El Ayuntamiento de Madrid ha prohibido el concierto que los vitorianos Soziedad Alkoholika (SA) tenían previsto para este sábado en el Palacio de Vista Alegre. En un auto firmado por el coordinador general de Seguridad y Emergencias, Jesús E. Guereta, el Consistorio aplica el artículo 26.1.b de la Ley de Espectáculos y cancela el evento aduciendo que podrían producirse alteraciones del orden público “con peligro para las personas y bienes”. Además, la delegada del Gobierno de Madrid, Cristina Cifuentes, había solicitado a la Fiscalía suspender el concierto ante la posibilidad de se produjera un delito de “enaltecimiento del terrorismo”, delito por el que la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) denunció al grupo en 2007 y del que la Audiencia Nacional les absolvió en 2009. Diagonal entrevista a Juan, vocalista de SA, conjunto que los seguidores madrileños del metal no podrán disfrutar este sábado.
Van ya cinco años sin SA en Madrid. ¿Qué os viene a la cabeza cuando un Ayuntamiento de este Estado en el siglo XXI no os permite tocar aduciendo posible “alteración del orden público”?
Nos parece una barbaridad, es algo absolutamente injustificado y que no tiene cabida en este supuesto Estado de derecho con el que tanto se les llena la boca. Nosotros lo consideramos básicamente como un atentado. No te voy a decir que es lo mismo que pasó en París, pero esto también es un atentado en el que se matan los derechos de las personas y la ilusión y el trabajo de mucha gente. Parece que no creen en la diversidad cultural ni ideológica y, de hecho, han intentado matar también la cultura con un IVA absolutamente atroz que ha acabado con cientos de puestos de trabajo. Las instituciones públicas para imponer su ideología usan todas sus armas para atacar al disidente, como pasa en una dictadura, es lo mismo.
¿Es SA un grupo que, tal y como dice el auto firmado por el coordinador general de Seguridad y Emergencias del Ayuntamiento de Madrid, puede producir alteraciones del orden “con peligro para las personas y bienes»?
Es una estupidez, son mentiras, falacias. Eso es un delito que se llama prevaricar: cuando un servidor público está mintiendo sabiendo que es algo que no es así. Fabrican una mentira para prohibirte actuar. Nosotros somos, posiblemente, el grupo más investigado de todo el Estado. Nos han examinado las letras con lupa y no han encontrado absolutamente nada, porque nuestros conciertos lo que son es una fiesta en la que la gente se divierte, se desahoga y se va a su casa tranquilamente. En esta especie de informe que se han inventado han intentado relacionarnos con un altercado que hubo en un festival en el que hubo setenta y pico grupos, con unos hechos que ocurrieron en un camping, eso es lo único que han encontrado, y a lo que se han agarrado para intentar justificar esa prohibición. Nuestras letras y nuestra ideología desde luego son todo lo contrario: abogamos por la diversidad, estamos contra el fascismo, contra el racismo y creemos en la democracia y en la diversidad cultural e ideológica. Se han inventado una excusa como otra cualquiera, como que hemos matado a Kennedy o cualquier chorrada, simplemente porque no les gusta lo que contamos ni cómo lo contamos. No tienen problema alguno en permitir concentraciones de grupos neonazis en la vía publica que no creen en la democracia y que apoyan claramente y defienden lo que hicieron Hitler y Franco. Pero que un grupo que simplemente hace música, por ser vasco y de izquierdas, toque en Madrid es algo que se tiene que prohibir. Es absurdo y ridículo y muestra muy a las claras sus dos varas de medir y su desprecio absoluto a la democracia.
Hay decenas de grupos con letras de contenido similar al vuestro que muchos podrían tachar de “fomento de la violencia” y no es la primera vez que prohíben un concierto de SA. ¿Por qué creéis que estáis siempre en el punto de mira?
No tenemos ni idea, la verdad. Será porque tenemos quizá más seguidores en Facebook [risas]. Nos han colgado un sambenito y eso que no creemos en dios [risas]. Ya sabemos que no les gusta mucho que la gente piense por sí misma. Tal vez sea porque, como nos intentaron condenar por nuestras letras y perdieron el juicio descaradamente [contra la AVT en 2007] porque era algo ridículo, no sé si por eso nos han marcado. Como no pudieron meternos en la cárcel ni impedir que cantemos, pues quizá se quieren vengar. Sectores de la extrema derecha se han empeñado en hacernos un poco la vida imposible. Así que, la verdad, no lo tengo muy claro, porque al fin y al cabo somos simplemente un grupo que hace música para la gente que le guste. No tiene mucho sentido esta persecución o caza de brujas.
¿Esto se queda aquí? ¿Tenéis pensado responder de alguna forma a esta prohibición?
Estamos viendo qué hacer. Hemos estado buscando localizaciones para hacer el concierto y es casi imposible cerca de Madrid. Falta muy poco tiempo y hacer algo en condiciones es difícil, y la mayoría de salas no quiere problemas, porque saben que ahora mismo es complicado y pueden tenerlos. Acciones legales también, pero tal como va la justicia imagínate cuándo puede ser la resolución. Pero estamos mirando con nuestro abogado a ver si podemos hacer algo, por lo menos para que no vuelvan a usar esas ridiculeces como argumento. Pero bueno, se inventarán otros. Hasta que no caiga el régimen fascista que está instaurado en Madrid y en el Estado va a ser complicado que la gente pueda actuar libremente. Porque no sólo somos nosotros, son humoristas, directores de cine… gente que simplemente piense de otra forma o que denuncie e intente abrir debates sobre temas que para ellos son sagrados. Los intentan marcar, mezclar con la violencia, esa vieja estrategia que utilizan para todo. Son enemigos de la diversidad y la cultura, es una lucha con la que no nos queda otra que resistir.
¿Qué sugerís a la gente de Madrid que se ha quedado sin concierto?
Pues por ahora no hay nada cerca. El próximo concierto es en Chile [risas], con lo que creo que les pilla un poco mal. Decirles que tengan paciencia y que nosotros vamos a seguir intentándolo, porque estamos en nuestro derecho y ellos en el suyo de poder asistir a un concierto que quieran, que deseen. Madrid es mucho más que toros, peinetas, zarzuela y Julio Iglesias.
La última, ¿algo que decir a Cristina Cifuentes, que solicitó a la Audiencia la suspensión del concierto por posible enaltecimiento del terrorismo, o a la alcaldesa Ana Botella, responsable de prohibirlo?
No vale la pena, porque saben que lo que hacen es algo injusto, que es todo lo contrario a la democracia, que están actuando como fascistas, porque las instituciones son de todos, no suyas. Ellos van a caer por su propio peso del poder, porque su organización está podrida hasta las entrañas, pero quieren morir matando la libertad, que es algo que llevan muy en su credo.