La veda está abierta. Rodríguez Zapatero y Rajoy ya han acordado reformar la Ley de Cajas y con ello abrir la puerta a la privatización de las mismas, con el apoyo y complacencia de, entre otros, un sindicato estatal, CCOO, que ya ha anunciado que aceptaría dar derechos políticos a las cuotas participativas. Todo parece encaminado a dejar las cajas de Ahorros en manos privadas, que no van a dudar en apoderarse del valor que las cajas tienen.
La excusa de la crisis sirve para casi todo. Las y los trabajadores sabemos muy bien cómo estamos pagando las consecuencias de la misma. Ahora nos quieren vender otra «necesidad», ayudar más al sistema financiero a través de dar derechos a las cuotas participativas. No les basta con las millonarias ayudas para «reflotar», dicen, con dinero público algunas entidades. Quieren más y el Gobierno español y la oposición están dispuestos a dárselo. De esa forma ayudan al sector más poderoso, a los capitalistas, a los intereses privados y especulativos.
En las cajas hay dos modelos, dos apuestas bien distintas, un modelo social y un modelo especulativo. Nosotros estamos empeñados en avanzar y afianzar un modelo social y oponernos a la privatización, a la especulación. Si se quiere, las cajas pueden servir para avanzar hacia un sistema financiero vasco al servicio del país, de su ciudadanía y de un futuro económico y social para Euskal Herria. Crecer, más si se hace desde Euskal Herria, puede ser positivo e interesante si lo que se quiere es salir de la mejor forma posible de la crisis.
Cuando llegó a la presidencia de la BBK Mario Fernández también dijo que quería crecer, pero no dice para qué, ni cómo. Los pasos que BBK ha dado en los últimos tiempos van justo en contra de lo que se debe hacer. Apuestan por una expansión en España, quieren situarse bien en el mercado financiero estatal sin importarles que para ello se tengan que perder las señas de identidad, el control y los intereses de las y los vizcaínos. Son esos que continúan defendiendo un modelo mercantilista.
Mario Fernández, Xabier Iturbe, Iñaki Gerenabarrena y compañía, (PNV), dicen que lo importante es ahora salir de la crisis, como si cuando intentaron la fusión a dos (BBK y Kutxa) no la hubiera. No nos van a engañar, ahora los intereses de su partido son otros, esa es la única razón. Poco les importa que una fusión con modelo social venga bien a este país, a su ciudadanía, a las empresas, sólo piensan en sus intereses, en mantener el control de las cajas vascas. No han dudado en dar pasos para quedarse con la CCM (Castilla-La Mancha) y también han intentando pactar un SIP con la CAM (Comunidad Valenciana), aunque han fracasado en ambos intentos. Ahora aspiran a hacerse con Cajasur, la de los curas de Córdoba que fue intervenida, otro ejemplo de sus verdaderos intereses.
Pretenden convertirse en una entidad financiera estatal potente y así poder luego imponer sus criterios económicos en este país. A la BBK, al PNV, se les ha quedado pequeña Euskal Herria y han preferido apostar por hacerse fuertes en el sistema financiero estatal. Hace más de un año apostaron, en el intento de fusión BBK-Kutxa, para controlar la nueva Caja, para ello no dudaron en apostar por un marco de relaciones laborales estatal, que beneficia a CCOO y perjudica a los trabajadores vascos, pues de esa forma se ganaban el apoyo de ese sindicato. Lo siguen haciendo ahora y no les preocupa que puedan quedar las cajas bajo unos intereses alejados de Euskal Herria, contrarios al desarrollo económico, social y laboral de este país. No les importa poner en riesgos las cajas vascas, sólo buscan seguir aumentando sus beneficios, controlarlas y ponerse al servicio de sus intereses económicos.
Quienes defendemos un sistema financiero para Euskal Herria y su ciudadanía, desde un modelo social, creemos que no podemos seguir esperando a ver qué hace o qué le interesa al PNV. Hoy es más necesario que nunca reforzar nuestro sistema financiero, blindarlo y evitar que se privaticen nuestras cajas de ahorros. Es hora de hacer una apuesta firme por un sistema financiero vasco que nos sirva para salir de esta crisis y ayudar a quienes lo necesitan, al futuro de nuestro país desde un modelo social.
No podemos aceptar que las cajas pierdan su norte, su función social y se queden al servicio de intereses privados. Por eso nos oponemos a que a las cuotas participativas se les den derechos políticos, porque sería abrir una de las puertas hacia la privatización y esa no es su función.
Desde LAB seguimos manteniendo que lo importante es el modelo, la defensa de Euskal Herria y su ciudadanía. Creemos que las cajas vascas, que por estatutos tienen una labor social que cumplir y que se deben al territorio donde nacen, tienen que dar un paso y conformar un sistema financiero vasco con un modelo social más participativo y democrático, comprometido con la ciudadanía, con los proyectos económicos de esta tierra, de apoyo al tejido productivo, el marco vasco de relaciones laborales y con un fuerte impulso a la obra social. Ha llegado el momento de blindar nuestras cajas y pactar un modelo social para las mismas.
Es hora de negociar y acordar ese modelo, de establecer un marco propio de actuación y no depender de lo que se acuerde en el Estado. Es posible llegar a un acuerdo que haga de las cajas vascas un buen instrumento financiero al servicio de la ciudadanía, no mercantilista ni especulativo. Para ello hace falta voluntad política y hasta la fecha quienes las controlan, principalmente PNV-PSOE-UPN, han demostrado que están poco interesados en ello.
En Hego Euskal Herria tenemos cuatro cajas (Vital, BBK, Kutxa y CAN) que, en conjunto, tienen una enorme capacidad financiera, una muy buena situación económica y que pueden ayudar a salir de la crisis. Su unión pueden ser la punta de lanza para ir construyendo un sistema financiero vasco que sirva para la revitalización y el desarrollo económico y social de este pueblo, donde la sociedad sea la verdadera beneficiada de este trabajo en conjunto, desde el fortalecimiento de la gestión pública y trasparente y la profundización del carácter social de las mismas.
No hay excusas. Sólo hace falta verdadera política y ganas de apostar por un proyecto que ilusione y tenga unos objetivos claros, en defensa de Euskal Herria y su ciudadanía, desde un modelo social. La mano continúa tendida.
(*) También firman este artículo Pitxu Coto, Enrique Perez (delegados de LAB en BBK y CAN) y Joxean Urkiola, responsable de LAB-Finantzak