Revuel­ta popu­lar en el sur de Líbano con­tra las tro­pas de la ONU- Alber­to Cruz.

El sur de Líbano es la par­te más com­ba­ti­va del país. Zona fiel a Hiz­bu­lá casi sin exclu­sio­nes –como se puso de mani­fies­to en las elec­cio­nes gene­ra­les de 2009 al copar todos los esca­ños atri­bui­dos a los shiíes y las muni­ci­pa­les de 2010, logran­do una aplas­tan­te mayo­ría en todas las loca­li­da­des y aldeas con pobla­ción shíi‑, se ha vis­to inmer­sa en los últi­mos cin­co meses en una serie de enfren­ta­mien­tos con las tro­pas de la ONU que han toma­do el carác­ter de revuel­ta popu­lar en las últi­mas tres sema­nas. Sólo en este tiem­po se han pro­du­ci­do 25 enfren­ta­mien­tos entre ciu­da­da­nos liba­ne­ses y las tro­pas de la deno­mi­na­da Fuer­za de Paz de las Nacio­nes Uni­das para Líbano (FPNUL), sien­do los más gra­ves los ocu­rri­dos los días 29 de junio y 3 y 4 de julio.

En esos días, y en el mar­co de unas manio­bras mili­ta­res y múl­ti­ples ejer­ci­cios rea­li­za­dos en pue­blos del sur de Líbano para “impe­dir el lan­za­mien­to de cohe­tes con­tra Israel”, las tro­pas de la ONU irrum­pie­ron en el inte­rior de los pue­blos –algo que no pue­den hacer si no van acom­pa­ña­das de tro­pas liba­ne­sas en vir­tud del acuer­do que dio ori­gen a la Reso­lu­ción 1701 del Con­se­jo de Segu­ri­dad de la ONU y por el que se decre­tó el “cese de hos­ti­li­da­des” entre Hiz­bu­lá e Israel en la gue­rra que man­tu­vie­ron en el verano de 2006- enfren­tán­do­se con algo que no espe­ra­ban: la reac­ción de los pobla­do­res. En loca­li­da­des como Tib­nin, Kfar­dou­ni­ne, Sala­sen Bir, Kher­bet Selem, Tou­lin, Qabri­ja, Jiam y Beir Kanou­ne los habi­tan­tes blo­quea­ron las carre­te­ras, lan­za­ron pie­dras y hue­vos a las supues­tas tro­pas de paz y cuan­do los “cas­cos azu­les” tuvie­ron la arro­gan­cia de arres­tar a uno de estos aldea­nos en Qabri­ja –algo que no pue­den hacer bajo nin­gún con­cep­to- la ira popu­lar se des­bor­dó: los vehícu­los mili­ta­res fue­ron asal­ta­dos, se les rom­pie­ron las ante­nas de trans­mi­sión y a los sol­da­dos de la ONU se les incau­ta­ron las armas y todo el equi­po que por­ta­ban como cáma­ras, orde­na­do­res por­tá­ti­les, GPS y otros ins­tru­men­tos de con­trol. Sólo la lle­ga­da del Ejér­ci­to liba­nés pudo hacer que los aldea­nos depu­sie­sen su acti­tud y entre­ga­sen a los sol­da­dos liba­ne­ses el mate­rial capturado.

No era la pri­me­ra vez que las tro­pas de la ONU rea­li­zan manio­bras para pro­te­ger a Israel y no al revés, tenien­do en cuen­ta que en la últi­ma gue­rra murie­ron 1.200 civi­les liba­ne­ses mien­tras que las bajas israe­líes fue­ron bási­ca­men­te mili­ta­res. Sin embar­go, en esta oca­sión se habían rea­li­za­do de for­ma abier­ta y no encu­bier­ta y con­tan­do con el recha­zo expre­so del Ejér­ci­to liba­nés, que había pro­pues­to que esas manio­bras tuvie­sen un ses­go dife­ren­te: “cómo pro­te­ger a los civi­les liba­ne­ses en el caso de una agre­sión israe­lí”. La FPNUL se negó y el Ejér­ci­to liba­nés deci­dió no ava­lar las mis­mas, que se pos­pu­sie­ron has­ta en dos oca­sio­nes ante la fir­me acti­tud de los libaneses.

A pesar de ello, y en con­so­nan­cia con la pre­po­ten­cia occi­den­tal –no hay que olvi­dar que el grue­so de las tro­pas de la ONU en Líbano está for­ma­do por los con­tin­gen­tes fran­cés, ita­liano y espa­ñol- dichas manio­bras final­men­te se lle­va­ron a cabo sin tener en cuen­ta –o sien­do muy cons­cien­tes de ello, con lo que la pro­vo­ca­ción inter­na­cio­nal era evi­den­te- que unas sema­nas antes se había vivi­do toda una serie de fes­te­jos con los que la pobla­ción del sur de Líbano había cele­bra­do el déci­mo ani­ver­sa­rio de la sali­da israe­lí de la zona, tras vein­te años de ocu­pa­ción, obli­ga­do el régi­men sio­nis­ta a tomar esa deci­sión por la acción gue­rri­lle­ra de la resis­ten­cia patrió­ti­ca hege­mo­ni­za­da por Hiz­bu­lá. Tal y como reco­no­cía el coro­nel reti­ra­do Noam Ben-Tzvi, últi­mo coman­dan­te de las Fuer­zas de Defen­sa de Israel duran­te la ocu­pa­ción del sur del Líbano, «no fue una reti­ra­da; hui­mos, pura y simplemente»(1). Por lo tan­to, Israel se plan­teó “recor­dar” a los liba­ne­ses que aún pue­de repe­tir­se la gue­rra y a fina­les de mayo y pri­me­ros de junio puso en mar­cha masi­vos ejer­ci­cios mili­ta­res y civi­les en una ope­ra­ción que deno­mi­nó “Tur­ning Point 4”, lo que fue, a su vez, con­tes­ta­do des­de el sur de Líbano con una renun­cia masi­va de los can­di­da­tos a alcal­des y con­ce­ja­les –las elec­cio­nes muni­ci­pa­les se cele­bra­ban poco tiem­po des­pués- en favor de las lis­tas de Hiz­bu­lá y Amal (otra orga­ni­za­ción shií) para dejar bien paten­te el res­pal­do con que las orga­ni­za­cio­nes de la resis­ten­cia, ambas alia­das, cuen­tan en esa zona del país.

Por lo tan­to, las manio­bras de la FPNUL hay que enmar­car­las en este con­tex­to y no en “ope­ra­cio­nes ruti­na­rias”, como fue­ron jus­ti­fi­ca­das ini­cial­men­te a pesar de con­tar, como se ha dicho, con el recha­zo expre­so del Ejér­ci­to liba­nés. En este ambien­te no es extra­ño el esta­lli­do de ira popu­lar, que no era otra cosa que la gota que col­ma­ba el vaso de la pacien­cia de los habi­tan­tes del sur de Líbano con el com­por­ta­mien­to de las supues­tas fuer­zas de paz de la ONU, a quie­nes acu­san de man­te­ner una estre­cha cola­bo­ra­ción con Israel.

Y es que a fina­les del mes de mayo –en medio de todo ese ambien­te de cele­bra­cio­nes liba­ne­sas y ame­na­zas israe­líes- se cono­cie­ron tres docu­men­tos fir­ma­dos entre el gene­ral espa­ñol Alber­to Asar­ta Cue­vas, al man­do de las tro­pas de la ONU en estos momen­tos, y el jefe del Esta­do Mayor israe­lí, Gabi Ash­ke­na­zi, en los que se refle­ja­ba el acuer­do alcan­za­do –“memo­ran­do de enten­di­mien­to” según el len­gua­je de esos docu­men­tos- entre el Ejér­ci­to sio­nis­ta y la FPNUL para no ofre­cer infor­ma­ción “en tiem­po real” al Ejér­ci­to de Líbano sobre los vue­los israe­líes sobre Líbano (2). Eso sig­ni­fi­ca­ba que las tro­pas de la ONU infor­ma­rían a Líbano de esos vue­los –que vio­lan no sólo la sobe­ra­nía del país, sino la Reso­lu­ción 1701‑, pero cuan­do ya no hubie­se ame­na­za algu­na para los avio­nes israe­líes, bien fue­sen esas “ame­na­zas” pro­ve­nien­tes del Ejér­ci­to liba­nés, que ya había dis­pa­ra­do en dos oca­sio­nes con­tra esas aero­na­ves, o de la resis­ten­cia. Es decir, cuan­do los avio­nes israe­líes ya hubie­sen retor­na­do a sus bases. La cada vez más estre­cha con­ni­ven­cia FPNUL-Israel

La con­ni­ven­cia entre las supues­tas fuer­zas de paz de la ONU e Israel no sólo es evi­den­te para los ciu­da­da­nos que habi­tan el sur de Líbano, sino para el pro­pio Ejér­ci­to liba­nés. Exis­tía un impor­tan­te males­tar en Líbano ante el hecho que las fuer­zas de la FPNUL ocul­ten los vue­los israe­líes y no hagan nada para impe­dir­lo, al igual que no hicie­ron nada cuan­do un patru­lla israe­lí secues­tró a un pas­tor liba­nés en la zona de la aldea de Gha­jar, cuya par­te nor­te Israel sigue ocu­pan­do pese a la Reso­lu­ción 1701, lo man­tu­vo rete­ni­do dos días y lo some­tió a tor­tu­ras y malos tra­tos (3).

Pero hay más. El pro­pio jefe del Esta­do Mayor del Ejér­ci­to liba­nés, el gene­ral Jean Kah­wa­ji, afir­ma tener cons­tan­cia que “a veces” las fuer­zas de la FPNUL pene­tran en aldeas y pue­blos tras haber reci­bi­do infor­ma­ción de Israel sobre zonas y casas que, supues­ta­men­te, alber­ga­rían escon­di­tes y alma­ce­nes de armas de Hiz­bu­lá (4). Kah­wa­ji, al cono­cer el ori­gen de las lis­tas que pre­sen­ta la FPNUL al Ejér­ci­to liba­nés, emi­tió una orden de “no cola­bo­ra­ción” por­que “no es el deber del Ejér­ci­to pro­te­ger la segu­ri­dad de Israel, sino la de los libaneses”.

Esta acti­tud es con­si­de­ra­da por la FPNUL como “obs­truc­cio­nis­ta” y acu­sa al Ejér­ci­to liba­nés de “retra­sar deli­be­ra­da­men­te” su lle­ga­da a las zonas en las que la FPNUL tie­ne pro­ble­mas o rea­li­za sus patru­llas, por lo que deci­dió actuar al mar­gen de los acuer­dos, que obli­gan a las supues­tas fuer­zas de paz de la ONU a ir siem­pre acom­pa­ña­das por efec­ti­vos del Ejér­ci­to liba­nés y a comu­ni­car dón­de se van a rea­li­zar las patru­llas. Pero la FPNUL tam­po­co cum­ple con las comu­ni­ca­cio­nes por­que con­si­de­ra que el Ejér­ci­to liba­nés está “infil­tra­do” por shíies afi­nes a Hiz­bu­lá, por lo que rea­li­za patru­llas sin cum­plir con los requi­si­tos pre­vios. Así es como se encon­tró con la revuel­ta popular.

La reac­ción de los pobla­do­res del sur de Líbano obli­gó a la FPNUL no sólo a dar por fina­li­za­das súbi­ta­men­te sus “manio­bras” –pre­vis­tas para 36 horas y ape­nas dura­ron cuatro‑, sino que ha pro­vo­ca­do dos hechos iné­di­tos y que dice mucho de quién con­tro­la esa zona de Líbano: el pri­me­ro, una reu­nión entre el jefe del depar­ta­men­to inter­na­cio­nal de Hiz­bu­lá, Ammar Mous­sa­wi, y el Coor­di­na­dor Espe­cial de la ONU para Líbano, Michael Williams (5); el segun­do, otra reu­nión del gene­ral espa­ñol que coman­da las tro­pas de la ONU, Alber­to Asar­ta Cue­vas, en la loca­li­dad de Tib­nin con los alcal­des de los pue­blos afec­ta­dos –todos de Hiz­bu­lá o Amal, que son fuer­zas alia­das- y ofi­cia­les de alto ran­go del Ejér­ci­to liba­nés de la que salió la deci­sión de publi­car una car­ta en todos los medios de comu­ni­ca­ción liba­ne­ses (6) reco­no­cien­do que “los inci­den­tes han arro­ja­do som­bras sobre la labor de la FPNUL”, que las tro­pas de la ONU “no tie­nen una agen­da ocul­ta” y que, en vis­ta de la reac­ción popu­lar, “todo el per­so­nal de la FPNUL que ope­ra bajo mi man­do ha reci­bi­do órde­nes estric­tas para lle­var a cabo el man­da­to asig­na­do con pleno res­pe­to a la cul­tu­ra y las tra­di­cio­nes de la pobla­ción que nos aco­ge; el pleno res­pe­to a la pro­pie­dad pri­va­da; el pleno res­pe­to de la inti­mi­dad de la vida coti­dia­na en las calles de los pue­blos, y el pleno res­pe­to de la volun­tad de la pobla­ción a no ser foto­gra­fia­dos” aun­que, eso sí, en este últi­mo extre­mo afir­ma que las órde­nes de no tomar fotos se cum­pli­rán “a menos que sea abso­lu­ta­men­te nece­sa­rio por razo­nes operativas”.

Este párra­fo ya es sufi­cien­te­men­te escla­re­ce­dor del com­por­ta­mien­to de los sol­da­dos de las supues­tas fuer­zas de paz de la ONU y, de for­ma espe­cial, de los con­tin­gen­tes fran­cés, ita­liano y espa­ñol. En los 25 “inci­den­tes”, por uti­li­zar la ter­mi­no­lo­gía del gene­ral espa­ñol, que han pro­vo­ca­do la revuel­ta popu­lar han esta­do invo­lu­cra­das estas fuer­zas y en 24 de ellos los fran­ce­ses, que se lle­van la pal­ma en su acti­tud pro-israelí.

Fran­cia, Ita­lia y Espa­ña están sien­do acu­sa­das, cada vez con mayor fuer­za, de pro­vo­car los enfren­ta­mien­tos con la pobla­ción del sur de Líbano en los últi­mos cin­co meses. “Des­de que el gene­ral Asar­ta tomó el man­do, la FPNUL ha tra­ta­do de fun­cio­nar inde­pen­dien­te­men­te del Ejér­ci­to liba­nés”, según un alto res­pon­sa­ble del Ejér­ci­to liba­nés cita­do por el dia­rio As Safir que indi­ca, ade­más, que “Asar­ta no es el úni­co res­pon­sa­ble de esta actua­ción autó­no­ma: más bien refle­ja las orien­ta­cio­nes de los paí­ses euro­peos, espe­cial­men­te Fran­cia y Espa­ña, que se han con­ver­ti­do en los más fuer­tes apo­yos a Israel en los últi­mos meses” (7).

Un signo de esta ten­sión entre la FPNUL y Líbano es la reac­ción del pre­si­den­te liba­nés, Michel Sulei­man, que defen­dió públi­ca­men­te a los pobla­do­res del sur del país: “los ejer­ci­cios mili­ta­res deben lle­var­se a cabo lejos de las aldeas y hoga­res [por­que] lo que tie­ne que hacer la FPNUL es defen­der el Líbano”.

Los liba­ne­ses con­si­de­ran a las fuer­zas fran­ce­sas y espa­ño­las como “una fuer­za de cho­que” de Israel y dicen que se com­por­tan como “una fuer­za de reac­ción rápi­da en lo que pare­ce un inten­to de que la ONU impon­ga una inter­pre­ta­ción dis­tin­ta del tex­to que regu­la su papel [de la FPNUL] des­de el cese de las hos­ti­li­da­des de 2006. Fran­cia y Espa­ña ya han hecho accio­nes pare­ci­das en otras oca­sio­nes, como en la loca­li­dad de Kher­bet Selem en julio de 2009, sin auto­ri­za­ción legal y con ausen­cia de repre­sen­tan­tes del Ejér­ci­to liba­nés” (8). En esa incur­sión murió un resi­den­te, atro­pe­lla­do por uno de los vehícu­los mili­ta­res de la FPNUL.

La actua­ción de la FPNUL, pese a la rec­ti­fi­ca­ción anun­cia­da por su man­do actual, el espa­ñol Asar­ta, ha ten­sa­do la situa­ción en Líbano y no sólo en el sur. Hiz­bu­lá ya ha dicho que la FPNUL debe ceñir­se de for­ma estric­ta a su papel. El gobierno liba­nés se ha reu­ni­do, en todas sus ins­tan­cias, con los emba­ja­do­res de los paí­ses que tie­nen tro­pas –en espe­cial con el fran­cés, ita­liano y espa­ñol- para exi­gir que no haya más “inci­den­tes” de este tipo y así se le plan­teó for­mal­men­te al minis­tro de Asun­tos Exte­rio­res de Fran­cia, Ber­nard Kouch­ner, y a su cole­ga el minis­tro de Defen­sa, Her­vé Morin. Los emba­ja­do­res, Denis Bey­ton (Fran­cia), Juan Car­los Gafo (Espa­ña) y Gabriel Chec­chia (Ita­lia) se reu­nie­ron tam­bién con el gene­ral espa­ñol al man­do de la FPNUL en la sede de la ONU en Bir Has­san “para mos­trar­le su apo­yo”. ¿A qué? ¿A la acti­tud pre­po­ten­te y neo­co­lo­nial o a la rec­ti­fi­ca­ción anun­cia­da en la carta?

Todo indi­ca que fue a lo pri­me­ro. Des­de estos paí­ses, y en con­cre­to des­de Fran­cia, se ha res­pon­di­do a las crí­ti­cas lle­van­do el asun­to al Con­se­jo de Segu­ri­dad de la ONU, que ha emi­ti­do una decla­ra­ción “deplo­ran­do” los ata­ques a la FPNUL y exi­gien­do liber­tad total de movi­mien­tos para estas tro­pas, y enmar­can­do la revuel­ta popu­lar en una estra­te­gia ni más ni menos que de Irán y de Siria. Ni una sola auto­crí­ti­ca, ni una sola men­ción al papel de sus tro­pas. En defi­ni­ti­va, un com­por­ta­mien­to cla­ra­men­te neocolonial.

Lo que hay en juego

Por si que­da­se algu­na duda, Israel ha sali­do a la pales­tra. El ejér­ci­to sio­nis­ta pre­sen­tó el día 7 de julio una serie de foto­gra­fías sobre lo que con­si­de­ra pre­pa­ra­ción mili­tar de Hiz­bu­lá en la ciu­dad de Jiam y pue­blos veci­nos en la fron­te­ra con Israel con el lla­ma­ti­vo titu­lar “Hiz­bu­lá pre­pa­ra la gue­rra urba­na en áreas don­de la FPNUL no tie­ne auto­ri­dad” (9) y que vie­ne a con­fir­mar no sólo las sos­pe­chas de la pobla­ción del sur de Líbano, sino del pro­pio Ejér­ci­to liba­nés: la FPNUL actúa al dic­ta­do de Israel por­que la mayo­ría de los pue­blos rela­ta­dos en ese infor­me israe­lí fue­ron, casual­men­te, en los que se cele­bra­ron las manio­bras trun­ca­das por la revuel­ta popular.

Timur Gok­sel, quien fue­se ase­sor de la FPNUL entre 1979 y 2003, afir­ma no sólo que la reac­ción popu­lar era espe­ra­da, sino pro­vo­ca­da para medir la res­pues­ta ante la even­tua­li­dad de una nue­va gue­rra y ver si la FPNUL goza­ba de liber­tad de movi­mien­tos o no. “No hay duda que las pro­tes­tas han sido diri­gi­das por Hiz­bu­lá, pero si se entra en los pue­blos por la fuer­za ¿qué se espe­ra­ba que hicie­sen los resi­den­tes?” (10). Des­de lue­go, no reci­bir­les con flo­res. Lo mis­mo sos­tie­ne Ali Zah­wi, el alcal­de de una de las loca­li­da­des, Qabri­ja: “Las tro­pas fran­ce­sas de la FPNUL han deja­do de ejer­cer la Reso­lu­ción 1701 y aho­ra tra­ba­jan para el gobierno fran­cés; lle­van meses reco­gien­do infor­ma­ción sobre Hiz­bu­lá” (11).

A medi­da que se acer­ca la fecha de octu­bre ‑cuan­do se cele­bra­rán en EEUU elec­cio­nes al Sena­do que pue­den ser defi­ni­ti­vas para la pre­si­den­cia de Oba­ma, pues­to que todas las encues­tas apun­tan a una cla­ra vic­to­ria de los repu­bli­ca­nos- los vien­tos de gue­rra en Orien­te Pró­xi­mo y Lejano van cobran­do fuer­za. Si los repu­bli­ca­nos ven­cen, Oba­ma se verá obli­ga­do a “recu­pe­rar” el terreno per­di­do impul­san­do una estra­te­gia beli­cis­ta. Más aún. Será enton­ces cuan­do cobra­rá fuer­za un hipo­té­ti­co ata­que con­tra Irán y, para ello, Israel tie­ne que tener ase­gu­ra­do uno de sus fren­tes: Líbano. Ese es el papel asig­na­do a la FPNUL y del que Fran­cia y Espa­ña se han con­ver­ti­do en adalides.

Pero hay más. En las aguas liba­ne­sas se ha des­cu­bier­to un impor­tan­te yaci­mien­to de gas y petró­leo que Israel tam­bién recla­ma como suyo y no ha duda­do en ame­na­zar con usar la fuer­za para “pro­te­ger los dere­chos” sobre este yaci­mien­to. Pero tras lo suce­di­do en el año 2000 y la nue­va derro­ta sufri­da en la gue­rra del verano de 2006, Israel tie­ne un grano del que no pue­de aún des­ha­cer­se: Hiz­bu­lá y la resis­ten­cia patrió­ti­ca liba­ne­sa. Todo lo que está suce­dien­do en el sur de Líbano tie­ne que ver con un inten­to israe­lí y occi­den­tal de des­le­gi­ti­mar al gobierno liba­nés, al que acu­sa de estar en manos de Hiz­bu­lá, e impe­dir una res­pues­ta nacio­nal en defen­sa de la sobe­ra­nía, dig­ni­dad y auto­de­ter­mi­na­ción de Líbano.

Notas:

(1) Haa­retz, 21 de mayo de 2010.

(2) Alber­to Cruz, “Las fuer­zas de la ONU en Líbano ampa­ran las agre­sio­nes de Israel” http://​www​.nodo50​.org/​c​e​p​r​i​d​/​s​p​i​p​.​p​h​p​?​a​r​t​i​c​l​e​861

(3) Reuters, 1 de julio de 2010.

(4) As Safir, 6 de julio de 2010.

(5) Al-Ahram Weekly, 15 – 21 de julio de 2010.

(6) “Del coman­dan­te de la fuer­za de la FPNUL al pue­blo del sur del Líbano”, 9 de julio de 2010.

CEPRID

http://​www​.nodo50​.org/​c​e​p​r​i​d​/​s​p​i​p​.​p​h​p​?​a​r​t​i​c​l​e​908

(7) As Safir, 3 de julio de 2010. (8) Ibid.

(9) Haa­retz, 8 de julio de 2010.

(10) Reuters, 9 de julio de 2010.

(11) Ibid.

Alber­to Cruz es perio­dis­ta, poli­tó­lo­go y escritor.

Astur­bullla

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