Apenas escuché el despertador. Me quedé dormido y casi no llego a tiempo.
Así que, cuando me di cuenta, me levanté como un rayo y sin poder colar café me fui a la calle con la cámara colgada al hombro. Eran las siete de la mañana.
La avenida 19 del municipio Playa (Ciudad de La Habana) una arteria muy concurrida regularmente, estaba desierta. Claro, hoy no era un día corriente. La mayoría de las personas ya estaban concentradas para el desfile en las cercanías de la Plaza de la Revolución. Y en eso una guagua.
Tremenda suerte porque dentro comencé a espabilarme y en la marcha del ómnibus, mientras preparaba la cámara, atrapé la primera foto de mi crónica en instantáneas.
Confieso que ya en la calle, entre la muchedumbre, donde siento pueden tocarse los sentimientos de mi gente, el sueño aún me acompañaba.
¿Que si me desperté?
Pues disfruten el resto de la historia y díganme si con estos rostros robados a mis compatriotas en el Primero de Mayo, no se contagian hasta aquellos que ningunean a Cuba de las buenas noticias en el mundo. Abrazos MIL.