La his­to­ria secre­ta de L’Oréal, Dedi­ca­do a la memo­ria de Marx Dor­moy, Vic­tor Basch, Jean Zay, Geor­ges Man­del y Jean Moulin

Thierry Meys­san

El gigan­te de la indus­tria cos­mé­ti­ca L’Oréal aca­ba de anun­ciar una rees­truc­tu­ra­ción de su capi­tal. Des­apa­re­ce así el hol­ding de con­trol crea­do por Euge­ne Schue­ller en tiem­pos de la Segun­da Gue­rra Mun­dial. El fun­da­dor del gru­po L’Oréal fue tam­bién uno de los prin­ci­pa­les finan­cis­tas del com­plot de La Cagou­le y del nazis­mo fran­cés. Al ser libe­ra­da Fran­cia de la ocu­pa­ción ale­ma­na, L’Oréal y sus filia­les extran­je­ras sir­vie­ron de refu­gio a los cri­mi­na­les fugi­ti­vos. Hoy en día, la here­de­ra del gru­po, Lilia­ne Bet­ten­court, se ha con­ver­ti­do en la mujer más rica de Fran­cia. La his­to­ria del gru­po L’Oréal nos mues­tra la cara ocul­ta de la polí­ti­ca fran­ce­sa contemporánea.

En un bre­ve comu­ni­ca­do dado a cono­cer en la noche del 3 de febre­ro de 2004, el gigan­te de la cos­mé­ti­ca L’Oréal anun­cia­ba la rees­truc­tu­ra­ción de su capi­tal [1]. La fami­lia Bet­ten­court y el gru­po Nestlé, has­ta aho­ra mayo­ri­ta­rios en L’Oréal a tra­vés del hol­ding de con­trol Gas­pa­ral, pasa­rán a tener la pro­pie­dad direc­ta. Este acto de mala­ba­ris­mo vie­ne acom­pa­ña­do de un com­pro­mi­so de con­ser­va­ción de títu­los, lo que per­mi­ti­rá a la fami­lia Bet­ten­court obte­ner una reduc­ción del 50% del valor a tener en cuen­ta en el cálcu­lo del pago del impues­to sobre la for­tu­na (ISF). La fami­lia Bet­ten­court ni siquie­ra ten­drá que pagar los gas­tos corres­pon­dien­tes a la tran­sac­ción gra­cias a las nue­vas dis­po­si­cio­nes intro­du­ci­das, espe­cial­men­te para este caso, en la «ley para la ini­cia­ti­va eco­nó­mi­ca» del 1º de agos­to de 2003 [2].

El valor esti­ma­do del gigan­te L’Oréal se ele­va actual­men­te a 43 600 millo­nes de dóla­res. La fami­lia Bet­ten­court posee 11 990 millo­nes; Nestlé posee 11 500 y los 20 110 millo­nes res­tan­tes se man­tie­nen flo­tan­do en la bol­sa. En 2002, la for­tu­na per­so­nal de Lilia­ne Bet­ten­court, here­de­ra del fun­da­dor de L’Oréal, esta­ba esti­ma­da en 17 200 millo­nes de euros, lo cual la con­vier­te en la per­so­na más rica de Francia.

Una empre­sa que pre­ten­de com­prar la República 

En 1907, Euge­ne Schue­ller, un peque­ño empre­sa­rio, crea l’Oréal. Pos­te­rior­men­te, en 1928, absor­be Mon­sa­von y más tar­de las pin­tu­ras Valen­ti­ne, los cham­pús Dop y la revis­ta Votre Beau­té. Incli­nán­do­se poco a poco hacia la dere­cha más extre­ma, Schue­ller se da a cono­cer a tra­vés de sus teo­rías eco­nó­mi­cas sobre el «sala­rio pro­por­cio­nal». Segun Schue­ller, en una socie­dad libe­ra­da del capi­ta­lis­mo libe­ral y de los sin­di­ca­tos, los obre­ros cobra­rían un tri­ple sala­rio: un sala­rio corres­pon­dien­te a su acti­vi­dad, un sala­rio fami­liar cal­cu­la­do en fun­ción de la can­ti­dad de hijos y un sala­rio corres­pon­dien­te a su productividad.

El 6 de febre­ro de 1934, en reac­ción a un gran escán­da­lo polí­ti­co-finan­cie­ro, las ligas de vete­ra­nos de la Pri­me­ra Gue­rra Mun­dial rea­li­zan una mani­fes­ta­ción ante la Cáma­ra de Dipu­tados, en París, para exi­gir la renun­cia del gobierno de Dala­dier. Bajo la ins­ti­ga­ción de los fas­cis­tas, la mani­fes­ta­ción se con­vier­te en insu­rrec­ción y tra­ta de derro­car la Repú­bli­ca para poner en el poder al coro­nel de La Roc­que, quien se nie­ga a acep­tar el papel que tra­tan de hacer­le asumir.

Diver­sos enfren­ta­mien­tos se pro­du­cen duran­te las sema­nas pos­te­rio­res, inclu­yen­do un inten­to de lin­cha­mien­to con­tra Leon Blum vin­cu­la­do al entie­rro de un his­to­ria­dor favo­ra­ble a la monar­quía, lo cual lle­va al gobierno a decre­tar, el 18 de junio, la diso­lu­ción de las ligas de vete­ra­nos. Un gru­po de mili­tan­tes fas­cis­tas, en su mayo­ría pro­ve­nien­tes de la 17ª sec­ción de la orga­ni­za­ción cono­ci­da como “Les Came­lots du roi”, rom­pe con el filó­so­fo monár­qui­co Char­les Mau­rras y deci­de pasar a la clan­des­ti­ni­dad. Estos ele­men­tos fun­dan enton­ces la Orga­ni­za­ción Secre­ta de Acción Revo­lu­cio­na­ria Nacio­nal (OSARN) que reúne, alre­de­dor de Euge­ne Delon­cle, a indi­vi­duos como Aris­ti­de Corre, Jean Filliol y Jac­ques Corre­ze, a los que rápi­da­men­te se unen Gabriel Jean­tet, Fran­co­is Mete­nier y el doc­tor Hen­ri Martin.

El coro­nel de La Roc­que advier­te a los ex miem­bros de las ligas de vete­ra­nos sobre la infil­tra­ción de su movi­mien­to por «gru­pos de la trai­ción», o sea por fas­cis­tas que actúan a favor de poten­cias extran­je­ras, Ita­lia y Ale­ma­nia en este caso [3]. En todo caso, la OSARN se estruc­tu­ra rápi­da­men­te en for­ma de gru­pos loca­les y esta­ble­ce un sis­te­ma jerár­qui­co extre­ma­da­men­te com­par­ti­men­ta­do en el que, fue­ra de los jefes, los demás miem­bros de la orga­ni­za­ción nada saben sobre su alcan­ce, sus ver­da­de­ros obje­ti­vos y los medios y apo­yos de que dis­po­ne. Algu­nas célu­las par­ti­ci­pan­tes en el com­plot, como los lla­ma­dos “Che­va­liers de la glai­ve”, diri­gi­das en la ciu­dad de Niza por Joseph Dar­nant y Fran­co­is Durand de Gros­sou­vre, adop­tan un ritual y una ves­ti­men­ta ins­pi­ra­dos en los del Klu Klux Klan esta­dou­ni­den­se, razón por la cual los monár­qui­cos atri­bu­yen a la OSARN el sobre­nom­bre de «La Cagou­le» [“La Capu­cha”. NdT.] [4].

Ami­go ínti­mo de Euge­ne Delon­cle, Euge­ne Schue­ller pone sus pro­pios medios per­so­na­les a la dis­po­si­ción del com­plot. Varias reunio­nes del equi­po diri­gen­te tie­nen lugar en la ofi­ci­na de Schue­ller en la sede de L’Oréal.

Un gru­po de jóve­nes resi­den­tes en el inter­na­do de los padres maris­tas (en el núme­ro 104, de la calle de Vau­gi­rard, en París), se rela­cio­na con los jefes del com­plot y se suma a algu­nas de sus accio­nes, aun­que sin pasar por ello a for­mar par­te de la OSARN. Entre ellos se encuen­tran Pie­rre Gui­llain de Benou­vi­lle, Clau­de Roy, André Bet­ten­court y Fran­co­is Mit­te­rrand. Robert Mit­te­rrand, her­mano de Fran­co­is, se casa con la sobri­na de Euge­ne Deloncle.

Fra­ca­sos y divi­sión con tras­fon­do de antisemitismo 

En un año y medio, la OSARN for­ma­li­za sus rela­cio­nes con el gobierno de Beni­to Mus­so­li­ni, en Ita­lia, y más tar­de con el de Adolf Hitler, en Ale­ma­nia. Actuan­do a favor de estos últi­mos, la OSARN intro­du­ce en Espa­ña car­ga­men­tos de armas des­ti­na­dos a Fran­cis­co Fran­co y eli­mi­na refu­gia­dos polí­ti­cos en Fran­cia. Obtie­ne a cam­bio un con­si­de­ra­ble apo­yo finan­cie­ro y logís­ti­co. En la noche del 15 al 16 de noviem­bre de 1937 inten­ta rea­li­zar un gol­pe de Esta­do que ter­mi­na en fra­ca­so. Al día siguien­te y duran­te las sema­nas pos­te­rio­res, el com­plot sale a la luz. Una serie de regis­tros dan como resul­ta­do el des­cu­bri­mien­to de ali­jos de armas a tra­vés de todo el país. Se tra­ta de cien­tos de metra­lle­tas, de miles de fusi­les y uni­for­mes, de dece­nas de miles de gra­na­das, de cien­tos de miles de muni­cio­nes, todo pro­ve­nien­te de Ita­lia y de Alemania.

El pre­si­den­te del Con­se­jo, Edouard Dala­dier, fre­na la inves­ti­ga­ción cuan­do se des­cu­bre que la OSARN dis­po­ne de redes entre los ofi­cia­les supe­rio­res e inclu­so en el seno del Esta­do Mayor. El pro­ble­ma es que pare­ce impo­si­ble aca­bar con la orga­ni­za­ción sin des­ca­be­zar el ejér­ci­to fran­cés en el pre­ci­so momen­to en que se per­fi­la la ame­na­za de gue­rra. Pero Dala­dier está en un error, ya que la Segun­da Gue­rra Mun­dial se con­vier­te en reali­dad y Fran­cia capitula.

Algu­nos miem­bros de La Cagou­le, los pocos que se opo­nen a la domi­na­ción extran­je­ra sobre Fran­cia, se unen a De Gau­lle. Pero los demás, que son mayo­ría en el seno de esa orga­ni­za­ción, se rego­ci­jan por la vic­to­ria del fas­cis­mo y cola­bo­ran acti­va­men­te con la ocu­pa­ción nazi. En sep­tiem­bre de 1940, Euge­ne Delon­cle y Euge­ne Schue­ller crean el Movi­mien­to Social Revo­lu­cio­na­rio (cuyas siglas, MSR, se pro­nun­cian en fran­cés como la fra­se «ama y sir­ve») con el apo­yo del emba­ja­dor de Reich en Fran­cia, Otto Abetz, y la apro­ba­ción del jefe de la Ges­ta­po, Reinhardt Hey­drich. Las reunio­nes de la direc­ción del MSR se desa­rro­llan en la sede de L’Oréal (núme­ro 14 de la calle Roya­le, en París).

El pro­gra­ma de la orga­ni­za­ción indi­ca: «Que­re­mos cons­truir la nue­va Euro­pa en coope­ra­ción con la Ale­ma­nia nacio­nal-socia­lis­ta y con todas las demás nacio­nes euro­peas libe­ra­das como ella del capi­ta­lis­mo libe­ral, del judaís­mo, del bol­che­vis­mo y de la maso­ne­ría (…) rege­ne­rar racial­men­te a Fran­cia y a los fran­ce­ses (…) dar a los judíos que sean con­ser­va­dos en Fran­cia un esta­tus seve­ro que les impi­da con­ta­mi­nar a nues­tra raza (…) crear una eco­no­mía socia­lis­ta (…) que garan­ti­ce una jus­ta dis­tri­bu­ción de los pro­duc­tos hacien­do aumen­tar los sala­rios al mis­mo tiem­po que la producción».

Como pri­me­ra expre­sión de la apli­ca­ción de ese pro­gra­ma, Delon­cle orga­ni­za la vola­du­ra de 7 sina­go­gas pari­si­nas, en la noche del 2 al 3 de octu­bre de 1941.

Al mis­mo tiem­po y con la ayu­da del SS Theo Dan­nec­ker, repre­sen­tan­te de Adolf Eich­mann, se crea una orga­ni­za­ción den­tro de la orga­ni­za­ción. Desig­na­da como la Comu­ni­dad Fran­ce­sa, su misión con­sis­te en «libe­rar com­ple­ta­men­te (Fran­cia) de los fer­men­tos de corrup­ción que son los judíos y los maso­nes». Este gru­po secre­to orga­ni­za la expo­lia­ción de los judíos, a menu­do en pro­ve­cho de sus pro­pios miem­bros. Entre ellos se encuen­tran el ya men­cio­na­do Jac­ques Corre­ze y Jean Filliol, el ase­sino miem­bro de «La Capucha».

Mien­tras tan­to el joven André Bet­ten­court se con­vier­te en el jefe fran­cés de la Pro­pa­gan­daS­taf­fel, bajo la tri­ple tute­la del minis­tro nazi de la Pro­pa­gan­da, Joseph Goeb­bels, de la Wehr­macht y de la Ges­ta­po. Bet­ten­court con­tro­la todas las publi­ca­cio­nes fran­ce­sas, ya sean cola­bo­ra­cio­nis­tas o nazis. Diri­ge per­so­nal­men­te La Terre fra­nçai­se, publi­ca­ción explí­ci­ta­men­te nazi des­ti­na­da a las fami­lias rura­les y que abo­ga por la reedu­ca­ción de los inte­lec­tua­les deca­den­tes median­te el regre­so for­zo­so a «la tie­rra que no mien­te». En esa publi­ca­ción emplea Bet­ten­court al agró­no­mo René Dumont. Por otra par­te, Bet­ten­court ofre­ce regu­lar­men­te a Schue­ller las colum­nas de los dia­rios que se encuen­tran bajo su control.

La solu­ción Bettencourt 

El 15 de febre­ro de 1941, a pedi­do de las SS, el MSR de Delon­cle se fusio­na con el Reagru­pa­mien­to Nacio­nal Popu­lar (Ras­sem­ble­ment natio­nal popu­lai­re, RNP) de Mar­cel Deat. El due­ño de L’Oréal, Euge­ne Schue­ller, se con­vier­te en la per­so­na­li­dad eco­nó­mi­ca de refe­ren­cia. Su libro La Révo­lu­tion de l’économie se cla­si­fi­ca entre los títu­los de refe­ren­cia del fas­cis­mo francés.

El 15 de junio de 1941, en su dis­cur­so ante el con­gre­so de la orga­ni­za­ción en el pari­sino Palais de la Mutua­li­té, Schue­ller lla­ma a «una revo­lu­ción pre­li­mi­nar a la vez de depu­ra­ción y de correc­ción» que ten­drá que «ser obli­ga­to­ria­men­te san­grien­ta. Con­sis­ti­rá sim­ple­men­te en fusi­lar rápi­da­men­te a 50 o 100 gran­des personajes».

El 22 de junio de 1941, el Reich ata­ca la Unión Sovié­ti­ca. Delon­cle y Schue­ller deci­den crear enton­ces la Legión de Volun­ta­rios Fran­ce­ses (LVF), que lucha­rá con­tra el bol­che­vis­mo en el Fren­te del Este, y la ponen bajo el man­do de Jac­ques Corre­ze. Todos los miem­bros de la LVF juran fide­li­dad al Fuhrer.

Delon­cle y Schue­ller tra­tan de uti­li­zar esa pode­ro­sa for­ma­ción arma­da para eli­mi­nar a su adver­sa­rio polí­ti­co Pie­rre Laval así como a su alia­do, aun­que tam­bién rival, Mar­cel Deat. El 27 de agos­to de 1941, apro­ve­chan­do la cere­mo­nia orga­ni­za­da en oca­sión de la par­ti­da de un con­tin­gen­te de la LVF envia­do al fren­te de Rusia, Delon­cle y Schue­ller orga­ni­zan un doble aten­ta­do en el que Laval y Deat resul­tan heridos.

El 20 de diciem­bre de 1941, André Bet­ten­court, per­fec­ta­men­te al tan­to de los deba­tes que tie­nen lugar en Ber­lín, escri­be en el edi­to­rial de Navi­dad de La Terre fra­nçai­se: «Un día, trein­ta años más tar­de, los judíos cree­rían sin embar­go haber gana­do la par­ti­da. Habían logra­do cap­tu­rar a Jesús y lo habían cru­ci­fi­ca­do. Fro­tán­do­se las manos excla­ma­ron enton­ces: «Que su san­gre cai­ga sobre noso­tros y nues­tros hijos». Bien saben uste­des de qué mane­ra ha caí­do y sigue cayen­do aun. Lo esti­pu­la­do en el libro eterno tie­ne que cumplirse».

En efec­to, días más tar­de, la Con­fe­ren­cia de Wan­see deci­de poner en prác­ti­ca la «solu­ción final». Millo­nes de per­so­nas serán exter­mi­na­das en el mayor secreto.

Como resul­ta­do de los enfren­ta­mien­tos inter­nos que se pro­du­cen en el seno del movi­mien­to nazi fran­cés, es en defi­ni­ti­va Delon­cle quien cae en des­gra­cia. Euge­ne Schu­ller corre enton­ces a la emba­ja­da del Reich para dejar cons­tan­cia de su sepa­ra­ción del que has­ta enton­ces había sido su ami­go. La entre­vis­ta apa­re­ce debi­da­men­te con­sig­na­da en los archi­vos alemanes.

Entra en esce­na la OSS 

La bata­lla de Sta­lin­gra­do da un vuel­co al desa­rro­llo de los acon­te­ci­mien­tos. El Reich deja de pare­cer inven­ci­ble. André Bet­ten­court se acer­ca enton­ces a su ami­go Fran­co­is Mit­te­rrand quien ejer­ce diver­sas fun­cio­nes en Vichy [Ciu­dad sede del régi­men fran­cés de cola­bo­ra­ción con el ocu­pan­te nazi. NdT.], don­de com­par­te su ofi­ci­na con Jean Ous­set, el res­pon­sa­ble del movi­mien­to juve­nil de la Legión Fran­ce­sa de Com­ba­tien­tes [Orga­ni­za­ción de vete­ra­nos crea­da en 1940 por el régi­men de Vichy. NdT.] de Joseph Dar­nand. Supues­ta­men­te, ambos se incor­po­ra­ron enton­ces a la resis­ten­cia fran­ce­sa en el seno de un Movi­mien­to Nacio­nal de Pri­sio­ne­ros de Gue­rra y Depor­ta­dos (MNPGD) cuya acti­vi­dad fue ofi­cial­men­te reco­no­ci­da 40 años des­pués, duran­te la pre­si­den­cia del pro­pio Mit­te­rrand, aun­que los his­to­ria­do­res alber­gan toda­vía hoy nume­ro­sas dudas al respecto.

A fina­les de 1942, Euge­ne Schue­ller, ya con­ver­ti­do en uno de los prin­ci­pa­les accio­nis­tas de Nestlé, envía a André Bet­ten­court a Sui­za con la misión de «aria­ni­zar» dicha empre­sa. Bet­ten­court apro­ve­cha sus via­jes a Sui­za para reu­nir­se con Allen Dulles y con Max Schoop, de los ser­vi­cios de inte­li­gen­cia esta­dou­ni­den­ses (OSS). En 19944, ambos agen­tes esta­dou­ni­den­ses le hacen entre­ga de 2,5 millo­nes de fran­cos de la épo­ca para finan­ciar la red esta­dou­ni­den­se en Fran­cia. Hoy por hoy se des­co­no­ce qué uso que se dio a esa suma.

Euge­ne Delon­cle es ase­si­na­do. Pero no por ello cesan los crí­me­nes de los miem­bros de La Cagou­le, ni siquie­ra des­pués del des­em­bar­co de los Alia­dos en Nor­man­día. El 10 de junio de 1944, Jean Filliol diri­ge la divi­sión SS Das Reich que irrum­pe en la peque­ña loca­li­dad fran­ce­sa de Ora­dour-sur-Gla­ne. Las tro­pas masa­cran allí a 644 habi­tan­tes, en con­di­cio­nes par­ti­cu­lar­men­te horribles.

Por­que valían la pena… 

Al pro­du­cir­se la libe­ra­ción de Fran­cia, los miem­bros de La Cagou­le que habían segui­do a De Gau­lle se ocu­pan de sal­var a los miem­bros de La Cagou­le que se habían pues­to del lado del régi­men de Vichy. Gra­cias al tes­ti­mo­nio favo­ra­ble de André Bet­ten­court y de Fran­co­is Mit­te­rrand, Euge­ne Schue­ller sale absuel­to por­que supues­ta­men­te había sido miem­bro de la resis­ten­cia fran­ce­sa. L’Oréal se con­vier­te en refu­gio segu­ro de los vie­jos ami­gos. Fran­co­is Mit­te­rrand es con­tra­ta­do como direc­tor de la revis­ta Votre Beau­té y André Bet­ten­court se une a la direc­ción del gru­po. Con la ayu­da del Opus Dei, her­man­dad cató­li­ca fran­quis­ta, Hen­ri Delon­cle (her­mano de Euge­ne) desa­rro­lla L’Oréal-España, don­de da empleo a Jean Filliol. Mien­tras tan­to, Jac­ques Corre­ze se con­vier­te en el gran jefe de L’Oréal en Esta­dos Uni­dos. En 1950, André Bet­ten­court se casa con Lilia­ne, hija úni­ca de Euge­ne Schueller.

La ofi­ci­na de la calle Saint-Domi­ni­que que André Bet­ten­court uti­li­za­ba cuan­do diri­gía la Pro­pa­gan­daS­taf­fell se con­vier­te en una de las resi­den­cias del Opus Dei mien­tras que Robert Mit­te­rrand se ins­ta­la en la calle Dufre­noy, pre­ci­sa­men­te en el edi­fi­cio que ser­vi­rá de sede al Opus Dei en Fran­cia. Este últi­mo se encuen­tra bajo la direc­ción polí­ti­ca de Jean Ousset.

André Bet­ten­court pro­si­guió pos­te­rior­men­te una bri­llan­te carre­ra. Como perio­dis­ta, creó en 1945 el Jour­nal agri­co­le, des­ti­na­do a los anti­guos lec­to­res de La Terre fra­nçai­se. Su carre­ra polí­ti­ca lo lle­vó varias veces a ocu­par pues­tos en el par­la­men­to y el gobierno fran­ce­ses, lo cual le per­mi­tió reto­mar sus ante­rio­res acti­vi­da­des al con­ver­tir­se en secre­ta­rio de Esta­do para la Infor­ma­ción (1954−55), pues­to crea­do en 1948 por su ami­go Fran­co­is Mit­te­rrand y des­de el cual ambos con­for­ma­ron la pren­sa fran­ce­sa con­tem­po­rá­nea. Fran­co­is Mit­te­rrand y André Bet­ten­court son ami­gos inse­pa­ra­bles, a tal pun­to que en 1986, cuan­do el pri­me­ro –ya para enton­ces con­ver­ti­do en socia­lis­ta y pre­si­den­te de la Repú­bli­ca Fran­ce­sa– se ve obli­ga­do a “coha­bi­tar” con una Asam­blea de dere­cha, estu­dia la posi­bi­li­dad de nom­brar a Bet­ten­court como pri­mer minis­tro. Final­men­te se abs­tie­ne de hacer­lo por temor a revi­vir los fan­tas­mas del pasa­do… un pasa­do que se man­tie­ne presente.

Notas:

[1] Un nou­vel accord entre les action­nai­res majo­ri­tai­res de L’Oréal, comu­ni­ca­do de L’Oréal, 3 de febre­ro de 2004, 23h.

[2] La ley sobre la ini­cia­ti­va fue pre­sen­ta­da al Par­la­men­to fran­cés por el secre­ta­rio de Esta­do a car­go de la Peque­ña y la Media­na Empre­sa, Renaud Dutreil, en diciem­bre de 2002, y su adop­ción se pro­du­jo el 1º de agos­to de 2003 bajo la iden­ti­fi­ca­ción 2003 – 721. Cf. Jour­nal offi­ciel del 5 de agos­to de 2003.

[3] Cf. Le Flam­beau del 21 de noviem­bre de 1936.

[4] La auto­ría de este sobre­nom­bre se atri­bu­ye a Mau­ri­ce Pujo.

Docu­men­to adjunto:
«La Terre Fra­nçai­se» del 20 de diciem­bre de 1941
Publi­ca­ción nazi fran­ce­sa diri­gi­da por André Bettencourt.

Thierry Meys­san. Ana­lis­ta polí­ti­co fran­cés. Fun­da­dor y pre­si­den­te de la Red Vol­tai­re y de la con­fe­ren­cia Axis for Pea­ce. Últi­ma obra publi­ca­da en espa­ñol: La gran impos­tu­ra II. Mani­pu­la­ción y des­in­for­ma­ción en los medios de comu­ni­ca­ción (Mon­te Ávi­la Edi­to­res, 2008)

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