Instituciones Penitenciarias y responsables políticos eluden cualquier valoración tras el intento de suicidio del preso Igor González Sola. Tras ser sacado de Granada, anteayer estaba en Puerto-III, a más de 1.000 kilómetros de Bilbo.
El preso bilbaino Igor González Sola fue llevado a la cárcel gaditana de Puerto-III, a más de mil kilómetros de su localidad, después de ser sacado de la prisión de Granada tras el intento de suicidio ocurrido el martes. El dato ha sido difundido por Etxerat y el movimiento pro-amnistía, pero nada más se sabe sobre su situación. El miércoles, cuando se difundió este grave hecho, ni siquiera se conocía adónde había sido llevado.
Como informó GARA en su edición del jueves, Igor González intentó quitarse la vida cortándose las venas, después de que su sicóloga de confianza le hubiera visitado la víspera y advirtiera a los responsables de la cárcel de Granada de que su estado era muy delicado y debían tomarse medidas preventivas.
Ni Instituciones Penitenciarias ni representantes políticos e institucionales han hecho valoraciones al respecto. Y la noticia ha sido obviada también por la práctica totalidad de los medios de difusión, pese a existir constancia de que varios de ellos telefonearon a instancias del Gobierno el miércoles, tras hacerse público lo sucedido.
Después de realizarle las curas oportunas, el mismo martes por la tarde el preso natural de Alde Zaharra de Bilbo fue sacado de la cárcel de Granada con rumbo desconocido. El movimiento pro-amnistía informó ayer de que se ha detectado su presencia en Puerto de Santa María, donde se encontraría de paso, a la espera de ser llevado a otro destino sin precisar. El día de Nochebuena, Igor González Sola permanecía en el módulo de ingresos.
Soto, Puerto, Alcalá, Granada…
Se da la circunstancia de que este preso ha sido trasladado ya cinco veces desde que protagonizó un primer intento de suicidio, hace ahora año y medio. La situación, lógicamente, dificulta poder ofrecerle una atención médica estable.
González fue detenido el 25 de marzo de 2005 por la Policía española, acusado de pertenencia a ETA. Dos años después, se le impuso una condena de 21 años de cárcel. En total, en este tiempo ha pasado ya por siete cárceles distintas.
Primero ingresó en Soto del Real, de donde fue llevado a Burgos en octubre de 2005. Tras volver a Soto durante un tiempo, en julio de 2007 se le alejó hasta una de las cárceles más remotas: la de Puerto‑I. Ahí permaneció más de un año, periodo en el que se produjo el pri- mer intento de quitarse la vida. En octubre de 2008, Igor González fue llevado a Alcalá-Meco, dos meses después pasó a Navalcarnero y otros dos meses más tarde se le volvió a mandar hasta Puerto‑I.
Ahí permaneció entre febrero y junio de este año, mes en el que se le trasladó a la cárcel de Albolote, en Granada, donde se ha producido este nuevo y grave suceso.
Se interpondrá denuncia
El movimiento pro-amnistía ha confirmado que la médico del joven bilbaino interpondrá una denuncia contra los responsables facultativos de la cárcel de Granada, por «negligencia» en la atención a este preso.
La sicológica de confianza de Igor González Sola confirmó el miércoles a GARA que había alertado de su situación. El lunes, un día antes de que se cortara las venas, «decidí bajar a pesar de que no contaba con permiso para estar con él. Le vi mal, al igual que el médico de la cárcel, que entró conmigo. Le dije que sacaran de su celda todo objeto que pudiera ser cortante, que estuvieran encima de él, que lo vigilaran». No fue así.
El movimiento pro-amnistía concluye que se ha evidenciado de nuevo que la actual política carcelaria «pone en riesgo la vida de los presos de modo continuo», entre otras cosas a través de la desasistencia sanitaria. Así las cosas, anima a que la manifestación nacional convocada el 2 de enero en Bilbo pueda suponer «un jalón» hacia el respeto a los derechos de los represaliados políticos vascos.
Para Etxerat, el colectivo de los familiares, el caso de Igor González Sola revela que los presos están sometidos a una situación «extrema».
Un colectivo como Gesto por la Paz se sumó ayer a la demanda social contra la dispersión. Su representante Edorta Martínez afirmó en una carta pública con el título «Mejor cerca» que «en Gesto por la Paz no entendemos que los familiares de los presos por delitos de terrorismo tengan el castigo añadido de la no poca distancia». Censuró que «en la lejanía se agrava el desarraigo, se dificulta el contacto familiar».
Las movilizaciones en defensa de los derechos de los presos se reproducen en estos días de Navidad, en algunos puntos con caracterizaciones especiales. Ayer, además último viernes del año, se concentraron 56 personas en Berango, 150 en Hernani, 25 en Berriozar con presencia de la Guardia Civil, 30 en Amurrio, 40 en Arbizu, 60 en Algorta, 38 en Basauri, 80 en Durango, 187 en Aulesti, 120 en Irun, 135 en Iruñea, 99 en Etxarri-Aranatz, 500 en el barrio bilbaino de Santutxu, 80 en Urduña, 175 en Errenteria, 37 en Lizartza, 25 en Zaldibia, 25 en Zalla, 15 en Irurtzun y 60 en Beasain. También se movilizaron 36 personas en Uztaritze, 11 en Muskiz, 45 en Lekeitio, 50 en Zumaia, 60 en Arratia, 21 en Mundaka, 32 en Aramaio, 60 en Lazkao, 93 en Galdakao, 45 en Getaria, 100 en Zarautz, 25 en Lesaka y 120 en Donostia.
En Gasteiz se reunieron 510 personas y el jueves 900 detrás de Olentzero. Ese mismo día también se concentraron 69 vecinos en Zaldibar, 150 en Lizarra o 115 en Arrigorriaga. 200 personas más participaron en una manifestación en Zornotza con motivo de Nochebuena. Durante el recorrido pasaron por las sedes de PNV y PSE, donde Olentzero dejó carbón, y denunciaron la desaparición de Jon Anza. Ayer se concentraron 70 personas por los presos en la misma localidad. En Azpeitia asistieron 400 vecinos a la manifestación del jueves y 200 en Barañain, donde ayer se reunieron otras 30 personas.
Asimismo, el miércoles 25 personas se concentraron en Atarrabia y 200 en Iturrama. Para hoy a la tarde ha sido convocada una manifestación contra la dispersión en Burlata. GARA
presos políticos vascos faltaron a la cita con sus familias en la pasada Nochebuena. Es el número de los que integran actualmente el Colectivo de Presos Políticos Vascos (EPPK).
se encuentran en cárceles del Estado español, pero sólo siete de ellos se hallan en Euskal Herria (tres en Martutene, dos en Basauri y dos en Langraiz). Frente a ello, hay 19 en Granada, 19 en Pontevedra o 42 entre las tres cárceles de Puerto de Santa María (Cádiz).
más se encuentran en prisiones francesas, también muy lejos de Euskal Herria. En el área de París, hay 44 en la cárcel de Fleury-Merogis y 25 en la de Fresnes.
están en prisión domiciliaria por enfermedades graves o incurables: Bautista Barandalla, Ángel Figueroa, Belén González Peñalva, Mikel Gil Cervera, Marilo Gorostiaga y Mikel Ibáñez.
Según los datos recabados por Etxerat, más de una treintena de presos políticos vascos se han quedado sin visitas durante el último fin de semana. En las cárceles de Cáceres, Almería, Algeciras, Teruel, Curtis, Murcia, Burgos, Ocaña, Herrera, Alicante y Alcalá, los «vis a vis» concertados con 29 presos vascos fueron suspendidos después de que los familiares y amigos se negaran a ser cacheados por los funcionarios para poder realizar la visita.
La nieve también impidió que familiares de varios presos no llegaran a tiempo al «vis a vis» que tenían en la prisión de Topas al tener que detener sus vehículos a 20 kilómetros del peaje de Burgos. Además, desde Etxerat señalaron que en los alrededores de varias cárceles, como las de Teruel y Curtis, la Guardia Civil ha llevado a cabo controles en los que los familiares y amigos de los presos vascos han sido sometidos a registros.
Por otro lado, el miércoles un grupo de vecinos de Portugalete denunció en rueda de prensa que el Pleno municipal ha «ignorado» una moción avalada por 500 personas en la que se reclamaba que se debatiera sobre la situación del preso político Juan Manuel Piriz, «Mungi».
Según recordaron, «Mungi» lleva 25 años en prisión, y pese a tener la condena cumplida sigue encarcelado después de que el Tribunal Supremo español le haya aplicado la cadena perpetua.
GARA