la Cons­ti­tu­cio­nal, el que esta­ble­ce la prio­ri­dad abso­lu­ta del pago de la deu­da tras la refor­ma cons­ti­tu­cio­nal de 2011.

Curio­sa­men­te, en el caso de las Cor­po­ra­cio­nes Loca­les se les apli­ca el artº 61 de la Ley de Régi­men Local intro­du­ci­da para aque­llos ayun­ta­mien­tos que “den cober­tu­ra o apo­yo al terrorismo”.

No cabe nin­gu­na duda de que el meca­nis­mo de la Deu­da –que es el escan­da­lo­so resul­ta­do de tras­la­dar la deu­da pri­va­da de empre­sas y ban­cos a deu­da públi­ca – es uti­li­za­do como bru­tal e inter­mi­na­ble chan­ta­je para impo­ner pri­va­ti­za­cio­nes, liqui­da­ción de ser­vi­cios públi­cos y suce­si­vas con­tra­rre­for­mas labo­ra­les a cual­quier gobierno que acep­te el pago de la Deu­da y el mar­co de la Unión Eco­nó­mi­ca y Monetaria.

Pro­pues­tas pre­ten­di­da­men­te rup­tu­ris­tas, como la de ini­ciar un pro­ce­so cons­ti­tu­yen­te, care­cen de cre­di­bi­li­dad algu­na si no se plan­tea con carác­ter pre­vio el úni­co mar­co polí­ti­co des­de el que se pue­da hablar de sobe­ra­nía: No pagar la deu­da y, a par­tir de ahí, rom­per con el mar­co polí­ti­co, ins­ti­tu­cio­nal, eco­nó­mi­co y nor­ma­ti­vo de la Unión Europea.

5. Con­di­cio­nes para una par­ti­ci­pa­ción elec­to­ral revo­lu­cio­na­ria en las con­di­cio­nes actuales.

Como ya hemos apun­ta­do al comien­zo, la par­ti­ci­pa­ción elec­to­ral para Red Roja es un hecho estric­ta­men­te ins­tru­men­tal que debe valo­rar­se tenien­do en cuen­ta las cir­cuns­tan­cias con­cre­tas que con­cu­rran en cada momen­to. Y en cual­quier caso, su jus­ti­fi­ca­ción depen­de fun­da­men­tal­men­te de si la mis­ma con­tri­bu­ye o no al for­ta­le­ci­mien­to de las posi­cio­nes polí­ti­cas que per­mi­tan avan­zar en el pro­ce­so revolucionario.

La úni­ca posi­bi­li­dad de que Red Roja se plan­tea­se la par­ti­ci­pa­ción elec­to­ral sería el sur­gi­mien­to de algún tipo de coa­li­ción míni­ma­men­te sóli­da y con tra­duc­ción polí­ti­co-prác­ti­ca seria, capaz de levan­tar un pro­gra­ma polí­ti­co de rup­tu­ra, que per­mi­tie­ra avan­ces en la corre­la­ción de fuer­zas favo­ra­ble a la cla­se obre­ra y a los pue­blos del Esta­do del español.

Ese pro­gra­ma debe­ría arti­cu­lar­se en torno a los siguien­tes ele­men­tos por los que se debe tra­ba­jar para que sean asu­mi­dos por las movi­li­za­cio­nes pre­sen­tes y por venir. 

1º. No al pago de la Deu­da que está en la base de todos los recor­tes socia­les, y sin acep­tar plan­tea­mien­tos ambi­guos acer­ca de “audi­to­rías para iden­ti­fi­car la par­te ile­gí­ti­ma” de la Deuda.

2º. Sali­da de la UE y del Euro, como expre­sio­nes ins­ti­tu­cio­na­les y mone­ta­rias del impe­ria­lis­mo euro-ale­mán. Es pre­ci­so rom­per con quie­nes impo­nen el pago de la Deu­da y con él la liqui­da­ción de las con­quis­tas his­tó­ri­cas de nues­tra clase.

3º. Rup­tu­ra demo­crá­ti­ca con el régi­men de la Tran­si­ción, ile­gí­ti­mo “en ori­gen”. Ello impli­ca la depu­ra­ción del engra­na­je ins­ti­tu­cio­nal y de los cuer­pos repre­si­vos, la dero­ga­ción de la legis­la­ción anti­te­rro­ris­ta, la amnis­tía para todos los pre­sos y pre­sas polí­ti­cos y el Dere­cho de Auto­de­ter­mi­na­ción –inclui­da la inde­pen­den­cia- de todas las nacio­na­li­da­des opri­mi­das por el Esta­do español.

4º. La sali­da de la OTAN y el des­man­te­la­mien­to de las Bases como ins­tru­men­tos mili­ta­res de la domi­na­ción impe­ria­lis­ta con­tra la sobe­ra­nía de los pueblos.

Estos cua­tro ele­men­tos debe­rían ser­vir de base para la crea­ción de alian­zas de cla­se, obre­ras y popu­la­res, espe­cial­men­te entre los pue­blos de los Esta­dos inter­ve­ni­dos por la Troi­ka. Esas alian­zas deben ser los pila­res de un nue­vo inter­na­cio­na­lis­mo basa­do en la sobe­ra­nía popu­lar sobre la rique­za y sobre todos los aspec­tos de la vida social y que se asien­te sobre el Dere­cho de Auto­de­ter­mi­na­ción de los Pueblos.

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