La crea­ción del enemi­go- Iña­ki Egaña

Ha sido, pro­ba­ble­men­te, uno de los temas que más tin­ta ha con­su­mi­do en los últi­mos tiem­pos, en rela­ción a la lucha mediá­ti­ca con­tra ETA. Esta­ba vicia­do des­de el comien­zo, ya que todo par­tía de un orde­na­dor mani­pu­la­do por el Ejér­ci­to colom­biano a un diri­gen­te de las FARC, Raúl Reyes, muer­to en 2008 en terri­to­rio ecua­to­riano, en una incur­sión de las fuer­zas del enton­ces pre­si­den­te Uribe.

En julio de aquel año, el juez Bal­ta­sar Gar­zón abrió un suma­rio al res­pec­to en cuyo seno, hecho habi­tual, metió a unos y a otros al obje­to de ser­vir a los intere­ses de Espa­ña y en este caso tam­bién de Colom­bia y EEUU, con­tra Cuba, Vene­zue­la, ETA y, por exten­sión, el inde­pen­den­tis­mo vasco.

La movi­li­za­ción fue de manual con­tra­in­sur­gen­te. Des­de los infor­mes del «exper­to» Flo­ren­cio Domín­guez, alta­voz de los ser­vi­cios mili­ta­res de infor­ma­ción, has­ta la tele­vi­sión con su his­tó­ri­co docu­men­tal en Infor­me Sema­nal, pasan­do por los habi­tua­les arie­tes de la Caver­na. Nadie se que­dó fue­ra de aque­lla anda­na­da. El enton­ces lehen­da­ka­ri Iba­rretxe reci­bi­ría en Lakua al enton­ces vice­pre­si­den­te colom­biano, Fran­cis­co San­tos. Her­ma­nos en la vic­ti­ma­ción, le dijo el lehen­da­ka­ri. Y la fabri­ca­ción de la rela­ción no tenía nada de par­ti­cu­lar. Has­ta Wiki­pe­dia abrió una entra­da con la supues­ta alian­za de fuer­zas revo­lu­cio­na­rias, como en los 80 hizo Clai­re Ster­ling al apun­tar que Mos­cú esta­ba detrás de ETA, IRA y la RAF. Con moti­vo del aten­ta­do con­tra el ex minis­tro colom­biano Fer­nan­do Lon­do­ño en Bogo­tá hace unas sema­nas, la maqui­na­ria mediá­ti­ca vol­vió a poner­se en mar­cha, a pesar del anun­cio de ETA del adiós a las armas.

Los argu­men­tos que Gar­zón reu­nió, obvia­men­te indu­ci­dos por los ante­rior­men­te cita­dos por su inte­rés en la cues­tión, eran de tra­ca. Pero en este mun­do tan mal repar­ti­do, des­pués de com­pro­bar que una men­ti­ra exten­di­da como la de las «armas de des­truc­ción masi­va» guar­da­das por Irak, ha ser­vi­do para tor­tu­rar a miles de per­so­nas, matar a cien­tos de miles de ellas y expo­liar fuen­tes de ener­gía, la ver­dad ha per­di­do todo su valor.

Hace unos días, ETA, las FARC y Uri­be han vuel­to a estar en el can­de­le­ro, aun­que en esta oca­sión el eco mediá­ti­co ha des­apa­re­ci­do. La ONU ha denun­cia­do nue­va­men­te cen­te­na­res de casos de «fal­sos posi­ti­vos» en Colom­bia, cam­pe­si­nos en gene­ral, ase­si­na­dos y rebau­ti­za­dos como gue­rri­lle­ros para ele­var el índi­ce de efi­ca­cia con­tra­rre­vo­lu­cio­na­ria. En un mun­do jus­to, Álva­ro Uri­be (por cier­to, pre­mia­do por Covi­te en 2010) se hubie­ra sen­ta­do ya en el ban­qui­llo de los acu­sa­dos, como ha suce­di­do recien­te­men­te con el gene­ral ser­bio Rat­ko Mla­dic. Pero no lo ha hecho por­que esa «inter­na­cio­nal terro­ris­ta» ha ser­vi­do de col­chón a sus maldades.

Tam­po­co ha teni­do tras­cen­den­cia la deci­sión del juez Pablo Ruz de la Audien­cia Nacio­nal de cerrar el suma­rio y la inves­ti­ga­ción poli­cial abier­ta por Gar­zón. Ruz reti­ró cual­quier impu­tación en esta cau­sa y orde­nó a la Poli­cía cesar la inves­ti­ga­ción sobre sos­pe­cho­sos. ¿La razón ofi­cial? La rup­tu­ra de la cade­na de cus­to­dia del orde­na­dor de Reyes. Pero para enton­ces, exper­tos y poli­cías de la plu­ma ya habían seña­la­do dece­nas de objetivos.

La cohe­sión de Espa­ña ha sido y sigue sien­do frá­gil. Su pro­yec­to polí­ti­co hace aguas por todos los lados y su asen­ta­mien­to his­tó­ri­co es de los de escon­der bajo la alfom­bra: fas­cis­mo, gol­pis­mo, impe­ria­lis­mo… Por eso, en esa cons­truc­ción de la iden­ti­dad colec­ti­va espa­ño­la, la elec­ción del enemi­go y, por exten­sión del ami­go, es fun­da­men­tal. Y si el enemi­go no exis­te se crea.

El enemi­go espa­ñol «interno» por exce­len­cia en las últi­mas déca­das ha sido ETA. Y tras ella el sece­sio­nis­mo vas­co. Lo reco­no­cía has­ta la Cons­ti­tu­ción espa­ño­la, siguien­do la este­la de car­tas ante­rio­res. Por eso, el pro­ce­so de fabri­ca­ción del enemi­go nece­si­ta ser ali­men­ta­do constantemente.

El enemi­go ya esta­ba des­hu­ma­ni­za­do y demo­ni­za­do. La impu­ni­dad de la tor­tu­ra, de las cer­ti­fi­ca­cio­nes poli­cia­les, de la ven­gan­za car­ce­la­ria, del sus­pen­so de los dere­chos civi­les en terri­to­rio vas­co, la uti­li­za­ción de Nafa­rroa como labo­ra­to­rio… han sido posi­bles por ese ejer­ci­cio con­ti­nua­do, con gran­des ava­les por cier­to, de con­ver­tir al enemi­go polí­ti­co en el Anti Cristo.

El adiós a las armas por par­te de ETA ha crea­do un con­flic­to de cala­do en el Esta­do. Des­de que lle­ga­mos al uso de razón sabe­mos que el enemi­go no es el arma­do, sino la comu­ni­dad que lo sos­tie­ne. Es decir, que el inde­pen­den­tis­mo vas­co es la pie­dra de toque. Por eso, si el enemi­go no exis­te, se crea. No impor­ta si la fabri­ca­ción es bur­da. Fran­co uti­li­zó el aten­ta­do mor­tal con­tra un dipu­tado con­ser­va­dor para matar a medio millón de per­so­nas y hacer des­apa­re­cer de la faz de la Penín­su­la a quien no le adu­la­ra ostensiblemente.

En ese línea, el Esta­do sigue evi­tan­do el deba­te con el inde­pen­den­tis­mo y con­ti­núa en la fabri­ca­ción de ese enemi­go a su medi­da. Lleno de fal­se­da­des, muchas veces rayan­do el ridícu­lo, pero hace tiem­po que per­die­ron la ver­güen­za polí­ti­ca. El con­se­je­ro de Sani­dad, el socia­lis­ta Ben­goa, lle­gó a echar la cul­pa a ETA, lo recor­da­rán, de la fal­ta de inves­ti­ga­ción en las adop­cio­nes irre­gu­la­res de niños.

La Comi­sión Inter­na­cio­nal de Veri­fi­ca­ción (CVI) de la deci­sión de ETA, ha hecho una serie de comen­ta­rios, del todo cono­ci­dos. Con­tra todos ellos han fabri­ca­do los apa­ra­tos del Esta­do prue­bas fal­sas, «fal­sos posi­ti­vos», al obje­to de man­te­ner el esce­na­rio de la con­fron­ta­ción en el lugar que más les intere­sa. Cuan­do el CIV, las aso­cia­cio­nes empre­sa­ria­les y la pro­pia ETA dije­ron que el «impues­to revo­lu­cio­na­rio» era ya his­to­ria, el titu­lar de Inte­rior Jor­ge Fer­nán­dez lan­za­ba las cam­pa­nas dicien­do que en las pasa­das Navi­da­des ETA vol­vía «a extor­sio­nar a comer­cian­tes en el País Vas­co». El rela­to intere­sa­do lle­gó has­ta Euro­pol que inci­dió en las tesis de Madrid, del esce­na­rio inventado.

Cuan­do en enero de este año fue­ron dete­ni­dos Jon Etxe­be­rria, Iñi­go Santxo y Rubén Rive­ro, Espa­ña se apre­su­ró a con­ver­tir las tin­tas de fal­si­fi­ca­ción de docu­men­tos en mate­rial de gue­rra, en explo­si­vos. Cuan­do ETA anun­ció el alto el fue­go, el Minis­te­rio del Inte­rior aler­tó de que pre­pa­ra­ba un secues­tro. Cuan­do el siguien­te comu­ni­ca­do ahon­da­ba en el camino, las aso­cia­cio­nes de poli­cías y guar­dia civi­les die­ron publi­ci­dad a un comu­ni­ca­do con­jun­to en el que se suma­ban a los escol­tas dicien­do que todo era una tram­pa electoral.

Hace unos días, asi­mis­mo, hemos asis­ti­do al col­mo de los col­mos. Un disi­den­te cubano que se ven­dió a Occi­den­te ha sido entre­vis­ta­do por un habi­tual de la mani­pu­la­ción de «El País». La his­to­ria podría tener enjun­dia, por­que el disi­den­te dice que aten­dió a los refu­gia­dos vas­cos en Cuba duran­te 15 años. Un filón perio­dís­ti­co. Pero apa­ren­te­men­te un fias­co. El escri­bi­dor del dia­rio espa­ñol se enro­ca en inten­tar car­gar la muer­te de Per­tur, una y otra vez, a uno de los refu­gia­dos en la isla cari­be­ña, espe­ran­do de su inter­lo­cu­tor una res­pues­ta que no encuen­tra. No sabe quién es Per­tur. El escri­bi­dor sabe que a Per­tur lo mata­ron los ser­vi­cios para­le­los espa­ño­les. Pero pre­fie­re la into­xi­ca­ción a la infor­ma­ción. E inci­de en ella aun­que pier­da una oca­sión de oro, periodísticamente.

Los ejem­plos son tan nume­ro­sos y repe­ti­ti­vos que el lec­tor no nece­si­ta­rá de ellos para com­pren­der la mag­ni­tud de seme­jan­te estra­te­gia. Algu­nos de ellos ya han sido cita­dos en las pági­nas de este mis­mo dia­rio. No impor­ta el con­te­ni­do, no impor­tan los pará­me­tros del con­flic­to, sino la into­xi­ca­ción para jugar per­ma­nen­te­men­te en el terreno espa­ñol. Nadie de los ges­to­res madri­le­ños ha teni­do la osa­día nece­sa­ria para salir­se de este guión predemocrático.

No debe­ría con­cluir este artícu­lo sin citar el sopor­te de la estra­te­gia de la «cons­truc­ción del enemi­go» que no es otro que el «códi­go penal del enemi­go», ese que apli­can los jue­ces espa­ño­les des­de que la toga es negra. Bush hijo alen­tó el con­cep­to de la «gue­rra pre­ven­ti­va». Una Audien­cia Nacio­nal, que no nece­si­ta pre­sen­ta­ción, ejer­ci­ta las deten­cio­nes y el cas­ti­go «pre­ven­ti­vo». Así, con­ti­nua­rán cons­tru­yen­do esos esce­na­rios de fic­ción que, algún día, se vol­ve­rán en su con­tra. ¿Cuál es el lími­te de un mentiroso?

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