«Fum­bol» y clu­bes en bra­gas (I) – Jon Odriozola

O en pelo­tas. Muchos clu­bes de Pri­me­ra y de Segun­da Divi­sión no es ya que com­pren par­ti­dos o sobor­nen a árbi­tros y juga­do­res ‑el últi­mo caso es el Hércules‑, que esto ha pasa­do siem­pre con el céle­bre «hom­bre del male­tín» o, como nos con­ta­ra en Bara­ka Euse­bio Ríos, años ha, apa­re­cie­ra en la gabe­ta del ves­tua­rio del tren­ci­lla de turno del Beni­to Villa­ma­rín béti­co un insi­nuan­te pelu­co de oro antes de sal­tar los gla­dia­do­res al pas­to. Puri­ti­ta suti­le­za moris­ca y ele­gan­te. Al Mallor­ca le han impe­di­do jugar el cara­me­lo de la Cham­pions por insol­ven­te; pero es que, legal­men­te, debe­ría estar des­apa­re­ci­do, al igual que, por ejem­plo, el Valen­cia o el Depor­ti­vo, como en su día pasó con los modes­tos Bur­gos, Alme­ría o Logro­ñés. El actual pre­si­den­te de Osa­su­na, Izco, ya pre­di­jo que el fút­bol cami­na hacia el desas­tre finan­cie­ro. A su ante­ce­sor opus­deís­ta, Ezcu­rra, le toma­ban el pelo ¡por pre­sen­tar balan­ces posi­ti­vos y lim­pios! Ocu­rre que pue­de que no haya pan, pero el cir­co debe con­ti­nuar. El buen afi­cio­na­do tal vez recuer­de las masi­vas mani­fes­ta­cio­nes que hubo en Vigo y en Sevi­lla cuan­do estos clubs «téc­ni­ca­men­te» des­cen­die­ron a Segun­da por moro­sos. Fue tal la demos­tra­ción popu­lar que la Fede­ra­ción Espa­ño­la no tuvo más reme­dio que aumen­tar en dos equi­pos más la Liga espa­ño­la para evi­tar que baja­ran y dar paso a los que habían subi­do de Segunda.

La insol­ven­cia (fal­ta de liqui­dez para hacer fren­te a sus deu­das más inme­dia­tas) es lo que carac­te­ri­za a la mayo­ría de los clu­bes rozan­do la quie­bra téc­ni­ca (la suma de todas sus obli­ga­cio­nes a pagar ‑pasi­vo- es mayor que la de todos sus dere­chos o acti­vos). El prin­ci­pal acree­dor es Hacien­da (los clubs son socie­da­des anó­ni­mas y, por tan­to, tie­nen que pre­sen­tar como cual­quier empre­sa sus liqui­da­cio­nes de IVA e impues­to de socie­da­des). Estos clu­bes de Pri­me­ra y Segun­da ‑no todos- adeu­dan a la Agen­cia Tri­bu­ta­ria, en 2009, 627 millo­nes de euros, a lo que hay que agre­gar lo que se adeu­da a la Segu­ri­dad Social (nómi­nas de todos los emplea­dos del club, inclui­dos los juga­do­res). Suce­de que la cifra real se des­co­no­ce, pues los Gobier­nos la con­si­de­ran de «carác­ter reser­va­do», o sea, como si fue­ra top secret mili­tar. Que es como decir que, en efec­to, los clu­bes defrau­dan a las arcas públi­cas, pero más vale eso que «des­en­can­tar» a la ple­be con el bál­sa­mo de Fie­ra­brás, que es el jugue­te del carru­sel depor­ti­vo domin­gue­ro y, de paso, subli­mar frus­tra­cio­nes y ali­men­tar pasiones.

Aho­ra, con la cri­sis, los clu­bes soli­ci­tan cré­di­tos a los ban­cos, para sub­ve­nir deu­das, que no son con­ce­di­dos, pues entre man­gan­tes y mani­rro­tos no se fían (sal­vo con Flo­ren­tino). Inven­ta­ron la Ley de Socie­da­des Anó­ni­mas Depor­ti­vas a prin­ci­pios de los 90 para par­tir de cero gene­ran­do recur­sos pro­pios pero, como siem­pre, y usan­do los pin­gües con­tra­tos de tele­vi­sión, gas­tan más que ingre­san. Son como niños. Son máqui­nas de gene­rar deu­das. Debe­rían estar en la cár­cel por frau­des fis­ca­les (los niños no, tan cabrón no soy). Lue­go vino la Ley Con­cur­sal (eufe­mis­mo de la sus­pen­sión de pagos), pero lo dejo aquí por­que, ottia, «baca­lao» del Ath­le­tic. Continuará…

Fuen­te: Gara

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