Groen­lan­dia: Es cla­ve el ejer­ci­cio del dere­cho de auto­de­ter­mi­na­ción del pue­blo inuit- Txen­te Rekondo

Ther­kild­sen ha asis­ti­do al recien­te con­gre­so de LAB. Gara tuvo la opor­tu­ni­dad de con­ver­sar con él y cono­cer de pri­me­ra mano la expe­rien­cia de aque­lla isla, la más gran­de del mun­do, e inmer­sa en un pro­ce­so de auto­de­ter­mi­na­ción que apo­ya el sin­di­ca­to SIK.

- La colo­ni­za­ción de Kalaa­llit Nunaat (Groen­lan­dia) alte­ró sig­ni­fi­ca­ti­va­men­te la reali­dad eco­nó­mi­ca de la isla?

- Así es. Antes de la lle­ga­da de los pri­me­ros misio­ne­ros cris­tia­nos, la pes­ca y la caza eran la base de la socie­dad, pero con esos pri­me­ros colo­ni­za­do­res las cosas cam­bia­ron, y se fue abrien­do la puer­ta a las empre­sas y al desa­rro­llo de un sis­te­ma eco­nó­mi­co aje­na a la reali­dad que se vivía. En 1953 nos con­vir­tie­ron en colo­nia de Dina­mar­ca y de ahí nues­tras expor­ta­cio­nes y bue­na par­te de la eco­no­mía se cen­tra­ron en ese estado.

- Cuá­les son las prio­ri­da­des de un sin­di­ca­to como SIK?

- Com­par­ti­mos una serie de valo­res comu­nes: diá­lo­go, efi­cien­cia, cali­dad, cre­di­bi­li­dad y res­pe­to común. A par­tir de ello defen­de­mos los intere­ses y dere­chos de la cla­se tra­ba­ja­do­ra de Groen­lan­dia, así como la apues­ta deci­di­da por la con­se­cu­ción de un esta­do pro­pio. Otro aspec­to que con­si­de­ra­mos cla­ve es la for­ma­ción y edu­ca­ción de los y las tra­ba­ja­do­ras, como ins­tru­men­to para pro­mo­cio­nar el cre­ci­mien­to eco­nó­mi­co. Y jun­to a eso, tam­bién resal­ta­mos la impor­tan­cia de la defen­sa y pro­mo­ción de nues­tra len­gua. Sin olvi­dar­nos tam­po­co que el desa­rro­llo eco­nó­mi­co debe ir uni­do al res­pe­to hacia el medio ambiente.

- En estos momen­tos, ante una reali­dad enmar­ca­da en un mun­do glo­ba­li­za­do y con Euro­pa sumi­da en la lla­ma­da cri­sis finan­cie­ra y eco­nó­mi­ca, Groen­lan­dia debe­rá afron­tar tam­bién algu­nos peli­gros y obstáculos…

- En la actua­li­dad debe­mos per­ma­ne­cer aten­tos ante una peli­gro­sa sobre­ex­plo­ta­ción incon­tro­la­da de los recur­sos natu­ra­les, ante una ava­lan­cha de pro­yec­tos mine­ros, don­de ade­más se prio­ri­cen los intere­ses eco­nó­mi­cos y extran­je­ros, dejan­do de lado la sal­va­guar­da del medio ambien­te, y que de esa for­ma se aca­be mar­gi­nan­do a la pobla­ción local de la toma de decisiones.

- ¿Cuál es la apues­ta del SIK ante esta situación?

- Para noso­tros es cla­ve el ejer­ci­cio del dere­cho de auto­de­ter­mi­na­ción del pue­blo inuit des­de un pun­to de vis­ta de izquier­das y pro­gre­sis­ta. Vemos cómo en la actua­li­dad los pro­ce­sos de auto­de­ter­mi­na­ción no son casos ais­la­dos (Sudán del Sur o el refe­rén­dum esco­cés con mues­tras de ello), y la lucha por la auto­de­ter­mi­na­ción de los pue­blos está en alza fren­te a la cri­sis cada vez más mani­fies­ta de los actua­les esta­dos-nación. Des­de la pers­pec­ti­va sin­di­cal cree­mos que la eman­ci­pa­ción de la cla­se tra­ba­ja­do­ra es un autén­ti­co pro­ce­so de libe­ra­ción y que las luchas de libe­ra­ción nacio­nal deben ser tam­bién socia­les. La cla­se obre­ra bebe ser el motor de la trans­for­ma­ción polí­ti­ca y social.

- Enton­ces, es nece­sa­rio la for­ma­ción de un esta­do para afron­tar esa realidad…

- Por supues­to, en esta coyun­tu­ra inter­na­cio­nal un esta­do pro­pio es nece­sa­rio como garan­tía de la sobe­ra­nía. No creo que sea­mos ni más ni menos que otros esta­dos, pero es nece­sa­rio equi­pa­rar­nos a los mis­mos para estar en igual­dad de con­di­cio­nes de par­ti­da. Y sobre todo es un ins­tru­men­to nece­sa­rio tam­bién para hacer fren­te a la actual crisis.

- ¿Qué rela­cio­nes man­tie­ne a día de hoy su país y su sin­di­ca­to a nivel internacional?

- Las rela­cio­nes y con­tra­tos se rea­li­zan con todos los paí­ses que pode­mos. En el ámbi­to sin­di­cal man­te­ne­mos muy bue­nas rela­cio­nes con los sin­di­ca­tos de la región, como Sue­cia o Dina­mar­ca, así como los de otras nacio­nes sin esta­do euro­peas, como es el caso de LAB.

- El futu­ro de Kalaa­llit Nunaat tam­bién pre­sen­ta impor­tan­tes opor­tu­ni­da­des para el pue­blo inuit…

- Evi­den­te­men­te, tene­mos la opor­tu­ni­dad de crear una nación con esta­do pro­pio en Euro­pa, así como la crea­ción de empleo y el desa­rro­llo de la edu­ca­ción para el pue­blo inuit. En ese con­tex­to, enten­de­mos que es nece­sa­rio ade­más uti­li­zar la eco­no­mía y sus poten­cia­li­da­des para el desa­rro­llo de la socie­dad y que la toma de deci­sio­nes polí­ti­cas, eco­nó­mi­cas y socia­les estén en manos de la pobla­ción, y no en la de deter­mi­na­dos gru­pos de inte­rés loca­les o extranjeros.

- ¿No exis­te el temor a que las com­pa­ñías extran­je­ras apro­ve­chen la coyun­tu­ra para expo­liar la isla?

- Por eso es nece­sa­rio que sea­mos noso­tros los que con­tro­le­mos el des­em­bar­co de las com­pa­ñías cita­das, y sobre todo debe­mos velar por los dere­chos e intere­ses de la cla­se tra­ba­ja­do­ra. Sabe­mos que la cri­sis está tenien­do con­se­cuen­cias mun­dia­les, y algu­nos en el futu­ro pue­den inten­tar apro­ve­char la coyun­tu­ra para ren­ta­bi­li­zar sus pro­pios intere­ses. Des­de el SIK nos opo­ne­mos a cual­quier uso de esa situa­ción para empeo­rar nues­tros dere­chos socia­les o políticos.

En noviem­bre de 2008 el 75,5% de los groen­lan­de­ses vota­ron en refe­rén­dum por una vía polí­ti­ca que abre el camino hacia la inde­pen­den­cia. Des­de enton­ces el gobierno local asu­me el con­trol de las mate­rias pri­mas, algu­nas toda­vía sin explo­tar (oro, dia­man­tes, ura­nio, gas y petróleo).

El hecho de rom­per las ama­rras eco­nó­mi­cas y polí­ti­cas tras 300 años de con­trol danés pue­de per­mi­tir al pue­blo inuit el desa­rro­llo inde­pen­dien­te, y sobre todo dise­ñar la via­bi­li­dad eco­nó­mi­ca y polí­ti­ca de Kalaa­llit Nunaat. Uno de los retos gira en torno a la diver­si­fi­ca­ción de la eco­no­mía (has­ta aho­ra la indus­tria pes­que­ra y las sub­ven­cio­nes dane­sas con­di­cio­nan la mis­ma), y para ello encon­tra­mos un aba­ni­co de posibilidades.

La explo­ta­ción de los recur­sos mine­ra­les (man­te­nien­do el res­pe­to y la con­ser­va­ción del medio ambien­te), el desa­rro­llo de la indus­tria tex­til y pele­te­ra (la impor­tan­cia de la tra­di­ción caza­do­ra), la mejo­ra del sec­tor públi­co, el desa­rro­llo turís­ti­co o la poten­cia­li­dad de la expor­ta­ción y el uso del hie­lo y el agua, son algu­nos de los ejes que ocu­pa­ran la cen­tra­li­dad futu­ra. Pero sin olvi­dar tam­po­co, como seña­la Josef Ther­kild­sen, “la impor­tan­cia que en ese esce­na­rio deben pro­ta­go­ni­zar los y las tra­ba­ja­do­ras”, jun­to al impul­so nece­sa­rio de la “edu­ca­ción y nues­tra lengua”.

De momen­to, Kalaa­llit Nunaat (la tie­rra de los kalaa­llit), cami­na hacia su inde­pen­den­cia, hacia un futu­ro que le per­mi­ta con­ver­tir­se en un nue­vo esta­do sobe­rano en el mundo.

Gabi­ne­te Vas­co de Aná­li­sis Inter­na­cio­nal (GAIN) /​La Haine

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