Un esce­na­rio trian­gu­lar que cobra impor­tan­cia estos días – Txen­te Rekondo

Los recien­tes acon­te­ci­mien­tos en la región han otor­ga­do un ele­va­do pro­ta­go­nis­mo a Egip­to, Israel y Pales­ti­na, entre­la­zan­do nue­va­men­te esas reali­da­des en un com­ple­jo esce­na­rio trian­gu­lar. Tras los ata­ques coor­di­na­dos en la fron­te­ra entre Egip­to e Israel, y la pos­te­rior ven­gan­za de Tel Aviv, así como los movi­mien­tos pro­ta­go­ni­za­dos por Hamas (rup­tu­ra del alto el fue­go), muchas voces han aler­ta­do de la peli­gro­si­dad de una nue­va esca­la­da de la ten­sión en esa zona.

No obs­tan­te, las con­de­nas del gobierno sio­nis­tas, las pos­te­rio­res nego­cia­cio­nes a varias ban­das entre repre­sen­tan­tes pales­ti­nos e israe­líes, con Egip­to como media­dor, pare­cen haber cal­ma­do en cier­ta medi­da las revuel­tas aguas. Sin embar­go, sobre el ambien­te pla­nean toda­vía com­ple­jos inte­rro­gan­tes que pue­den tras­to­car los pla­nes de unos y otros.

La auto­ría de los ata­ques, toda­vía sin dilu­ci­dar, con­tri­bu­ye a abrir la caja de las espe­cu­la­cio­nes, y todo pare­ce indi­car que en la mis­ma se podría encon­tra­ra algu­nos tra­zos que apun­tan a la posi­ble exis­ten­cia de algu­nos gru­pos sala­fis­tas, dis­pues­tos a cobra­ra un mayor pro­ta­go­nis­mo en la zona.

Egip­to, tras las revuel­tas de los pri­me­ros meses de este año, pare­ce inmer­so en un esce­na­rio don­de dife­ren­tes acto­res pug­nan por colo­car­se en pri­me­ra línea. La difí­cil situa­ción que here­da la socie­dad egip­cia tras la caí­da de Muba­rak ha deja­do paso a un mar de inter­pre­ta­cio­nes que sitúan la futu­ra esta­bi­li­dad de ese esta­do en una difí­cil tesi­tu­ra. Las pre­sio­nes domés­ti­cas, jun­to a las que reci­be des­de el exte­rior pue­de con­ver­tir el pro­ta­go­nis­mo egip­cio en los pró­xi­mos meses en uno de los indi­ca­do­res del rum­bo que adop­te la región.

La socie­dad egip­cia no acep­ta ya más las rece­tas del pasa­do (repre­sión y auto­cra­cia fami­liar), de ahí que todos bus­quen redi­tuar­se. En mayo tuvo lugar una “curio­sa coin­ci­den­cia” en torno a cua­tro movi­li­za­cio­nes casi simul­tá­neas, que refle­jan en cier­to sen­ti­do la com­ple­ji­dad y difi­cul­ta­des que se ave­ci­nan. El 5 y 6 de mayo coin­ci­die­ron en el Cai­ro mani­fes­ta­cio­nes de sala­fis­tas (pro­tes­tan­do por la muer­te de Bin Laden), sim­pa­ti­zan­tes de la cau­sa pales­ti­na (fren­te a la emba­ja­da sio­nis­ta), egip­cios soli­da­rios con otras revo­lu­cio­nes ára­bes, y cop­tos (pro­te­gien­do la cate­dral en Abba­si­ya de posi­bles ata­ques salafistas).

Jun­to a ello, los prin­ci­pa­les acto­res isla­mis­tas (Her­ma­nos Musul­ma­nes, sala­fis­tas y sufis­tas, entre otros) se pre­pa­ran para alcan­zar pro­ta­go­nis­mo en el esce­na­rio polí­ti­co que se ave­ci­na, con la mira­da pues­ta en la par­ti­ci­pa­ción polí­ti­ca e ins­ti­tu­cio­nal. En esa línea se sitúan tam­bién otros gru­pos y per­so­na­jes polí­ti­cos, en bus­ca de “su momen­to”. Sin olvi­dar tam­po­co los recien­tes comu­ni­ca­dos de al Qae­da (siem­pre bus­can­do apro­ve­char o for­zar coyun­tu­ras a favor de su pro­pia agen­da), e inclu­so la acti­tud que pue­dan man­te­ner en los pró­xi­mos meses los todo­po­de­ro­sos mili­ta­res egipcios.

Fru­to de esta situa­ción, en las últi­mas sema­nas se han suce­di­do tam­bién dife­ren­tes ata­ques arma­dos con­tra los oleo­duc­tos que abas­te­cen Israel, Siria o Jor­da­nia des­de la penín­su­la del Sinaí, así como asal­tos de comi­sa­rías en la zona. Las ten­sio­nes con las tri­bus bedui­nas en le pasa­do, o la pre­sen­cia, sin con­fir­mar ofi­cial­men­te, de algu­nos gru­pos que ope­ran al aca­pa­ro ideo­ló­gi­co de al Qae­da han dis­pa­ra algu­nas alar­mas en los gobier­nos egip­cio o israelí.

Israel se mues­tra ner­vio­so y preo­cu­pa­do ante el cariz que pue­dan tomar los acon­te­ci­mien­tos. No obs­tan­te no son pocos los que siguen man­te­nien­do las pos­tu­ras del pasa­do, don­de la “cul­pa” siem­pre es de los otros. La muer­te de sol­da­dos egip­cios a manos de los mili­ta­res sio­nis­tas ha com­pli­ca­do aún más la situa­ción. Si la pobla­ción egip­cia lle­va tiem­po deman­dan­do un nue­vo rum­bo en las rela­cio­nes con Israel, los estra­te­gas sio­nis­tas ven con pavor un auge de los ata­ques en el Sinaí y dudan que los mili­ta­res egip­cios pue­dan con­tro­lar la situa­ción (de ahí su pro­pues­ta de coor­di­nar ambas fuer­zas militares).

Por otro lado, los diri­gen­tes sio­nis­tas han relan­za­do su cam­pa­ña inter­na­cio­nal para fre­nar las inten­cio­nes pales­ti­nas de ser reco­no­ci­dos como esta­do en la pró­xi­ma sesión de Nacio­nes Uni­das en sep­tiem­bre, mien­tras se opo­nen tajan­te­men­te al regre­so de los refu­gia­dos pales­ti­nos y siguen rién­do­se de la comu­ni­dad inter­na­cio­nal con la cons­truc­ción de nue­vas colo­nias ilegales.

Un repu­tado ana­lis­ta seña­la­ba recien­te­men­te algu­nas de las con­se­cuen­cias de la ten­sión de estos días. Por un lado resal­ta­ba la sen­sa­ción de inse­gu­ri­dad que se per­ci­be en Isra­le ante la nue­va situa­ción egip­cia y el rum­bo de los acon­te­ci­mien­tos en ese país; por otro lado remar­ca­ba que el con­flic­to pales­tino-israe­lí no tie­ne posi­bi­li­dad de vic­to­ria mili­tar, ya que como publi­ca­ba un perió­di­co israe­li­ta “en el pasa­do se com­ba­tió a la OLP y otras orga­ni­za­cio­nes pro­gre­sis­tas y el resul­ta­do fue la irrup­ción de Hamas”, si aho­ra se repi­te la ope­ra­ción con­tra éstos, pro­ba­ble­men­te el mayor bene­fi­cia­rio sea cual­quier gru­po que arti­cu­le un dis­cur­so sala­fis­ta; y final­men­te, que­da el dile­ma que tie­ne Tel Aviv, que por un lado teme el dete­rio­ro en el Sinaí, para lo cual tal vez vea como mal menor un aumen­to de la pre­sen­cia mili­tar egip­cia en la zona, pero que tam­bién reabre vie­jos temo­res en esa ubi­ca­ción estratégica.

Los lla­ma­dos gru­pos sala­fis­tas tam­bién lle­van algún tiem­po inten­tan­do adqui­rir mayor pro­ta­go­nis­mo en la región, y más con­cre­ta­men­te en Pales­ti­na. Los enfren­ta­mien­tos entre Hamas y al Fatah, jun­to a la sali­da de Israel de Gaza en 2005 – 2006, fue­ron apro­ve­cha­dos por dife­ren­tes gru­pos sala­fis­tas para ganar noto­rie­dad y pro­ta­go­nis­mo en Gaza. Tras la toma del poder por par­te de Hamas, y los pos­te­rio­res enfren­ta­mien­tos de éste Copn dife­ren­tes gru­pos jiha­dis­tas-sala­fias­tas ha redu­ci­do el peso de los mismos.

En los últi­mos años varios acon­te­ci­mien­tos han vuel­to a dar cen­tra­li­dad mediá­ti­ca a alguno de esos gru­pos. En agos­to de 2009 “Jund Ansar Allah” (el Ejér­ci­to de los segui­do­res de Allah) decla­ra­ron el emi­ra­to islá­mi­co en Rafah, lo que siguió de impor­tan­tes enfren­ta­mien­to con Hamas que en vein­ti­cua­tro horas aca­bó con el gru­po. Pos­te­rior­men­te el secues­tro y muer­te del volun­ta­rio ita­liano Vit­to­rio Arri­go­ni el pasa­do mes de abril por par­te del gru­po Tawhid wa al-Jihad (Mono­teís­mo y Jihad) o las pro­tes­tas tras la muer­te de Osa­ma Bin Laden en algu­nas calles de Gaza han mos­tra­do la pre­sen­cia acti­va de esos grupos.

Los dos gru­pos que mayor tiem­po lle­van ope­ran­do son Jaysh al-Umma (Ejér­ci­to de la Nación) y Jaysh al-Islam (Ejér­ci­to del Islam). El pri­me­ro de ellos se ha res­pon­sa­bi­li­za­do de varios ata­ques con cohe­tes con­tra Israel, mien­tras que el segun­do cola­bo­ró con otras orga­ni­za­cio­nes en el secues­tro del sol­da­do sio­nis­ta Gilad Sha­lit en junio de 2006. Crea­do por un anti­guo miem­bro de los Comi­tés de Resis­ten­cia Popu­lar y liga­do al pode­ro­so clan de los Dugh­mush ha ido incre­men­tan­do su opo­si­ción a la polí­ti­ca de Hamas.

A ese esce­na­rio habría que aña­dir la exis­ten­cia de algu­nas célu­las meno­res de algu­nos gru­pos mino­ri­ta­rios, e inclu­so algu­nas fuen­tes afir­man que se ha detec­ta­do la pre­sen­cia de miem­bros de Fatah al-Islam, una orga­ni­za­ción pre­sen­te en los cam­pa­men­tos de refu­gia­dos pales­ti­nos en Líbano.

A pesar de las dife­ren­cias entre estos gru­pos, la mayo­ría com­par­ten una mis­ma ten­den­cia ideo­ló­gi­ca, liga­da al sala­fis­mo. Así, recha­zan la resis­ten­cia y la lucha con­tra Israel en cla­ve pales­ti­na, apos­tan­do por una lucha jiha­dis­ta trans­na­cio­nal; quie­ren isla­mi­zar la socie­dad pales­ti­na, por la fuer­za si fue­re nece­sa­rio; y se opo­nen a la par­ti­ci­pa­ción polí­ti­ca, defen­dien­do un sis­te­ma polí­ti­co basa­do úni­ca­men­te en la sha­ria. Esta agen­da les lle­va a opo­ner­se cada vez con más fir­me­za a Hamas, al tiem­po que bus­can cual­quier opor­tu­ni­dad para que el ten­sio­na­mien­to de la situa­ción les de una ven­ta­ja en la zona.

De momen­to no son impor­tan­tes cuan­ti­ta­ti­va­men­te, pero fac­to­res inter­nos o exter­nos pue­den des­equi­li­brar la balan­za en su favor y mos­trar un nue­vo esce­na­rio regio­nal. La bús­que­da de con­tra­dic­cio­nes con Hamas, bien con ata­ques direc­tos o bus­can­do pro­vo­car a Israel, lo que ten­sa­ría la situa­ción la tiem­po que impe­di­ría que Hamas gober­na­se, son fac­to­res a tener en cuenta.

Final­men­te, des­de EEUU la pos­tu­ra de Oba­ma no difie­re mucho de la que han veni­do apli­can­do sus pre­de­ce­so­res, a pesar de los can­tos de sire­na sobre una nue­va agen­da para Orien­te Medio que for­mu­ló en su día, y el esta­do sio­nis­ta sabe que sigue con­tan­do con el apo­yo incon­di­cio­nal de Washing­ton y sus alia­dos occi­den­ta­les, lo que refuer­za aún más las pos­tu­ras de los hal­co­nes sionistas.

TXENTE REKONDO.- Gabi­ne­te Vas­co de Aná­li­sis Inter­na­cio­nal (GAIN)

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