Los mili­ta­res argen­ti­nos roba­ban a los bebés por el color de piel o de ojos de sus madres

31 de mayo 2011.-La vice­pre­si­den­ta de las Abue­las de Pla­za de Mayo, Rosa Roi­sin­blit, reve­ló en Argen­ti­na que las emba­ra­za­das secues­tra­das en la ESMA eran obli­ga­das a for­mar en fila para que las futu­ras apro­pia­do­ras de sus bebés pudie­ran “ele­gir el tipo de cria­tu­ra” que iban a adop­tar de mane­ra ile­gal una vez que nacieran.

“Las espo­sas de los mili­cos iban a ver esas for­ma­cio­nes para ver a las madres y poder ele­gir el tipo de cria­tu­ra que se iban a lle­var, según el color de los ojos o de la piel de las madres”, con­tó Roi­sin­blit al decla­rar en una nue­va audien­cia del jui­cio oral y públi­co por el Plan Sis­te­má­ti­co de Robo de Bebés duran­te la últi­ma dictadura.

A los 90 años, con un rela­to orde­na­do y vivaz, la vice­pre­si­den­ta de Abue­las acu­só al médi­co Jor­ge Luis Mag­nac­co, por haber asis­ti­do al par­to de su hija dete­ni­da-des­apa­re­ci­da Patri­cia, en noviem­bre del ‘78, cuan­do nació su nie­to Gui­ller­mo, a quien pudo recu­pe­rar recién en el año 2000. “Todo lo que cuen­to acá lo sé por­que hay sobre­vi­vien­tes que lo vie­ron, como Sara Osa­tinsky, que esta­ba en la cabe­ce­ra del par­to, y Ana María Larral­de, que le apli­có el goteo para ace­le­rar el tra­ba­jo pre­vio”, abun­dó Roi­sin­blit, quien dijo el sótano de la ESMA era cono­ci­da como “la peque­ña Sardá”.

Patri­cia Roi­sin­blit y su mari­do Rodol­fo Pérez Rojo fue­ron secues­tra­dos el 6 de octu­bre de 1978 y lle­va­dos pre­sun­ta­men­te a la Man­sión Seré, el cen­tro de deten­ción ile­gal que mane­ja­ba la Fuer­za Aérea en Cas­te­lar, pero la mujer fue tras­la­da­da a la ESMA pocos días antes del par­to, con­tó su madre ante el Tri­bu­nal Oral Fede­ral 6, que pre­si­de María del Car­men Roque­ta, y que juz­ga, entre otros, a los dic­ta­do­res Jor­ge Rafael Vide­la y Rey­nal­do Big­no­ne; al jefe ope­ra­ti­vo de la ESMA, Jor­ge “el Tigreö Acos­ta, y al men­cio­na­do Mag­nac­co, quien asis­tió los par­tos y fir­mó los cer­ti­fi­ca­dos de naci­mien­to fal­sos. Tras el par­to de Patri­cia, el peque­ño fue entre­ga­do al matri­mo­nio inte­gra­do por Fran­cis­co Gómez, per­so­nal civil de la Fuer­za Aérea, y su mujer, Teo­do­ra Yofre, enton­ces emplea­da domés­ti­ca de un alto ofi­cial de esa fuer­za, hecho por el que fue­ron juz­ga­dos y sentenciados.

En casi dos horas de expo­si­ción, la vice­pre­si­den­te las Abue­las con­tó los orí­ge­nes de la que­re­lla por la apro­pia­ción sis­te­má­ti­ca de hijos de des­apa­re­ci­dos, los res­pal­dos que reci­bió la orga­ni­za­ción de dife­ren­tes paí­ses, en espe­cial de Cana­dá y Ale­ma­nia, y los via­jes que reali­zó denun­cian­do lo ocu­rri­do en la ESMA. “Al Papa Juan Pablo II noso­tras le entre­ga­mos en mano la ter­ce­ra car­pe­ta acer­ca de nues­tras denun­cias. La pri­me­ra se la habia entre­ga­do el Pre­mio Nobel, Adol­fo Pérez Esqui­vel, y él sabía de qué se tra­ta­ba por­que nos dijo ‘ora­mos por ell

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