Finalmente el gobierno del Psoe, ha conseguido cerrar un pésimo año en lo social, en lo laboral y en lo económico para los trabajadorxs, con un nuevo revés a nuestros intereses, y un nuevo guiño hacia la Banca y el capital. Ha alcanzado un acuerdo en la Comisión del Pacto de Toledo en cuanto a las recomendaciones para llevar a cabo la reforma de las pensiones salvo con las organizaciones de izquierdas IU-ICV-ERC- BNG.
Esta Comisión parlamentaria propone, entre otras, ampliar el cómputo de años para calcular la cuantía de la pensión, aumentar el número de años para alcanzar la pensión completa, elevar el mínimo de años para alcanzar una pensión contributiva o impulsar los sistemas complementarios de pensiones, a la vez que deja abierta la puerta al gobierno para regular otras cuestiones como la edad de jubilación.
Se trata de medidas todas ellas durísimas que tendrán nefastas consecuencias para la mayoría de la población. Con la aprobación de estas medidas se están dejando a miles de personas, sobre todo mujeres y jóvenes, sin derecho a una pensión. Además la cuantía de las pensiones se verá reducida.
Estas medidas provocarán diferencias entre los pensionistas, pues las y los trabajadores/as más precarios no podrán ir a un sistema complementario, privado, de pensiones. Habrá unos privilegiados que tendrán capacidad de ahorro y tendrán sistemas privados y un sector muy amplio de la población que se quedará con las pensiones mínimas.
El gobierno de Zapatero sigue mirando en una única dirección, olvidándose de las y los trabajadores, en su afán de complacer los intereses del capital, está llevando a cabo una serie de reformas totalmente antisociales que a los únicos que van a beneficiar es a la Banca y al sector privado.
Esta reforma se plantea en un momento en el que el sistema de pensiones goza de buena salud, con un superávit en 2009 de 8.500 millones de euros, y un Fondo de Reserva, los excedentes de la Seguridad Social, de 65.000 millones de euros (6% del PIB). Por el contrario, los planes de pensiones privados parecen tocados ya que la actual coyuntura de crisis financiera ha afectado también a sus inversiones, de modo que las aportaciones han descendido en general y, en el caso concreto del Estado español, la caída ha sido de un 28 por ciento. Se trata en definitiva, de arruinar el modelo público para privatizar el sistema y poder especular. Hoy, con un sistema financiero en crisis, con una exigencia de liquidez por parte de los bancos, no es extraño que nos hablen del negro futuro de las pensiones públicas y se anuncie un nuevo recorte en el sistema de protección social.
Si estas medidas van afectar de manera cruel y nefasta a la mayoría de la población, en Castilla las repercusiones serán aun mayores por las características propias de nuestro pueblo: el alto grado de envejecimiento de nuestra sociedad, acompañada de un altísimo despoblamiento de nuestros pueblos, los cuales nuestros jóvenes abandonan cada día por falta de oportunidades, etc.
A pesar de lo complicado que se nos presenta el futuro más próximo, la clase trabajadora tenemos una oportunidad de reivindicarnos como tal y de emprender una autentica movilización en defensa de nuestros intereses, así como la posibilidad de lograr importantes victorias, que nos dirijan hacia un necesario y posible cambio de modelo político, social y económico.