[Fotos] Mani­fes­ta­ción «¡Cuba no está sola!¡Por un mun­do mejor, defen­da­mos la Revo­lu­ción cubana!»

Miles de per­so­nas han sali­do a la calle en Madrid para mos­trar su apo­yo al pro­ce­so revo­lu­cio­na­rio de Cuba. A pesar de la gran cam­pa­ña mediá­ti­ca con­tra Cuba que se está lle­van­do a cabo últi­ma­men­te por par­te de las ins­ti­tu­cio­nes y de los medios de comu­ni­ca­ción, en esta mani­fes­ta­ción se ha podi­do ver el gran apo­yo que tie­ne la Revo­lu­ción Cuba­na en el Esta­do espa­ñol. Bajo el lema «¡Cuba no está sola! ¡Por un mun­do mejor, defen­da­mos la Revo­lu­ción cuba­na»!, la mani­fes­ta­ción ha sali­do de la Glo­rie­ta de Bil­bao y ha ter­mi­na­do cer­ca de Colón, don­de willy Tole­do y Ali­cia Her­mi­da han leí­do el siguien­te manifiesto:

¡Cuba no está sola! ¡Por un mun­do mejor, defen­da­mos la Revo­lu­ción cubana!

El aco­so mediá­ti­co, polí­ti­co, diplo­má­ti­co y eco­nó­mi­co desa­rro­lla­do con­tra Cuba y los demás paí­ses en Lati­noa­mé­ri­ca que rea­li­zan una polí­ti­ca inde­pen­dien­te y sobe­ra­na fren­te al impe­ria­lis­mo de EE.UU. y de la Unión Euro­pea – como Vene­zue­la, Boli­via, Ecua­dor o Nica­ra­gua – tie­ne el fin de evi­tar como sea el desa­rro­llo de esas pro­pues­tas alter­na­ti­vas al capi­ta­lis­mo, sin renun­ciar, inclu­so, a un gol­pe mili­tar tal y como hemos vis­to recien­te­men­te en Honduras.

Se tra­ta de una ope­ra­ción de enga­ño que vie­ne duran­do más de medio siglo, tal y como demues­tran los docu­men­tos des­cla­si­fi­ca­dos de la Admi­nis­tra­ción esta­dou­ni­den­se en los que se esta­ble­ce su pro­gra­ma encu­bier­to con­tra la revo­lu­ción cuba­na diri­gi­do por la CIA. Entre otros, se deta­llan cam­pa­ñas de des­in­for­ma­ción a gran esca­la y la crea­ción y finan­cia­ción de una opo­si­ción inter­na en Cuba y de gru­pos mer­ce­na­rios fue­ra de la isla que se dedi­can al terro­ris­mo y al sabotaje.

El prin­ci­pal argu­men­to de los medios de comu­ni­ca­ción a la hora de ata­car a Cuba, es la supues­ta ausen­cia de Dere­chos Huma­nos en la isla; se habla de la situa­ción de los lla­ma­dos pre­sos polí­ti­cos, que en reali­dad son unos mer­ce­na­rios paga­dos por EE.UU. un esta­do decla­ra­da­men­te enemi­go, para que des­tru­yan la revo­lu­ción, pero se silen­cia que en cual­quier país se con­de­nan a las per­so­nas que reci­ben dine­ro de paí­ses enemi­gos con penas de has­ta 30 años. Sin ir más lejos, en Espa­ña la con­de­na por trai­ción lle­ga has­ta 20 años. La pren­sa tam­bién silen­cia inten­cio­na­da­men­te que Cuba ha pro­pues­to a EE.UU. y a la Unión Euro­pea un deba­te acer­ca de los DD.HH en el que no se hable sola­men­te de la situa­ción en Cuba, sino tam­bién en EE.UU. y en los paí­ses de la UE. Pero la res­pues­ta del impe­ria­lis­mo ha sido el silen­cio, ya que no le intere­sa hablar de Guan­tá­na­mo, de los pre­sos polí­ti­cos en EE.UU. y la UE, de los vue­los secre­tos y las cár­ce­les clan­des­ti­nas de la CIA en Euro­pa o de la tor­tu­ra en las cár­ce­les esta­dou­ni­den­ses y euro­peas, sin olvi­dar a los cien­tos de miles de muer­tos y muti­la­dos de las gue­rras impe­ria­lis­tas en Irak y Afga­nis­tán y tam­po­co quie­ren hablar de los cin­co cuba­nos anti­te­rro­ris­tas encar­ce­la­dos en EE.UU. des­de hace doce años tras haber sufri­do un jui­cio total­men­te amañado.

Sin hablar de los dere­chos huma­nos reco­gi­dos por la Car­ta de las Nacio­nes Uni­das tales como el dere­cho al tra­ba­jo, a una vivien­da dig­na, a la edu­ca­ción gra­tui­ta para todos y todas y a una sani­dad de cali­dad. Unos dere­chos que se vio­lan dia­ria­men­te en los paí­ses capi­ta­lis­tas, y que en la Cuba socia­lis­ta están cubiertos.

Des­de hace ya más de 50 años sufre Cuba un bru­tal blo­queo por par­te de EE.UU. que ha ido uni­do a múl­ti­ples agre­sio­nes mili­ta­res y terro­ris­tas en terri­to­rio cubano. Estas agre­sio­nes y actos terro­ris­tas se han cobra­do más de 3500 víc­ti­mas mor­ta­les y varios miles de heri­dos gra­ves entre la pobla­ción cuba­na. Ade­más, el blo­queo ha pro­vo­ca­do unas pér­di­das eco­nó­mi­cas que supe­ran con cre­ces los 100 mil millo­nes de Dóla­res. En ese mar­co se englo­ba la lla­ma­da Posi­ción Común de la UE con­tra Cuba que con­di­cio­na las rela­cio­nes bila­te­ra­les al aban­dono de la sobe­ra­nía y del pro­ce­so revolucionario.

Sin embar­go, a pesar del blo­queo y las san­cio­nes eco­nó­mi­cas, Cuba ha logra­do situar­se en el mis­mo ran­king de los paí­ses desa­rro­lla­dos en lo que se refie­re al Índi­ce del Desa­rro­llo Humano tal y como con­fir­man las Nacio­nes Uni­das y sus orga­ni­za­cio­nes, situan­do a Cuba como uno de los pocos paí­ses que han alcan­za­do los Obje­ti­vos del Mile­nio, gra­cias, entre otros, al sis­te­ma edu­ca­ti­vo cubano, a la asis­ten­cia médi­ca gene­ra­li­za­da, a la baja mor­ta­li­dad infan­til y a los bajos nive­les de pobre­za. Sin olvi­dar­nos de la labor inter­na­cio­na­lis­ta que Cuba lle­va a cabo en muchos países.

Pero esta reali­dad de la revo­lu­ción cuba­na no encuen­tra eco en los medios de comu­ni­ca­ción españoles.

En estos momen­tos en los que la cri­sis capi­ta­lis­ta se recru­de­ce cada vez más, con unas con­se­cuen­cias bru­ta­les para la cla­se tra­ba­ja­do­ra, tal y como suce­de en Espa­ña, con más de 4 millo­nes de para­dos, con desahu­cios masi­vos, deu­das y deses­pe­ra­ción, no es de extra­ñar que se inten­ten demo­ni­zar a todos los paí­ses que imple­men­tan una polí­ti­ca alter­na­ti­va al capi­ta­lis­mo y que man­tie­nen su sobe­ra­nía a pesar de las pre­sio­nes, las san­cio­nes y las accio­nes terroristas.

Cuba es hoy un refe­ren­te para toda Amé­ri­ca Lati­na por­que plan­ta cara al impe­ria­lis­mo y demues­tra que el capi­ta­lis­mo no es la úni­ca for­ma de orga­ni­za­ción social posi­ble, que hay otras alter­na­ti­vas mucho más jus­tas y socia­les para los pueblos.

Cuba exi­ge vivir en paz y con­for­me al modo de vida que sobe­ra­na­men­te ha deci­di­do darse.

Cuba es un país sobe­rano e independiente.

Exi­gi­mos res­pe­to a los dere­chos del pue­blo cubano y de los demás pue­blos lati­no­ame­ri­ca­nos para defi­nir y ejer­cer su demo­cra­cia y en con­se­cuen­cia con los prin­ci­pios uni­ver­sa­les de no inter­ven­ción acor­da­dos por las Nacio­nes Unidas.

La Pla­ta­for­ma

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