[Video] Fla­men­co y revo­lu­ción- Luis Mariano García


El fla­men­co es la expre­sión musi­cal más autén­ti­ca de la cul­tu­ra anda­lu­za. Es el resul­ta­do de some­ter el fol­clo­re anda­luz tra­di­cio­nal, de ori­gen cas­te­llano, ára­be y judío, a un pro­ce­so de evo­lu­ción y esti­li­za­ción, prin­ci­pal­men­te a car­go del pue­blo gitano. El ori­gen popu­lar, las duras cir­cuns­tan­cias socio­eco­nó­mi­cas de quie­nes par­ti­ci­pa­ban de él, y la car­ga emo­cio­nal con la que se inter­pre­ta, han dado como resul­ta­do una serie de esti­los musi­ca­les de alto nivel expre­si­vo, que han ser­vi­do ori­gi­na­ria­men­te al pue­blo anda­luz para expre­sar su realidad.

El fla­men­co como tal, sur­gió for­mal­men­te a fina­les del S. XVIII, pero las con­di­cio­nes que deter­mi­na­ron su apa­ri­ción datan de mucho antes. Como hecho his­tó­ri­co de par­ti­da podría­mos tomar el fin de la Recon­quis­ta por par­te de los Reyes Cató­li­cos y la cons­ti­tu­ción del Esta­do espa­ñol, en el año 1492. Esta fecha supu­so, entre otras cosas, el comien­zo del pro­ce­so de homo­ge­nei­za­ción según los valo­res cas­te­lla­nos al que se some­tió a la pobla­ción en los terri­to­rios bajo su con­trol, y que se ha con­ti­nua­do dan­do, con mayor o menor inten­si­dad, has­ta nues­tros días. Un pue­blo muy influ­yen­te en el fla­men­co, y que ha sufri­do esta per­se­cu­ción hacia su cul­tu­ra y sus for­mas de vida con espe­cial inten­si­dad, ha sido el pue­blo gitano. El orden social que se esta­ble­ció tras la recon­quis­ta, basa­do en el abso­lu­tis­mo, el poder feu­dal y ecle­siás­ti­co, el aco­so a las mino­rías y la des­igual­dad, influ­yó en gran medi­da en la apa­ri­ción de una expre­sión popu­lar que aca­bó con­vir­tién­do­se en el flamenco.

El fla­men­co nace de la injusticia

Las cir­cuns­tan­cias socio­eco­nó­mi­cas en Anda­lu­cía hicie­ron que los roman­ces tra­di­cio­na­les anda­lu­ces muda­ran su temá­ti­ca ori­gi­nal (leyen­das, amo­res, bata­llas…) has­ta expre­sar la reali­dad social y per­so­nal del pue­blo anda­luz. Así nacían, a fina­les del S. XVIII, las Tonás y las Soleás, pri­me­ras expre­sio­nes del can­te flamenco:

Las lin­des del olivar,
Anchas pá los don mucho,
Estre­chas pá los don ná
Soleá1

A par­tir de aquí, y con la pos­te­rior incor­po­ra­ción de la gui­ta­rra, comien­zan a pro­li­fe­rar los dife­ren­tes esti­los, como las Bule­rías, que resul­tan de aumen­tar el rit­mo de la Soleá. Sur­gen tam­bién esti­los ori­gi­na­les crea­dos por el pue­blo gitano, como la Segui­ri­lla, un esti­lo de can­te muy uti­li­za­do para expre­sar el lamento.

En una pri­me­ra ins­tan­cia los can­tes care­cían de con­te­ni­do polí­ti­co y de un sen­ti­do colec­ti­vo de las rei­vin­di­ca­cio­nes. Esto cam­bió con el pri­mer acon­te­ci­mien­to his­tó­ri­co des­ta­ca­ble que vivió el fla­men­co: la inva­sión napo­leó­ni­ca. Este acon­te­ci­mien­to se vivió de for­ma espe­cial en Cádiz y su entorno, ya que las tro­pas fran­ce­sas no lle­ga­ron a tomar la ciu­dad. Esto fue un moti­vo de orgu­llo colec­ti­vo que pro­pi­ció la apa­ri­ción de una fami­lia de can­tes nue­vos de carác­ter jovial, cuya mues­tra prin­ci­pal son las alegrías:

Un baluar­te invencible,
Fue la Isla de León,
Por­que con los gaditanos,
No pudo Napoleón
Ale­grías de Cádiz2

En Cádiz se res­pi­ra­ban aires pro­gre­sis­tas, que cues­tio­na­ban el poder esta­ble­ci­do y defen­dían la sobe­ra­nía popu­lar. Así lo expre­sa otro can­te de aque­lla épo­ca, el Mirabrás:

A mi qué me importa
Que un rey me culpe.
Si el pue­blo es grande
Y me abona.
Voz del pue­blo, voz del cielo.
Que no hay más ley,
Que son las obras.
Mira­brás3

En esta épo­ca se recha­zó, a tra­vés del fla­men­co, el abso­lu­tis­mo de Fer­nan­do VII y la polí­ti­ca impe­ria­lis­ta de la coro­na espa­ño­la, por la que muchos aca­ba­ban luchan­do en las gue­rras colo­nia­les a tra­vés del ser­vi­cio mili­tar. Este impe­ria­lis­mo espa­ñol pro­pi­ció así mis­mo el con­tac­to con los afro-ame­ri­ca­nos de las colo­nias, sur­gien­do can­tes mes­ti­zos que rela­cio­na­ban direc­ta­men­te la baja Anda­lu­cía con las colo­nias a tra­vés de la músi­ca. Son los lla­ma­dos Can­tes de ida y vuel­ta, sien­do ejem­plos de estos la Rum­ba, las Colom­bia­nas, el Tan­go o la Milonga.

La pos­tu­ra social del fla­men­co supu­so una gran evo­lu­ción. Ya no es tan­to la visión román­ti­ca de asu­mir la reali­dad como vie­ne y resig­nar­se a acep­tar­la con el lamen­to cómo úni­ca res­pues­ta, sino la voz del pue­blo en los acon­te­ci­mien­tos y el recha­zo a los moti­vos de su pre­ca­ria situación.

Expre­sión del movi­mien­to obrero

El fla­men­co, en su evo­lu­ción, tam­bién ha ser­vi­do para expre­sar pro­ble­má­ti­cas pro­pias de la cla­se tra­ba­ja­do­ra, tales como la explo­ta­ción, las con­di­cio­nes labo­ra­les, la migra­ción, el repar­to de la tie­rra o el aso­cia­cio­nis­mo pro­le­ta­rio. Esta reali­dad se ha expre­sa­do, entre otros, por los esti­los pro­pios sur­gi­dos del cam­po anda­luz: los Can­tes del Cam­po. Como ejem­plo, tene­mos los Can­tes de Tri­lla, cuyo com­pás lo mar­ca el rit­mo del tri­llo sobre la era:

Tra­ba­jo de sol a sol,
Tra­ba­jo de sol a sol,
Las ganan­cias son pal amo,
Pá mí solo es el sudor”
Tri­lle­ra4

Otro ejem­plo sig­ni­fi­ca­ti­vo de esto son los Can­tes de las minas, per­te­ne­cien­tes a la fami­lia de los Can­tes de Levan­te. Sur­gie­ron en las cuen­cas mine­ras de Lina­res, Mur­cia y Alme­ría, debi­do a la gran emi­gra­ción que se pro­du­jo hacia estas zonas des­de toda Anda­lu­cía en el S.XIX. En estos can­tes es muy típi­co que apa­rez­can con­cep­tos pro­pios del mar­xis­mo como la plus­va­lía, la acu­mu­la­ción, y la explo­ta­ción capitalista.

Mine­ro, ¿pá que trabajas,
Si pá tí no es el producto?
Pá el patrón son las alhajas,
Para tu fami­lia el luto,
Y para tí la mortaja
Fan­dan­gos Mine­ros5

En la línea de los can­tes ante­rio­res sur­gie­ron los Mar­ti­ne­tes, que son los can­tes de las fra­guas, ofi­cio muy ejer­ci­do por el pue­blo gitano.

Otro tema que se ha expre­sa­do a tra­vés del can­te fla­men­co ha sido la repre­sión sufri­da por los movi­mien­tos de tra­ba­ja­do­res y tra­ba­ja­do­ras en la lucha por sus derechos.

En el últi­mo ter­cio del S. XIX la influen­cia del inter­na­cio­na­lis­mo obre­ro lle­ga al ponien­te anda­luz, sobre todo a tra­vés de la zona de Jerez de la Fron­te­ra, que des­ta­ca en aquel enton­ces por su gran pro­duc­ción y expor­ta­ción de vino. El movi­mien­to obre­ro, uni­do a las duras con­di­cio­nes en que se vivía en el cam­po, las malas cose­chas, etc., hizo que comen­za­ran las huel­gas y las rei­vin­di­ca­cio­nes, con la con­si­guien­te repre­sión. El fla­men­co, como expre­sión popu­lar, sir­vió para denun­ciar estos sucesos:

Tó lo tie­nen preparao,
Los civi­les en los cortijos,
Por eso matan a obreros,
Para agra­dar a los ricos.
Can­te a la represión6
Le pre­gun­té a mi morena,
Que por qué me despreciaba,
Y me con­tes­tó serena,
Que en la aso­cia­ción entrara.”

Can­te al aso­cia­cio­nis­mo obre­ro7

Capi­ta­lis­mo y nacional-flamenquismo

A comien­zos del S. XX, el fla­men­co había alcan­za­do una gran difu­sión, lo que impul­só la pro­fe­sio­na­li­za­ción de los y las intér­pre­tes, así como de los espec­tácu­los. Se con­vir­tió en una posi­bi­li­dad de nego­cio. Al entrar en los cir­cui­tos comer­cia­les, a tra­vés prin­ci­pal­men­te de los Cafés Can­tan­tes y pos­te­rior­men­te de la Ópe­ra Fla­men­ca, los y las artis­tas tuvie­ron que diri­gir sus can­tes hacia un públi­co más abier­to, lo que hizo que tan­to para los “Seño­ri­tos” que comen­za­ban a afi­cio­nar­se al fla­men­co, como para el gran públi­co en gene­ral, los can­tes tuvie­ran que dejar de lado sus rei­vin­di­ca­cio­nes y adap­tar sus letras a las nue­vas cir­cuns­tan­cias. Se pue­de dis­tin­guir enton­ces, entre el “fla­men­co de uso”, más liga­do a la for­ma y al fon­do tra­di­cio­nal, y el “fla­men­co de cam­bio”, liga­do al espec­tácu­lo, a lo comer­cial y acce­si­ble y asi­mi­la­ble por la cla­se dominante8. Esta nue­va reali­dad del fla­men­co se com­bi­nó con la nece­si­dad de la cla­se diri­gen­te espa­ño­la de dotar al Esta­do de una iden­ti­dad cul­tu­ral pro­pia. Este obje­ti­vo se venía per­si­guien­do ya des­de fina­les del S.XIX, cuan­do las cri­sis colo­nia­les y las revo­lu­cio­nes libe­ra­les ame­na­za­ban al espa­ño­lis­mo, y lle­gó a su máxi­mo desa­rro­llo con la lle­ga­da del franquismo.

El régi­men uti­li­zó, entre otros, ele­men­tos de la cul­tu­ra anda­lu­za para dotar al esta­do de un fol­clo­re pro­pio. El fla­men­co, pre­via adap­ta­ción y cen­su­ra, sir­vió a este fin, influ­yen­do en la can­ción espa­ño­la que pro­li­fe­ró duran­te la épo­ca. Pasa­ron años oscu­ros para el fla­men­co, que había de inter­pre­tar­se sin esen­cia. La mayo­ría de los y las artis­tas se adap­ta­ron, como pudie­ron, a las nue­vas cir­cuns­tan­cias. Otros se exi­lia­ron, y algu­nos no sobre­vi­vie­ron a la gue­rra y a la represión.

El fla­men­co y la izquierda

Para encon­trar intér­pre­tes espe­cial­men­te com­pro­me­ti­dos social­men­te hubo que espe­rar, en pri­mer lugar, a que la pro­fe­sio­na­li­za­ción del can­te die­ra intér­pre­tes cono­ci­dos, y en segun­do lugar, a la gran con­vul­sión social de los años de la II Repú­bli­ca. Cuan­do ésta se pro­cla­mó, la mayo­ría de los y las artis­tas fla­men­cos se pro­cla­ma­ron par­ti­da­rios de la mis­ma. Los can­tes dedi­ca­dos a la liber­tad, la Repú­bli­ca, a la ban­de­ra tri­co­lor, o a los Capi­ta­nes Galán y Her­nán­dez fue­ron muchos en estos años.

Entre quie­nes inter­pre­ta­ban el repu­bli­ca­nis­mo fla­men­co cabe des­ta­car, por su rele­van­cia y su com­pro­mi­so, los nom­bres de Gue­rri­ta, Corru­co de Alge­ci­ras, Anto­nio Mai­re­na (maes­tro enci­clo­pé­di­co y gran impul­sor del fla­men­co), José Cepe­ro, La Niña de los Pei­nes (con­si­de­ra­da la mayor artis­ta de su épo­ca y que defen­dió el ideal de mujer libre y repu­bli­ca­na), o el Cha­to de las Ven­tas. Éste últi­mo can­taor creó los lla­ma­dos Fan­dan­gos Repu­bli­ca­nos, un tipo de can­te de natu­ra­le­za rei­vin­di­ca­ti­va. Murió fusi­la­do en Bada­joz. Duran­te la gue­rra, hubo artis­tas que can­ta­ron a los sol­da­dos en el fren­te repu­bli­cano. Tal es el caso de Jua­ni­to Val­de­rra­ma o Anto­nio Chaqueta.

Los y las artis­tas que toma­ron par­te por la Repú­bli­ca corrie­ron suer­tes muy dis­pa­res. Muchos no sobre­vi­vie­ron a la gue­rra y a los pri­me­ros años de pos­gue­rra, murien­do en el fren­te o por la repre­sión, caso del Corru­co de Alge­ci­ras y del Cha­to de las Ven­tas. Otros tuvie­ron que exi­liar­se para evi­tar la per­se­cu­ción. Quie­nes per­ma­ne­cie­ron en el Esta­do espa­ñol, tuvie­ron que adap­tar­se a las nue­vas cir­cuns­tan­cias. Algu­nos, como el caso de José Cepe­ro, tuvie­ron muchas difi­cul­ta­des para sub­sis­tir como artis­tas al ser seña­la­dos como “rojos”. Todos los que se que­da­ron tuvie­ron que dejar de lado la par­te rei­vin­di­ca­ti­va del can­te fla­men­co para tra­ba­jar en los años del fran­quis­mo. El fla­men­co de ver­dad pasó a la clan­des­ti­ni­dad, y esta­ba perseguido.

Quie­re decir con pasión,
Este fan­dan­go que canto,
Espa­ña es republicana,
Y lo es de corazón,
¡Aba­jo la ley tirana!

Fan­dan­go Repu­bli­cano de El Gue­rri­ta9

En los últi­mos años del fran­quis­mo y en la tran­si­ción resur­gió el fla­men­co rei­vin­di­ca­ti­vo en toda su ple­ni­tud. Son muchos los y las artis­tas del fla­men­co que can­tan a la liber­tad y la jus­ti­cia, a la demo­cra­cia, y al auto­no­mis­mo anda­luz. Así, pode­mos citar a Enri­que Moren­te, un can­taor muy com­pro­me­ti­do social­men­te duran­te toda su carre­ra. A comien­zos de los 70, sufrió la cen­su­ra por un dis­co home­na­je a Miguel Her­nán­dez, en el que no se per­mi­tió incluir el poe­ma “Anda­lu­ces de Jaén”. Moren­te fue un defen­sor del anda­lu­cis­mo, movi­mien­to al que can­tó. Gra­bó tam­bién can­cio­nes ins­pi­ra­das en la obra de Fede­ri­co Gar­cía Lor­ca (poe­ta muy uni­do al fla­men­co y al pue­blo gitano), des­ta­can­do el genial dis­co de fla­men­co-fusión Ome­ga, en el que can­ta poe­mas de la obra lor­quia­na Poe­ta en Nue­va York, de mar­ca­do carác­ter anticapitalista.

Sin salir de Gra­na­da, hay que nom­brar a Curro Albay­cin, artis­ta y estu­dio­so del fla­men­co cer­cano al comu­nis­mo (inau­gu­ró con su can­te sedes del PCE). Can­tó los Tan­gos del Obre­ro. Su mili­tan­cia le cos­tó un inten­to de ase­si­na­to por un sim­pa­ti­zan­te de Fuer­za Nue­va, que le dis­pa­ró al gri­to de “Ya no reci­tas más a Lorca”.

Tam­bién hay que des­ta­car a Manuel Gere­na, el can­taor mas per­se­gui­do en los 70. Sufrió cien­tos de deten­cio­nes, gene­ra­ba siem­pre una gran expec­ta­ción y duran­te mucho tiem­po se prohi­bie­ron sus actua­cio­nes en todo el esta­do. Otros artis­tas de gran con­cien­cia social fue­ron Luis Marín (mili­tan­te de la Orga­ni­za­ción Revo­lu­cio­na­ria de Tra­ba­ja­do­res, ORT) y El Piki, que gra­bó un dis­co home­na­je a Blas Infan­te, gran impul­sor del anda­lu­cis­mo polí­ti­co. Ambos murie­ron atropellados.

Un artis­ta muy des­ta­ca­do de esta épo­ca fue Cama­rón de la Isla. Con­si­de­ra­do por muchos el can­taor más gran­de que ha dado el fla­men­co, fue una figu­ra con­tro­ver­ti­da. Inter­pre­ta­ba de for­ma genial el fla­men­co tra­di­cio­nal, pero ade­más, ini­ció el desa­rro­llo del Nue­vo Fla­men­co con su dis­co La Leyen­da del Tiem­po, en el que se incluían por pri­me­ra vez cier­tos tipos de rit­mos, ins­tru­men­tos y for­mas de inter­pre­ta­ción. Sus dotes para el can­te tra­di­cio­nal, uni­do a la revo­lu­ción musi­cal que supu­so su nue­va for­ma de hacer fla­men­co (a la que no le fal­ta­ron crí­ti­cos), con­tri­bu­ye­ron a la difu­sión de éste y abrie­ron las puer­tas del fla­men­co a nue­vas fusio­nes y mes­ti­za­jes, fomen­tan­do su uni­ver­sa­li­dad. Con Cama­rón el men­sa­je del fla­men­co pasó de los tablaos, los fes­ti­va­les y las peñas, al mun­do entero.

Por últi­mo, citar a El Cabre­ro, el can­taor pro­tes­ta más impor­tan­te en la actua­li­dad, cer­cano al anar­co­sin­di­ca­lis­mo y gran intér­pre­te de los Fan­dan­gos Repu­bli­ca­nos. La crí­ti­ca social está muy pre­sen­te en sus intervenciones:

No cri­ti­ques a mi copla,
Y aprén­de­la tú también,
Que corra de boca en boca,
Pá que el pue­blo sepa bien,
Quien lo enga­ña y quién lo explota.

Fan­dan­go Repu­bli­cano de El Cabre­ro10

Des­de sus orí­ge­nes el fla­men­co ha ser­vi­do como medio para expre­sar la injus­ti­cia. Las con­di­cio­nes de vida han mejo­ra­do en gene­ral, pero la gran mayo­ría de las rei­vin­di­ca­cio­nes his­tó­ri­cas del fla­men­co siguen vigen­tes, y más aho­ra que esta­mos sufrien­do el mayor retra­so en dere­chos des­de hace déca­das. El fla­men­co es cul­tu­ra viva, y por lo tan­to evo­lu­cio­na, pero cier­ta for­ma de sen­tir las cosas y expre­sar­las es intrín­se­ca a este, estan­do deter­mi­na­da por el carác­ter y la his­to­ria de sus protagonistas.

La Anda­lu­cía que canto,
Es la fla­men­ca de veras,
Que está llo­ran­do por dentro,
Y se rebe­la por fuera.

Can­te de El Piki11

Notas

1. Gri­mal­dos, Alfre­do, 2011: His­to­ria Social del fla­men­co. Edi­cio­nes Penín­su­la, Barcelona.
2. Ortiz Nue­vo, Jose Luis, 1985: Pen­sa­mien­to polí­ti­co en el can­te fla­men­co. Edi­to­ria­les anda­lu­zas uni­das, Sevilla.
3. Ibid, p. 80
4. Rs Pique­ras, Lola; Ríos J. Car­los, 2009: La iden­ti­dad anda­lu­za en el fla­men­co. Edi­to­rial Atrapasueños.
5. Ortiz Nue­vo, Jose Luis, 1985: Pen­sa­mien­to polí­ti­co en el can­te fla­men­co. Edi­to­ria­les anda­lu­zas uni­das, Sevilla.
6. Ibid., p. 142
7. Ibid., p. 119
8. Rs Pique­ras, Lola; Ríos J. Car­los, 2009
9. Pini­lla, Juan: 2011: Las voces que no calla­ron. fla­men­co y Revo­lu­ción. Edi­to­rial Atra­pa­sue­ños, Sevilla.
10. Chain Revuel­ta, Fran­cis­co Javier, 2012: Letras de Fan­dan­gos Repu­bli­ca­nos El Cabre­ro. Dis­po­ni­ble en:http://​gran​des​mon​ta​na​s1204​.blogs​pot​.com​.es/​2​0​1​2​/​0​4​/​f​a​n​d​a​n​g​o​s​-​r​e​p​u​b​l​i​c​ano… [entra­da 8/​4/​2012]
11. Pini­lla, Juan: 2011

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