Como res­ca­tar un Ban­co: la his­to­ria de Lands­ban­ki en Islandia

El 7 de octu­bre del 2008, mien­tras los mer­ca­dos finan­cie­ros glo­ba­les se sumían en el páni­co tras el colap­so de Leh­man Brothers, una peque­ña isla euro­pea cerra­ba un capí­tu­lo de su his­to­ria. En esta fecha, el gobierno de Islan­dia decre­tó la nacio­na­li­za­ción de las prin­ci­pa­les ins­ti­tu­cio­nes finan­cie­ras del país cuyos acti­vos, tras un perio­do de des­re­gu­la­ción y rápi­da expan­sión des­de el comien­zo del nue­vo mile­nio, lle­ga­ron a alcan­zar un tama­ño equi­va­len­te a 10 veces el total de la eco­no­mía nacio­nal. Las medi­das adop­ta­das a par­tir dicho momen­to par­tían del enten­di­mien­to de que, en pala­bras de David Odd­son|1|, el Esta­do de Islan­dia no tenía nin­gu­na inten­ción ni obli­ga­ción de pagar las deu­das de ban­cos que habían sido «un poco des­cui­da­dos»|2|.

Una de las tres enti­da­des afec­ta­das por estas medi­das fue uno de los ban­cos más anti­guos y tra­di­cio­na­les del país: el Lands­ban­ki. La revi­sión de la his­to­ria y even­tos ocu­rri­dos alre­de­dor de este ban­co brin­da la opor­tu­ni­dad de enten­der mejor el alcan­ce y las con­se­cuen­cias prác­ti­cas de las medi­das adop­ta­das por el gobierno de Islan­dia para hacer fren­te a la peor cri­sis finan­cie­ra de su historia.

El Lands­ban­ki, cuyo nom­bre sig­ni­fi­ca ban­co nacio­nal, fue fun­da­do en 1886 y des­de el comien­zo de sus ope­ra­cio­nes se con­vir­tió en una de las bases del desa­rro­llo eco­nó­mi­co del país. Este rol pro­mi­nen­te que­da refle­ja­do en el hecho de que ante la fal­ta de un Ban­co Cen­tral el Lands­ban­ki ejer­ció de fac­to esta fun­ción en Islan­dia entre 1927 y 1961|3|. A lo lar­go de su his­to­ria y has­ta los comien­zos de la déca­da de los noven­tas el ban­co se carac­te­ri­zó por el mane­jo esta­ble y con­ser­va­dor de su hoja de balan­ce. Sin embar­go la trans­for­ma­ción del entorno regu­la­to­rio del sec­tor finan­cie­ro en Islan­dia a par­tir de 1994 cam­bió de mane­ra fun­da­men­tal la estruc­tu­ra y ope­ra­cio­nes del ban­co. El cam­bio más impor­tan­te que tuvo lugar fue la pro­gre­si­va pri­va­ti­za­ción del ban­co que ini­ció en 1998, momen­to en el que este era una enti­dad bajo con­trol del Esta­do de Islan­dia, y que con­clu­yó en el 2003 con la ven­ta de las últi­mas par­ti­ci­pa­cio­nes públi­cas en la enti­dad financiera.

La nece­si­dad de gene­rar ren­di­mien­tos para los nue­vos inver­so­res pri­va­dos lle­vó a un mar­ca­do incre­men­to de la agre­si­vi­dad en las ope­ra­cio­nes del ban­co. Faci­li­ta­do por la des­re­gu­la­ción finan­cie­ra y la eli­mi­na­ción de los con­tro­les de capi­tal, Lands­ban­ki ini­ció la imple­men­ta­ción de una estra­te­gia basa­da en la cap­ta­ción de recur­sos y depó­si­tos en los mer­ca­dos inter­na­cio­na­les de cré­di­to de cor­to pla­zo des­ti­na­dos a finan­ciar la expan­sión de su car­te­ra de cré­di­to en Islan­dia. Tan solo en el perio­do com­pren­di­do entre 2003 y 2005 dicha estra­te­gia le per­mi­tió tri­pli­car el tama­ño de su hoja de balan­ce y alcan­zar una cuo­ta de mer­ca­do del 40% en el sec­tor de cré­di­to cor­po­ra­ti­vo|4|. Sin embar­go dado el rit­mo de cre­ci­mien­to aun más rápi­do de Kaupthing, el otro gigan­te finan­cie­ro de Islan­dia, y la cons­tan­te ame­na­za de una fusión for­za­da impli­ca­ron que Lands­ban­ki debía aumen­tar aun más sus nive­les de apa­lan­ca­mien­to y ries­go para man­te­ner la competencia.

De esta for­ma, a par­tir del 2005 Lands­ban­ki intro­du­jo cré­di­tos hipo­te­ca­rios deno­mi­na­dos en euros con tasas de inte­rés infe­rio­res a las ofre­ci­das por los cré­di­tos públi­cos y con un finan­cia­mien­to de has­ta el 80% del valor del inmue­ble|5|. En 2006, el ban­co comen­zó a uti­li­zar Colla­te­ra­li­zed Debt Obli­ga­tions (CDO), pro­duc­tos finan­cie­ros estruc­tu­ra­dos que le per­mi­tie­ron ven­der paque­tes de cré­di­tos ofre­ci­dos ini­cial­men­te en Islan­dia a inver­so­res inter­na­cio­na­les. En este mis­mo año, esta­ble­ce Ice­sa­ve, una enti­dad des­ti­na­da a cap­tar depó­si­tos de aho­rra­do­res en el Rei­no Uni­do y Holan­da a tra­vés de un esque­ma que com­bi­na­ba ban­ca en inter­net y tasas de inte­rés sen­si­ble­men­te más altas que las pre­sen­tes en los mer­ca­dos loca­les. Toma­das en su con­jun­to estas medi­das per­mi­tie­ron de for­ma simul­tá­nea redu­cir la cali­fi­ca­ción de ries­go del ban­co e incre­men­tar de for­ma expo­nen­cial la capa­ci­dad de cap­tar recur­sos en los mer­ca­dos inter­na­cio­na­les. A fina­les de 2007, el ban­co lle­gó a poseer acti­vos por 30 mil millo­nes de dóla­res, el equi­va­len­te a tres veces el tama­ño de la eco­no­mía de Islandia.

Has­ta ese momen­to, la rápi­da expan­sión del sec­tor finan­cie­ro y la eco­no­mía de Islan­dia fue­ron pre­sen­ta­dos como un éxi­to a nivel inter­na­cio­nal de prác­ti­cas inno­va­do­ras de admi­nis­tra­ción y mane­jo del ries­go finan­cie­ro. Sin embar­go, los des­equi­li­brios macro­eco­nó­mi­cos gene­ra­dos en este perio­do tenían un carác­ter cla­ra­men­te insos­te­ni­ble. Las nece­si­da­des de finan­cia­mien­to anua­les de Islan­dia, en la for­ma del défi­cit de cuen­ta corrien­te, supe­ra­ron el 20% del PIB en el 2007. En ese mis­mo año la deu­da de los hoga­res alcan­zó a repre­sen­tar un 240% de su ingre­so dis­po­ni­ble, mien­tras que la deu­da del sec­tor cor­po­ra­ti­vo supero el 250% del PIB. Gra­cias a la prác­ti­ca del carry tra­de, la Kro­na de Islan­dia (ISK) se con­vir­tió en una de las mone­das con mayor apre­cia­ción a nivel glo­bal. Mien­tras tan­to, la masi­va entra­da de capi­ta­les indu­jo a un incre­men­to sin pre­ce­den­tes de los pre­cios de los acti­vos en la isla. Entre los años 2000 y 2007, el índi­ce bur­sá­til cre­ció un 700%, mien­tras los pre­cios de la vivien­da lo hicie­ron en un 230%|6|.

A medi­da que la ines­ta­bi­li­dad apa­re­ció en los mer­ca­dos inter­na­cio­na­les el 2008, Islan­dia se con­vir­tió en uno de los prin­ci­pa­les focos de ata­ques espe­cu­la­ti­vos. La inten­si­dad de estos, lle­vó efec­ti­va­men­te al cie­rre de las tran­sac­cio­nes finan­cie­ras inter­na­cio­na­les a fina­les de sep­tiem­bre. A su vez, la depen­den­cia de enti­da­des como Lands­ban­ki y Kaupthing al finan­cia­mien­to externo las dejó en una situa­ción extre­ma­da­men­te pre­ca­ria y tan solo una sema­na des­pués lle­vó a su nacionalización.

La toma de deci­sio­nes del gobierno res­pec­to a la mejor for­ma de res­ca­tar al sis­te­ma finan­cie­ro del país tuvo lugar en un entorno suma­men­te com­ple­jo. En el caso de Lands­ban­ki, el gobierno se enfren­tó a tres pro­ble­mas rela­cio­na­dos. En pri­mer lugar, más del 80% de los cré­di­tos al sec­tor pri­va­do y una pro­por­ción simi­lar de su finan­cia­mien­to en las hojas de balan­ce del ban­co esta­ban en mone­das dife­ren­tes al ISK|7|. La fal­ta de acce­so a finan­cia­mien­to externo impli­ca­ba un serio pro­ble­ma de liqui­dez que ponía en entre­di­cho la sol­ven­cia mis­ma de Lands­ban­ki. Peor aun, una depre­cia­ción sig­ni­fi­ca­ti­va del ISK for­za­ría una ban­ca­rro­ta gene­ra­li­za­da del sec­tor cor­po­ra­ti­vo y hoga­res de Islan­dia, toda vez que al estar sus cré­di­tos deno­mi­na­dos en euros o libras ester­li­nas el peso de estas se dis­pa­ra­ría en ISK. De esta for­ma el gobierno debía encon­trar un pun­to medio entre la nece­si­dad de depre­ciar la mone­da, para resol­ver los des­equi­li­brios macro­eco­nó­mi­cos exter­nos, y pro­te­ger a hoga­res y cor­po­ra­cio­nes de una situa­ción de ban­ca­rro­ta masi­va con las con­se­cuen­tes impli­ca­cio­nes en tér­mi­nos del cos­te de un posi­ble res­ca­te financiero.

Un segun­do pro­ble­ma esta­ba rela­cio­na­do con los meca­nis­mos de reso­lu­ción de una enti­dad ban­ca­ria en ban­ca­rro­ta. De acuer­do a la ley inter­na­cio­nal, una vez han sido paga­dos los depó­si­tos con garan­tías, los tene­do­res de bonos y aho­rra­do­res tie­nen la mis­ma prio­ri­dad a la hora de dis­tri­buir los acti­vos rema­nen­tes en la hoja de balan­ce del ban­co. Des­de la pers­pec­ti­va de Islan­dia, el pro­ble­ma radi­ca­ba que dada la alta par­ti­ci­pa­ción de extran­je­ros en la estruc­tu­ra de finan­cia­mien­to de los ban­cos una reso­lu­ción de este tipo trae­ría con­si­go dos con­se­cuen­cias. Pri­me­ro, de for­ma efec­ti­va haría des­apa­re­cer los aho­rros de los ciu­da­da­nos de Islan­dia, ya que estos no esta­rían en capa­ci­dad de com­pe­tir legal­men­te con los gran­des acree­do­res inter­na­cio­na­les. Segun­do, tales acree­do­res toma­rían el con­trol de enti­da­des como Lands­ban­ki, y con ello del país en su con­jun­to. Nin­gu­na de estas era una opción real para el gobierno de Islandia.

El ter­cer ele­men­to a tener en cuen­ta eran los depó­si­tos de Ice­sa­ve en el Rei­no Uni­do y Holan­da. En sep­tiem­bre de 2008, Ice­sa­ve man­te­nía depó­si­tos de cer­ca de 300 mil per­so­nas y cor­po­ra­cio­nes de dichos paí­ses por un valor total de 12 mil millo­nes de dóla­res. Estos fon­dos que­da­ron efec­ti­va­men­te con­ge­la­dos a prin­ci­pios de octu­bre, y el gobierno de Islan­dia debía deci­dir como com­pen­sar a los aho­rra­do­res en caso de una decla­ra­ción de ban­ca­rro­ta. Tal deci­sión debía tener en cuen­ta que al ser una exten­sión de Lands­ban­ki, y no una enti­dad legal sepa­ra­da ope­ran­do en dichos paí­ses, el pago de las garan­tías a los depó­si­tos de Ice­sa­ve era res­pon­sa­bi­li­dad de las auto­ri­da­des de la isla. El pago de una garan­tía de depó­si­tos acor­de a los están­da­res de la Unión Euro­pea por un valor de 20.880 euros por cuen­ta impli­ca­ría una car­ga míni­ma equi­va­len­te al 40 – 60% del PIB del país, depen­dien­do de la evo­lu­ción de la tasa de cam­bio del ISK|8|.

Ante este com­pli­ca­do pano­ra­ma, el gobierno de Islan­dia decla­ró un esta­do de emer­gen­cia y citó un caso de fuer­za mayor para imple­men­tar una legis­la­ción espe­cial que per­mi­tie­ra pro­te­ger los intere­ses nacio­na­les ante los acree­do­res inter­na­cio­na­les. Los prin­ci­pios que guia­ron las medi­das adop­ta­das fue­ron la pro­tec­ción de los aho­rra­do­res por enci­ma de los tene­do­res de bonos, y pro­tec­ción de los resi­den­tes en detri­men­to de los no resi­den­tes. De esta for­ma el gobierno de Islan­dia asu­mió la admi­nis­tra­ción de Lands­ban­ki, divi­dien­do las ope­ra­cio­nes en dos enti­da­des dife­ren­tes. Una nue­va enti­dad legal fue esta­ble­ci­da para admi­nis­trar los depó­si­tos y cré­di­tos den­tro de Islan­dia. Los depó­si­tos de aho­rra­do­res den­tro de Islan­dia reci­bie­ron una pro­tec­ción del 100%, mien­tras que los tene­do­res de bonos se some­tie­ron a un pro­ce­di­mien­to espe­cial. Este con­sis­tía en la valua­ción a tra­vés una audi­to­ria de todos los acti­vos del ban­co y con base a los resul­ta­dos de esta, una emi­sión de nue­vos bonos para com­pen­sar a los anti­guos tene­do­res de títu­los|9|. Tras el pro­ce­so de capi­ta­li­za­ción ini­cia­do por el gobierno de Islan­dia, con el pro­pó­si­to de hacer fren­te a las futu­ras pér­di­das en la car­te­ra de cré­di­to domes­ti­ca, la nue­va ins­ti­tu­ción que­dó con un capi­tal esti­ma­do de 6 mil millo­nes de dóla­res|10|.

Mien­tras tan­to la segun­da enti­dad legal, que­dó a car­go de admi­nis­trar los acti­vos de Lands­ban­ki en el extran­je­ro con el obje­ti­vo de liqui­dar­los pro­gre­si­va­men­te y con los ingre­sos gene­ra­dos de dichas ven­tas com­pen­sar a los tene­do­res inter­na­cio­na­les de bonos. Debi­do a los con­tro­les de capi­tal esta­ble­ci­dos de for­ma para­le­la a la rees­truc­tu­ra­ción ban­ca­ria, y al hecho de que la mayor par­te de los acti­vos se encuen­tran den­tro de Islan­dia, este esque­ma tuvo como impli­ca­ción la impo­si­ción de per­di­das cer­ca­nas al 100% a todos los acree­do­res inter­na­cio­na­les. De tal for­ma esta segun­da enti­dad que­do con pasi­vos por un total supe­rior a los 25 mil millo­nes de dóla­res y un capi­tal nega­ti­vo cer­cano a los 11 mil millo­nes dóla­res|11|.

Toma­das en su con­jun­to, las medi­das adop­ta­das resul­ta­ron en el con­trol de un 95% del sec­tor finan­cie­ro por par­te del Esta­do. En el caso de Lands­ban­ki, el Esta­do asu­mió el 81,33 de las accio­nes de la nue­va enti­dad, dejan­do el res­to en manos de un comi­té de reso­lu­ción. Dicho comi­té tie­ne como pro­pó­si­to la admi­nis­tra­ción del pro­ce­so de reduc­ción de la hoja de balan­ce del ban­co, hacien­do énfa­sis en la nece­si­dad de maxi­mi­zar la recu­pe­ra­ción de efec­ti­vo des­ti­na­do al pago de tene­do­res de bonos. Tal enfo­que fue segui­do en el res­to de las ins­ti­tu­cio­nes inter­ve­ni­das en la isla. Los comi­tés de reso­lu­ción que­da­ron res­pon­sa­bles de deu­das por un valor de 86 mil millo­nes de dóla­res deja­das por el colap­so ban­ca­rio de Islan­dia|12|.

Como era de espe­rar, las medi­das adop­ta­das en Islan­dia cau­sa­ron una fuer­te reac­ción por par­te de los acree­do­res inter­na­cio­na­les, y de mane­ra espe­cí­fi­ca por par­te de los gobier­nos del Rei­no Uni­do y Holan­da. En su afán por con­tro­lar un posi­ble páni­co finan­cie­ro, los gobier­nos de dichos paí­ses se encar­ga­ron de pagar a los aho­rra­do­res con cuen­tas en Ice­sa­ve las garan­tías esta­ble­ci­das en cada país. Par­tien­do del enten­di­mien­to de que las medi­das adop­ta­das para pro­te­ger a los aho­rra­do­res con cuen­tas den­tro del sis­te­ma ban­ca­rio de Islan­dia tam­bién apli­ca­ban a los aho­rra­do­res en el extran­je­ro con cuen­tas en Ice­sa­ve, el Rei­no Uni­do y Holan­da exi­gie­ron a Islan­dia el reem­bol­so de los recur­sos que estos gobier­nos habían paga­do ini­cial­men­te a los aho­rra­do­res afec­ta­dos por el colap­so de Landsbanki.

Así, se deman­do a un país con un PIB de 12 mil millo­nes de dóla­res, el reem­bol­so de 3,85 y 1,9 mil millo­nes de dóla­res por par­te del Rei­no Uni­do y Holan­da res­pec­ti­va­men­te|13|. Es decir que se le pidió a Islan­dia pagar de for­ma públi­ca y colec­ti­va el equi­va­len­te a la mitad de los ingre­sos gene­ra­dos anual­men­te por los 300.000 habi­tan­tes del país por el colap­so de una enti­dad pri­va­da diri­gi­da por un gru­po de tres indi­vi­duos. Vis­to des­de tal pers­pec­ti­va, una exi­gen­cia ile­gí­ti­ma y cla­ra­men­te desmesurada.

Citan­do la inca­pa­ci­dad del país para hacer fren­te a una indem­ni­za­ción tan ele­va­da, en un momen­to ini­cial el gobierno de Islan­dia se negó tajan­te­men­te a acep­tar cual­quier tipo de res­pon­sa­bi­li­dad finan­cie­ra en el caso de Ice­sa­ve. La pri­me­ra medi­da de pre­sión para for­zar un cam­bio de posi­ción por par­te de Islan­dia, fue imple­men­ta­da por el Rei­no Uni­do el 8 de octu­bre del 2008. En esta fecho se inclu­yo a Lands­ban­ki y al gobierno de Islan­dia en una selec­ta lis­ta de orga­ni­za­cio­nes terro­ris­tas, en com­pa­ñía de Al Qae­da y Corea del Nor­te entre otros. La uti­li­za­ción de la legis­la­ción anti­te­rro­ris­ta en con­tra de Islan­dia tenia como pro­pó­si­to la imple­men­ta­ción de un rígi­do blo­queo finan­cie­ro y el con­ge­la­mien­to de todos los recur­sos finan­cie­ros de la isla ubi­ca­dos en el exte­rior. Sin embar­go la isla no cedió. Tomó la pre­sión con­jun­ta por par­te del FMI, el Rei­no Uni­do y Holan­da, así como la ame­na­za de reten­ción de una línea de cré­di­to de emer­gen­cia, para que final­men­te a fina­les de octu­bre del 2008 Islan­dia acep­ta­ra a asu­mir el pago de un míni­mo esta­ble­ci­do como garan­tías a los depó­si­tos fija­das por la Comu­ni­dad Europea.

A pesar de este acuer­do ini­cial, el Rei­no Uni­do y Holan­da siguie­ron pre­sio­nan­do a Islan­dia a incre­men­tar los mon­tos de la indem­ni­za­ción. Des­de el pun­to de vis­ta legal su argu­men­to se cen­tra­ba en el hecho que el res­ca­te de los aho­rra­do­res en Islan­dia vio­la­ba las leyes de no dis­cri­mi­na­ción basa­das en la nacio­na­li­dad esta­ble­ci­das por la Comu­ni­dad Euro­pea. Para evi­tar dicha vio­la­ción, Islan­dia esta­ba en la obli­ga­ción de ofre­cer el mis­mo tra­to a todos los aho­rra­do­res con depó­si­tos en ins­ti­tu­cio­nes ban­ca­rias del país inde­pen­dien­te­men­te de su nacio­na­li­dad. En su defen­sa, Islan­dia argu­men­tó que de acuer­do a la legis­la­ción que rige la inte­gra­ción finan­cie­ra en el con­ti­nen­te, el país no tenía la obli­ga­ción de cum­plir con las garan­tías míni­mas esta­ble­ci­das en el Rei­no Uni­do y Holan­da, de 60.000 y 100.000 euros por depo­si­to res­pec­ti­va­men­te. En el mejor de los casos el país solo debía cum­plir con las garan­tías míni­mas por depó­si­to del sis­te­ma ban­ca­rio euro­peo por un valor de 20.880 euros.

Las nego­cia­cio­nes entre los tres paí­ses para lle­gar a un acuer­do sobre los mon­tos a ser reem­bol­sa­dos por Islan­dia se exten­die­ron a lo lar­go de 2009. A fina­les de este año se acor­dó el pago de 3,8 mil millo­nes de euros por par­te de Islan­dia en un perio­do de 14 años|14|. Ante la pre­sión públi­ca el Pre­si­den­te de Islan­dia, Ola­fur Grims­son, deci­dió some­ter el resul­ta­do de las nego­cia­cio­nes a un refe­ren­do públi­co. El acuer­do alcan­za­do fue recha­za­do de for­ma rotun­da por el pue­blo de Islan­dia, con un voto de 93% en con­tra del pago al Rei­no Uni­do y Holan­da|15|. Tras el recha­zo ini­cial, nue­vas nego­cia­cio­nes tuvie­ron lugar y con­clu­ye­ron en febre­ro del 2011, con un acuer­do en el cual Islan­dia se com­pro­me­te al pago en un perio­do de 30 años. Como en el pri­mer caso, el Pre­si­den­te Grims­son con­vo­có un refe­rén­dum para abril en el cual la pobla­ción vol­vió a recha­zar el pago, con un voto de 59% en con­tra de este|16|. El ago­ta­mien­to de otros medios dis­po­ni­bles para for­zar a Islan­dia a pagar en con­tra de la volun­tad del pue­blo de este país, lle­vó a una deman­da ante la Euro­pean Free Tra­de Asso­cia­tion por par­te del Rei­no Uni­do y Holan­da. Dicho tri­bu­nal está a car­go de diri­mir si exis­te la obli­ga­ción por par­te de Islan­dia, y en caso de exis­tir los mon­tos invo­lu­cra­dos, a com­pen­sar a los aho­rra­do­res afec­ta­dos por el colap­so de Lands­ban­ki y Ice­sa­ve. Se espe­ra un dic­ta­men del tri­bu­nal para abril del 2012|17|.

Si bien las dis­cu­sio­nes sobre Ice­sa­ve fue­ron un ele­men­to recu­rren­te en el ciclo de noti­cias a nivel inter­na­cio­nal, duran­te este perio­do Lands­ban­ki debió hacer fren­te a serios pro­ble­mas deri­va­dos del pro­ce­so de rees­truc­tu­ra­ción. La fuer­te caí­da de la acti­vi­dad eco­nó­mi­ca, auna­da al colap­so del valor del ISK fren­te euro y otras mone­das, impli­có que más del 60% de los cré­di­tos otor­ga­dos se encon­tra­ra en situa­ción de mora. Entre 2009 y 2010, los ban­cos en Islan­dia se vie­ron obli­ga­dos a can­ce­lar deu­das de hoga­res y cor­po­ra­cio­nes insol­ven­tes por un valor de 4,2 mil millo­nes de dóla­res|18|. Dicha cifra se incre­men­tó tras un fallo de la Cor­te Supre­ma de Islan­dia en junio del 2010 en el cual se decla­ra que los prés­ta­mos rea­li­za­dos en ISK, pero inde­xa­dos a otras mone­das como el euro y el yen, eran ile­ga­les y por ende los deu­do­res no tenían la obli­ga­ción de pagar cré­di­tos reci­bi­dos bajo este tipo de con­di­cio­nes. Los cré­di­tos afec­ta­dos por esta medi­da alcan­zan la cifra de 27 mil millo­nes de dóla­res. En su con­di­ción de garan­te de las ins­ti­tu­cio­nes finan­cie­ras, el gobierno de Islan­dia pue­de lle­gar a per­der has­ta 781 millo­nes de dóla­res en cos­tos de reca­pi­ta­li­za­ción de los ban­cos afec­ta­dos por los cré­di­tos a ser can­ce­la­dos por el fallo judi­cial|19|.

La pers­pec­ti­va de mayo­res pér­di­das al gobierno a tra­vés de esta vía que­dó abier­ta, tras el anun­cio de la Pri­me­ra Minis­tra Johan­na Sigur­dar­dot­tir, en octu­bre de 2010, de pasar una ley para per­mi­tir a los deu­do­res anu­lar sus deu­das y eli­mi­nar las ban­ca­rro­tas per­so­na­les tras cua­tro años. La pro­pues­ta, rea­li­za­da ini­cial­men­te por el Inter­est Group of the Homes, bus­ca impe­dir que las fami­lias pier­dan sus hoga­res a con­se­cuen­cias de deu­das y espe­ra­ba lograr reduc­cio­nes en las hipo­te­cas del 39% de las fami­lias del país por un valor 1,8 mil millo­nes de dóla­res|20|. Sin embar­go la pro­pues­ta que­dó blo­quea­da por la opo­si­ción del FMI y los Fon­dos de Pen­sio­nes de Islan­dia. En el caso del FMI, la opo­si­ción par­te del impac­to nega­ti­vo que ten­dría en las finan­zas públi­cas la reca­pi­ta­li­za­ción reque­ri­da por los ban­cos tras asu­mir las pér­di­das deri­va­das de la reduc­ción de las deu­das. Por su par­te los Fon­dos de Pen­sio­nes, en su cali­dad de tene­do­res de bonos de los ban­cos insol­ven­tes, seña­la­ron que las nue­vas con­do­na­cio­nes iban a afec­tar exce­si­va­men­te la capa­ci­dad de los comi­tés de reso­lu­ción de recu­pe­rar las acreen­cias en manos de los Fondos.

Pasa­dos tres años del colap­so finan­cie­ro del país, Islan­dia avan­za len­ta­men­te hacia su recu­pe­ra­ción. La deva­lua­ción del ISK, a pesar de su efec­to devas­ta­dor sobre las hojas de balan­ce de los ban­cos, ha faci­li­ta­do la rápi­da recu­pe­ra­ción de las expor­ta­cio­nes del país y la gene­ra­ción de un exce­den­te externo. Mien­tras los paí­ses de la zona euro per­ma­ne­cen sumi­dos en pla­nes de aus­te­ri­dad inca­pa­ces de redu­cir los défi­cit públi­cos, des­de 2012 Islan­dia regis­tra un supe­rá­vit fis­cal. En tér­mi­nos de des­em­pleo, la isla pre­sen­ta una tasa del 8,1%, muy por deba­jo del pro­me­dio de los paí­ses de la OECD del 13,1%|21|. Final­men­te, y de for­ma apa­ren­te­men­te para­dó­ji­ca para un país que deci­dió enfren­tar­se a los mer­ca­dos finan­cie­ros inter­na­cio­na­les para pro­te­ger a sus ciu­da­da­nos, la coti­za­ción de los CDS sobre la deu­da de Islan­dia se encuen­tran por deba­jo de paí­ses como Gre­cia, Irlan­da y Por­tu­gal que por el con­tra­rio si han segui­do al pie de la letra los dic­tá­me­nes de la Comi­sión Euro­pea y el FMI.

Aun­que des­de una pers­pec­ti­va his­tó­ri­ca y legal, los even­tos en Islan­dia y Lands­ban­ki tie­nen un carác­ter extre­ma­da­men­te recien­te es posi­ble aven­tu­rar­se a obte­ner algu­nas lec­cio­nes bási­cas sobre res­ca­tes bancarios:

  • En pri­mer lugar, aun para una peque­ña isla en el Atlán­ti­co Nor­te es posi­ble adop­tar medi­das de carác­ter sobe­rano, en tér­mi­nos de anu­la­ción de deu­das y rees­truc­tu­ra­ción del sis­te­ma finan­cie­ro, que pro­te­gen a la pobla­ción local en detri­men­to de los intere­ses de los mer­ca­dos finan­cie­ros. No sola­men­te es posi­ble adop­tar estas medi­das, sino que tam­bién se pue­de resis­tir a la pre­sión y al enfren­ta­mien­to con enti­da­des mul­ti­la­te­ra­les inter­na­cio­na­les que de dicha adop­ción de derivan.
  • En segun­do lugar, sí es via­ble recha­zar el prin­ci­pio esta­ble­ci­do a nivel inter­na­cio­nal en la recien­te cri­sis que seña­la que el camino hacia la recu­pe­ra­ción pasa por la socia­li­za­ción de las pér­di­das gene­ra­das por el sec­tor finan­cie­ro sin cam­bios en la ges­tión y estruc­tu­ra del sis­te­ma. De hecho tenien­do en cuen­ta los resul­ta­dos obte­ni­dos por Islan­dia recien­te­men­te com­pa­ra­dos con otros paí­ses de la zona euro, tal recha­zo es deseable.
  • Ter­ce­ro, es cla­ve con­tar con un gran con­sen­so nacio­nal que per­mi­ta hacer fren­te tan­to a las pre­sio­nes inter­na­cio­na­les como a los cos­tos reales deri­va­dos de un pro­ce­so de reor­ga­ni­za­ción finan­cie­ra. La acti­va par­ti­ci­pa­ción del pue­blo de Islan­dia a tra­vés de refe­ren­dos y cons­tan­tes mani­fes­ta­cio­nes creó el espa­cio para el recha­zo de las cuen­tas de Ice­sa­ve y para man­te­ner fuer­tes con­tro­les de capi­ta­les a pesar de las obje­cio­nes del FMI.
  • Final­men­te, dados los altos cos­tos deri­va­dos del colap­so de un sis­te­ma finan­cie­ro que ha cre­ci­do sin con­trol, es pre­fe­ri­ble imple­men­tar fuer­tes regu­la­cio­nes que limi­ten el cre­ci­mien­to de este, a espe­rar su implo­sión e inten­tar res­ca­tar­lo. Esto es espe­cial­men­te cier­to cuan­do el sec­tor se con­vier­te en un múl­ti­plo del tama­ño de la eco­no­mía. Los cos­tos pue­den lle­gar a ser prohi­bi­ti­va­men­te altos para la eco­no­mía en su conjunto.

Daniel Mune­va

11 de mar­zo de 2012

http://​www​.cadtm​.org/

Notas

|1| Pri­mer Minis­tro de Islan­dia entre 1991 y 2004. Direc­tor de la Jun­ta de Gober­na­do­res del Ban­co Cen­tral de Islan­dia entre 2005 y 2009.

|2| WSJ, ¨Excer­pts: Iceland’s Odds­son¨, Octu­bre 17 del 2008, dis­po­ni­ble en: http://​onli​ne​.wsj​.com/​a​r​t​i​c​l​e​/​S​B​122…

|3| Jons­son A. (2009), ¨Why Ice­land? How one of the world´s sma­ller coun­tries beca­me the meltdown´s big­gest casualty¨, McGraw Hill – New York, Chap­ter 1.

|4| Op. cit. 3. Pg 65 – 66.

|5| Op. cit. 3. Pg 66 – 69.

|6| Ali­ber, R. (2011), ¨Mone­tary Tur­bu­len­ce and the Ice­lan­dic Eco­nomy¨, en Pre­lu­des to the Ice­lan­dic Finan­cial Cri­sis, Pal­gra­ve Mac­mi­llan – New York.

|7| Bui­ter, W. y Sibert, A. (2011), ¨The Ice­lan­dic Ban­king Cri­sis and What to Do about it: the Len­der of Last Resort Theory of Opti­mal Currency Areas¨, en Pre­lu­des to the Ice­lan­dic Finan­cial Cri­sis, Pal­gra­ve Mac­mi­llan – New York.

|8| Op. Cit. 3. Pg 176.

|9| A con­se­cuen­cia que dicho pro­ce­so se ha dado en un con­tex­to carac­te­ri­za­do por la pro­tec­ción a los depó­si­tos, una masi­va depre­cia­ción de la mone­da, colap­so de los pre­cios de pro­pie­da­des y bol­sa de valo­res, los tene­do­res de bonos espe­ran recu­pe­rar menos del 5% de su valor nomi­nal. Ver, Bloom­berg, Diciem­bre 7 del 2011, ¨Lands­ban­ki Islands Makes $3.6 Billion Pay­ment on Ice­sa­ve Claims¨, dis­po­ni­ble en: http://​www​.bloom​berg​.com/​n​e​w​s​/​2​0​11-…

|10| IMF (2008), “Ice­land: Request for Stand-By Arran­ge­ment — Staff Report; Staff Sup­ple­ment; Press Relea­se on the Execu­ti­ve Board Dis­cus­sion; and Sta­te­ment by the Execu­ti­ve Direc­tor for Ice­land”, IMF Country Report No. 08362, Novem­ber 2008

|11| Op. Cit. 10.

|12| Bloom­berg, Noviem­bre 15 del 2010, ¨IMF Says More Time Is Nee­ded to Gau­ge Ice­land Debt-Relief Impact¨, dis­po­ni­ble en: http://​www​.bloom​berg​.com/​n​e​w​s​/​2​0​10-…

|13| Bloom­berg, Abril 11 del 2011, ¨Ice­lan­ders Reject Foreign Depo­si­tor Claims, For­cing Year-Long Court Battle¨, dis­po­ni­ble en: http://​www​.bloom​berg​.com/​n​e​w​s​/​2​0​11-…

|14| BBC, 31 de Diciem­bre del 2009, ¨Ice­land appro­ves new Ice­sa­ve deal¨ dis­po­ni­ble en: http://​news​.bbc​.co​.uk/​2​/​h​i​/​b​u​s​i​n​ess…

|15| Ice­news, 7 de Mar­zo 2010, ¨Offi­cial con­fir­ma­tion of huge Ice­land NO vote on ice­sa­ve refe­ren­dum¨, dis­po­ni­ble en: http://​www​.ice​news​.is/​i​n​d​e​x​.​p​h​p​/​201…

|16| Op. Cit. 13.

|17| En Octu­bre de 2011 fue anun­cia­do por el comi­té de reso­lu­ción de Lands­ban­ki que tras una revi­sión exhaus­ti­va de la hoja de balan­ce del ban­co espe­ra­ban recu­pe­rar al menos 11 millar­dos de dóla­res. A pesar del com­pro­mi­so publi­co del gobierno de Islan­dia de des­ti­nar dichos recur­sos para la com­pen­sa­ción de los aho­rra­do­res de Ice­sa­ve, el liti­gio en la EFTA con­ti­nua. Bloom­berg, Abril 14 del 2011, ¨Ice­land Pre­si­dent Defends Pre-Cri­sis Tours Pro­mo­ting Bank Model¨, dis­po­ni­ble en: http://​www​.bloom​berg​.com/​n​e​w​s​/​2​0​11-…

|18| Bloom­berg, Mayo 27 del 2011, ¨Ice­lan­dic Banks Wro­te Off $4.2 Billion in Debt in 2009, 2010¨, dis­po­ni­ble en: http://​www​.bloom​berg​.com/​n​e​w​s​/​2​0​11-…

|19| Bloom­berg, Junio 24 de 2010, ¨Ice­land Cre­di­tor Risk Grows as Banks Face Los­ses on $28 Billion in Loans¨, dis­po­ni­ble en: http://​www​.bloom​berg​.com/​n​e​w​s​/​2​0​10-…

|20| Op. Cit. 12.

|21| Bloom­berg, Diciem­bre 2 de 2010, ¨Ice­land Ban­kruptcy-to-Rebound Reveals Models Ire­land Won’t Take¨, dis­po­ni­ble en: http://​www​.bloom​berg

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